
MIENTRAS LOS ESPAÑOLES DESABASTECEN LAS TIENDAS DE PAPEL HIGIÉNICO, LOS ESTADOUNIDENSES LAS VACÍAN DE PISTOLAS Y RIFLES
Los estadounidenses han sido víctimas de una suerte de lobotización mediática masiva
Las diferentes Administraciones estadounidenses, - escribe Aday Quesada - han educado a sus ciudadanos en la creencia de que el "enemigo" está siempre "al acecho", urdiendo permanentemente un ataque contra su país, aunque a lo largo de la historia haya sucedido justo lo contrario. Por eso no debe extrañar que miles de estadounidenses hicieron fila en las tiendas de armas, temiendo que fueran a ser consideradas como una actividad "no esencial". ¿Qué fenómeno explica esta psicosis tan extendida en los Estados Unidos?
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
No se puede negar que es adecuado decir que los Estados Unidos y España son países paradojicos. Mientras que en el Estado español han desaparecido por arte de la demanda toda la reservas existentes de papel higiénico de los grandes supermercados, en los Estados Unidos, el mágico efecto del pánico colectivo ha provocado que los norteamericanos acudan en masa a las tiendas de armamento, vaciándolas de pistolas y rifles.
En efecto, los yanquis, aterrados por los fenómenos sociales que se pueden desencadenar con la pandemia del coronavirus, han decidido pertrecharse de armamento, como si del antiguo Oeste americano se tratara, para estar preparados ante la eventualidad de que supuestos "saqueadores" asalten sus domicilios. En ese sentido, la sociedad española está demostrando ser un arquetipo paradójico de la sociedad estadounidense.
La verdad es que este hecho no debería resultar extraño. Desde hace muchas décadas, las diferentes Administraciones estadounidenses han estado educando a sus ciudadanos en la creencia de que el "enemigo" está siempre "al acecho", urdiendo permanentemente un ataque contra su país. A lo largo de toda la historia de EE.UU., el papel del "enemigo" unas veces estuvo representado por los indios apaches, otras por los negros, los mexicanos, los comunistas o por los mismísimos marcianos…
Sin embargo, la verdad es que los estadounidenses forman parte de una sociedad cuyo territorio nunca fue atacado, sino todo lo contrario. Estados Unidos es el país que más ataques e invasiones militares exteriores ha protagonizado, durante los siglos XX y XXI.
Pero el miedo frente al exterior "fabricado" por las elites es tal que podría decirse que una buena parte de los estadounidenses han sido víctimas de una suerte de lobotización mediatica, mediante la cual se les ha inducido a sufrir un terror irracional y permanente. Un miedo que las clases dominantes de ese pais luego han utilizado deliberadamente para justificar sus ataques a otras naciones más débiles.
Por misma esa razón, no extraña que una corresponsal de la red australiana "Nine News" comunicara alucinada el espectáculo que sus ojos estaban contemplando:
“Enormes colas para comprar armas . Los compradores me dicen que tienen miedo de lo que sucederá si la gente se queda sin las armas que necesitan para proteger a sus familias’’.
El equívoco que suscitó esta avalancha humana fue provocado porque Donald Trump en una de sus ultimas alocuciones, no había incorporado al listado de las "actividades no esenciales" a las tiendas de armas. La posibilidad de no tener un arma "a mano" desquició a miles de norteamericanos, que a la velocidad del rayo, trataron de hacerse desesperadamente con una.
No obstante, a las pocas horas del "equívoco", el presidente Trump lo deshizo, comunicando que las tiendas de armas iban a ser también una "actividad vital y esencial" para el consumo del norteamericano medio.
Ni que decir tiene que a la Asociación Nacional del Rifle le faltó tiempo para deshacerse en elogios hacia la decisión presidencial.
No obstante, hay que decir la verdad entera. No toda la sociedad estadounidense está psíquicamente enferma . No fueron pocos Estados y ciudades los que expresamente manifestaron su oposición a la medida presidencial, estimando que la crispación creada por el confinamiento podría desatar la locura de muchos. Y teniendo en cuenta la calidad del "material", no les falta razón.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
No se puede negar que es adecuado decir que los Estados Unidos y España son países paradojicos. Mientras que en el Estado español han desaparecido por arte de la demanda toda la reservas existentes de papel higiénico de los grandes supermercados, en los Estados Unidos, el mágico efecto del pánico colectivo ha provocado que los norteamericanos acudan en masa a las tiendas de armamento, vaciándolas de pistolas y rifles.
En efecto, los yanquis, aterrados por los fenómenos sociales que se pueden desencadenar con la pandemia del coronavirus, han decidido pertrecharse de armamento, como si del antiguo Oeste americano se tratara, para estar preparados ante la eventualidad de que supuestos "saqueadores" asalten sus domicilios. En ese sentido, la sociedad española está demostrando ser un arquetipo paradójico de la sociedad estadounidense.
La verdad es que este hecho no debería resultar extraño. Desde hace muchas décadas, las diferentes Administraciones estadounidenses han estado educando a sus ciudadanos en la creencia de que el "enemigo" está siempre "al acecho", urdiendo permanentemente un ataque contra su país. A lo largo de toda la historia de EE.UU., el papel del "enemigo" unas veces estuvo representado por los indios apaches, otras por los negros, los mexicanos, los comunistas o por los mismísimos marcianos…
Sin embargo, la verdad es que los estadounidenses forman parte de una sociedad cuyo territorio nunca fue atacado, sino todo lo contrario. Estados Unidos es el país que más ataques e invasiones militares exteriores ha protagonizado, durante los siglos XX y XXI.
Pero el miedo frente al exterior "fabricado" por las elites es tal que podría decirse que una buena parte de los estadounidenses han sido víctimas de una suerte de lobotización mediatica, mediante la cual se les ha inducido a sufrir un terror irracional y permanente. Un miedo que las clases dominantes de ese pais luego han utilizado deliberadamente para justificar sus ataques a otras naciones más débiles.
Por misma esa razón, no extraña que una corresponsal de la red australiana "Nine News" comunicara alucinada el espectáculo que sus ojos estaban contemplando:
“Enormes colas para comprar armas . Los compradores me dicen que tienen miedo de lo que sucederá si la gente se queda sin las armas que necesitan para proteger a sus familias’’.
El equívoco que suscitó esta avalancha humana fue provocado porque Donald Trump en una de sus ultimas alocuciones, no había incorporado al listado de las "actividades no esenciales" a las tiendas de armas. La posibilidad de no tener un arma "a mano" desquició a miles de norteamericanos, que a la velocidad del rayo, trataron de hacerse desesperadamente con una.
No obstante, a las pocas horas del "equívoco", el presidente Trump lo deshizo, comunicando que las tiendas de armas iban a ser también una "actividad vital y esencial" para el consumo del norteamericano medio.
Ni que decir tiene que a la Asociación Nacional del Rifle le faltó tiempo para deshacerse en elogios hacia la decisión presidencial.
No obstante, hay que decir la verdad entera. No toda la sociedad estadounidense está psíquicamente enferma . No fueron pocos Estados y ciudades los que expresamente manifestaron su oposición a la medida presidencial, estimando que la crispación creada por el confinamiento podría desatar la locura de muchos. Y teniendo en cuenta la calidad del "material", no les falta razón.
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