EL INFORME SOBRE LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN ESPAÑA Y LA LEY DE ACUMULACIÓN DE CAPITAL (II)
El IX Informe FOESSA de 2025, ya vimos, presenta un panorama desgarrador
El IX Informe FOESSA presenta -escribe P.A. González Ruiz - un panorama desgarrador, desolador y demoledor: la clase obrera española está peor que hace pocos años; cada recuperación de una crisis acrecienta la desigualdad; las políticas públicas, a pesar de contar con más recursos, son menos efectivas.
P. A. GONZÁLEZ RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El IX Informe FOESSA de 2025, ya vimos, presenta un panorama desgarrador, desolador y demoledor: la clase obrera española está peor que hace pocos años; cada recuperación de una crisis acrecienta la desigualdad; las políticas públicas, a pesar de contar con mas recursos, son menos efectivas.
En la primera entrada nos acordábamos de Federico Engels y su obra sobre la situación de la clase obrera inglesa, porque se trataba de describir. Pero, ahora, se trata de explicar; por lo que nuestro recuerdo muda y se deposita en el autor de El Capital, Carlos Marx, descubridor de la ley de la acumulación del capital (El Capital, año 1867).
En lo que sigue quisiera entrar en un diálogo cariñosamente crítico con el Informe, en torno a cuatro aspectos importantes, aunque sea de manera general: cómo sabemos la situación (método), en qué situación estamos (diagnóstico), por qué estamos así (etiología) y cómo cambiar la situación (tratamiento). Termino con una propuesta.
Metodología y etiología vs dialéctica materialista
El enfoque del Informe es empírico: segmenta la realidad social en 8 áreas (empleo, consumo, vivienda, salud, educación, participación política, aislamiento social y conflicto social); pasa una encuesta a miles de hogares con 37 indicadores; y, según las respuestas, sintetiza la situación clasificándolos como integración plena, integración precaria, exclusión moderada y exclusión severa. Además, realiza una investigación cualitativa sobre historias personales de ascenso y caída en la exclusión, que se complementa con un enfoque de derechos y una lectura estructural del problema.
Esto permite una medición muy detallada de los fenómenos sociales, pero no dice por qué se dan: la explicación es exógena, recurriéndose a teorías sociales con supuestos, excepciones y validez acotados.
Otro método alternativo sería la dialéctica materialista, que mira el fenómeno social y se pregunta por su necesidad, atravesando así las formas concretas mediante el análisis y, posteriormente, vuelve a recorrerlas en sentido inverso mediante la síntesis, pero ahora explicándolas como determinadas por su contenido. Así, se reproduce idealmente al fenómeno social, de modo que la explicación del fenómeno (contenido) y su medición estadística (forma), son endógenos al proceso investigador.
Diagnóstico y crítica del capitalismo
El diagnóstico del Informe no solo es desgarrador por la nefasta situación que plantea (casi un 20 por ciento de la población está excluida, 30% jóvenes y menores), desolador por la negativa evolución (la exclusión aumentó 3 puntos en 2018-2024). Y demoledor, porque ese resultado se produce en un contexto de crecimiento económico, de gobierno central progresista (no así los autonómicos) y de expansión de las políticas sociales (SMI, IMV, pensiones al IPC, escudo social Covid, medidas antiinflación como bono social y transportes, leyes feministas, ley de vivienda, entre otras). En corto: gastamos más para obtener menos.
![[Img #87967]](https://canarias-semanal.org/upload/images/11_2025/918_captura.jpg)
El Informe se pregunta por qué las políticas públicas no son efectivas, respondiéndose: sistema de políticas sociales (prestaciones insuficientes, burocracia y divisiones entre administraciones), por un lado; y, por el otro, aduce la falta de recursos ante lo que demanda más impuestos. Sin entrar en que el estado está relacionado con el capital (es un estado capitalista), cuestión que no aborda el Informe, digamos algo respecto de las respuestas de FOESSA.
Empecemos por lo segundo: los males del capitalismo se arreglan con dinero (típico, algún día se nos ocurrirá arreglar la sociedad sin pedir más dinero). Pues sí, bienvenidos al capitalismo. Lo que hay que explicar es por qué la sociedad capitalista española del siglo XXI no está dispuesta a dar más dinero para atender la exclusión; podemos seguir estrujando a las clases “medias”, o pedir algo más de resignación a los excluidos, pero al final tropezamos con la avaricia capitalista. Y por qué son avaros, porque es la forma de sobrevivir bajo la competencia y la propiedad e interés privados (Marx, 1846). Pero, ahí no llega el Informe.
En cuanto a lo segundo, el problema de las políticas sociales es que el sistema social es insuficiente. Más allá de la crítica subrepticia a los políticos y a los funcionarios, la pregunta es: por qué es insuficiente el sistema de protección social. Pues porque tiene pocos recursos, con lo que volvemos arriba.
En cuanto a la critica a los políticos y los funcionarios; estos no caen del cielo, son elegidos por la ciudadanía. La pregunta entonces es por qué la ciudadanía, activa electoralmente, vota a unos políticos que no se ponen de acuerdo, o hacen triquiñuelas, para hacer políticas que les jode la vida; por qué no participan en las elecciones, o no se organizan, o no se movilizan. Algo tendrá que ver la ideología (y por qué esa ideología): se llama enajenación en el capital, que brota de la materialidad de la organización social. Esto no se destaca en el FOESSA.
El desempleo y la ley general de la acumulación de capital
Así, por ejemplo, con el fenómenos del desempleo, el Informe proporciona una estupenda radiografía del empleo y el desempleo en el ámbito de las familias españolas. Pero, para explicarlo, tiene que usar las diferentes y variadas teorías que las ciencias sociales proporcionan: estructura productiva, estacionalidad de la demanda, cultura empresarial de la rotación, tecnología, hambre de cualificación, infravaloración de determinados sectores, etc.
En contraposición, la dialéctica materialista permitió a Marx, en su investigación sobre el capital, explicar el desempleo como un fenómeno endógeno al desarrollo capitalista, aportando estadísticas que ilustraban su investigación.
¿Por qué el capitalismo condena a una buena parte de la clase obrera al desempleo primero, y a la pobreza, la exclusión, después?
La acumulación de capital, o sea el crecimiento económico capitalista, produce y agranda la desigualdad y la exclusión. La búsqueda del máximo beneficio, como imperativo de la supervivencia en el marco de la competencia y la propiedad privada de los medios de producción, conduce a la innovación tecnológica. Así, los capitalistas incrementan su productividad mejorando su competitividad y obteniendo ganancias extraordinarias. Posteriormente, la nueva técnica se extiende generalizando el crecimiento de la productividad y empujando al desempleo a parte de la fuerza de trabajo, que pasa a engrosar las filas del ejército laboral de reserva (desempleo).
La mera existencia del ejército laboral de reserva presiona a los salarios a la baja, que solo puede compensarse mediante organizaciones de los trabajadores que lo frenen (hay de todo).
Tratamiento sintomático y programa de transición
Las medidas urgentes que plantea el Informe no tienen nada que envidiar al documento congresual o programa electoral de cualquier organización de izquierdas, o con sensibilidad social. Al parecer son más avanzadas que la agenda gubernamental de los actuales dirigentes políticos (centrales y autonómicos).
Recordemos algunas relativas al empleo: reducir la temporalidad y la parcialidad involuntaria, fortalecer la negociación colectiva, acompañar el trabajo con formación y cuidados.
Todas guai, pero ninguna evita el despido ni garantiza la contratación, por eso no evitan el desempleo, la debilidad estructural de la fuerza de trabajo ni la presión a la baja de los salarios, la pobreza y la exclusión.
Bajo mi punto de vista, estas son medidas urgentes y necesarias para frenar la sangría de la clase obrera baja, pero sobre todo para preparar el terreno de lo que ha de ser la verdadera transformación de la sociedad, la revolución social que supere el capitalismo. Deben permitir adquirir la conciencia, la organización y la fuerza que posibiliten dar ese salto mortal de la sociedad. Pero, eso no se destaca en el Informe.
Pronóstico y socialismo
FOESSA admite que estas medidas urgentes no detienen el “futuro que estamos construyendo”: una sociedad del desasosiego y del miedo, cercana al caos. Por eso reclama un cambio de paradigma: lógicas predistributivas, lógica de lo común, ética del trabajo, interdependencia y ecodependencia, profundizar la democracia, desacelerar, entre otras. Pide la intervención de todos y un nuevo pacto social basado en equidad, corresponsabilidad y producción de lo común. No basta crecer en PIB o tecnología, se trata de garantizar vida digna, solidaridad y participación efectiva.
Todo eso me suena más a socialismo que a capitalismo. Cierto que el Informe no habla de expropiar los medios de producción y ponerlos al servicio de toda la sociedad (y no al de unos cuantos), tampoco de planificación que permita organizarlos, repartirlos para hacerlo posible. Antes hay que convencer a la clase capitalista y sus partidarios de que tienen que ceder sus privilegios porque hay pobres o excluidos, que ellos conocen mejor que nadie, desde hace cientos de años. Del cómo se hace eso, tampoco lo destaca el Informe.
Conclusión y propuesta
El FOESSA 2025 es una rica (y desgraciada) fuente de conocimiento sobre la situación y evolución de la clase trabajadora española; además es un llamado urgente a la acción (de todos, personas, organizaciones y gobiernos).
Los que nos reclamamos de la superación del capitalismo deberíamos asir, en una mano, el Informe y, en la otra aún con mas fuerza, la bandera del socialismo. Quizás avanzando al nivel de concreción que plantea el propio Informe (cuidados, común, participación,...), añadiendo nuestro bagaje centenario de luchas anticapitalistas y experiencias relacionadas con el socialismo (URSS, China, municipalismo emancipador). Lo que incluye la centralización de la propiedad de los principales medios de producción, la creación de empresas públicas y la planificación de la economía, que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población.
(*) P. A. González Ruiz, autor del blog Criticonomía.
P. A. GONZÁLEZ RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El IX Informe FOESSA de 2025, ya vimos, presenta un panorama desgarrador, desolador y demoledor: la clase obrera española está peor que hace pocos años; cada recuperación de una crisis acrecienta la desigualdad; las políticas públicas, a pesar de contar con mas recursos, son menos efectivas.
En la primera entrada nos acordábamos de Federico Engels y su obra sobre la situación de la clase obrera inglesa, porque se trataba de describir. Pero, ahora, se trata de explicar; por lo que nuestro recuerdo muda y se deposita en el autor de El Capital, Carlos Marx, descubridor de la ley de la acumulación del capital (El Capital, año 1867).
En lo que sigue quisiera entrar en un diálogo cariñosamente crítico con el Informe, en torno a cuatro aspectos importantes, aunque sea de manera general: cómo sabemos la situación (método), en qué situación estamos (diagnóstico), por qué estamos así (etiología) y cómo cambiar la situación (tratamiento). Termino con una propuesta.
Metodología y etiología vs dialéctica materialista
El enfoque del Informe es empírico: segmenta la realidad social en 8 áreas (empleo, consumo, vivienda, salud, educación, participación política, aislamiento social y conflicto social); pasa una encuesta a miles de hogares con 37 indicadores; y, según las respuestas, sintetiza la situación clasificándolos como integración plena, integración precaria, exclusión moderada y exclusión severa. Además, realiza una investigación cualitativa sobre historias personales de ascenso y caída en la exclusión, que se complementa con un enfoque de derechos y una lectura estructural del problema.
Esto permite una medición muy detallada de los fenómenos sociales, pero no dice por qué se dan: la explicación es exógena, recurriéndose a teorías sociales con supuestos, excepciones y validez acotados.
Otro método alternativo sería la dialéctica materialista, que mira el fenómeno social y se pregunta por su necesidad, atravesando así las formas concretas mediante el análisis y, posteriormente, vuelve a recorrerlas en sentido inverso mediante la síntesis, pero ahora explicándolas como determinadas por su contenido. Así, se reproduce idealmente al fenómeno social, de modo que la explicación del fenómeno (contenido) y su medición estadística (forma), son endógenos al proceso investigador.
Diagnóstico y crítica del capitalismo
El diagnóstico del Informe no solo es desgarrador por la nefasta situación que plantea (casi un 20 por ciento de la población está excluida, 30% jóvenes y menores), desolador por la negativa evolución (la exclusión aumentó 3 puntos en 2018-2024). Y demoledor, porque ese resultado se produce en un contexto de crecimiento económico, de gobierno central progresista (no así los autonómicos) y de expansión de las políticas sociales (SMI, IMV, pensiones al IPC, escudo social Covid, medidas antiinflación como bono social y transportes, leyes feministas, ley de vivienda, entre otras). En corto: gastamos más para obtener menos.
![[Img #87967]](https://canarias-semanal.org/upload/images/11_2025/918_captura.jpg)
El Informe se pregunta por qué las políticas públicas no son efectivas, respondiéndose: sistema de políticas sociales (prestaciones insuficientes, burocracia y divisiones entre administraciones), por un lado; y, por el otro, aduce la falta de recursos ante lo que demanda más impuestos. Sin entrar en que el estado está relacionado con el capital (es un estado capitalista), cuestión que no aborda el Informe, digamos algo respecto de las respuestas de FOESSA.
Empecemos por lo segundo: los males del capitalismo se arreglan con dinero (típico, algún día se nos ocurrirá arreglar la sociedad sin pedir más dinero). Pues sí, bienvenidos al capitalismo. Lo que hay que explicar es por qué la sociedad capitalista española del siglo XXI no está dispuesta a dar más dinero para atender la exclusión; podemos seguir estrujando a las clases “medias”, o pedir algo más de resignación a los excluidos, pero al final tropezamos con la avaricia capitalista. Y por qué son avaros, porque es la forma de sobrevivir bajo la competencia y la propiedad e interés privados (Marx, 1846). Pero, ahí no llega el Informe.
En cuanto a lo segundo, el problema de las políticas sociales es que el sistema social es insuficiente. Más allá de la crítica subrepticia a los políticos y a los funcionarios, la pregunta es: por qué es insuficiente el sistema de protección social. Pues porque tiene pocos recursos, con lo que volvemos arriba.
En cuanto a la critica a los políticos y los funcionarios; estos no caen del cielo, son elegidos por la ciudadanía. La pregunta entonces es por qué la ciudadanía, activa electoralmente, vota a unos políticos que no se ponen de acuerdo, o hacen triquiñuelas, para hacer políticas que les jode la vida; por qué no participan en las elecciones, o no se organizan, o no se movilizan. Algo tendrá que ver la ideología (y por qué esa ideología): se llama enajenación en el capital, que brota de la materialidad de la organización social. Esto no se destaca en el FOESSA.
El desempleo y la ley general de la acumulación de capital
Así, por ejemplo, con el fenómenos del desempleo, el Informe proporciona una estupenda radiografía del empleo y el desempleo en el ámbito de las familias españolas. Pero, para explicarlo, tiene que usar las diferentes y variadas teorías que las ciencias sociales proporcionan: estructura productiva, estacionalidad de la demanda, cultura empresarial de la rotación, tecnología, hambre de cualificación, infravaloración de determinados sectores, etc.
En contraposición, la dialéctica materialista permitió a Marx, en su investigación sobre el capital, explicar el desempleo como un fenómeno endógeno al desarrollo capitalista, aportando estadísticas que ilustraban su investigación.
¿Por qué el capitalismo condena a una buena parte de la clase obrera al desempleo primero, y a la pobreza, la exclusión, después?
La acumulación de capital, o sea el crecimiento económico capitalista, produce y agranda la desigualdad y la exclusión. La búsqueda del máximo beneficio, como imperativo de la supervivencia en el marco de la competencia y la propiedad privada de los medios de producción, conduce a la innovación tecnológica. Así, los capitalistas incrementan su productividad mejorando su competitividad y obteniendo ganancias extraordinarias. Posteriormente, la nueva técnica se extiende generalizando el crecimiento de la productividad y empujando al desempleo a parte de la fuerza de trabajo, que pasa a engrosar las filas del ejército laboral de reserva (desempleo).
La mera existencia del ejército laboral de reserva presiona a los salarios a la baja, que solo puede compensarse mediante organizaciones de los trabajadores que lo frenen (hay de todo).
Tratamiento sintomático y programa de transición
Las medidas urgentes que plantea el Informe no tienen nada que envidiar al documento congresual o programa electoral de cualquier organización de izquierdas, o con sensibilidad social. Al parecer son más avanzadas que la agenda gubernamental de los actuales dirigentes políticos (centrales y autonómicos).
Recordemos algunas relativas al empleo: reducir la temporalidad y la parcialidad involuntaria, fortalecer la negociación colectiva, acompañar el trabajo con formación y cuidados.
Todas guai, pero ninguna evita el despido ni garantiza la contratación, por eso no evitan el desempleo, la debilidad estructural de la fuerza de trabajo ni la presión a la baja de los salarios, la pobreza y la exclusión.
Bajo mi punto de vista, estas son medidas urgentes y necesarias para frenar la sangría de la clase obrera baja, pero sobre todo para preparar el terreno de lo que ha de ser la verdadera transformación de la sociedad, la revolución social que supere el capitalismo. Deben permitir adquirir la conciencia, la organización y la fuerza que posibiliten dar ese salto mortal de la sociedad. Pero, eso no se destaca en el Informe.
Pronóstico y socialismo
FOESSA admite que estas medidas urgentes no detienen el “futuro que estamos construyendo”: una sociedad del desasosiego y del miedo, cercana al caos. Por eso reclama un cambio de paradigma: lógicas predistributivas, lógica de lo común, ética del trabajo, interdependencia y ecodependencia, profundizar la democracia, desacelerar, entre otras. Pide la intervención de todos y un nuevo pacto social basado en equidad, corresponsabilidad y producción de lo común. No basta crecer en PIB o tecnología, se trata de garantizar vida digna, solidaridad y participación efectiva.
Todo eso me suena más a socialismo que a capitalismo. Cierto que el Informe no habla de expropiar los medios de producción y ponerlos al servicio de toda la sociedad (y no al de unos cuantos), tampoco de planificación que permita organizarlos, repartirlos para hacerlo posible. Antes hay que convencer a la clase capitalista y sus partidarios de que tienen que ceder sus privilegios porque hay pobres o excluidos, que ellos conocen mejor que nadie, desde hace cientos de años. Del cómo se hace eso, tampoco lo destaca el Informe.
Conclusión y propuesta
El FOESSA 2025 es una rica (y desgraciada) fuente de conocimiento sobre la situación y evolución de la clase trabajadora española; además es un llamado urgente a la acción (de todos, personas, organizaciones y gobiernos).
Los que nos reclamamos de la superación del capitalismo deberíamos asir, en una mano, el Informe y, en la otra aún con mas fuerza, la bandera del socialismo. Quizás avanzando al nivel de concreción que plantea el propio Informe (cuidados, común, participación,...), añadiendo nuestro bagaje centenario de luchas anticapitalistas y experiencias relacionadas con el socialismo (URSS, China, municipalismo emancipador). Lo que incluye la centralización de la propiedad de los principales medios de producción, la creación de empresas públicas y la planificación de la economía, que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población.
(*) P. A. González Ruiz, autor del blog Criticonomía.

































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