
POR UN BRETTON WOODS… MILITANTE
Por un patrón oro de práctica real en la calle, contra la especulación de las redes sociales
Hoy día -escribe Manuel Navarrete - la gente está cansada de discursos. Los han engañado mil veces. Solo la práctica real y concreta los convencerá de algo. Para el militante, no hay mayor oro que esta práctica insertada entre la gente llana del pueblo (...).
Por MANUEL NAVARRETE.-
En 1944 los piratas del mundo se reunieron en el complejo hotelero de Bretton Woods (USA) y decidieron dos cosas: que el dólar sería la moneda de referencia internacional y que el FMI sustituiría a la administración colonial en el saqueo al Tercer Mundo (para dar una patada a la crisis, aunque volviera luego). Pero los acuerdos que tomaron tuvieron al menos una cosa buena: el patrón oro.
Así, si un país iba a imprimir billetes, tenía que tener una cantidad determinada de oro. No es que no robaran, pero al menos robaban produciendo algo, y no simplemente especulando. Pero sin colonialismo y fracasando en Vietnam no se vivía tan bien, por lo que en 1971 los yanquis se sintieron ya lo bastante fuertes como para tumbar el patrón oro y proclamar el dólar como nueva moneda fíat (el dinero que solo tiene valor porque lo dice el Estado) imperial a nivel planetario. Wall Street se lanzó entonces al gran saqueo, mientras África y Latinoamérica no hacían otra cosa que endeudarse. Otra nueva patada a la crisis… y, de nuevo, aunque volviera luego.
Los demás países seguían sin atreverse a imprimir billetes (solo habrían provocado inflación, es decir, subidas de precios), pero la Reserva Federal se había convertido en un rey Midas que podía imprimir su propio oro a placer, con el que comprar riquezas en todo el mundo, puesto que todos los países querían tener grandes reservas de dólares. El esfuerzo de los yanquis era darle al botón de imprimir y crear burbujas; el de las masas populares del Tercer Mundo, trabajar como negros (muchos lo eran) para producirles “su” riqueza a los yanquis.
Finalmente, la crisis ha vuelto y al imperialismo ya no le quedan muchos más trucos que hacer, como no sea el de siempre: la guerra. Pero resulta que la alternativa al imperialismo también está en crisis. ¿Quién no ha oído hablar de la famosa crisis del comunismo?
Uno de los factores que alimentan nuestra crisis es que necesitamos volver al patrón oro… también como militantes. Expongamos qué queremos decir con esto.
Las redes lo banalizan todo. No se están seleccionando los temas. Se abruma a la gente con sobreinformación. La clave no es que lo que se diga esté mal; suele estar bien. La clave es que, al decirlo, no se deja espacio para decir otras cosas que son la clave. O, si se dicen también, quedan diluidas como “una cosa más”.
Suena bonito lo que lees, ¿verdad? Da igual: no vale nada. Hoy día, la gente está cansada de discursos. Los han engañado mil veces. Solo la práctica real y concreta los convencerá de algo. El obrero medio ya no creerá al que salga en la tele haciendo poesía. Pero, si lo has estado ayudando frente al despido, creerá en ti. Si le has dado clases de apoyo gratuitas a sus hijos, creerá en ti. Es más: si le has ayudado en sus problemas personales del día a día que no tengan nada que ver con la política, creerá en ti.
Para el militante, no hay mayor oro que la práctica real e insertada entre la gente llana del pueblo. La organización de acciones concretas, reales, por modestas que sean. Y la especulación es… pues eso, la especulación insoportable por redes sociales, los debates interminables, cainitas, que para colmo suelen girar en torno a los temas que nos imponen los medios de comunicación.
Cuando alguien hable, lo primero que habría que preguntarse es: ¿qué ha organizado? ¿Ha promovido algo en su barrio? ¿Ha participado en luchas o reivindicaciones a nivel de puesto de trabajo? ¿Ha editado hojillas antiimperialistas y las ha repartido? ¿Cómo interactúa en su entorno, con la gente “normal”, en el día a día? Y, si esa persona no cuenta detrás con el oro de la acción militante (y con el respeto y aprecio de sus vecinos, incluso de los que no estén de acuerdo con ideas avanzadas), sus palabras deberían ser desacreditadas, por hermosas o incluso brillantes que sean desde un punto de vista teoricista o cartesiano de la realidad.
La propaganda en las redes no debe ser abandonada. Todo lo contrario: debe ser redoblada (y, además, imponiendo nosotros la agenda, en lugar de embestir como locos a cualquier tema que nos imponga el enemigo). Pero esa propaganda no tiene valor alguno si no está subordinada, respaldada; si no tiene detrás el oro de una acción militante concreta, real y a pie de calle.
¿Creéis en algo? Involucraos en algo. Juntaos con gente para hacer cosas. Porque los “comunistas sin partido” no existen. Y muchos menos… los “comunistas por Facebook”.
Menos especulación y más militancia práctica. No nos deis la razón, ni le deis al me gusta… Llevadlo a la práctica
Por MANUEL NAVARRETE.-
En 1944 los piratas del mundo se reunieron en el complejo hotelero de Bretton Woods (USA) y decidieron dos cosas: que el dólar sería la moneda de referencia internacional y que el FMI sustituiría a la administración colonial en el saqueo al Tercer Mundo (para dar una patada a la crisis, aunque volviera luego). Pero los acuerdos que tomaron tuvieron al menos una cosa buena: el patrón oro.
Así, si un país iba a imprimir billetes, tenía que tener una cantidad determinada de oro. No es que no robaran, pero al menos robaban produciendo algo, y no simplemente especulando. Pero sin colonialismo y fracasando en Vietnam no se vivía tan bien, por lo que en 1971 los yanquis se sintieron ya lo bastante fuertes como para tumbar el patrón oro y proclamar el dólar como nueva moneda fíat (el dinero que solo tiene valor porque lo dice el Estado) imperial a nivel planetario. Wall Street se lanzó entonces al gran saqueo, mientras África y Latinoamérica no hacían otra cosa que endeudarse. Otra nueva patada a la crisis… y, de nuevo, aunque volviera luego.
Los demás países seguían sin atreverse a imprimir billetes (solo habrían provocado inflación, es decir, subidas de precios), pero la Reserva Federal se había convertido en un rey Midas que podía imprimir su propio oro a placer, con el que comprar riquezas en todo el mundo, puesto que todos los países querían tener grandes reservas de dólares. El esfuerzo de los yanquis era darle al botón de imprimir y crear burbujas; el de las masas populares del Tercer Mundo, trabajar como negros (muchos lo eran) para producirles “su” riqueza a los yanquis.
Finalmente, la crisis ha vuelto y al imperialismo ya no le quedan muchos más trucos que hacer, como no sea el de siempre: la guerra. Pero resulta que la alternativa al imperialismo también está en crisis. ¿Quién no ha oído hablar de la famosa crisis del comunismo?
Uno de los factores que alimentan nuestra crisis es que necesitamos volver al patrón oro… también como militantes. Expongamos qué queremos decir con esto.
Las redes lo banalizan todo. No se están seleccionando los temas. Se abruma a la gente con sobreinformación. La clave no es que lo que se diga esté mal; suele estar bien. La clave es que, al decirlo, no se deja espacio para decir otras cosas que son la clave. O, si se dicen también, quedan diluidas como “una cosa más”.
Suena bonito lo que lees, ¿verdad? Da igual: no vale nada. Hoy día, la gente está cansada de discursos. Los han engañado mil veces. Solo la práctica real y concreta los convencerá de algo. El obrero medio ya no creerá al que salga en la tele haciendo poesía. Pero, si lo has estado ayudando frente al despido, creerá en ti. Si le has dado clases de apoyo gratuitas a sus hijos, creerá en ti. Es más: si le has ayudado en sus problemas personales del día a día que no tengan nada que ver con la política, creerá en ti.
Para el militante, no hay mayor oro que la práctica real e insertada entre la gente llana del pueblo. La organización de acciones concretas, reales, por modestas que sean. Y la especulación es… pues eso, la especulación insoportable por redes sociales, los debates interminables, cainitas, que para colmo suelen girar en torno a los temas que nos imponen los medios de comunicación.
Cuando alguien hable, lo primero que habría que preguntarse es: ¿qué ha organizado? ¿Ha promovido algo en su barrio? ¿Ha participado en luchas o reivindicaciones a nivel de puesto de trabajo? ¿Ha editado hojillas antiimperialistas y las ha repartido? ¿Cómo interactúa en su entorno, con la gente “normal”, en el día a día? Y, si esa persona no cuenta detrás con el oro de la acción militante (y con el respeto y aprecio de sus vecinos, incluso de los que no estén de acuerdo con ideas avanzadas), sus palabras deberían ser desacreditadas, por hermosas o incluso brillantes que sean desde un punto de vista teoricista o cartesiano de la realidad.
La propaganda en las redes no debe ser abandonada. Todo lo contrario: debe ser redoblada (y, además, imponiendo nosotros la agenda, en lugar de embestir como locos a cualquier tema que nos imponga el enemigo). Pero esa propaganda no tiene valor alguno si no está subordinada, respaldada; si no tiene detrás el oro de una acción militante concreta, real y a pie de calle.
¿Creéis en algo? Involucraos en algo. Juntaos con gente para hacer cosas. Porque los “comunistas sin partido” no existen. Y muchos menos… los “comunistas por Facebook”.
Menos especulación y más militancia práctica. No nos deis la razón, ni le deis al me gusta… Llevadlo a la práctica
AMEAUXET | Martes, 25 de Junio de 2019 a las 07:56:30 horas
AHÍ ESTÁ LA CLAVE, COMPROMETERSE. LO FÁCIL DECIRLO LO DIFÍCIL HACERLO
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