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Miércoles, 23 de Abril de 2025

EL TRONO VACÍO: INTRIGAS Y PACTOS SECRETOS POR LA SUCESIÓN DEL PAPA FRANCISCO

El Papa que quieren Trump, Bannon y el Opus Dei

Mientras el mundo permanece distraído entre guerras y crisis económicas, en los pasillos del Vaticano se está librando una batalla silenciosa, pero decisiva: quién será el próximo Papa. Con la desaparición de Francisco la maquinaria del cónclave ya se ha puesto en marcha. Y no se trata solo de fe o doctrina: lo que está en juego es el control de una de las instituciones más influyentes del planeta, capaz de orientar conciencias, mover millones y condicionar políticas. Nuestro colaborador Jordi Ruiz nos lo cuenta en un detallado y valioso reportaje.

 
POR JORDI RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

     Desde hace siglos cuando la bóveda de la Capilla Sixtina se cierra con llave y se pronuncia el extra omnes -“fuera [Img #84139]todos”- el mundo entero contiene -o, por lo menos contenía- el aliento. 

 

    El cónclave para elegir al nuevo Papa, ese ritual antiquísimo, sigue envuelto en misterio, incienso y sospechas. Aunque oficialmente es presentado como un proceso espiritual,  lo que es constatablemente cierto es que es un auténtico campo de batalla. Y no de un contencioso cualquiera: uno de los más refinados y peligrosos de la historia política occidental.

 

     Porque detrás del humo blanco hay mucho humo negro. Desde el Renacimiento hasta nuestros días, los cónclaves han sido escenarios de pactos secretos, sabotajes, chantajes e incluso muertes sospechosas

 

     La elección de un papa ha sido siempre una cuestión de Estado. Y como toda cuestión de Estado, se cuece con maniobras, presiones, servicios secretos y, por supuesto, dinero, mucho dinero.

 

    Recordemos que el papado no es solo un cargo religioso. Es también el mando supremo de una institución que tiene Estado propio, embajadores en casi todos los países, relaciones diplomáticas con las grandes potencias y una red de influencias que penetra desde las finanzas globales hasta la política más local.

 

    No es casual que en la historia de los cónclaves figuren personajes como el cardenal Giulio de Médici, que se convirtió en Clemente VII tras una elección en 1523 en la que se repartieron fortunas enteras en sobornos. Ni que el papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia, llegara al trono de San Pedro gracias a una alianza perfectamente orquestada de simonía, nepotismo y chantajes en 1492. 

 

    Ni que Juan Pablo I, que solo duró 33 días como papa, muriera en circunstancias que aún hoy alimentan teorías de asesinato vinculadas a su voluntad de limpiar la Banca Vaticana.

 

    Pero más allá del pasado -donde las espadas eran dagas venecianas y los venenos se servían con vino-, lo verdaderamente inquietante está pasando ahora mismo, a puerta cerrada.


 

[Img #84148]

 

 

 

II. FRANCISCO, EL PAPA INCÓMODO 

 

     El papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, llegó como un soplo de aire fresco… o una amenaza directa, según quien lo mirara. Desde su elección en 2013, hizo enemigos tanto dentro como fuera de los muros vaticanos. Denunció el clericalismo, abrió debates sobre la moral sexual, formuló críticas al capitalismo salvaje, pero solo al salvaje porque estuvo siempre convencido de que había otro que, por cierto, nadie ha conocido hasta ahora. Y enfrentó también - aunque con infinitas limitaciones— la podredumbre estructural de los casos de abuso sexual en el seno de la  Iglesia.

 

      Con su muerte, los pasillos del Vaticano han vuelto a llenarse de susurros, de comentarios y de cábalas. Y sobre lo que ahora se debate, -pero sobre todo, lo que se conspira-, es acerca de quién se sentará en la silla de Pedro después de él.

 

     Porque lo que en estos momentos está en juego no es solo una figura simbólica. Es la dirección de una Institución que, en momentos de crisis global, hay quienes piensan que dependiendo de la persona que ocupe la silla papal podrá inclinar la balanza en múltiples conflictos sociales y políticos.  Y los sectores más ultraconservadores dentro de la Iglesia - y fuera de ella también- están decididos a no permitir que un nuevo Francisco venga a complicarles más el juego de sus intereses.

 

    El próximo cónclave, pues, se perfila como uno de los más tensos y divididos de los últimos siglos y ya existen nombres, alianzas y conspiraciones sobre la mesa.
 

 


 III. GUERRA FRÍA EN SOTANA: LOS PAPABLES Y SUS PADRINOS OCULTOS

 

    Los principales contendientes ya tienen sobrenombres entre los vaticanistas: el papable del Opus, el candidato de Francisco, el amigo de Trump, el outsider africano.
 

 

- El cardenal Pietro Parolin: “el diplomático vaticano”

     Actual Secretario de Estado, Parolin es un nombre fuerte. Representa a la curia tradicional, pero también ha sabido tejer alianzas con Francisco. Sería un sucesor “moderado”, capaz de mantener algunas reformas sin alterar demasiado el statu quo. Es del gusto de los sectores europeos centristas y cuenta con el apoyo discreto de algunos poderes financieros italianos. Sin embargo, despierta desconfianza entre los sectores más ultraconservadores, que lo han visto como una marioneta de Francisco.

 


- El cardenal Robert Sarah: “el ultraconservador africano”

     Con un discurso abiertamente crítico hacia Francisco, Sarah se ha posicionado como el referente del ala más tradicionalista. Cercano al Opus Dei, apoyado por sectores neoconservadores de Estados Unidos y con simpatías abiertas del entorno de Steve Bannon, su candidatura sería una vuelta al Vaticano más rancio y combativo. Para muchos, una elección así sería un gesto de “restauración” pura y dura.

 


- El cardenal Matteo Zuppi: “el progresista italiano”

     Arzobispo de Bolonia y figura clave en la Comunidad de Sant’Egidio, Zuppi es uno de los favoritos del entorno papal. Su imagen es la de una suerte de “Francisco 2.0”, que desea ser reconocido como cercano a los pobres, con una mirada ecuménica y un discurso humanista. Pero eso, precisamente, le convierte en objetivo prioritario de quienes quieren cerrar definitivamente la etapa del papa argentino. Ya ha recibido ataques en medios católicos ultraconservadores y sufre una campaña de desprestigio silenciosa.

 


- El cardenal Luis Antonio Tagle: “el asiático con alma franciscana”

     Filipino, carismático, defensor del diálogo inter religioso y de los derechos humanos. Fue nombrado por Francisco como prefecto de Propaganda Fide, lo que lo convierte en uno de los principales responsables de la expansión global de la Iglesia. Muchos lo ven como el heredero natural del papa desaparecido. Sin embargo, sus orígenes asiáticos y su perfil menos europeo podrían jugarle en contra en un Colegio cardenalicio aún dominado por europeos.

 

 

IV. ENTRE LOS MUROS DEL VATICANO: ALIANZAS SECRETAS, CENAS DISCRETAS Y FAVORES CRUZADOS

 

     La imagen pública de los cardenales votando en oración y recogimiento es solo una parte —mínima— del proceso electivo. La verdadera elección empieza mucho antes de que se cierre la Capilla Sixtina. Los cónclaves modernos no se deciden en los rezos, sino en las cenas privadas, en los pasillos, en los mensajes cifrados y en los favores acumulados durante años.

 

Actualmente, tres grandes frentes intentan posicionarse para dominar el futuro inmediato de la Iglesia:


1. El bloque conservador ultraliberal

     Este sector, estrechamente vinculado al Opus Dei y a sectores de la derecha estadounidense y europea, busca revertir el legado reformista de Francisco. Ven muy mal la apertura a las comunidades LGBT, los tímidos avances en el rol de las mujeres, y las matizadas críticas al capitalismo. No es raro encontrar aquí conexiones con fundaciones como el Napa Institute, medios como EWTN y figuras como Raymond Burke (aunque ya sin poder formal, sigue moviendo hilos como un cardenal emérito en la sombra).

 

     Este bloque apuesta por un papa duro, doctrinal, que “ponga orden” y devuelva la verticalidad al poder eclesiástico. Sus métodos incluyen campañas mediáticas, financiación de seminarios alineados, e infiltración en nodos estratégicos de la curia.


 

2. El círculo de los “franciscanos reformistas”

     No son necesariamente “progresistas” en términos seculares, pero apoyan el camino de apertura pastoral que ha impulsado Francisco: una Iglesia menos autoritaria, teóricamente más cercana a los pobres y al sur global. Este grupo, aunque más disperso, cuenta con figuras clave como Zuppi y Tagle. Sin embargo, carece de una maquinaria coordinada como la del bloque conservador. Su ventaja es el respaldo popular: buena parte de la feligresía católica valora positivamente la figura del papa argentino.

 

      Este sector intenta fortalecer sus alianzas con cardenales africanos, latinoamericanos y asiáticos, buscando una mayoría no europea que rompa con la tradición de los últimos siglos.


 

3. El grupo geopolítico vaticano (la diplomacia del silencio)

     Mucho más discreto y pragmático. Está centrado en preservar el poder institucional del Vaticano, sus relaciones internacionales, su rol mediador en conflictos y sus privilegios como Estado. En este grupo militan los diplomáticos de carrera, los expertos en Secretaría de Estado, y los gestores de la máquina burocrática vaticana. No buscan un papa carismático, sino un “gerente global”, alguien que no haga olas pero que mantenga el barco firme.

 

    Aquí es donde entra Parolin, un hombre de aparato, conocedor de las interioridades de cada diócesis, experto en negociar con China, Rusia o EE.UU. Muchos lo ven como el candidato del “continuismo sin agitación”.


 

V. LOS INTERESES EXTERNOS: MÁS ALLÁ DE ROMA

 

     No hay que pecar de ingenuidad: la elección del próximo papa no solo se sigue con atención en los despachos de la curia. También está siendo cuidadosamente monitoreada desde las embajadas, las agencias de inteligencia y los centros de poder del capitalismo global.


- Estados Unidos y la ultraderecha internacional

    La red católica neoconservadora estadounidense no ha ocultado su malestar con Francisco. Desde su encíclica Laudato Si, hasta su apoyo a los migrantes, el papa ha sido percibido como una amenaza a los valores del "American way of life".

    Organizaciones como CatholicVote, EWTN, y fundaciones financiadas por los Koch, han intensificado sus críticas y sus movimientos para promover una línea dura en el Vaticano.

Incluso Steve Bannon - sí, el ideólogo de Trump- ha intentado formar una “internacional católica” para combatir el “globalismo papal”. Aunque con resultados modestos, sus contactos en la curia siguen activos.

 


- Rusia, China y la diplomacia vaticana

     Para Moscú, el Vaticano es una ficha diplomática útil, pero también molesta cuando se acerca demasiado al ecumenismo con los ortodoxos. Francisco ha intentado mantener un equilibrio, pero una línea más conservadora podría ser mejor recibida por Putin.

 

     China, por su parte, ha logrado un acuerdo histórico con el Vaticano para nombrar obispos consensuados, un pacto extremadamente polémico. Un sucesor que revise ese acuerdo sería mal visto por Pekín. Por eso, los diplomáticos chinos siguen de cerca la posible continuidad de un perfil “acuerdo-friendly” como Parolin.
 

 

- Los lobbies financieros

    El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, ha sido escenario de escándalos durante décadas. Francisco inició una timidísima reforma con el nombramiento de gente más transparente, pero no tocó los grandes intereses de raíz. Los lobbies financieros esperan que el próximo papa les devuelva libertad de maniobra y que baje la presión sobre los fondos offshore y las operaciones turbias.

 

      Por eso hay tanto interés en que el próximo pontífice no sea “militante”, sino más bien “neutral”. O mejor dicho, funcional.
 

 

VI. EL HUMO BLANCO AÚN NO SE ELEVA: ¿SORPRESA O JAQUE MATE?

 

       Aunque el ritual del cónclave es una coreografía milimetrada, su desenlace es menos predecible de lo que parece. La historia nos ha dado ya varios papas "sorpresa":  Karol Wojtyla, un polaco desconocido en 1978; Joseph Ratzinger, elegido con rapidez aunque se lo consideraba "divisivo"; y Jorge Bergoglio, que ni figuraba en las quinielas principales y acabó sentado en el trono de Pedro.

 

    ¿Puede volver a pasar? Sí, y de hecho, ese es el temor de los sectores que han trabajado durante años para posicionar a “su” candidato. Porque si hay algo que el Espíritu Santo, (o, en términos más terrenales, las dinámicas del poder), ha demostrado, es que siempre puede surgir un “tapado” de última hora. Alguien capaz de aglutinar a los indecisos, seducir a los neutrales y ofrecer una carta de unidad en tiempos de fractura.

 


Los “tapados” que empiezan a sonar…

 

     Entre los nombres que empiezan a mencionarse en voz baja figuran cardenales de perfil bajo pero bien conectados: el canadiense Marc Ouellet (equilibrado pero conservador), el húngaro Peter Erdö (teólogo y europeísta), o incluso el argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, muy cercano a Francisco aunque con resistencias entre sectores más ortodoxos.

      Algunos incluso sugieren una figura inesperada del continente africano o asiático, para confirmar el desplazamiento del eje católico desde Europa hacia el sur global. Sería una jugada arriesgada, pero con una fuerte carga simbólica.

 


VII. ¿QUÉ SE JUEGA REALMENTE EN ESTE CÓNCLAVE?

 

    Pocas veces un cónclave ha sido tan decisivo. Lo que está en juego no es sólo la elección de un papa, sino el rumbo de una Iglesia desgastada, dividida y con crecientes dificultades para interpelar a una humanidad atravesada por crisis sociales, económicas y ecológicas.

 

     Los sectores conservadores quieren un papa que “restaure” el viejo orden. Pero no por nostalgia teológica: lo que buscan es reinstaurar una estructura de poder vertical, autoritaria, masculina y al servicio del orden capitalista global. Una Iglesia totalmente muda ante las injusticias, alineada con las derechas populistas, útil para contener el malestar social. Una Iglesia, en suma, funcional al nuevo autoritarismo global.

 

    El sector reformista, por su parte, no representa, una revolución socialista —ni de lejos—, pero sí al menos una cierta apertura al diálogo, una voluntad de escucha, y un intento de tratar de aggiornarse más o menos, a los tiempos que corren sin llegar, eso sí, a perder la brújula

 

     En muchos sentidos, el pontificado de Francisco ha sido un equilibrio inestable entre esa vocación de cambio y los límites estructurales del Vaticano. La pregunta es: ¿se romperá ese equilibrio?
 

 

VIII. EL VATICANO COMO MICROCOSMOS DEL MUNDO

 

     Desde una lectura crítica, lo que sucede en el Vaticano no es ajeno a las dinámicas del capital, el poder y la ideología. El papado no es un fenómeno puramente espiritual: es también una institución de clase, con su propia lógica de reproducción ideológica.

 

    Como enseñara Gramsci, las instituciones culturales - y la Iglesia Católica es una de las más poderosas del planeta-  son piezas clave en la construcción del consenso, en la naturalización de un orden social desigual. Por eso los cónclaves no son meras elecciones eclesiásticas, sino batallas ideológicas en el corazón de una estructura que continúa moldeando la conciencia de millones.

 

     Y es que las ideologías no son “ideas locas”, sino maneras concretas en que las clases dominantes tratan de asegurar su hegemonía. El próximo papa será —querámoslo o no— un engranaje más en esa disputa global entre quienes quieren sostener el orden actual y quienes anhelan un mundo diferente.

 


IX. ¿EL ÚLTIMO PAPA?

 

     Algunos sectores católicos más excéntricos - o apocalípticos -  creen que estamos cerca del “último papa”, según ciertas profecías atribuidas a San Malaquías. Dios nos libre de entrar aquí en ese terreno, pero no deja de ser sintomático que muchos vivan esta sucesión como algo definitivo.

 

    Porque aunque no se acabe el mundo, sí puede cerrarse una etapa. Si gana el bloque ultraconservador, podríamos ver un retroceso que consolidaría a la Iglesia como bastión ideológico de la nueva derecha global. Si se impone un reformista, la tensión seguirá, pero al menos se mantendría un espacio para el debate, para la pastoral social, para cierta resistencia desde dentro.

 

     En cualquier caso, el próximo cónclave marcará el pulso de un mundo en plena tormenta. Y como siempre, será en silencio, sin cámaras, sin testigos… pero no sin consecuencias.

 

Fuentes consultadas:

  • Noticias y artículos de prensa especializada: Vatican Insider, Crux Now, The Pillar, National Catholic Reporter, análisis sobre la sucesión de Francisco 2023-2025.

 
 
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  • Chorche

    Chorche | Jueves, 24 de Abril de 2025 a las 13:36:11 horas

    EN TU DECLARACIÓN DE LA RENTA, NO MARQUES NINGUNA DE LAS DOS
    CASILLAS:
    · NI A LA IGLESIA CATÓLICA
    · NI A FINES SOCIALES
    La iglesia católica no solo obtiene ingresos públicos a través del irpf
    cada año.
    Entre toda la ciudadanía financiamos:
    630 m€ por las casillas de la declaracion irpf. 359 millones de €
    directos + 271 millones de € a través de sus ongs.
    5.870 m€ subvención a la enseñanza concertada católica
    + nóminas del profesorado de religión.
    2.900 m€ subvención a la obra social y asistencial
    + subvención a la atención hospitalaria.
    600 m€ mantenimiento del patrimonio histórico-artístico.
    La iglesia católica ha inmatriculado más de 100.000 bienes que deben
    restituirse al dominio público, además se apropia de los ingresos de las
    entradas y visitas que no declara ni tributa.
    350 m€ subvenciones a eventos religiosos,
    salarios de capellanes, etc.
    2.000 m€ exenciones fiscales. La iglesia católica está exenta de pagar
    impuestos como el ibi por sus miles de inmuebles, tampoco paga el
    impuesto de sucesiones y donaciones, transmisiones patrimoniales,
    actividades económicas, actos jurídicos, etc., lo que se traduce en
    subvenciones indirectas.
    Un total de más de 12.300 m€ cada año de financiación pública
    para la iglesia católica (según estimación de Europa Laica a partir de
    distintas fuentes y datos oficiales).
    EL GOBIERNO DEBE RENDIR CUENTAS DE ESTA FINANCIACIÓN Y
    HA DE EXIGÍRSELA A LA IGLESIA CATÓLICA
    LAS CONFESIONES RELIGIOSAS DEBEN AUTOFINANCIARSE Y PAGAR IMPUESTOS.
    (Fuente: Europa Laica)

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  • Chorche

    Chorche | Miércoles, 23 de Abril de 2025 a las 12:59:44 horas

    No soy religioso y menos de la iglesia católica, pero este papa me caía mejor que todos los que he conocido entre otras cosas porque estaba, o por lo menos lo intentaba, poniendo en su sitio a la secta del Opus Dei. Es la magia negra del capital, tal cual. Hay que conocerla para desear su destrucción, su desaparición, que desaparezca de la faz de la Tierra.

    Accede para responder

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