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Viernes, 27 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:

"ENTRECANALES" Y SOMBRAS: LA HISTORIA NUNCA CONTADA DE UNA CONSTRUCTORA ESPAÑOLA

De los presos republicanos a las licitaciones europeas: el legado invisible de Entrecanales

Durante décadas, Entrecanales —hoy Acciona— ha sido sinónimo de obra pública, modernización y expansión internacional. Pero bajo esa imagen institucional, se esconde una historia menos visible: la de una empresa que se consolidó bajo la dictadura franquista explotando mano de obra penada, que tejió redes privilegiadas con los gobiernos de turno, y que hoy se ve envuelta en escándalos por presunta financiación irregular. Un viaje desde los barracones de presos hasta los salones de la alta política.

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      Pocas empresas en España pueden presumir de haber crecido al calor del Estado tanto como lo ha sido Entrecanales y Távora, la constructora que en 1931 fundaron un ingeniero de caminos, José Entrecanales Ibarra, y un constructor, Manuel Távora.

 

     Nacieron justo en los últimos estertores de la Monarquía de Alfonso XIII, sobrevivieron a la Segunda República, y despegaron a velocidades supersónicas con el franquismo,

 

    Cuando Távora murió en 1940, José se quedó solo al mando y no tardó en alinearse con los nuevos tiempos.

 

     En medio de un país arrasado por la Guerra civil, sin apenas trabajadores cualificados y con una represión en marcha, la dictadura de Franco ideó una solución “práctica” y brutal: convertir a miles de presos republicanos en mano de obra barata.

 

     Era el famoso sistema de "redención de penas por el trabajo". Las empresas que participaban se beneficiaban del trabajo de estos prisioneros a cambio de una modesta contribución económica y, a menudo, sin hacerse cargo de su manutención o salud. Entrecanales fue una de esas empresas.

 

      Uno de los episodios más representativos de esta etapa tuvo lugar en Sevilla, en la zona de Heliópolis, donde la empresa participó en obras hidráulicas para evitar inundaciones y canalizar aguas residuales. Para ello, emplearon a más de 250 presos políticos entre 1940 y 1943, según documentación del Ayuntamiento y testimonios recogidos décadas después.

 

    A estos trabajadores no se les pagaba, vivían en barracones improvisados, sufrían enfermedades como el paludismo, y muchos nunca regresaron a casa. A día de hoy, solo un pequeño monumento junto al Parque de Guadaíra, recuerda su paso.

 

     No es casualidad que parte de la infraestructura sanitaria y urbana del sur de Sevilla tenga su origen en esa mezcla de represión y ladrillo. La historia oficial habla de progreso; la historia subterránea, en cambio, de lo que habla, es de explotación encubierta.

 

      Entrecanales cimentó así su reputación de empresa eficaz, con capacidad para ejecutar grandes obras, aunque fuera a costa del sufrimiento humano.

 

 

UNA MANO EN EL CEMENTO, OTRA EN LA ADMINISTRACIÓN

 

    A medida que iba avanzando el franquismo, Entrecanales y Távora terminó convirtiéndose en uno de los brazos ejecutores del desarrollismo tecnocrático de la dictadura.

 

    Participó en grandes obras públicas, como las presas de Almendra o El Atazar, estaciones depuradoras, líneas férreas, carreteras nacionales y centrales nucleares. Siempre actuando bajo la lógica de un Estado que adjudicaba sin control, entre pasillos de Ministerios y cafés con subsecretarios.

 

      La empresa fue pionera en traer tecnología de fuera: sistemas de presas desde Francia, técnicas de cimentación italianas, y maquinaria estadounidense. Con eso y con la confianza del Régimen, tejió un entramado que le permitió seguir creciendo, mientras otras firmas más pequeñas quedaban en la cuneta.

 

 

    Además, desde 1948 empezó su expansión internacional: Portugal, Marruecos, América Latina… y en cada sitio, repitió el mismo esquema: relación estrecha con el poder político local, licitaciones ventajosas y capacidad técnica contrastada. Su prestigio se consolidó dentro y fuera del país.

 

   Cuando José Entrecanales murió en 1990, ya se hablaba del grupo como un gigante de la construcción. Su hijo, José María Entrecanales, tomó las riendas hasta 2004. Durante esa etapa se produjo el gran salto: la fusión con otras constructoras como Cubiertas y MZOV, y el nacimiento de una nueva identidad corporativa: Acciona.

 

DE ENTRECANALES A ACCIONA: UNA TRANSICIÓN MUY BIEN ENGRASADA

 

   Acciona nació en 1997 y no tardó en cotizar en bolsa. Su estructura fue moderna, diversificada, internacional… pero en el fondo siguió siendo una empresa familiar.

 

  [Img #85259]  La familia Entrecanales conservó el 55 % del capital y colocó a sus principales miembros en los puestos de mando.

 

    En 2004, José Manuel Entrecanales Domecq, nieto del fundador, asumió la presidencia. Su primo, Juan Ignacio Entrecanales Franco, fue nombrado vicepresidente.

 

     Con formación en Economía y experiencia en banca internacional, José Manuel imprimió un nuevo estilo: sostenibilidad, energías renovables, concesiones, agua, transporte… pero sin renunciar al negocio clásico de las infraestructuras. Compraron Trasmediterránea, participaron en Endesa, se expandieron a Australia y Estados Unidos, y crearon la Fundación Acciona para potenciar su imagen social y cultural.

 

     Pero algo no cambió: su dependencia de las grandes licitaciones públicas. Carreteras, hospitales, plantas desaladoras, estaciones de metro… El Estado español seguía siendo su mejor cliente. Y esa cercanía, aunque legal, se convirtió también en una puerta abierta a sospechas de favoritismo.

 

 

PRIMEROS TROPIEZOS: LA MULTA DE LA CNMC

 

     En 2022, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso a Acciona una multa de 29,4 millones de euros. ¿El motivo? Haber pactado durante 25 años con otras constructoras la distribución de licitaciones públicas. Es decir, se turnaban para ganar concursos, presentaban ofertas simuladas y se repartían el pastel. Un clásico de las grandes constructoras españolas.

 

     Acciona alegó que los hechos eran anteriores a sus nuevos mecanismos de control interno, y que ya había corregido el rumbo. La multa fue pagada y el escándalo no llegó a más. Pero marcó un antes y un después. La imagen de “empresa limpia y verde” empezaba a hacerse añicos

 

 

EL "CASO MERINO": UNA GRIETA EN LA FACHADA

 

    Todo estalló este 2025, cuando la Guardia Civil, a través de la UCO, destapó una supuesta trama de adjudicaciones irregulares en Navarra que salpicaba de lleno a Acciona.

 

     El nombre que apareció en todas las notas policiales fue el de Fernando Merino Vera, exdirector general de Acciona Construcción en esa comunidad. Según los investigadores, Merino había firmado contratos de obras públicas en unión con una empresa llamada Servinabar 2000, que habría actuado como tapadera para canalizar pagos a intermediarios relacionados con altos cargos del PSOE.

 

 

      El asunto no era menor: según los informes, se investigaban pagos por más de un millón de euros en licitaciones entre 2018 y 2021. De ese dinero, al menos 620.000 euros estarían directamente relacionados con maniobras que apuntaban a José Luis Ábalos, exministro de Transportes, y Santos Cerdán, entonces Secretario de Organización del partido y uno de los hombres fuertes del aparato. También aparecía en la trama el polémico Koldo García, asesor cercano al exministro.

 

    Entre las adjudicaciones bajo sospecha se encuentran obras ferroviarias, tramos de autovías, pabellones deportivos, rehabilitación de viviendas públicas y contratos de mantenimiento de infraestructuras. Muchas de ellas con presupuesto europeo. Uno de los contratos clave fue el del túnel de Belate, una infraestructura crítica valorada en 76 millones de euros.

 

   El patrón, según la UCO, era el siguiente: Acciona se presentaba a las licitaciones junto a Servinabar, se garantizaba la adjudicación con supuestas presiones políticas o favores dentro de las instituciones, y luego parte del dinero era desviado mediante facturas falsas o comisiones disfrazadas de servicios. Todo sin que, aparentemente, la cúpula directiva de Acciona tuviera constancia directa... o al menos eso alegaron.

 

EL SILENCIO, LA NEGACIÓN Y LA DEPURACIÓN INTERNA

 

    Tras la filtración de los primeros informes, José Manuel Entrecanales compareció ante los medios y negó cualquier vinculación personal con los implicados. “El señor Merino actuó con autonomía”, dijo. “Y fue cesado en cuanto se conocieron las irregularidades”.

 

    Acciona emitió un comunicado explicando que había roto todos los vínculos con Servinabar, rescindido los contratos en cuestión, abierto una investigación interna y activado mecanismos de prevención. Además, informó de que reforzaría su canal de denuncias, exigiría doble firma en adjudicaciones y sometería a auditorías externas sus procesos de licitación.

 

 

    Todo muy correcto en la forma, pero no faltaron críticas. En el Congreso y en el Parlamento de Navarra se abrieron comisiones de investigación. Los partidos de la oposición reclamaron que se revisaran todos los contratos adjudicados a Acciona en los últimos cinco años. Y preguntaron lo evidente: ¿cómo es posible que una empresa con tantos controles no detectara una trama de más de un millón de euros?

 

 

     Además, el entorno judicial dejó claro que, aunque no se había registrado la sede central de Acciona, sí se le había enviado un requerimiento de documentación, al que la empresa respondió de forma parcial. El juez tuvo que insistir para recibir los datos completos, lo que levantó más sospechas.

 

 

ENTRE LA TRANSPARENCIA Y LA IMPUNIDAD

 

    El "caso Merino" no es un hecho aislado. Solo es un capítulo más de una larga historia de relaciones privilegiadas entre constructoras y gobiernos, sea cual sea el color político. Durante el franquismo, las obras se adjudicaban por decreto. Durante la transición, el sistema se modernizó, pero los vínculos entre grandes empresas y altos funcionarios nunca desaparecieron. Simplemente, se hicieron más discretos, más sofisticados.

 

     En los 90 y 2000, fue habitual que las grandes constructoras —Acciona, ACS, Sacyr, Ferrovialse turnaran para repartirse el pastel. Las obras del AVE, los hospitales, las desaladoras, las autopistas... todo se licitaba y adjudicaba bajo dinámicas donde la excelencia técnica iba de la mano con la cercanía al poder.

 

      El caso de Acciona no es más grave que otros anteriores, pero sí más simbólico. Porque durante años se presentó como la cara limpia del capitalismo español. La empresa “verde”, moderna, internacional, transparente. Pero como se ha visto, bajo esa capa reluciente hay mecanismos heredados de otro tiempo, donde los contactos importan tanto como los proyectos.

 

 

DE LOS BARRACONES A LA BOLSA: UNA HISTORIA DE CONTINUIDADES

 

     El recorrido de Entrecanales a Acciona es el de una empresa que ha sabido adaptarse a todos los contextos históricos. Sobrevivió a la República, creció en el franquismo, se transformó durante la transición y floreció en democracia. Siempre al lado del Estado. Siempre adjudicando. Siempre construyendo.

 

      Pero en ese recorrido hay huellas profundas. Desde los barracones de presos republicanos en Sevilla hasta las oficinas climatizadas de la sede de Alcobendas. Desde las zanjas abiertas a pico y pala en Heliópolis hasta las presentaciones con powerpoints en Bruselas. Desde la redención de penas hasta las licitaciones millonarias con fondos europeos.

 

     Acciona es, en ese sentido, un espejo de la historia económica española. Con sus pocas luces,   y sus muchas sombras opacidad, dependencia del Estado, redes de favores—. El "caso Merino" es un recordatorio de que la modernización no siempre borra el pasado. A veces solo lo maquilla.

 

FUENTES DOCUMENTALES

  • El País: "Entrecanales desliga a Acciona del amaño de contratos..."

  • CNMC: Sanción a constructoras (2022)

  • Archivos municipales de Sevilla (1940-43)

  • Informes judiciales sobre el caso Koldo-Cerdán

  • Web institucional de Acciona

  • Testimonios recogidos sobre campos de trabajo en Helópolis y Bustarviejo

 

 


 
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  • Chorche

    Chorche | Martes, 01 de Julio de 2025 a las 13:06:47 horas

    El recorrido de Entrecanales a Acciona es el de una empresa que ha sabido adaptarse a todos los contextos históricos: ... "se transformó en la transición y floreció en democracia"

    Cuándo fue eso de la democracia que yo no me enteré y aún la sigo esperando?
    Te refieres a la "democracia" del poder económico para disponer en provecho propio como siempre ha hecho?

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