
LA PERSEVERANTE IRRESPONSABILIDAD DEL DR. SIMÓN: "LAS MASCARILLAS NO SON CLAVE PARA FRENAR LA TRANSMISIÓN DEL CORONAVIRUS" (VÍDEOS)
El "sostenella y no enmendalla" del "especialista" más surrealista
En la entrevista concedida al periodista Jordi Évole, emitida el pasado domingo por La Sexta TV, el el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, volvió a afirmar que "el uso de las mascarillas no es clave para controlar la transmisión del coronavirus" y que, en realidad, "no es necesario que las llevemos todos" (...).
Por ARTURO INGLOTT PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Después de escuchar la entrevista concedida por el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, al periodista Jordi Évole, emitida el pasado domingo por La Sexta TV, sólo es posible llegar a dos conclusiones.
O bien Simón sufre algún tipo de trastorno psicológico que le hace ver la realidad invertida y le impide asumir incluso las evidencias más irrefutables, o detrás de su apariencia despistada y "humilde" se esconde uno de los personajes más cínicos del panorama socio-político español. Lo cual, teniendo en cuenta la fauna que puebla dicho panorama a la diestra y la presunta siniestra, ya es mucho decir.
Pero, dado que carecemos por completo de la cualificación necesaria para tratar de hacer un diagnóstico de su personalidad, nos limitaremos a señalar algunas de las increíbles contradicciones en las que incurrió, en su surrealista esfuerzo por defender lo indefendible. Una desastrosa gestión de la pandemia que, sin duda, ha multiplicado el número de víctimas mortales provocadas por el coronavirus en el Estado español.
Aunque invitamos a nuestros lectores a ver íntegramente la entrevista, adjuntamos a estas líneas dos fragmentos de la misma.
En el primero de ellos, Simón defiende su imprudente mensaje lanzado a los ciudadanos el 31 de enero de 2020. Cuando sostuvo, alegremente, que "España no tendría como mucho más allá de algún caso diagnosticado" de coronavirus, y que si hubiera transmisión local, sería "muy limitada y muy controlada".
Con el más absoluto de los desparpajos, y en tono humorístico, Fernando Simón respondió a su entrevistador que "ni siquiera en China había entonces transmisión comunitaria", a pesar de que el 23 de enero, 7 días antes de sus declaraciones, las autoridades chinas ya habían decretado el estricto confinamiento de la población de Wuhan, ciudad de más de 11 millones de habitantes.
Uno de los momentos más "álgidos" de la entrevista, sin embargo, llegó cuando Évole le recordó a Fernando Simón sus contradictorias declaraciones sobre el uso de las mascarillas, poniendo unas declaraciones del 20 de mayo en las que éste afirmaba que:
"En todo el mundo había un problema importante en los mercados para poder acceder a los equipos de protección necesarios. Sí que es cierto en que en una situación en que hay escasez de mascarillas... éramos muy prudentes a la hora de hacer recomendaciones que no se podía aplicar".
- Da la sensación - interpeló el periodista a Simón, señalando lo obvio - de que lo que usted está diciendo es que no dijeron que era bueno el uso de las mascarillas, porque no había. ¿Estaba diciendo eso?
El patético, "no", pero en realidad "sí" del encargado de velar por la salud de los españoles no tuvo desperdicio:
- "No… Vamos… eso… en parte – titubeó-. Lo que estoy diciendo es que ante la incapacidad de poder abastecernos todos los países del mundo de mascarillas teníamos que aplicar otras medidas. Cuando fuera posible utilizar mascarillas, se utilizarían".
- Da esa sensación, de que no fueron los suficientemente sinceros con los ciudadanos- insistió Évole, dando lugar a la respuesta que mejor retrata la ineptitud del "especialista".
"Lo cierto es - sostuvo Simón en un surrealista sostenella y no enmendalla- que la mascarilla no es clave para evitar la transmisión".
"Es clave - añadió - para controlar la transmisión, si no puedes mantener otras medidas".
Lamentablemente, Jordi Évole no repreguntó sobre esas "otras medidas" que, como es bien sabido, no pueden ser más que la paralización de cualquier tipo de actividad donde exista un contacto social, incluidas las laborales no esenciales, y que, en ningún caso, estuvo dispuesto a imponer el Ejecutivo español, guiado por los intereses de las grandes patronales, más allá de unos días de la Semana Santa del 2020.
Atrapado finalmente en su propia contradicción, Simón acabó por reconocer que, efectivamente, no propusieron el uso de las mascarilla "porque no había", pero también porque "lo cierto es que no es necesario que todo el mundo la lleve".
- ¡Pero si ahora vamos todos con mascarilla! - le respondió un sorprendido Évole.
- Bien... porque no sabemos quién está enfermo. Pero lo importante es que la lleve quien está enfermo. No sabemos quién está enfermo y por lo tanto que la lleve cualquier por si acaso -concluyó el Doctor Simón.
LA "INTELIGENTE" PERO MUY TARDÍA CONCLUSIÓN DEL DOCTOR SIMÓN
Una respuesta con semejante grado de frivolidad obliga, nuevamente, a preguntarse si Fernando Simón percibe la realidad de una manera totalmente diferente a la del resto de la humanidad o si nos considera a todos tan estúpidos como para no entender que ese "por si acaso" es justamente el que, desde el comienzo de la pandemia, condujo a las autoridades sanitarias de los países responsables a imponer el uso de las mascarillas.
"Este virus se transmite por gotitas y por contacto cercano. Por eso tiene que llevar una máscara, porque cuando hablas siempre salen gotas de tu boca. Mucha gente tiene infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si llevan máscaras, pueden evitar que las gotas cargadas de virus escapen e infecten a otros. El gran error de Europa es que la gente no se pone mascarilla", explicaba a comienzos del 2020 uno de los mayores expertoS chinos en coronavirus, doctor George Gao.
"Sé que en Occidente, en Europa y en Estados Unidos, no es frecuente ver a las personas con mascarillas. Y sé que la OMS recomendó que no se las pusieran. No estoy de acuerdo" -añadía Gao.
Es por el convencimiento de que la utilización de mascarillas siempre fue fundamental, y no porque los chinos tengan algún tipo de querencia estética por esa prenda, por lo que su uso se impuso como obligatorio en ese país.
También en Corea del Sur, otro país que logró mantener a raya la pandemia, los expertos médicos expresaban la misma seguridad.
"Las mascarillas son definitivamente efectivas. Incluso una mascarilla quirúrgica común. Durante los brotes de SARS y MERS se demostró que las mascarillas eran efectivas para prevenir la infección" - aseguraba el profesor Kim Woo-joo, especialista en la materia, en una entrevista concedida a Asian Boss.
Lo cierto es, en efecto, que ni siquiera la escasa oferta en los países occidentales se puede aceptar como justificación para que otros presuntos "especialistas" como Fernando Simón transmitieran, y sigan transmitiendo, un mensaje que contribuyó y contribuye a la expansión de la pandemia, porque incluso las mascarillas de fabricación casera, utilizadas masivamente, podrían haber reducido, drásticamente, los contagios del SARS-Cov2.
A falta de un mercado que nos abasteciera, el Dr. Simón, y el Gobierno al que representa, podrían haber optado por imitar a otras naciones pobres, pero con planificación sanitaria y determinación de proteger a sus ciudadanos, como Cuba y Venezuela, instruyendo a la población española sobre la manera de fabricar ese tipo de mascarillas.
Además de salvar miles de vidas, Don Fernando se podría haber evitado así la terrible irresponsabilidad de reiterar, un año después del comienzo de la pandemia, que “las mascarillas no son clave para frenar la transmisión del coronavirus”, para absoluto regocijo de los irracionales negacionistas.
VÍDEO:
Por ARTURO INGLOTT PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Después de escuchar la entrevista concedida por el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, al periodista Jordi Évole, emitida el pasado domingo por La Sexta TV, sólo es posible llegar a dos conclusiones.
O bien Simón sufre algún tipo de trastorno psicológico que le hace ver la realidad invertida y le impide asumir incluso las evidencias más irrefutables, o detrás de su apariencia despistada y "humilde" se esconde uno de los personajes más cínicos del panorama socio-político español. Lo cual, teniendo en cuenta la fauna que puebla dicho panorama a la diestra y la presunta siniestra, ya es mucho decir.
Pero, dado que carecemos por completo de la cualificación necesaria para tratar de hacer un diagnóstico de su personalidad, nos limitaremos a señalar algunas de las increíbles contradicciones en las que incurrió, en su surrealista esfuerzo por defender lo indefendible. Una desastrosa gestión de la pandemia que, sin duda, ha multiplicado el número de víctimas mortales provocadas por el coronavirus en el Estado español.
Aunque invitamos a nuestros lectores a ver íntegramente la entrevista, adjuntamos a estas líneas dos fragmentos de la misma.
En el primero de ellos, Simón defiende su imprudente mensaje lanzado a los ciudadanos el 31 de enero de 2020. Cuando sostuvo, alegremente, que "España no tendría como mucho más allá de algún caso diagnosticado" de coronavirus, y que si hubiera transmisión local, sería "muy limitada y muy controlada".
Con el más absoluto de los desparpajos, y en tono humorístico, Fernando Simón respondió a su entrevistador que "ni siquiera en China había entonces transmisión comunitaria", a pesar de que el 23 de enero, 7 días antes de sus declaraciones, las autoridades chinas ya habían decretado el estricto confinamiento de la población de Wuhan, ciudad de más de 11 millones de habitantes.
Uno de los momentos más "álgidos" de la entrevista, sin embargo, llegó cuando Évole le recordó a Fernando Simón sus contradictorias declaraciones sobre el uso de las mascarillas, poniendo unas declaraciones del 20 de mayo en las que éste afirmaba que:
"En todo el mundo había un problema importante en los mercados para poder acceder a los equipos de protección necesarios. Sí que es cierto en que en una situación en que hay escasez de mascarillas... éramos muy prudentes a la hora de hacer recomendaciones que no se podía aplicar".
- Da la sensación - interpeló el periodista a Simón, señalando lo obvio - de que lo que usted está diciendo es que no dijeron que era bueno el uso de las mascarillas, porque no había. ¿Estaba diciendo eso?
El patético, "no", pero en realidad "sí" del encargado de velar por la salud de los españoles no tuvo desperdicio:
- "No… Vamos… eso… en parte – titubeó-. Lo que estoy diciendo es que ante la incapacidad de poder abastecernos todos los países del mundo de mascarillas teníamos que aplicar otras medidas. Cuando fuera posible utilizar mascarillas, se utilizarían".
- Da esa sensación, de que no fueron los suficientemente sinceros con los ciudadanos- insistió Évole, dando lugar a la respuesta que mejor retrata la ineptitud del "especialista".
"Lo cierto es - sostuvo Simón en un surrealista sostenella y no enmendalla- que la mascarilla no es clave para evitar la transmisión".
"Es clave - añadió - para controlar la transmisión, si no puedes mantener otras medidas".
Lamentablemente, Jordi Évole no repreguntó sobre esas "otras medidas" que, como es bien sabido, no pueden ser más que la paralización de cualquier tipo de actividad donde exista un contacto social, incluidas las laborales no esenciales, y que, en ningún caso, estuvo dispuesto a imponer el Ejecutivo español, guiado por los intereses de las grandes patronales, más allá de unos días de la Semana Santa del 2020.
Atrapado finalmente en su propia contradicción, Simón acabó por reconocer que, efectivamente, no propusieron el uso de las mascarilla "porque no había", pero también porque "lo cierto es que no es necesario que todo el mundo la lleve".
- ¡Pero si ahora vamos todos con mascarilla! - le respondió un sorprendido Évole.
- Bien... porque no sabemos quién está enfermo. Pero lo importante es que la lleve quien está enfermo. No sabemos quién está enfermo y por lo tanto que la lleve cualquier por si acaso -concluyó el Doctor Simón.
LA "INTELIGENTE" PERO MUY TARDÍA CONCLUSIÓN DEL DOCTOR SIMÓN
Una respuesta con semejante grado de frivolidad obliga, nuevamente, a preguntarse si Fernando Simón percibe la realidad de una manera totalmente diferente a la del resto de la humanidad o si nos considera a todos tan estúpidos como para no entender que ese "por si acaso" es justamente el que, desde el comienzo de la pandemia, condujo a las autoridades sanitarias de los países responsables a imponer el uso de las mascarillas.
"Este virus se transmite por gotitas y por contacto cercano. Por eso tiene que llevar una máscara, porque cuando hablas siempre salen gotas de tu boca. Mucha gente tiene infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si llevan máscaras, pueden evitar que las gotas cargadas de virus escapen e infecten a otros. El gran error de Europa es que la gente no se pone mascarilla", explicaba a comienzos del 2020 uno de los mayores expertoS chinos en coronavirus, doctor George Gao.
"Sé que en Occidente, en Europa y en Estados Unidos, no es frecuente ver a las personas con mascarillas. Y sé que la OMS recomendó que no se las pusieran. No estoy de acuerdo" -añadía Gao.
Es por el convencimiento de que la utilización de mascarillas siempre fue fundamental, y no porque los chinos tengan algún tipo de querencia estética por esa prenda, por lo que su uso se impuso como obligatorio en ese país.
También en Corea del Sur, otro país que logró mantener a raya la pandemia, los expertos médicos expresaban la misma seguridad.
"Las mascarillas son definitivamente efectivas. Incluso una mascarilla quirúrgica común. Durante los brotes de SARS y MERS se demostró que las mascarillas eran efectivas para prevenir la infección" - aseguraba el profesor Kim Woo-joo, especialista en la materia, en una entrevista concedida a Asian Boss.
Lo cierto es, en efecto, que ni siquiera la escasa oferta en los países occidentales se puede aceptar como justificación para que otros presuntos "especialistas" como Fernando Simón transmitieran, y sigan transmitiendo, un mensaje que contribuyó y contribuye a la expansión de la pandemia, porque incluso las mascarillas de fabricación casera, utilizadas masivamente, podrían haber reducido, drásticamente, los contagios del SARS-Cov2.
A falta de un mercado que nos abasteciera, el Dr. Simón, y el Gobierno al que representa, podrían haber optado por imitar a otras naciones pobres, pero con planificación sanitaria y determinación de proteger a sus ciudadanos, como Cuba y Venezuela, instruyendo a la población española sobre la manera de fabricar ese tipo de mascarillas.
Además de salvar miles de vidas, Don Fernando se podría haber evitado así la terrible irresponsabilidad de reiterar, un año después del comienzo de la pandemia, que “las mascarillas no son clave para frenar la transmisión del coronavirus”, para absoluto regocijo de los irracionales negacionistas.
VÍDEO:
Amelia | Martes, 16 de Marzo de 2021 a las 13:19:43 horas
Aquí los que parece que saben igual no saben tanto o nos toman el pelo, no es ser negacionista no creer a personas que cada día dicen algo diferente, las mascarillas deben ser para quien las necesite y punto, vamos creo que eso es de sentido común, por cierto, es que nadie aún ve a los políticos reunidos sin mascarillas ni distancia social, y nadie dice nada, las mascarillas son tóxicas, respiras tu propia basura, igual eso a algunos les da igual pues eso, que cumplan ellos o que pasa, el covid existe, pero basta de destrozarnos la vida, incluso con vacunas asesinas, que se retiran por efectos graves en la salud del pueblo, basta ya, los medios de desinformación masiva son asesinos, no creo la versión oficial, pero en esta dictadura esta prohibido opinar distinto, parece.
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