
LOS FUTUROS ENFERMOS DE ALZHEIMER ESTARÁN CONDENADOS A SUFRIR UNA ENFERMEDAD "NO RENTABLE"
Se descubre un fármaco para la artritis que reduce en un 60% la posiblilidad de contraer Alzheimer, pero no saldrá al mercado por "ser muy cara" su investigación para la industria farmaceútica
Según informó la pasada semana la revista de divulgación científica "New Scientist", un fármaco destinado al alivio de la artritis parece reducir significativamente el riesgo de desarrollar la temible enfermedad de Alzheimer nada menos que en un 60%. Pero quienes potencialmente puedan sufrirla no se beneficiarán del descubrimiento porque su investigación "no es rentable" para la industria farmacéutica.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Según informó la pasada semana la revista de divulgación científica "New Scientist", un fármaco destinado al alivio de la artritis parece reducir significativamente el riesgo de desarrollar la temible enfermedad de Alzheimer. No obstante, debido a que la investigación científica está en manos de empresas privadas y estas no parecen encontrar un equilibrio entre la investigación que requiere la enfermedad y los dividendos resultantes, no existen planes para averiguar si realmente el citado fármaco funciona o no.
Hace un par de semanas, el norteamericano "Washington Post" informó que la empresa farmacéutica Pfizer tiene datos fehacientes que muestran que un tratamiento para la artritis conocido por el nombre de "Enbrel", también puede reducir sensiblemente el riesgo de contraer el Alzheimer en un 64 por ciento.
Sin embargo, la empresa Pfizer ha optado por no desarrollar el medicamento ya que la patente de la misma expirará pronto, y ello significaría que la compañía no se podría beneficiar de esa inversión
El fármaco conocido por el nombre de "Enbrel", o también con la denominación etanercept, se usa actualmente para tratar la artritis reumatoide a contribuir a controlar la respuesta inflamatoria en el organismo. Contiene una proteína que se une al TNF-alfa, una señal maestra liberada por las células para desencadenar la inflamación cuando detectan algo extraño, como las bacterias.
Según nforma "New Scientist", los hallazgos de Pfizer tiene su origen de los datos acumulados por las compañías de seguros, en los que se incluyen las enfermedades, los tratamientos y los resultados en millones de personas. De acuerdo con esos datos, aproximadamente 400 personas que sufrían artritis reumatoidea, a los que se había administrado "Enbrel", tuvieron menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que con otros tratamientos.
El auténtico "problema" para las compañías farmacéuticas consiste en que el fármaco "Enbrel" debe ser probado en miles de personas antes de poder obtener una licencia para su producción y venta. Y en el caso de la enfermedad de Alzheimer, cuya investigación requiere muchos años, las compañías alegan que sería "muy costoso"
En estos momentos hay en el mundo 37 millones de personas que sufren la enfermedad de Alzheimer. Pero en el año 2030 se espera que esa cifra se eleve a 56 millones de personas, con lo que desde el punto de vista del interés humano, la urgencia de la investigación debería tener carácter perentorio.
La cuestión es que al estar la investigación científica en manos de la rentabilidad económica de las empresas farmacéuticas, todas las grandes compañías han clausurado sus unidades destinadas al Alzheimer, debido a que la investigación sobre la enfermedad no ofrece rentabilidades a corto plazo.
En los Estados Unidos, observadores y analistas "de buena voluntad" sugieren que ya que las compañías privadas no pueden desarrollar medicamentos tan esenciales para la vida humana, estas investigaciones deberían correr a cuenta de la financiación gubernamental. Como siempre sucede en otras áreas productivas y científicas, entre ellas la de la salud, la empresa privada que obtiene sus beneficios gracias a los conocimientos y descubrimientos acumulados por el ingenio y el el trabajo de los hombres a lo largo de siglos, no está para las duras, sino tan sólo para las maduras.
La paralización de las investigaciones en relación con el Alzheimer y otras enfermedades "no rentables" para los laboratorios, pone nuevamente de manifiesto la incongruencia del sistema económico vigente que no se rige por los intereses colectivos, sino tan sólo por aquellos que rentan a la cuenta de beneficios.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Según informó la pasada semana la revista de divulgación científica "New Scientist", un fármaco destinado al alivio de la artritis parece reducir significativamente el riesgo de desarrollar la temible enfermedad de Alzheimer. No obstante, debido a que la investigación científica está en manos de empresas privadas y estas no parecen encontrar un equilibrio entre la investigación que requiere la enfermedad y los dividendos resultantes, no existen planes para averiguar si realmente el citado fármaco funciona o no.
Hace un par de semanas, el norteamericano "Washington Post" informó que la empresa farmacéutica Pfizer tiene datos fehacientes que muestran que un tratamiento para la artritis conocido por el nombre de "Enbrel", también puede reducir sensiblemente el riesgo de contraer el Alzheimer en un 64 por ciento.
Sin embargo, la empresa Pfizer ha optado por no desarrollar el medicamento ya que la patente de la misma expirará pronto, y ello significaría que la compañía no se podría beneficiar de esa inversión
El fármaco conocido por el nombre de "Enbrel", o también con la denominación etanercept, se usa actualmente para tratar la artritis reumatoide a contribuir a controlar la respuesta inflamatoria en el organismo. Contiene una proteína que se une al TNF-alfa, una señal maestra liberada por las células para desencadenar la inflamación cuando detectan algo extraño, como las bacterias.
Según nforma "New Scientist", los hallazgos de Pfizer tiene su origen de los datos acumulados por las compañías de seguros, en los que se incluyen las enfermedades, los tratamientos y los resultados en millones de personas. De acuerdo con esos datos, aproximadamente 400 personas que sufrían artritis reumatoidea, a los que se había administrado "Enbrel", tuvieron menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que con otros tratamientos.
El auténtico "problema" para las compañías farmacéuticas consiste en que el fármaco "Enbrel" debe ser probado en miles de personas antes de poder obtener una licencia para su producción y venta. Y en el caso de la enfermedad de Alzheimer, cuya investigación requiere muchos años, las compañías alegan que sería "muy costoso"
En estos momentos hay en el mundo 37 millones de personas que sufren la enfermedad de Alzheimer. Pero en el año 2030 se espera que esa cifra se eleve a 56 millones de personas, con lo que desde el punto de vista del interés humano, la urgencia de la investigación debería tener carácter perentorio.
La cuestión es que al estar la investigación científica en manos de la rentabilidad económica de las empresas farmacéuticas, todas las grandes compañías han clausurado sus unidades destinadas al Alzheimer, debido a que la investigación sobre la enfermedad no ofrece rentabilidades a corto plazo.
En los Estados Unidos, observadores y analistas "de buena voluntad" sugieren que ya que las compañías privadas no pueden desarrollar medicamentos tan esenciales para la vida humana, estas investigaciones deberían correr a cuenta de la financiación gubernamental. Como siempre sucede en otras áreas productivas y científicas, entre ellas la de la salud, la empresa privada que obtiene sus beneficios gracias a los conocimientos y descubrimientos acumulados por el ingenio y el el trabajo de los hombres a lo largo de siglos, no está para las duras, sino tan sólo para las maduras.
La paralización de las investigaciones en relación con el Alzheimer y otras enfermedades "no rentables" para los laboratorios, pone nuevamente de manifiesto la incongruencia del sistema económico vigente que no se rige por los intereses colectivos, sino tan sólo por aquellos que rentan a la cuenta de beneficios.
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