
Ecologistas y nuevos colectivos de afectados se movilizan contra la "turistificación":
"EL MODELO DE TURISMO MASIVO NO TIENE PIEDAD CON EL TERRITORIO NI CON LA POBLACIÓN"
Aunque con algo de retraso con respecto a otros territorios como el Archipiélago Balear o Cataluña, las reclamaciones y la movilización contra el modelo de turismo intensivo y sus consecuencias para la población local han llegado a Canarias (...).
Por A. RAMÍREZ / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Aunque con algo de retraso con respecto a otros territorios como el Archipiélago Balear o Cataluña, las reclamaciones y la movilización contra el modelo de turismo intensivo y sus consecuencias para la población local han llegado a Canarias.
El pasado mes de mayo se celebraba en Las Palmas de Gran Canaria una primera manifestación de rechazo a la llamada "turisficación", que partió de la Plaza de Saulo Torón y transcurrió por la Avenida de Las Canteras hasta concluir en la Plaza del Pilar en Guanarteme.
En el acto, convocado de manera conjunta por el colectivo Un barrio para vivir, el Sindicato de inquilinas y Ben Magec Ecologistas en Acción, se denunciaron "las contradicciones que genera el monocultivo turístico y su fracaso desde la justicia económica, ambiental y social".
"Nos hemos acostumbrado - afirmaban desde estos colectivos - a un relato oficial que presume, día tras día, de los supuestos beneficios del turismo de masas, apoyado en cifras millonarias de llegadas de turistas y ganancias económicas. Pero la industria turística no ha tenido piedad con un territorio frágil y limitado como el nuestro".
DECENAS DE MILLONES DE EUROS QUE NO REPERCUTEN EN LA POBLACIÓN CANARIA
Desde el punto de vista de las ganancias económicas generadas por el sector turístico, los críticos de este modelo recuerdan que, Canarias "pasó de 10 a casi 16 millones de turistas en ocho años y que, solo durante el pasado 2017 el gasto turístico alcanzó alrededor de 18.000 mil millones de euros, mientras las islas sufren cifras de desempleo alarmantes, precariedad laboral e índices de desigualdad y pobreza obscenos".
¿COLONIZANDO NUEVOS ESPACIOS DE VIDA BAJO EL DISFRAZ DE LA ECONOMÍA COLABORATIVA?
Advierten, asimismo, sobre la "colonización de espacios de vida, comunes y privados", "bajo el disfraz de la economía colaborativa, con la irrupción del alquiler vacacional".
"Una realidad - dicen - que deja sin hogar a cientos de personas al poner sus viviendas al servicio del turismo y que deja, incluso, sin trabajo a otras, reduciendo el derecho a la vivienda a un imposible. La subida de los alquileres fomenta la gentrificación, que a su vez fulmina al comercio tradicional en favor de terrazas y tiendas de recuerdos, que mercantiliza, banaliza y pervierte la vecindad, la cultura, la identidad, el patrimonio y que expulsa, en definitiva, a la población de sus barrios".
"Por todo ello - explican - nos sumamos a la reivindicación del sábado #12M, bajo el lema nuestras ciudades #NoSeVenden, que aúna diferentes luchas que, en definitiva, tienen como objetivo construir ciudades y espacios que merezcan la pena ser vividas por sus habitantes, y que no se vendan al monocultivo de la industria turística".
"Tratamos de denunciar - añaden - la gentrificación y la inserción del turismo masivo en los barrios, los desahucios, el desplazamiento de la población ante la subida de los alquileres, la precariedad y el expolio de los servicios públicos y los derechos sociales que se produce en una economía basada en el monocultivo del turismo; y apostamos por nuevas formas culturales, sociales y hábitos de consumo que aspiren a modelos de territorios verdaderamente sostenibles".
"Hay que recuperar las ciudades para la gente, aspiramos a ciudades más “vivibles” que necesitan formas de urbanismo amable y derechos ciudadanos"- concluyen.
Por A. RAMÍREZ / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Aunque con algo de retraso con respecto a otros territorios como el Archipiélago Balear o Cataluña, las reclamaciones y la movilización contra el modelo de turismo intensivo y sus consecuencias para la población local han llegado a Canarias.
El pasado mes de mayo se celebraba en Las Palmas de Gran Canaria una primera manifestación de rechazo a la llamada "turisficación", que partió de la Plaza de Saulo Torón y transcurrió por la Avenida de Las Canteras hasta concluir en la Plaza del Pilar en Guanarteme.
En el acto, convocado de manera conjunta por el colectivo Un barrio para vivir, el Sindicato de inquilinas y Ben Magec Ecologistas en Acción, se denunciaron "las contradicciones que genera el monocultivo turístico y su fracaso desde la justicia económica, ambiental y social".
"Nos hemos acostumbrado - afirmaban desde estos colectivos - a un relato oficial que presume, día tras día, de los supuestos beneficios del turismo de masas, apoyado en cifras millonarias de llegadas de turistas y ganancias económicas. Pero la industria turística no ha tenido piedad con un territorio frágil y limitado como el nuestro".
DECENAS DE MILLONES DE EUROS QUE NO REPERCUTEN EN LA POBLACIÓN CANARIA
Desde el punto de vista de las ganancias económicas generadas por el sector turístico, los críticos de este modelo recuerdan que, Canarias "pasó de 10 a casi 16 millones de turistas en ocho años y que, solo durante el pasado 2017 el gasto turístico alcanzó alrededor de 18.000 mil millones de euros, mientras las islas sufren cifras de desempleo alarmantes, precariedad laboral e índices de desigualdad y pobreza obscenos".
¿COLONIZANDO NUEVOS ESPACIOS DE VIDA BAJO EL DISFRAZ DE LA ECONOMÍA COLABORATIVA?
Advierten, asimismo, sobre la "colonización de espacios de vida, comunes y privados", "bajo el disfraz de la economía colaborativa, con la irrupción del alquiler vacacional".
"Una realidad - dicen - que deja sin hogar a cientos de personas al poner sus viviendas al servicio del turismo y que deja, incluso, sin trabajo a otras, reduciendo el derecho a la vivienda a un imposible. La subida de los alquileres fomenta la gentrificación, que a su vez fulmina al comercio tradicional en favor de terrazas y tiendas de recuerdos, que mercantiliza, banaliza y pervierte la vecindad, la cultura, la identidad, el patrimonio y que expulsa, en definitiva, a la población de sus barrios".
"Por todo ello - explican - nos sumamos a la reivindicación del sábado #12M, bajo el lema nuestras ciudades #NoSeVenden, que aúna diferentes luchas que, en definitiva, tienen como objetivo construir ciudades y espacios que merezcan la pena ser vividas por sus habitantes, y que no se vendan al monocultivo de la industria turística".
"Tratamos de denunciar - añaden - la gentrificación y la inserción del turismo masivo en los barrios, los desahucios, el desplazamiento de la población ante la subida de los alquileres, la precariedad y el expolio de los servicios públicos y los derechos sociales que se produce en una economía basada en el monocultivo del turismo; y apostamos por nuevas formas culturales, sociales y hábitos de consumo que aspiren a modelos de territorios verdaderamente sostenibles".
"Hay que recuperar las ciudades para la gente, aspiramos a ciudades más “vivibles” que necesitan formas de urbanismo amable y derechos ciudadanos"- concluyen.
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