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Jueves, 26 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:

DE LA COCHINILLA Y EL PLÁTANO A LOS FONDOS BUITRE: CINCO SIGLOS DE MONOCULTIVO Y DESPOJO EN CANARIAS

"Para entender la crisis de la sociedad canaria actual es preciso conocer su historia de dependencia"

Tras siglos de subordinación económica, el presente confirma que la esencia del modelo económico de Canarias no ha cambiado, solo se ha modernizado. Hoy, el turismo reemplaza a los monocultivos clásicos, los fondos buitre a los viejos terratenientes, y la explotación se sofistica en contratos temporales, alquileres imposibles y decisiones tomadas lejos del archipiélago. Este artículo ofrece un diagnóstico claro y sin concesiones: Canarias no es un paraíso, es una economía sometida.

Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 La sociedad canaria no puede entenderse atendiendo únicamente el presente. Para comprender los porqués de las desigualdades sociales actuales, de la precariedad crónica, del encarecimiento de la vivienda y del dominio externo sobre su economía, hay que retroceder varios siglos, hasta los orígenes de su incorporación forzosa al sistema capitalista mundial.

 

   Desde que la Corona de Castilla conquistó las islas en el siglo XV, el archipiélago fue insertado como engranaje periférico en un mercado global aún en formación. No se trataba de un proyecto de desarrollo local, sino de un modelo de extracción: explotar recursos naturales y fuerza de trabajo para abastecer las necesidades de las potencias centrales.

 

   Este patrón se repitió una y otra vez, con distintos productos: azúcar, vino, cochinilla, plátano, tomate... y, en tiempos más recientes, con el Turismo. Cada fase de esta historia está marcada por un rasgo constante: la especialización forzada en una única actividad, impuesta por intereses económicos externos, sin diversificación ni control desde el propio territorio.

 

EL MONOCULTIVO COMO MECANISMO DE DEPENDENCIA

 

    Este modelo de monocultivoagrícola en sus primeras fases, turístico en la actualidad— es un dispositivo de subordinación. Al concentrarse toda la actividad en un solo producto o servicio, la economía canaria queda completamente vulnerable a factores que no controla: crisis internacionales, fluctuaciones de precios, decisiones empresariales tomadas en otras partes del mundo.

 

    Además, al destinar la mayor parte de la producción al exterior, se impide el fortalecimiento del mercado interno. La autosuficiencia alimentaria nunca fue una prioridad. La industrialización local fue sistemáticamente bloqueada. Y así, el modelo productivo se convierte en una trampa que genera empleo precario,  reproduce una sociedad fracturada y hace que la mayor parte de los beneficios sean repatriados fuera del archipiélago, por los dueños foráneos de la economía isleña.   La riqueza producida —ayer con el plátano, hoy con el turismo— rara vez se queda en Canarias. Fluye hacia intermediarios, grandes propietarios, multinacionales y fondos de inversión. Esto no solo desangra la economía, sino que también deteriora los servicios públicos y profundiza la desigualdad social.

 

UNA ESTRUCTURA SOCIAL MARCADA POR LA DESIGUALDAD

 

   Este modelo, en efecto, ha generado históricamente una sociedad dividida. Por un lado, una élite local que ha colaborado con intereses externos y que concentra poder económico y político. Por otro lado, una mayoría trabajadora condenada a la precariedad: jornaleros, medianeros, pescadores, camareras de piso, recepcionistas, limpiadoras, camareros... La lista de profesiones cambia, pero la lógica se mantiene: una clase que trabaja y otra que se enriquece con su trabajo y con la especulación. 

 

  Esta estructura de clases no solo define las condiciones laborales, sino también el acceso a derechos básicos como la educación, la salud o la vivienda. Y es en este último ámbito donde hoy se hace más visible la ofensiva del capital.

 

FONDOS BUITRE Y EL SAQUEO TURÍSTICO

 

   El Turismo, vendido durante décadas como la panacea para el desarrollo canario, ha terminado por consolidar una nueva fase de desposesión. El modelo actual no está en manos del pueblo canario, ni siquiera de la burguesía isleña que, sin embargo, si obtiene beneficios del mismo.  Está controlado por gigantes del capital financiero internacional.

 

   Fondos como BlackRock o Blackstone no solo son accionistas de cadenas hoteleras. También controlan aeropuertos (a través de AENA), compran complejos enteros, gestionan plataformas de alquiler vacacional y especulan con el suelo. Este proceso, perfectamente coherente con la lógica del capital financiero globalizado, convierte a Canarias en una plataforma extractiva orientada al turismo masivo, sin ninguna planificación racional para sus habitantes.

 

   El resultado es devastador. Por un lado, se produce una “turistificación” del territorio que expulsa a la población local de sus barrios, de sus casas, de sus playas. Por otro, el empleo generado por esta actividad es mayoritariamente precario, mal remunerado y físicamente agotador. Camareras de piso que limpian 20 ó 30 habitaciones al día, camareros que trabajan sin contrato o sin cobrar las horas extra, recepcionistas que enlazan contratos temporales sin garantías.

 

   Y mientras tanto, los beneficios siguen fluyendo hacia el exterior. Los propietarios de los hoteles no viven aquí. Las decisiones no se toman aquí. Y los impuestos, si es que se pagan y no son evadidos legalmente mediante artificios fiscales como la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC), tampoco revierten en el archipiélago.

 

CRISIS DE LA VIVIENDA Y ESPECULACIÓN INMOBILIARIA

 

   El dominio del capital financiero sobre el sector turístico se ha extendido también a la vivienda. En lugar de responder a las necesidades habitacionales de la población, el suelo y los edificios se destinan cada vez más al alquiler vacacional o a la especulación.

 

   La consecuencia es evidente. Los precios del alquiler se disparan, mientras los salarios se estancan y generan una continuada pérdida de poder adquisitivo de las clases trabajadoras.  En ciudades como Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife, los barrios tradicionales se vacían de vecinos para dar paso a turistas o inversores. Se produce una gentrificación acelerada que convierte la vivienda en una mercancía inalcanzable.

 

   Fondos como Blackstone, Cerberus y Ares Management poseen decenas de miles de viviendas en el Estado español. Solo Blackstone controla casi 20.000. En Canarias, este fenómeno tiene efectos más graves, por tratarse de un territorio limitado, fragmentado y dependiente del turismo.

 

   El acceso a la vivienda no depende del esfuerzo ni del trabajo, sino de la capacidad de competir con un mercado dominado por el capital financiero. Un mercado donde los canarios juegan con desventaja absoluta.

 

DESIGUALDAD EXTREMA: LOS NÚMEROS HABLAN

 

    Todo este proceso tiene consecuencias sociales dramáticas. Según datos recientes, más del 30 % de la población canaria vive en riesgo de pobreza o exclusión social. Se trata de más de 750.000 personas. Y en algunos barrios populares de las grandes ciudades la situación es aún más grave: niveles de pobreza del 24 %, con un 11 % en pobreza severa.

 

   El índice de Gini, que mide la desigualdad en la distribución de la riqueza, alcanza niveles similares a los de países como Marruecos o Brasil. Y lo más escandaloso: mientras el 10 % más rico concentra cerca del 60 % de la riqueza, la mitad más pobre apenas accede al 4 %.

 

   Esto no es una anomalía, sino el funcionamiento normal de un sistema económico basado en la apropiación privada de los medios de producción, en la concentración de capital y en la explotación de la mayoría por parte de una exigua minoría.

 

LA PROTESTA CRECE, PERO LOS CAMBIOS NO LLEGAN

 

   El pasado 2024, más de 100.000 personas salieron a las calles bajo el lema “Canarias tiene un límite”. Las protestas no iban contra los turistas, sino contra un modelo que convierte el territorio en mercancía y la vida en precariedad.

 

   Se exigió una moratoria turística, una ecotasa para hacer pagar a quienes se benefician, y una reorientación radical del modelo económico. Pero, como era de esperar, las instituciones respondieron con indiferencia, acusaciones de turismofobia y promesas vacías.

 

     La huelga en el sector de la hostelería durante la Semana Santa demostró también que la clase trabajadora no está dispuesta a seguir sosteniendo este modelo sin condiciones dignas. Sin embargo, los acuerdos alcanzados apenas tocaron los problemas estructurales.

 

   Y es que Canarias no necesita "maquillajes", ni más agendas pretendidamente "sostenibles". Lo que necesita, con creciente urgencia,  es romper con una estructura económica y política que la condena a ser una colonia de lujo para ricos extranjeros, mientras su población sobrevive en la precariedad más absoluta.  La verdadera transformación no puede venir de quienes gestionan el modelo, sino de quienes lo sufren.

 
 
 
 
 
 
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  • Chorche

    Chorche | Jueves, 26 de Junio de 2025 a las 20:21:16 horas

    En poco más de una década, como ha sido que hemos permitido que la especulación capitalista se haya introducido en todas partes?. Nos hemos dormido?.
    España está sometida a Europa, ésta, a EEUU, el Pueblo estadounidense, alienado y sometido por el poder económico de su propio país.
    Esto va de lucha por conquistar la soberanía de los pueblos y de uno mismo. En esta lucha no se puede bajar la guardia. No se puede pensar que ya está ganada y a descansar. Va para largo, pero con persistencia, perseverancia y jamás pensar en tirar la toalla se puede ganar.
    "También será posible que esa hermosa mañana ni tú ni yo ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que empujarla para que pueda ser"

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