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Martes, 28 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura:

LA AUTOMATIZACIÓN TOMA EL CONTROL: AMAZON Y LA PRIMERA GRAN PURGA LABORAL TECNOLÓGICA

¿Por qué Amazon despide a 30.000 empleados y qué significa esto para el futuro del trabajo?

Amazon ha anunciado el despido de 30.000 empleados en todo el mundo, una cifra que enciende las alarmas sobre el futuro del empleo en la era de la automatización. La empresa justifica la medida como parte de una transformación estructural impulsada por la inteligencia artificial. Pero detrás de la narrativa de la eficiencia y la innovación, los trabajadores detectan algo distinto: el inicio de una ola global de sustitución tecnológica que amenaza con redibujar la relación entre capital y trabajo. ¿Estamos frente a una revolución silenciosa que cambiará para siempre cómo se produce y quién produce?

 

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

   

    Los medios anuncian que la multinacional estadounidense Amazon pondrá próximamente en la calle a unos 30.000  trabajadores, lo que significará aproximadamente el 9 % de su plantilla mundial de oficina.

 

      Según sus directivos, la operación forma parte de una reestructuración motivada por la aplicación en sus estructuras productivas de la inteligencia artificial (IA) y de la automatización.  

 

“Desde el punto de vista de los empleados, adaptarse a la IA suena más a amenaza que a oportunidad.”

 

 

    Este caso nos servirá como punto de partida para analizar las razones que los patrones argumentan como motivos del gigantesco despido, cómo interpretan ese hecho los trabajadores afectados, además de si este insólito "despido general" lo que empieza a marcar, en realidad, es el inicio de la gran irrupción de la IA en el proceso productivo.

 

LAS RAZONES QUE DAN LOS PATRONES

   La patronal de Amazon ha ofrecido varias explicaciones para estos despidos.

    En primer lugar, argumentan que la empresa está reorientando su negocio hacia la IA generativa y agentes automáticos, tanto en sus servicios de nube como en su logística y operaciones.

 

    El propio CEO ha señalado que la adopción de más de 1.000 aplicaciones de IA cambiará la forma de realizar el trabajo, lo que llevará a que, según explicaba al The Washington Post,

  “necesitaremos menos personas haciendo algunos de los trabajos que están siendo hechos hoy”.

 

    En ese sentido, Amazon procederá  a la ejecución de los despidos no  como resultado de una crisis financiera, sino como consecuencia de «eficiencias» que se obtendrán gracias a la automatización.  

 

    Otra razón que aparece es el énfasis en la reestructuración del segmento corporativo: Amazon afirma que hará una «reducción de la plantilla corporativa» mientras intensifica inversiones en infraestructura de IA y servicios en la nube.   

 

    Además, desde la empresa se comunica que los empleados que mejor se adapten a la IA estarán “mejor posicionados” para el futuro. 

 

“El despido en Amazon marca un antes y un después: la automatización comienza a golpear el corazón del trabajo corporativo.”

 

 

    Desde la óptica empresarial, por tanto, estos despidos se justifican como parte de una estrategia tecnológica de “hacer más con menos”, eliminando redundancias y transformando los roles laborales para alinearlos con los nuevos requerimientos de eficiencia.

 

LA INTERPRETACIÓN DE LOS TRABAJADORES

    Desde la perspectiva de los trabajadores, la medida plantea inquietudes más profundas. Por un lado, existe la sensación de que la empresa está utilizando la transición hacia la IA como coartada para una reducción de plantilla que, de otra manera, podría generar rechazo.

 

    Un informe señala que los empleados de Amazon interpretan que, aunque la firma dice que “la IA no es la razón principal”, el hecho de centrarse en automatización alimenta una lectura distinta: que sus puestos están en peligro como consecuencia directa de esa adopción tecnológica. 

 

     Por otro lado, los trabajadores expresan su malestar por cómo se ha comunicado el proceso: en comunicaciones internas se habla de que

“habrá menos personas haciendo algunos trabajos que existen hoy” 

lo cual les sirve para generar miedo y sensación de vulnerabilidad.   

   Algunos empleados han señalado que la promesa de capacitación en IA suena más bien como un filtro para quedarse los que puedan adaptarse, y desechar olímpicamente a la gran mayoría.

 

   Esto genera una percepción de precariedad: el adaptarse o salir” se convierte en la consigna no oficial.

 

   En resumidas cuentas, para los trabajadores el despido aparece no solo como una reestructuración corporativa, sino como el primer indicio de un cambio estructural profundo en la relación laboral: la automatización sustituye a la fuerza trabajadora, al menos en parte.

 

 

¿ES ESTA LA PRIMERA MUESTRA DE LOS EFECTOS DE LA IA EN EL PROCESO PRODUCTIVO?

     ¿Podemos considerar que este despido masivo es la primera gran demostración del impacto de la IA en la producción?

   

     En parte sí, pero con matices. Por un lado, el anuncio de Amazon es significativo precisamente porque procede de una de las mayores empresas del mundo y reconoce abiertamente que la IA llevará a una reducción de plantilla.

 

¿A qué están esperando los sindicatos para preparar estrategias y alertar a los trabajadores del tsunami que se avecina?

 

     Eso lo convierte en un referente simbólico. Sin embargo, no es estrictamente la primera manifestación: ya se está viendo un patrón más amplio de recortes en empresas tecnológicas que utilizan la IA y la automatización como justificación o contexto. 

 

     Por ejemplo, empresas como  la empresa multinacional de servicios profesionales, Accenture han anunciado que despedirán al menos 11.000 empleados como parte de un programa de reestructuración centrado en la IA. 

 

    Por tanto, aunque Amazon puede marcar una de las primeras grandes olas visibles, no es un caso aislado, sino parte de un cambio infinitamente más amplio: la fase en que la IA deja de ser una tecnología alojada y entra a reemplazar tareas y roles rutinarios. Desde esta óptica, podemos decir que nos encontramos ante los albores de una transformación: la IA está comenzando a repercutir directamente sobre el empleo.

 

OTROS DESPIDOS MASIVOS DE ENVERGADURA EN EE.UU.

    Para entender que no se trata de un caso aislado, conviene repasar algunos otros ejemplos recientes en EE.UU.:

 

  • Microsoft: En mayo de 2025 anunció el despido de unos 6.000 empleados, cerca del 3 % de su plantilla global, en plena apuesta por la IA, aunque la empresa declaró que el motivo principal era racionalizar la estructura de gestión. Luego anunció una nueva ronda de recortes de cerca del 4 % de la plantilla (9.100 empleados) como parte de su apuesta en IA e infraestructura.  

  • Accenture, como ya se mencionó, vinculó directamente sus despidos con un programa centrado en IA.

  • Adicionalmente, los datos muestran que en 2025 ya se han registrado más de 160.000 despidos en el sector tecnológico de EE.UU. a través de más de 500 empresas 

 

    Estos ejemplos pintan un panorama más amplio: la tecnología y la IA ya no solo prometen eficiencia o crecimiento, sino que actúan como catalizadores de recortes laborales a escala.

 

   El despido masivo anunciado por Amazon responde oficialmente a razones de eficiencia, transformación tecnológica y reordenamiento estratégico. Desde la óptica empresarial, el paso hacia la IA exige “menos personas haciendo ciertos trabajos” y este tipo de recortes encaja en esa línea.

 

    Pero desde la perspectiva de los trabajadores, estos movimientos revelan algo mayor: un cambio estructural en el vínculo trabajo‐capital, donde la automatización avanza para sustituir partes de la fuerza laboral y colocar al trabajador ante la alternativa de adaptarse o quedar fuera.

 

    No podemos aún decir que se haya alcanzado la “gran era” de la IA como destructor masivo de empleos, pero estamos claramente en la fase de iniciación de ese proceso.

 

    Los ejemplos asociados muestran que otras grandes compañías ya están actuando en ese sentido. Por tanto, este fenómeno merecería haber captado ya desde hace tiempo, la atención crítica de los sindicatos y partidos de izquierda, porque plantea interrogantes sobre cómo se repartirán los beneficios de la productividad cuando parte del trabajo humano sea sustituido o reconfigurado. ¿A qué están esperando para poner a la gente al corriente del tsunami que se avecina?

 

 
 
 
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