
HASTA EL BANCO CENTRAL EUROPEO LO RECONOCE: CON EL REARME VAMOS A SER MÁS POBRES DURANTE DÉCADAS
El brillante plan de Bruselas: más deuda y menos presupuestos sociales. Quién gana y quién pierde con la factura del rearme
El Banco Central Europeo ha reconocido lo que hasta ahora se insinuaba con eufemismos: el aumento del gasto militar en la Unión Europea se financiará, en gran medida, con nueva deuda. Según el BCE, este proceso “lastrará las finanzas públicas más allá del corto y medio plazo”, con más déficit, más intereses y menos margen para sostener servicios sociales.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Cuando los grandes guardianes de la “estabilidad” financiera reconocen en voz alta lo que normalmente esconden entre tecnicismos, conviene prestar atención. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de admitir que el rearme acelerado de la Unión Europea no saldrá gratis. Más bien, al contrario: se financiará, en gran parte, con deuda nueva.
Y esa deuda -lo dicen ellos, - “lastrará las finanzas públicas más allá del corto y medio plazo”
Traducido en roman paladino: la factura militar no solo engordará ahora, sino que se quedará a vivir con nosotros durante décadas en forma de intereses crecientes, déficits persistentes y recortes en otras partidas.
EL PLAN DE REARMAR EUROPA
La Comisión Europea ya había presentado su hoja de ruta: activar cláusulas de escape del Pacto de Estabilidad, emitir deuda conjunta y, por si faltara, desviar fondos de otros programas comunitarios. El Banco Central Europeo, en su Financial Stability Review de mayo, lo detalla con claridad.
El gasto militar masivo se financiará con deuda adicional y con refinanciaciones de bonos antiguos a tipos mucho más altos que los de la década pasada.
No se trata de un problema teórico. El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) registró en 2024 un salto histórico del gasto militar mundial hasta los 2,7 billones de dólares, con Europa y Oriente Medio a la cabeza. Solo en Europa, el gasto creció un 17 % ese año, alcanzando niveles que no se veían desde la Guerra Fría.
Alemania disparó su presupuesto en un 28 %, Polonia en un 31 %, Suecia en un 34 %. Francia también subió. Todos, salvo Malta, se sumaron a la carrera. Y el Parlamento Europeo lo documenta: entre 2021 y 2024, el gasto militar de los Estados de la UE subió más de un 30 %, hasta situarse en 326.000 millones de euros.
EL ESPEJISMO DE LA “AUTONOMÍA ESTRATÉGICA”
Quienes justifican este gasto apelan a la necesidad de “fortalecer la defensa europea” y reducir la dependencia de Washington. Pero el SIPRI recuerda un detalle incómodo: más gasto no significa más autonomía. Las compras de armamento están controladas por un puñado de corporaciones transatlánticas donde los fondos de inversión estadounidenses —BlackRock a la cabeza— son accionistas de referencia tanto en Europa como en Estados Unidos.
El resultado: Europa se endeuda, sus servicios públicos se aprietan el cinturón y las grandes firmas militares, con capital norteamericano dentro, multiplican beneficios.
LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES SE LAVAN LAS MANOS
El BCE no está solo en este reconocimiento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OCDE ya advirtieron a Bruselas de que el nuevo gasto en defensa tensionará todavía más la sostenibilidad de la deuda pública. La receta de siempre: o recortas otras partidas o subes impuestos.
La AIReF (1), en España, lo dijo sin rodeos:
“10.000 millones de gasto en Defensa son 10.000 millones de déficit y deuda. No hay magia posible”.
¿Conclusión? O entran más ingresos (léase, más impuestos) o se baja otro gasto (léase, menos sanidad, educación o servicios sociales).
¿QUIÉN PAGA REALMENTE LA FIESTA?
Conviene mirar la aritmética con ojos de ciudadano corriente. Cada euro que se destina a tanques, cazas o misiles sale del mismo bolsillo colectivo que debería sostener hospitales, becas y pensiones. No tiene vuelta de hoja. El mismo BCE lo admite cuando alerta de que los pagos de intereses sobre la deuda crecerán respecto al PIB en los próximos años
Es como hipotecarse para siempre en una casa que no será tuya: la propiedad y la rentabilidad se las quedan las empresas armamentísticas y los fondos de inversión, mientras que los contribuyentes cargarán con los plazos eternos.
EL GUION SE REPITE
La historia europea ofrece ejemplos de sobra. Tras cada crisis -sea la financiera de 2008, la pandemia de 2020 o ahora la guerra de Ucrania- los gobiernos encuentran dinero ilimitado para rescatar bancos o engordar presupuestos militares.
Pero, en cambio, cuando se trata de reforzar la Sanidad, la Educación o las pensiones, el discurso cambia:
“no hay margen fiscal”, “hay que ser responsables”, “los mercados no lo permitirían”.
Lo novedoso ahora es que el propio Banco Central Europeo, ese guardián de la ortodoxia, reconoce que el camino escogido pone en riesgo la sostenibilidad de las cuentas públicas. Claro que no lo plantea como una crítica política, sino como una advertencia técnica.
Pero para quienes viven de su salario, para quienes dependen de un sistema público que ya arrastra carencias, la traducción es clara: más gasto militar significa menos bienestar social.
Y, como siempre, la deuda será el mecanismo perfecto para que el negocio de la guerra quede blindado y se pague religiosamente durante generaciones enteras.
(1) La AIReF es la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Es un organismo público creado en España en 2013, tras la crisis financiera y las presiones de Bruselas, con el objetivo de vigilar la sostenibilidad de las cuentas públicas -En la práctica: Analiza presupuestos del Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos. Emite informes y recomendaciones sobre déficit, deuda y reglas fiscales. Actúa como un “árbitro fiscal”, intentando garantizar que los gobiernos cumplan con los compromisos de estabilidad presupuestaria.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Cuando los grandes guardianes de la “estabilidad” financiera reconocen en voz alta lo que normalmente esconden entre tecnicismos, conviene prestar atención. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de admitir que el rearme acelerado de la Unión Europea no saldrá gratis. Más bien, al contrario: se financiará, en gran parte, con deuda nueva.
Y esa deuda -lo dicen ellos, - “lastrará las finanzas públicas más allá del corto y medio plazo”
Traducido en roman paladino: la factura militar no solo engordará ahora, sino que se quedará a vivir con nosotros durante décadas en forma de intereses crecientes, déficits persistentes y recortes en otras partidas.
EL PLAN DE REARMAR EUROPA
La Comisión Europea ya había presentado su hoja de ruta: activar cláusulas de escape del Pacto de Estabilidad, emitir deuda conjunta y, por si faltara, desviar fondos de otros programas comunitarios. El Banco Central Europeo, en su Financial Stability Review de mayo, lo detalla con claridad.
El gasto militar masivo se financiará con deuda adicional y con refinanciaciones de bonos antiguos a tipos mucho más altos que los de la década pasada.
No se trata de un problema teórico. El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) registró en 2024 un salto histórico del gasto militar mundial hasta los 2,7 billones de dólares, con Europa y Oriente Medio a la cabeza. Solo en Europa, el gasto creció un 17 % ese año, alcanzando niveles que no se veían desde la Guerra Fría.
Alemania disparó su presupuesto en un 28 %, Polonia en un 31 %, Suecia en un 34 %. Francia también subió. Todos, salvo Malta, se sumaron a la carrera. Y el Parlamento Europeo lo documenta: entre 2021 y 2024, el gasto militar de los Estados de la UE subió más de un 30 %, hasta situarse en 326.000 millones de euros.
EL ESPEJISMO DE LA “AUTONOMÍA ESTRATÉGICA”
Quienes justifican este gasto apelan a la necesidad de “fortalecer la defensa europea” y reducir la dependencia de Washington. Pero el SIPRI recuerda un detalle incómodo: más gasto no significa más autonomía. Las compras de armamento están controladas por un puñado de corporaciones transatlánticas donde los fondos de inversión estadounidenses —BlackRock a la cabeza— son accionistas de referencia tanto en Europa como en Estados Unidos.
El resultado: Europa se endeuda, sus servicios públicos se aprietan el cinturón y las grandes firmas militares, con capital norteamericano dentro, multiplican beneficios.
LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES SE LAVAN LAS MANOS
El BCE no está solo en este reconocimiento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OCDE ya advirtieron a Bruselas de que el nuevo gasto en defensa tensionará todavía más la sostenibilidad de la deuda pública. La receta de siempre: o recortas otras partidas o subes impuestos.
La AIReF (1), en España, lo dijo sin rodeos:
“10.000 millones de gasto en Defensa son 10.000 millones de déficit y deuda. No hay magia posible”.
¿Conclusión? O entran más ingresos (léase, más impuestos) o se baja otro gasto (léase, menos sanidad, educación o servicios sociales).
¿QUIÉN PAGA REALMENTE LA FIESTA?
Conviene mirar la aritmética con ojos de ciudadano corriente. Cada euro que se destina a tanques, cazas o misiles sale del mismo bolsillo colectivo que debería sostener hospitales, becas y pensiones. No tiene vuelta de hoja. El mismo BCE lo admite cuando alerta de que los pagos de intereses sobre la deuda crecerán respecto al PIB en los próximos años
Es como hipotecarse para siempre en una casa que no será tuya: la propiedad y la rentabilidad se las quedan las empresas armamentísticas y los fondos de inversión, mientras que los contribuyentes cargarán con los plazos eternos.
EL GUION SE REPITE
La historia europea ofrece ejemplos de sobra. Tras cada crisis -sea la financiera de 2008, la pandemia de 2020 o ahora la guerra de Ucrania- los gobiernos encuentran dinero ilimitado para rescatar bancos o engordar presupuestos militares.
Pero, en cambio, cuando se trata de reforzar la Sanidad, la Educación o las pensiones, el discurso cambia:
“no hay margen fiscal”, “hay que ser responsables”, “los mercados no lo permitirían”.
Lo novedoso ahora es que el propio Banco Central Europeo, ese guardián de la ortodoxia, reconoce que el camino escogido pone en riesgo la sostenibilidad de las cuentas públicas. Claro que no lo plantea como una crítica política, sino como una advertencia técnica.
Pero para quienes viven de su salario, para quienes dependen de un sistema público que ya arrastra carencias, la traducción es clara: más gasto militar significa menos bienestar social.
Y, como siempre, la deuda será el mecanismo perfecto para que el negocio de la guerra quede blindado y se pague religiosamente durante generaciones enteras.
(1) La AIReF es la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Es un organismo público creado en España en 2013, tras la crisis financiera y las presiones de Bruselas, con el objetivo de vigilar la sostenibilidad de las cuentas públicas -En la práctica: Analiza presupuestos del Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos. Emite informes y recomendaciones sobre déficit, deuda y reglas fiscales. Actúa como un “árbitro fiscal”, intentando garantizar que los gobiernos cumplan con los compromisos de estabilidad presupuestaria.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.9