
BUROCRACIA Y BRECHA DIGITAL: MÁS BARRERAS AUMENTAN LA EXCLUSIÓN DE LOS POBRES DE CANARIAS
El laberinto burocrático que ahoga a los más pobres en el Archipiélago
En Canarias, la pobreza y la exclusión social enfrentan dos nuevos obstáculos: la burocracia y la brecha digital. Cáritas alerta de una crisis humanitaria en desarrollo, mientras miles de familias sufren por un sistema que les da la espalda.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En Canarias, la pobreza y la exclusión social se enfrentan a un doble muro que agrava la situación de las familias más vulnerables: la burocracia y la brecha digital. En un archipiélago donde el 37% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social, acceder a ayudas sociales esenciales se ha convertido en un calvario administrativo. Este artículo analiza cómo estos problemas impactan a las familias más necesitadas, las carencias estructurales que perpetúan esta crisis y las soluciones urgentes que podrían mitigar su impacto.
Un laberinto burocrático que ahoga
Acceder a las ayudas sociales en Canarias no es tarea sencilla. Según denuncias de Cáritas Diocesana, las familias en situación de vulnerabilidad deben enfrentarse a trámites interminables y a una espera desesperante que puede extenderse durante meses. Para una simple cita previa, los solicitantes pueden esperar hasta tres meses, un tiempo que para quienes viven al límite de la precariedad supone no poder cubrir necesidades básicas como alimentación o vivienda.
Este colapso burocrático no es casual; responde a una insuficiencia estructural de recursos en los servicios sociales. La falta de personal y la sobrecarga laboral en las oficinas de Acción Social dificultan una atención eficaz y ágil. De hecho, en los últimos años se ha evidenciado una reducción de plantilla en áreas clave, lo que ha dejado a muchas familias en un limbo administrativo.
Juan Carlos, un padre de dos hijos en situación de desempleo, comparte su experiencia: "Después de meses esperando una cita para pedir una ayuda alimentaria, finalmente me llamaron, pero el proceso todavía no termina. En este tiempo he tenido que depender de mis vecinos para que mis hijos coman. Es inhumano."
Brecha digital: cuando la tecnología excluye
Aunque la digitalización prometía ser la solución para agilizar trámites, en Canarias se ha convertido en una nueva barrera para las familias más vulnerables. El 30% de los hogares del archipiélago carece de acceso a internet, cifra que sube al 44% en los casos de exclusión severa. Esto impide que muchas personas puedan realizar trámites en línea o comunicarse con las administraciones públicas de manera eficiente.
La falta de competencias digitales también es un problema. Muchas personas mayores o sin formación tecnológica dependen de terceros para realizar trámites esenciales, lo que añade un retraso adicional y genera una humillación constante. Además, esta brecha digital no solo limita el acceso a las ayudas sociales, sino que también dificulta la inclusión sociolaboral, perpetuando el círculo de la pobreza.
María, madre soltera con dos empleos precarios, relata su experiencia: "Para pedir una ayuda tuve que enviar unos papeles por internet, pero ni siquiera sé usar un ordenador. Pagué a alguien para que lo hiciera por mí, pero nunca recibí respuesta. Me siento atrapada."
Una pobreza persistente y profunda
Canarias lidera las estadísticas de pobreza y exclusión social en el Estado español. En 2023, el 37% de la población se encontraba en riesgo de pobreza, una cifra alarmante que demuestra la persistencia de las desigualdades en el archipiélago. A pesar de esta realidad, solo un 6,6% de las personas en situación de pobreza perciben una renta mínima, muy por debajo de lo necesario para paliar esta crisis.
El impacto de estas cifras se siente directamente en las familias. Muchas enfrentan el miedo constante a perder su hogar o la incapacidad de alimentar a sus hijos, lo que genera graves consecuencias para su salud física y mental. Cáritas Diocesana ha calificado esta situación como una “crisis humanitaria en desarrollo”, agravada por un sistema que parece diseñado para excluir a los más vulnerables.
El 44% de las personas en exclusión severa en Canarias no tiene acceso a internet, el 37% de la población del archipiélago vive en riesgo de pobreza o exclusión social y sólo el 6,6% de las personas bajo el umbral de pobreza reciben una renta mínima.
Ante este panorama, Cáritas Diocesana ha reclamado una intervención inmediata por parte de las autoridades. La organización insiste en que es urgente simplificar los trámites burocráticos, aumentar el personal en los servicios sociales y garantizar canales alternativos para las familias sin acceso a internet o formación digital.
La falta de una respuesta adecuada podría tener consecuencias devastadoras. Familias enteras podrían enfrentarse a la pérdida de sus hogares, problemas de salud física y mental y una perpetuación del ciclo de pobreza.
Fuentes utilizadas
- Informe sobre pobreza en Canarias, Instituto Nacional de Estadística (INE)
- Denuncias de Cáritas sobre exclusión social
- Datos sobre la brecha digital en Canarias
- Situación de los servicios sociales en España
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En Canarias, la pobreza y la exclusión social se enfrentan a un doble muro que agrava la situación de las familias más vulnerables: la burocracia y la brecha digital. En un archipiélago donde el 37% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social, acceder a ayudas sociales esenciales se ha convertido en un calvario administrativo. Este artículo analiza cómo estos problemas impactan a las familias más necesitadas, las carencias estructurales que perpetúan esta crisis y las soluciones urgentes que podrían mitigar su impacto.
Un laberinto burocrático que ahoga
Acceder a las ayudas sociales en Canarias no es tarea sencilla. Según denuncias de Cáritas Diocesana, las familias en situación de vulnerabilidad deben enfrentarse a trámites interminables y a una espera desesperante que puede extenderse durante meses. Para una simple cita previa, los solicitantes pueden esperar hasta tres meses, un tiempo que para quienes viven al límite de la precariedad supone no poder cubrir necesidades básicas como alimentación o vivienda.
Este colapso burocrático no es casual; responde a una insuficiencia estructural de recursos en los servicios sociales. La falta de personal y la sobrecarga laboral en las oficinas de Acción Social dificultan una atención eficaz y ágil. De hecho, en los últimos años se ha evidenciado una reducción de plantilla en áreas clave, lo que ha dejado a muchas familias en un limbo administrativo.
Juan Carlos, un padre de dos hijos en situación de desempleo, comparte su experiencia: "Después de meses esperando una cita para pedir una ayuda alimentaria, finalmente me llamaron, pero el proceso todavía no termina. En este tiempo he tenido que depender de mis vecinos para que mis hijos coman. Es inhumano."
Brecha digital: cuando la tecnología excluye
Aunque la digitalización prometía ser la solución para agilizar trámites, en Canarias se ha convertido en una nueva barrera para las familias más vulnerables. El 30% de los hogares del archipiélago carece de acceso a internet, cifra que sube al 44% en los casos de exclusión severa. Esto impide que muchas personas puedan realizar trámites en línea o comunicarse con las administraciones públicas de manera eficiente.
La falta de competencias digitales también es un problema. Muchas personas mayores o sin formación tecnológica dependen de terceros para realizar trámites esenciales, lo que añade un retraso adicional y genera una humillación constante. Además, esta brecha digital no solo limita el acceso a las ayudas sociales, sino que también dificulta la inclusión sociolaboral, perpetuando el círculo de la pobreza.
María, madre soltera con dos empleos precarios, relata su experiencia: "Para pedir una ayuda tuve que enviar unos papeles por internet, pero ni siquiera sé usar un ordenador. Pagué a alguien para que lo hiciera por mí, pero nunca recibí respuesta. Me siento atrapada."
Una pobreza persistente y profunda
Canarias lidera las estadísticas de pobreza y exclusión social en el Estado español. En 2023, el 37% de la población se encontraba en riesgo de pobreza, una cifra alarmante que demuestra la persistencia de las desigualdades en el archipiélago. A pesar de esta realidad, solo un 6,6% de las personas en situación de pobreza perciben una renta mínima, muy por debajo de lo necesario para paliar esta crisis.
El impacto de estas cifras se siente directamente en las familias. Muchas enfrentan el miedo constante a perder su hogar o la incapacidad de alimentar a sus hijos, lo que genera graves consecuencias para su salud física y mental. Cáritas Diocesana ha calificado esta situación como una “crisis humanitaria en desarrollo”, agravada por un sistema que parece diseñado para excluir a los más vulnerables.
El 44% de las personas en exclusión severa en Canarias no tiene acceso a internet, el 37% de la población del archipiélago vive en riesgo de pobreza o exclusión social y sólo el 6,6% de las personas bajo el umbral de pobreza reciben una renta mínima.
Ante este panorama, Cáritas Diocesana ha reclamado una intervención inmediata por parte de las autoridades. La organización insiste en que es urgente simplificar los trámites burocráticos, aumentar el personal en los servicios sociales y garantizar canales alternativos para las familias sin acceso a internet o formación digital.
La falta de una respuesta adecuada podría tener consecuencias devastadoras. Familias enteras podrían enfrentarse a la pérdida de sus hogares, problemas de salud física y mental y una perpetuación del ciclo de pobreza.
Fuentes utilizadas
- Informe sobre pobreza en Canarias, Instituto Nacional de Estadística (INE)
- Denuncias de Cáritas sobre exclusión social
- Datos sobre la brecha digital en Canarias
- Situación de los servicios sociales en España
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