
LA GESTAPO POLICIAL ATACÓ A LOS VECINOS DE VALLECAS PARA PROTEGER A LOS PROVOCADORES DE VOX (VÍDEO)
"Los medios de comunicación interpretaron el apaleamiento de vecinos como una justa reprimenda"
Los recientes sucesos de Vallecas han dejado claro - escribe Tomás F. Ruiz - que este país sigue articulado como una dictadura en la que la policía nacional, sus cuerpos de choque conocidos como “antidisturbios”, siguen al servicio de grupos de ultraderecha (...).
Por TOMÁS F. RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Los recientes sucesos de Vallecas han dejado claro que este país sigue articulado como una dictadura en la que la policía nacional, sus cuerpos de choque conocidos como “antidisturbios”, siguen al servicio de grupos de ultraderecha. En los años setenta los más estrechos colaboradores de la brutalidad policial eran conocidos como “guerrilleros de Cristo Rey”. Durante toda la sanguinaria “Transición”, cerca de medio centenar de ciudadanos fueron asesinados por estos terroristas de ultraderecha, que siempre contaban con la abyecta complicidad policial. Los sucesos de Vallecas no han hecho más que demostrar que en este país las cosas siguen igual.
Los medios de comunicación, rastreros y sumisos como siempre, han interpretado el apaleamiento de vecinos en Vallecas como una justa reprimenda contra un pueblo obrero, antifascista por vocación, que intentó expresar abiertamente su oposición al acto de propaganda neonazi convocado por Vox. Las camisas pardas de Santiago Abascal, apoyadas por la Gestapo policial, escarmentaron a los vecinos insumisos de Vallecas y les dejaron claro que quién manda en España siguen siendo ellos y que los obligarán, siempre que se les antoje, a cantar brazo en alto el "Caralsol".
Decir que esto servirá para que el voto de los vallecanos se desplace hacia la izquierda en las próximas elecciones, resulta tan ridículo como esperpéntico. Lo que los vecinos de Vallecas han aprendido estos días de represión policial es que seguimos en una dictadura donde la democracia es una falacia y donde votar de nada servirá. La ultraderecha dispone a su antojo del Estado y de sus cuerpos represivos. Vivimos en una dictadura que entrega las calles a los neonazis y a su discurso racial; estamos en manos de un gobierno “de izquierdas” que no duda en proteger a estas bestias fascistas con su Gestapo policial.
No obstante, la provocación que las camisas pardas de Santiago Abascal protagonizaron en Vallecas provocó una acertada, inmediata y ejemplar movilización popular. La espontánea y apropiada respuesta defensiva contra las agresiones de individuos neonazis -unos con uniforme policial, otros sin él- sirvieron como detonante para que el pueblo vallecano comprendiera en qué situación seguimos 46 años después de la muerte del dictador. Los vecinos vallecanos han aprendido en su propia piel que el sistema fascista que rige en España sigue siendo el mismo que cuando Franco vivía: a través de los votos no lo vamos a cambiar.
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Por TOMÁS F. RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Los recientes sucesos de Vallecas han dejado claro que este país sigue articulado como una dictadura en la que la policía nacional, sus cuerpos de choque conocidos como “antidisturbios”, siguen al servicio de grupos de ultraderecha. En los años setenta los más estrechos colaboradores de la brutalidad policial eran conocidos como “guerrilleros de Cristo Rey”. Durante toda la sanguinaria “Transición”, cerca de medio centenar de ciudadanos fueron asesinados por estos terroristas de ultraderecha, que siempre contaban con la abyecta complicidad policial. Los sucesos de Vallecas no han hecho más que demostrar que en este país las cosas siguen igual.
Los medios de comunicación, rastreros y sumisos como siempre, han interpretado el apaleamiento de vecinos en Vallecas como una justa reprimenda contra un pueblo obrero, antifascista por vocación, que intentó expresar abiertamente su oposición al acto de propaganda neonazi convocado por Vox. Las camisas pardas de Santiago Abascal, apoyadas por la Gestapo policial, escarmentaron a los vecinos insumisos de Vallecas y les dejaron claro que quién manda en España siguen siendo ellos y que los obligarán, siempre que se les antoje, a cantar brazo en alto el "Caralsol".
Decir que esto servirá para que el voto de los vallecanos se desplace hacia la izquierda en las próximas elecciones, resulta tan ridículo como esperpéntico. Lo que los vecinos de Vallecas han aprendido estos días de represión policial es que seguimos en una dictadura donde la democracia es una falacia y donde votar de nada servirá. La ultraderecha dispone a su antojo del Estado y de sus cuerpos represivos. Vivimos en una dictadura que entrega las calles a los neonazis y a su discurso racial; estamos en manos de un gobierno “de izquierdas” que no duda en proteger a estas bestias fascistas con su Gestapo policial.
No obstante, la provocación que las camisas pardas de Santiago Abascal protagonizaron en Vallecas provocó una acertada, inmediata y ejemplar movilización popular. La espontánea y apropiada respuesta defensiva contra las agresiones de individuos neonazis -unos con uniforme policial, otros sin él- sirvieron como detonante para que el pueblo vallecano comprendiera en qué situación seguimos 46 años después de la muerte del dictador. Los vecinos vallecanos han aprendido en su propia piel que el sistema fascista que rige en España sigue siendo el mismo que cuando Franco vivía: a través de los votos no lo vamos a cambiar.
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Itziar , Amurrio | Lunes, 12 de Abril de 2021 a las 03:21:14 horas
Faltaba mucho para subir al Himalaya , estábamos entre el campo base y la cima , congelados por el frío vimos los cuerpos de los alpinistas , yacían en el suelo , no había compasión , ni piedad , ni clemencia , nos encontramos con la muerte desnuda , no hubo épica ni gloria , ni lírica , ni efectos melodrama , cuerpos tendidos , como debe ser que el frío te mata ?, como debe ser la consciencia de que vas a morir de frío , no hay signos de resistencia en los cadáveres ?
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