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Lunes, 13 de Noviembre de 2023 Tiempo de lectura:

RIVALIDADES ECONÓMICAS Y MILITARISMO EN UN MUNDO QUE EMPIEZA A SER MULTIPOLAR

A 30 años de la implosion de la Unión Soviética, hay que volver a ajustar reloj de la historia situando sus manecillas en 1918.

A partir del colapso de la Unión Soviética y del resurgimiento del capitalismo ruso, por una parte, y el desarrollo de la economía mercantil capitalista "con peculiaridades chinas", en Oriente, por otra, el impasse entre las rivalidades interimperialistas que se había producido durante la llamada "Guerra fría", se rompió abruptamente. La conquista de mercados, acompañada por el progresivo fortalecimiento militar de los contendientes, volvió a restablecerse después de un periodo de congelación que se había extendido a lo largo de casi cuatro décadas. ¿Cuál el panorama que hoy se abre?

 

 

Por MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

 

  En el dinámico escenario mundial, la idea de una Tercera Guerra Mundial, que durante décadas ha sido más un cliché periodístico que una realidad, se transforma y toma nuevas formas. Desde aquel impactante 11 de septiembre de 2001, el mundo contempló la posibilidad de un "choque de civilizaciones", un nuevo tipo de conflicto global, más complejo y difuso que las guerras del pasado.

 

      La llamada "guerra contra el terrorismo" emprendida por los Estados Unidos, que en su momento dominó el escenario en Medio Oriente, ha dejado paso a un renacimiento de las rivalidades entre grandes potencias. Pero esta vez, las rivalidades económicas y geopolíticas no se reducen sólo a la propaganda, sino que también tienen un creciente componente militar. Las advertencias sobre un conflicto mundial al estilo del siglo pasado se intensifican y, aunque permanecen aún en el reino de la teoría, esa posibilidad catastrófica para todos los rivales permanece siempre abierta.

 

     Hoy, la idea de una Guerra Mundial, tal y como se conoció en el pasado, resulta casi inasumible. A pesar de las comparaciones que se han establecido con los conflictos en Ucrania y otras regiones, la estructura de la situación actual es muy diferente. La existencia de armas nucleares de una altísima capacidad destructiva, y una compleja red de actores importantes en la política internacional, hacen poco probable una confrontación frontal entre las grandes potencias como tuvo lugar entre 1939 y 1945. Sin embargo, no se puede ignorar el profundo cambio en el equilibrio de poder que está ocurriendo, un cambio tan significativo que podría compararse con un enfrentamiento de escala mundial.

 

     La Guerra Mundial de la que hablan algunos hoy no es una confrontación única y masiva, sino una serie de conflictos localizados, cada uno de ellos involucrando a los actores principales de formas diversas, con el potencial de desbordarse e interconectarse con otras zonas de inestabilidad. Desde los conflictos en Oriente Medio hasta los recientes enfrentamientos en Ucrania, el Cáucaso Sur y Palestina, estamos siendo testigos de una serie de eventos que aún no han concluido.

 

     Los cambios geopolíticos suelen desencadenar conflictos militares, pero en la actualidad estos enfrentamientos adoptan formas nuevas y más complejas. Los territorios ya no tienen la misma importancia que en el inmediato pasado; la influencia indirecta es ahora más efectiva. La pandemia y  las sucesivas cadenas de crisis han reforzado la relevancia de la geografía, impulsando un retorno a las ideas más tradicionales sobre la relación entre lo regional y lo global. 

 

    Este no es un fenómeno nuevo. Había sido el dominante hasta 1945, año en el que el desenlace de la segunda Guerra Mundial desplazó la rivalidad entre países capitalistas por el enfrentamiento entre países con sistemas sociales desiguales y contradictorios, otorgando carácter internacional a la lucha de clases. Dicho de otra forma, durante el período comprendido entre 1945 y 1991 la existencia del sistema socialista en la URSS produjo un impasse en las rivalidades interimperialistas clásicas.

 

 Después de 1945, Inglaterra y Francia, aunque continuaron siendo países capitalistas, no sólo habían perdido sus respectivos imperios, sino también la capacidad para rivalizar comercialmente con cualquier otro contendiente. En sustitución de la hegemonía que hasta entonces habían ejercido, estos dos antiguos imperios fueron sustituidos por los Estados Unidos.

 

 

LA CLASE TRABAJADORA DESAPARECE COMO EJE EN LA CONFRONTACIÓN MUNDIAL

 

   Pero a partir del colapso de la Unión Soviética y del resurgimiento del capitalismo ruso, por una parte, y el desarrollo de la economía mercantil capitalista "con peculiaridades chinas", en Oriente, por otra, el impasse entre las rivalidades interimperialistas que se había producido durante la llamada "Guerra fría", se rompió abruptamente. La conquista de mercados, acompañada por el progresivo fortalecimiento militar de los contendientes, volvió a restablecerse después de un periodo de congelación que se había extendido a lo largo de casi cuatro décadas. ¿Cuál el panorama que hoy se abre?

 

     El fin del "status quo" que permitió que durante 30 años - 1991-2020- los Estados Unidos pudieran desempeñar el papel de único gendarme internacional y competidor económico sin rival, significa que con la nueva situación hemos podido entrar en un largo período de agitación, donde los antiguos encuadres ya no son efectivos, y los nuevos aún no se han terminado de construir. La desintegración de acuerdos, como el "Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales", en Europa, y los ataques a la ONU, son indicativos de las características de esos cambios.

 

    La "Tercera Guerra Mundial" de nuestros días podría ser un conflicto prolongado y disperso, cuyos resultados eventualmente darán lugar a nuevas estructuras y organizaciones internacionales. Esto no implica la desaparición de entidades como la ONU, pero sí una profunda revisión de sus principios y funciones.

 

    Los nuevos protagonistas mundiales, que no sólo son la Rusia y la China capitalistas, sino también los Brics que reclaman su parte proporcional en la distribución del pastel, están ya exigiendo nuevas regulaciones, así como el remozamiento de unas instituciones internacionales cuya reconfiguración deberá estar más en sintonía con los intereses de las respectivas oligarquías que hegemonizan a cada uno sus países.

 

      Nos encontramos, pues, en un punto de inflexión histórico, y aunque resulte impredecible, también es crucial no perder de vista cuál es la naturaleza real de los contendientes. El reloj de la historia ha retrocedido recuperando el horario de 1918, recién acabada la Primera Guerra Mundial, cuando las grandes potencias imperialistas tramaban nuevamente un reparto equitativo de los recursos mundiales. Se hace preciso, pues, poner nuestros relojes en hora, procediendo a una lectura atenta y acorde con los tiempos en los que vivimos del conocido librito de Vladimir Ilich Lenin, "El imperialismo fase superior del capitalismo", porque es ahí justamente donde recomienza la historia de nuestros días.

 

    En cualquier caso, lo más desconcertante e incierto que plantea el nuevo panorama político y social del mundo de hoy es la desaparición de la clase trabajadora como eje de ese escenario, en unos momentos en los que, a nivel mundial, es cuantitativamente más numerosa que nunca. Paradójicamente, en la batalla mundial el eje de sus intereses como clase social ha sido sustituido por los de las diferentes oligarquías nacionales, que en una enconada pugna se disputan el dominio mundial.

 

   En una aparente paradoja, sólo a 30 años vista de la implosión de la Unión Soviética, nos empezamos a encontrar  en condiciones de apreciar las dimensiones colosales que ha tenido, pero sobre todo tendrá, aquel acontecimiento histórico sin precedentes.

 
 
 
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  • Séneca

    Séneca | Martes, 14 de Noviembre de 2023 a las 17:09:00 horas

    Un impasse es un punto muerto entre interimperialismos y el texto da a entender que la Rusia de hoy es imperialista. Lo que significa que Relti no se entera de nada y Canarias Semanal tampoco.

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  • Pedro Orozco

    Pedro Orozco | Martes, 14 de Noviembre de 2023 a las 08:03:42 horas

    "Jamás" parece tener problemas de comprensión lectora. Lo que quiere decir "... el impasse entre las rivalidades interimperialistas que se había producido durante la llamada Guerra Fría..." es justamente que, durante la existencia de la URSS, que coincidió además con la primacía total de una sola potencia imperialista - Estados Unidos- en el bando capitalista, las rivalidades interimperialistas dejaron de ser el elemento fundamental de la política internacional, sustituidas por ese enfrentamiento entre el bloque capitalista controlado por Estados Unidos y el bloque de los países que se embarcaron en proyectos de construcción del socialismo. Y que, justamente, la desaparición de la URSS ha vuelto a poner sobre el tapete la competencia entre capitalistas que acaba dando lugar al enfrentamiento interimperialista.

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  • Jamás

    Jamás | Martes, 14 de Noviembre de 2023 a las 06:49:27 horas

    Párrafo 1⁰, línea 7ª

    "... el impasse entre las rivalidades interimperialistas que se había producido durante la llamada Guerra Fría..."

    ¿¿La Unión Soviética era imperialista??

    Jajajajaja

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