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Lunes, 23 de Junio de 2025

LOS ANTIGUOS CANARIOS: UNA CIVILIZACIÓN QUE OBSERVABA EL CIELO PARA ENTENDER LA TIERRA (VÍDEO)

El arqueólogo Julio Cuenca revela una cultura aborigen compleja, con una espiritualidad ligada a la naturaleza y avanzados conocimientos astronómicos

Los antiguos canarios no dejaron textos escritos, pero su legado brilla con fuerza en las cuevas, grabados y santuarios que aún marcan el paisaje de Gran Canaria. El arqueólogo Julio Cuenca Sanabria, en su participación en el documental Canarias Amazigh, tras las huellas de los antiguos canarios, nos guía por una civilización que vivía la religión a través de la naturaleza, seguía un preciso calendario astronómico y rendía culto a la fertilidad con un simbolismo ancestral que aún nos interpela.

Por ARTURO INGLOTT PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

   En las entrañas de la historia atlántica, entre riscos abruptos y cuevas talladas en la roca volcánica, se esconden los rastros de una civilización que supo mirar al cielo para entender la tierra. Los antiguos canarios, habitantes prehispánicos de las islas que hoy forman el archipiélago de Canarias, han sido durante siglos un enigma para arqueólogos y estudiosos. Pero en los últimos años, gracias al trabajo de especialistas como el arqueólogo y museólogo Julio Cuenca Sanabria, se empieza a vislumbrar una imagen más nítida y fascinante de su mundo espiritual, sus conocimientos y su profunda conexión con la naturaleza.

 

  Cuenca ha centrado su investigación en la religiosidad y los santuarios de montaña de los antiguos aborígenes, especialmente en la isla de Gran Canaria. Su participación en el documental Canarias Amazigh, tras las huellas de los antiguos canarios, producido por Desenfoque Producciones, contribuyó a llevar al gran público los sorprendentes hallazgos de una cultura que, sin haber dejado textos escritos, construyó un legado de piedra y símbolos que aún habla con elocuencia a quienes saben interpretarlo.

 

LO SAGRADO EN TODAS PARTES

 

   Uno de los ejes más potentes del pensamiento religioso de los antiguos canarios era su visión animista del mundo. Para estas comunidades, lo sagrado no residía en templos cerrados ni se limitaba a imágenes o ídolos: estaba presente en la naturaleza misma. Una montaña, un árbol, una roca peculiar o incluso un paisaje entero podían ser considerados espacios de lo divino.

 

  Esta percepción del mundo impregnaba la vida cotidiana y se materializaba en santuarios naturales y artificiales. Los llamados almogarenes eran lugares rituales ubicados, muchas veces, en puntos elevados o en cuevas, desde donde se practicaban ceremonias ligadas a la fertilidad, al ciclo agrícola o a los movimientos celestes. El entorno era un templo vivo, y cada manifestación de la naturaleza podía ser considerada una puerta hacia lo sagrado.

 

UN CALENDARIO CELESTE

 

   Los antiguos canarios desarrollaron un considerable conocimiento astronómico, clave para su organización social y económica. Su economía, basada en el cultivo de cereales, requería una comprensión precisa del paso del tiempo. Según Cuenca Sanabria, estas comunidades manejaban calendarios oficiales regulados por estamentos de poder, con una clara separación de las estaciones, los solsticios y los equinoccios, siguiendo el año trópico.

 

  La luna también tenía un papel esencial. Las crónicas recogidas tras la conquista relatan que "contaban los días por soles y los meses por lunas". Así, los ciclos agrícolas, las celebraciones religiosas y las decisiones colectivas estaban guiados por un control temporal estrechamente vinculado a la observación celeste. Esta precisión queda plasmada en la orientación astronómica de numerosos yacimientos: grabados que se iluminan con el sol del equinoccio, túneles que enmarcan la salida solar del solsticio, o estructuras alineadas con cumbres emblemáticas como el Teide.

 

 RISCO CAÍDO: EL TEMPLO DE LA LUZ

 

[Img #85144]  En este universo espiritual y astronómico, Risco Caído, en Gran Canaria, se erige como uno de los hitos más sorprendentes. Descubierto en 1996 y puesto en valor en 2012, este complejo de cuevas excavadas en la roca alberga lo que Cuenca considera un auténtico templo astronómico: una cueva orientada hacia el naciente, donde la luz solar penetra entre marzo y septiembre, y donde la luna llena ilumina durante el invierno.

 

  Lo más fascinante de esta cueva es su función como "cámara de proyección". A través de un orificio meticulosamente excavado, la luz incide sobre grabados rupestres y genera una secuencia de imágenes en movimiento. Un lenguaje visual ancestral que narra, sin palabras, mitos vinculados a la fertilidad y la regeneración de la tierra. Aquí, la tecnología óptica ancestral se alía con la espiritualidad, creando un fenómeno único en el mundo.

 

EL TRIÁNGULO PÚBICO: SÍMBOLO DE FERTILIDAD

 

   Entre los grabados que proyectan estos juegos de luz destaca una figura reiterada: el triángulo púbico. Este símbolo, una representación esquemática de la vulva femenina, aparece tallado en decenas de cuevas en Gran Canaria, convirtiendo a la isla en el lugar del planeta con mayor concentración de estos motivos.

 

   Julio Cuenca interpreta estos grabados como parte de un culto a la madre tierra, donde la fertilidad no solo se venera sino que se celebra como eje del ciclo vital. En Risco Caído, la luz que incide sobre el triángulo púbico lo transforma en una imagen de mujer embarazada y, posteriormente, en una semilla, generando una auténtica hierofanía, una manifestación visible de lo sagrado. Este juego simbólico-lumínico nos habla de una cosmovisión donde lo humano, lo agrícola y lo astronómico se funden en una misma narrativa.

 

[Img #85145]

 

UNA CULTURA CON RAÍCES Y ALAS

 

   Aunque la arqueología todavía no ha resuelto del todo el enigma de los orígenes de estas poblaciones, todas las evidencias apuntan a un vínculo claro con el norte de África, particularmente con los pueblos bereberes del Sáhara preislámico

 

    Cuenca sugiere que "las poblaciones canarias podrían proceder de migraciones forzadas por la desertificación de esa región hace unos cinco mil años", en una dinámica que recuerda a las grandes transformaciones culturales que precedieron al Egipto faraónico.

 

   Sin embargo, una vez en las islas, estas culturas evolucionaron de forma única. La insularidad, lejos de ser un obstáculo, actuó como catalizador de una identidad propia. Aquí, los conocimientos astronómicos, la arquitectura ritual y los lenguajes simbólicos se desarrollaron sin influencias exteriores constantes, creando una civilización original y sofisticada.

 

EL PELIGRO DE OLVIDAR

 

[Img #85146]

 

   A pesar del reconocimiento internacional —Risco Caído fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2019—, el legado de los antiguos canarios sigue enfrentando graves riesgos. La presión turística, la falta de recursos para la protección del patrimonio y la divulgación inadecuada de los yacimientos amenazan con degradar un tesoro arqueológico único.

 

   Julio Cuenca ha sido especialmente crítico con la publicación de coordenadas GPS de yacimientos en guías turísticas, lo que ha facilitado su deterioro sin contar con un plan estratégico de protección.

 

   "No deberíamos poner en uso ningún yacimiento arqueológico si paralelamente no se han adoptado medidas de protección y de gestión de su espacio", advierte el arqueólogo.

 

  El caso de Tenerife en los años 60 —cuando una guía con localizaciones de cuevas guanches derivó en un expolio masivo— sirve como ejemplo del peligro de una mala gestión. Hoy, más que nunca, se necesita un compromiso firme de las instituciones y la ciudadanía para preservar este legado que no pertenece solo a las Islas Canarias, sino a toda la humanidad.

 

  La mirada de Julio Cuenca nos invita a repensar lo que entendemos por civilización. Nos muestra que, en un rincón del Atlántico, una cultura sin escritura desarrolló una cosmovisión luminosa, donde los ciclos del cielo y la tierra se entrelazaban en rituales cargados de sentido. Una civilización que "hablaba con luz", tallaba símbolos en la roca y veía en cada rincón del paisaje un reflejo de lo sagrado.

 

 

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  • Chorche

    Chorche | Martes, 24 de Junio de 2025 a las 17:08:53 horas

    Interesantísimo.
    Estas personas no necesitaban la IA ni títulos académicos y tenían sabiduría. Precisamente lo que hoy nos falta con tanta inteligencia artificial y licenciaturas universitarias. Tenían tiempo para desarrollar la capacidad de observación, de reflexión, para experimentar....
    ---------------------
    Esto es lo que tenemos hoy:
    Detectan disminución de la capacidad de pensamiento independiente por uso de inteligencia artificial.

    Accede para responder

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