
¿CÓMO AFECTARA A LA GEOPOLÍTICA DEL PETRÓLEO LA GUERRA EN PALESTINA?
Un mundo pendiente del fluctuar de la energía
El ámbito internacional se estremece una vez más, mientras el fuego cruzado se erige entre las fronteras de Israel y Gaza, y la complejidad de las relaciones geopolíticas en el Medio Oriente teje una nueva trama en el escenario global (...).
POR CÁNDIDO GÁLVEZ PARA CANARIAS SEMANAL
El ámbito internacional se estremece una vez más, mientras
el fuego cruzado se erige entre las fronteras de Israel y Gaza, y la complejidad de las relaciones geopolíticas en el Medio Oriente teje una nueva trama en el escenario global.
La historia reciente ha sido testigo de cómo los episodios de violencia entre estos dos actores, ahora enfrentados de nuevo tras la ofensiva de Hamás el pasado 7 de octubre, han modelado una intrincada relación que va más allá de sus propios límites territoriales, influyendo notoriamente en el mercado mundial de la energía.
EL OJO DEL HURACÁN: RELACIONES POLITIZADAS Y MERCADOS ENERGÉTICOS
Israel ha proyectado acusaciones sobre Irán y Catar, vinculándolos con la financiación del movimiento palestino Hamás, que mantiene su soberanía sobre la Franja de Gaza. La posibilidad de que Teherán esté dirigiendo orquestas bélicas tras bambalinas podría alterar notablemente los precios del crudo a nivel global, generando una atmósfera ambigua y fluctuante en los mercados internacionales.
Según algunos economistas especializados en el tema, la implicación de otros países de la región en el conflicto podría propulsar un ascenso en los precios del crudo, aunque mucho dependerá de cómo estas tensiones puedan interferir, incluso teóricamente, en el transporte de petróleo a través de estratégicos puntos como el canal de Suez.
UN ECO DEL PASADO: ARABIA SAUDITA EN LA MIRA
No podemos olvidar cómo, en 2019, la capacidad productiva de Arabia Saudita —un gigante en la producción de petróleo— fue fuertemente golpeada por Irán. Tras ataques con drones a dos esenciales instalaciones de Aramco, la extracción se redujo drásticamente en 5,7 millones de barriles diarios. Aunque los rebeldes hutíes de Yemen se atribuyeron el hecho, el dedo acusatorio de los Estados Unidos, mediante el entonces Secretario de Estado Mike Pompeo, señaló a Irán como un agente detrás del caos desencadenado.
LA DELICADA DANZA DE WASHINGTON Y TEHERÁN
En un giro reciente de acontecimientos, Washington había iniciado un proceso de normalización con Teherán, relajando sanciones y permitiendo al país persa aumentar su producción petrolera a los niveles más elevados de los últimos cinco años, con un aumento reportado de casi 700,000 bpd en 2023. Sin embargo, el reciente estallido conflictivo podría convertirse en un pretexto para la reimposición de sanciones estadounidenses contra el sector energético iraní, afectando la producción petrolera de Irán.
UN MUNDO PENDIENTE DEL FLUCTUAR DE LA ENERGÍA
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte que el mundo podría encaminarse hacia un déficit de alrededor de 1,5 millones bpd hacia finales de 2023. Goldman Sachs, por otro lado, proyecta que la creciente demanda podría conducir a un déficit de 1,8 millones bpd en el segundo trimestre de 2023. En este sentido, la escalada en los precios del petróleo, que podría superar los 100 dólares por barril, augura un horizonte favorable para productores como Rusia, pero sombrío para las economías occidentales, especialmente en Europa.
Los eventos en Medio Oriente, marcados por el intercambio bélico entre Gaza e Israel y la resultante turbulencia geopolítica, transcurren en una danza peligrosamente ligada al pulso del mercado energético global. A medida que los precios del petróleo vacilan en respuesta a la incertidumbre, el mundo observa, consciente, de que la resolución o escalada de estos conflictos delineará el curso económico global de los meses venideros.
POR CÁNDIDO GÁLVEZ PARA CANARIAS SEMANAL
El ámbito internacional se estremece una vez más, mientras el fuego cruzado se erige entre las fronteras de Israel y Gaza, y la complejidad de las relaciones geopolíticas en el Medio Oriente teje una nueva trama en el escenario global.
La historia reciente ha sido testigo de cómo los episodios de violencia entre estos dos actores, ahora enfrentados de nuevo tras la ofensiva de Hamás el pasado 7 de octubre, han modelado una intrincada relación que va más allá de sus propios límites territoriales, influyendo notoriamente en el mercado mundial de la energía.
EL OJO DEL HURACÁN: RELACIONES POLITIZADAS Y MERCADOS ENERGÉTICOS
Israel ha proyectado acusaciones sobre Irán y Catar, vinculándolos con la financiación del movimiento palestino Hamás, que mantiene su soberanía sobre la Franja de Gaza. La posibilidad de que Teherán esté dirigiendo orquestas bélicas tras bambalinas podría alterar notablemente los precios del crudo a nivel global, generando una atmósfera ambigua y fluctuante en los mercados internacionales.
Según algunos economistas especializados en el tema, la implicación de otros países de la región en el conflicto podría propulsar un ascenso en los precios del crudo, aunque mucho dependerá de cómo estas tensiones puedan interferir, incluso teóricamente, en el transporte de petróleo a través de estratégicos puntos como el canal de Suez.
UN ECO DEL PASADO: ARABIA SAUDITA EN LA MIRA
No podemos olvidar cómo, en 2019, la capacidad productiva de Arabia Saudita —un gigante en la producción de petróleo— fue fuertemente golpeada por Irán. Tras ataques con drones a dos esenciales instalaciones de Aramco, la extracción se redujo drásticamente en 5,7 millones de barriles diarios. Aunque los rebeldes hutíes de Yemen se atribuyeron el hecho, el dedo acusatorio de los Estados Unidos, mediante el entonces Secretario de Estado Mike Pompeo, señaló a Irán como un agente detrás del caos desencadenado.
LA DELICADA DANZA DE WASHINGTON Y TEHERÁN
En un giro reciente de acontecimientos, Washington había iniciado un proceso de normalización con Teherán, relajando sanciones y permitiendo al país persa aumentar su producción petrolera a los niveles más elevados de los últimos cinco años, con un aumento reportado de casi 700,000 bpd en 2023. Sin embargo, el reciente estallido conflictivo podría convertirse en un pretexto para la reimposición de sanciones estadounidenses contra el sector energético iraní, afectando la producción petrolera de Irán.
UN MUNDO PENDIENTE DEL FLUCTUAR DE LA ENERGÍA
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte que el mundo podría encaminarse hacia un déficit de alrededor de 1,5 millones bpd hacia finales de 2023. Goldman Sachs, por otro lado, proyecta que la creciente demanda podría conducir a un déficit de 1,8 millones bpd en el segundo trimestre de 2023. En este sentido, la escalada en los precios del petróleo, que podría superar los 100 dólares por barril, augura un horizonte favorable para productores como Rusia, pero sombrío para las economías occidentales, especialmente en Europa.
Los eventos en Medio Oriente, marcados por el intercambio bélico entre Gaza e Israel y la resultante turbulencia geopolítica, transcurren en una danza peligrosamente ligada al pulso del mercado energético global. A medida que los precios del petróleo vacilan en respuesta a la incertidumbre, el mundo observa, consciente, de que la resolución o escalada de estos conflictos delineará el curso económico global de los meses venideros.
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