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Martes, 17 de Septiembre de 2024 Tiempo de lectura:

EL ENIGMA DE LA MUERTE DE NAPOLEÓN: QUIENES Y POR QUÉ RAZONES ENVENENARON AL EMPERADOR FRANCÉS

¿Fue el emperador francés víctima de un complot del poder imperial británico?

La muerte de Napoleón continua rodeada de misterio. Aunque oficialmente se atribuyó a un cáncer, nuevas pruebas obtenidas a la luz de la investigación científica moderna sugieren una verdad mucho más siniestra: el emperador francés pudo haber sido víctima un envenenamiento lento y deliberado. Nuestro colaborador Manuel Medina analiza, desde un punto de vista marxista, las circunstancias sociales y políticas de la época, que nos permitirían deducir que potencias y clases sociales se verían favorecidas con la desaparición del ex emperador

 

 

POR MANUEL MEDINA (*)  PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.

 

     La muerte de Napoleón Bonaparte, ocurrida el 5 de mayo de 1821 en la remota isla atlántica de Santa Elena, ha sido objeto de intensas especulaciones a lo largo de más de dos siglos. Aunque la versión oficial ha señalado que el emperador francés falleció por un cáncer de estómago, no pocos y acreditados investigadores históricos han puesto en duda esa versión. ¿Fue lentamente envenenado Napoleón por sus captores y custodios, los británicos?

 

      Desde el primer día de su destierro en Santa Elena, ubicada en medio del Atlántico central, la isla se perfilaba como algo más que una prisión. Era el destino final de un hombre que había dominado Europa, reducido ahora a una simple figura derrotada, aislada en una isla situada a más de 1.800 kilómetros de la costa africana. Pero si su derrota militar fue evidente, su muerte continúa siendo un misterio envuelto en múltiples teorías de la conspiración, intereses políticos, celos y oscuros secretos.

 

     A simple vista, los últimos días de Napoleón estuvieron marcados por el deterioro progresivo de su salud. Sufría dolores abdominales, vómitos constantes y una extrema fatiga. Estos síntomas fueron atribuidos a un cáncer gástrico, enfermedad que también había afectado a su padre y a una de sus hermanas. En la autopsia realizada por su médico personal, François Carlo Antommarchi, se observó que su estómago estaba perforado por úlceras, una señal típica de esta enfermedad.

 

ARSÉNICO, EL VENENO SILENCIOSO

 

    Sin embargo, algunos de los síntomas que presentó [Img #80184]Napoleón no encajaban en absoluto con ese diagnóstico. Fue este punto el que suscitó la posibilidad de que el arsénico hubiera sido una de las posibles causas de su muerte.  En 1962, el toxicólogo sueco Sten Forshufvud, autor del libro cuya portada figura en esta misma página, analizó muestras del cabello de Napoleón tomadas durante su exilio en Santa Elena y descubrió niveles anormalmente altos de arsénico.  Este hallazgo reavivó las sospechas de que podría haber sido víctima de un deliberado y sistemático envenenamiento. Pero, ¿realmente pudo ser envenenado el ex emperador  de manera lenta y constante? Y, por otra parte, ¿cuál pudo haber sido el móvil de ese crimen?

 

    El arsénico es conocido desde la remota antigüedad como un veneno letal que, administrado en pequeñas dosis, logra pasar inadvertido hasta que es demasiado tarde. Pero lo más intrigante del asunto es que no solo se hallaron trazas de ese veneno en cantidades letales en el cabello de Napoleón de sus últimos días, sino también en mechones de años anteriores. Un indicio que sugeriría claramente que el envenenamiento de Bonaparte pudo haber sido prolongado, dando lugar una muerte lenta que se fue produciendo poco a poco.

 

   Los estudios más modernos refuerzan la idea de este envenenamiento prolongado. Pero la pregunta persiste: ¿quién se beneficiaba de la muerte de Napoleón? Y más aún, ¿a través de que vías el veneno pudo llegar hasta su cuerpo?

 

    Algunas teorías enunciadas por gacetilleros de la prensa inglesa de la época apuntaron la posibilidad de que su contacto diario con productos como pegamentos y tintes, que en aquella época contenían arsénico, podría haber sido una fuente accidental de envenenamiento. Sin embargo, esta hipótesis parecía deliberadamente interesada y formulada con el propósito de eludir la responsabilidad británica en el hipotético envenenamiento. La razón era muy sencilla: la cantidad encontrada en el cuerpo del ex emperador fue demasiado alta como para que pudiera ser considerada como "casual".


 

     Como es natural, las primeras sospechas apuntaron rápidamente a los británicos, los responsables directos de su destierro y custodia en su colonia de la isla de Santa Elena. La isla, húmeda y fría, no era un lugar apropiado para el antiguo emperador. Las condiciones de su residencia, la casa de Longwood, eran deplorables, y ya no pocos contemporáneos habían denunciado que estas condiciones habían sido deliberadamente creadas para acelerar su fin.


 

    Una figura clave en esta trama fue Charles Tristán de Montholon, un hombre cercano a Napoleón durante su exilio. La relación entre ambos no solo era de subordinación, sino también de celos y traición.  Testimonios de la época han mantenido que Tristán de Montholon envenenaba a Napoleón por órdenes de los británicos, mientras que su esposa mantenía simultáneamente un romance con el emperador. La recompensa de Montholon por su traición, al parecer, no se hizo esperar: al regresar a Francia, recibió una pensión considerable, a la que agregarían, además, el título de marqués.

 

      En cualquier caso, a día de hoy, la causa exacta de la muerte de Napoleón sigue siendo objeto de intriga y de debate.  La teoría del envenenamiento, aunque controvertida, sigue fascinando a historiadores y aficionados por igual.
 

    En última instancia, la muerte de Napoleón en Santa Elena no solo fue el final de uno de los personajes más influyentes de la historia contemporánea europea, sino que también simbolizó el colapso final de un Imperio y la paulatina hegemonía del poder de la burguesía.

 

    ¿Fue el cáncer quien derrotó definitivamente al ex Emperador o fueron otro tipo de intereses oligárquicos los que determinaron que mantener con vida a aquel hombre era un serio peligro para la estabilidad y la consolidación de los pactos concertados entre una burguesía ascendente y una aristocracia en franco proceso de  decadencia

 

 

  ¿QUÉ GRUPOS O CLASES SOCIALES EUROPEAS PODÍAN TENER   INTERÉS EN HACER DESAPARECER A NAPOLEÓN?

 

  Para estar en disposición de poder aproximarnos a una posible respuesta a la interrogante que formula el epígrafe hay que analizar necesariamente tanto el contexto histórico que existía en aquellos momentos en Europa, como las características políticas del personaje al que presuntamente se pretendía envenenar. Solo la consideración de ambos elementos nos permitiría dar una respuesta a la interrogante: ¿A los intereses de qué países o clases sociales europeos habría favorecido la eliminación de Napoleón Bonaparte?

 

    Lo que parece seguro es que la desaparición de una figura tan carismática y políticamente peligrosa como la de Napoleón Bonaparte habría contribuido a asegurar la estabilidad del nuevo orden capitalista-burgués que en aquellos momentos  se estaba inaugurando en una buena parte de Europa. Por lo tanto, aunque no existan pruebas concluyentes de cuáles fueron las causas que acabaron con la vida de Napoleón , las motivaciones políticas y económicas de la oligarquía británica, como de otros sectores del poder en el resto de Europa, existían. 

 

      Es históricamente cierto, además, que las diferentes [Img #80185]oligarquías nacionales  europeas estaban aterrorizadas ante la posibilidad de  que Napoleón burlara nuevamente el destierro al que había sido sometido en la Isla de Santa Elena, tal y como había hecho  antes al huir de la Isla de Elba en 1815, cuando con un aguerrido y pequeño grupo de seguidores desembarcó en el sur de Francia, provocado la huida del monarca recién reinstaurado Luis XVIII y retomando el poder. Desde la perspectiva de las Monarquías europeas el regreso de Napoleón habría dado lugar a la irrupción de un desafiante nuevo ciclo revolucionario que habría puesto nuevamente contra la pared  a las Monarquías y aristocracias tradicionales.

 

 

¿CUÁL FUE EL PAPEL DESEMPEÑADO POR NAPOLEÓN DESDE LA PERSPECTIVA DE LA HISTORIOGRAFÍA MARXISTA?

 

     Desde el análisis del materialismo histórico, la imagen de Napoleón Bonaparte ha sido interpretada como la correspondiente a un personaje complejo, cuya acción reflejó tanto los avances como las contradicciones de la Revolución Francesa y su impacto en la consolidación de un nuevo orden burgués que se implantó a partir de la liquidación de la Monarquía y el establecimiento de la República.

 

    En la senda de ese proceso revolucionario, Napoleón fue un actor crucial en la culminación de la Revolución Francesa y en la consolidación de sus logros, aunque ello tuviera lugar bajo una forma de gobierno fuertemente autoritaria y personal.

 

      Desde una perspectiva marxista, Napoleón actuó como un claro defensor de los intereses de la clase burguesa que había emergido con fuerza tras el estallido de la Revolución. El feudalismo del Antiguo Régimen, que estuvo dominando Europa a lo largo de siglos, quedó definitivamente desmantelado por las reformas napoleónicas. El Código Civil Napoleónico (1804), por ejemplo, es considerado una de sus mayores contribuciones, al establecer un marco legal que favorecía la propiedad privada y las relaciones contractuales capitalistas, elementos fundamentales para el propio desarrollo de la burguesía. 
 

 

      Aunque su ascenso al poder pueda ser interpretado también como una traición a los ideales más radicales y populares de la Revolución Francesa, - tales como la igualdad social y la democracia republicana-, la historiografía marxista reconoce que Napoleón sirvió para estabilizar a la sociedad francesa, después de una década de turbulento caos.

 

    Marx y Engels vieron en Napoleón a un líder que, mediante [Img #80186]la concentración absoluta del poder personal, medió entre las clases sociales en conflicto, particularmente entre la burguesía y los sectores populares, pero defendiendo siempre  los intereses de la primera. Un papel político que, a partir de su figura, daría lugar al concepto de "bonapartismo".   

 
 


 LA EXPANSIÓN IMPERIAL NAPOLEÓNICA Y LAS CONTRADICCIONES DEL CAPITALISMO

 

     Las guerras de expansión emprendidas por Napoleón no fueron simplemente guerras de anexión imperial del poder francés, sino también una expresión de las fuertes tensiones y contradicciones inherentes al propio sistema capitalista que de forma virulenta emergía en una parte de Europa. El expansionismo de Napoleón, que sirvió para la difusión de las ideas revolucionarias burguesas por toda Europa, impuso igualmente la lógica económica y social del capitalismo, contribuyendo de esa forma a la destrucción de los vestigios feudales en muchos de los territorios conquistados.

 

 

    En opinión de Marx y Engels, Napoleón no solo difundió los valores burgueses, como libertad de comercio, la abolición de los privilegios feudales y el establecimiento de la propiedad privada-, sino que también ayudó a acelerar el desarrollo capitalista en países como Alemania e Italia, donde sus reformas institucionales promovieron la modernización económica.

 

 

    No obstante, su carácter imperialista y militarista también reflejaba las tensiones internas de un sistema que ya en aquella época se veía obligado compulsivamente a expandirse de forma agresiva, tratando de buscar mercados y recursos más allá de los límites de  sus fronteras.
 

 

     Aunque Napoleón promovió reformas que favorecieron al desarrollo capitalista y la expansión de la burguesía, su modelo de gobierno contenía elementos fuertemente reaccionarios. A pesar de sus reformas progresistas en materia legal y administrativa, el establecimiento de una dictadura militar y la supresión de los derechos democráticos pusieron de relieve los límites estrechos del proyecto napoleónico. Los sectores más radicales de la Revolución Francesa, que abogaban por una auténtica igualdad social y económica, fueron totalmente neutralizados bajo su régimen.

 

 

    En última instancia, la derrota de Napoleón en 1815 también representa, desde esta óptica, la incapacidad de un régimen personalista y militarizado de sostenerse en el largo plazo frente a las crecientes tensiones sociales y la oposición de las monarquías europeas, que buscaban restaurar el orden pre-revolucionario. No obstante, la restauración monárquica tras su caída no pudo revertir completamente los cambios que Napoleón y la Revolución Francesa habían introducido, especialmente en lo que se refiere a la destrucción del feudalismo y la consolidación de las instituciones burguesas.

 

 

      Por todo ello, Napoleón, aunque derrotado, continuaba siendo una amenaza potencial para el equilibrio de poder en EuropaA pesar de su exilio, los rumores sobre su retorno y las redes de apoyo que aún mantenía suscitaron la  inquietud de las potencias europeas, especialmente de Gran Bretaña. Desde el cuadro de intereses de la oligarquía británica, eliminar a Napoleón de  manera definitiva podía ser una forma de garantizar la estabilidad y evitar una nueva oleada de conflictos revolucionarios.

 

 

     El Imperio Británico, en plena expansión a principios del siglo XIX, había sido uno de los mayores adversarios de Napoleón, y la lucha contra él fue en gran medida una dura batalla por la hegemonía económica. El bloqueo continental  al que Napoleón sometió a las Islas británicas, conocido como el Sistema Continental (1806-1814), trataba de estrangular económicamente a Gran Bretaña, prohibiendo el comercio británico en el continente europeo. Si bien este bloqueo no tuvo el éxito que esperaba Napoleón, sí representó una seria amenaza para los intereses comerciales y económicos británicos.

 

 

    Por lo tanto, aunque no existan pruebas determinantes que indiquen claramente que su muerte fue un asesinato cometido por los británicos, las motivaciones políticas y económicas para hacerlo desaparecer eran ciertamente más que abundantes, tanto por parte de la oligarquía británica como por el de otros sectores del poder en Europa.

 

(*) Manuel Medina es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia

FUENTES CONSULTADAS:

Napoleón Bonaparte, Albert Manfred, Editorial Futuro
Napoleón,  Evgueni Tarle,  Editorial Ciencias  Sociales
Napoleón entre la Guerra y la revolucion, Biblioteca Omegalia
Napoleón Bonaparte, Emil Ludwig
Napoleón, Max Gallo

 

 

 
 
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