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Domingo, 11 de Agosto de 2024 Tiempo de lectura:

ILAN PAPPÉ: "PARA DETENER EL GENOCIDIO EN GAZA HAY QUE ERRADICAR EL PROYECTO COLONIAL DE ISRAEL"

Habla un referente de la historiografía sobre el conflicto palestino-israelí

Transformamos en una ilustrativa entrevista para nuestros lectores, uno de los últimos artículos de Ilan Pappé, figura prominente en la historiografía moderna y un crítico inflexible de las narrativas predominantes en torno al conflicto israelí-palestino (...9.

Sobre Ilan Pappé

[Img #79872]  Ilan Pappé es una figura prominente en la historiografía moderna y un crítico inflexible de las narrativas predominantes en torno al conflicto israelí-palestino. Nacido en Haifa, Israel, en 1954, Pappé se formó en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Universidad de Oxford, donde obtuvo su doctorado en Historia. Su carrera se ha caracterizado por su valentía al desafiar las versiones oficiales de la historia israelí, lo que lo ha convertido en un personaje controvertido en su país de origen. Actualmente, es catedrático en la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, donde dirige el Centro Europeo de Estudios sobre Palestina.  Entre sus obras más influyentes se encuentran La limpieza étnica de Palestina y La idea de Israel, textos que ofrecen una lectura crítica de la creación del Estado de Israel y la consiguiente expulsión de la población palestina. Además, Pappé es un ferviente defensor del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), lo que lo ha colocado en la mira de diversos sectores tanto dentro como fuera de Israel. Para facilitar su lectura, transformamos en entrevista uno de sus últimos artículos "Para parar el genocidio de Palestina, que dura ya un siglo, hay que erradicar la fuente de violencia", publicado en su versión en español en el digital La Haine. 

 

 

Entrevista

 

- Pregunta: Profesor Pappé, usted ha afirmado en diversas ocasiones que la violencia que hemos visto en Palestina desde el 7 de octubre de 2023 es una de las más intensas desde la Nakba de 1948. ¿Cómo debemos entender este estallido de violencia en su contexto histórico?

 

    - Ilan Pappé: Para comprender lo que ocurre hoy en Palestina, es fundamental situar estos acontecimientos en un contexto histórico más amplio. La violencia que hemos presenciado desde octubre de 2023 no es un fenómeno aislado, sino la continuación de un conflicto colonial que comenzó con la llegada del primer grupo de colonos sionistas en 1882. Desde esa fecha, Palestina ha sido el escenario de un proyecto colonial que, al igual que otros proyectos de asentamientos coloniales, se ha basado en la eliminación de la población nativa. La Nakba de 1948, donde se expulsó a la mitad de la población palestina y se destruyeron cientos de pueblos, fue un momento clave en este proceso. Sin embargo, la violencia no se detuvo ahí. Lo que estamos viendo hoy es, en muchos sentidos, una extensión de esa limpieza étnica inicial, ahora bajo formas que incluyen lo que algunos, incluyendo yo mismo, consideraríamos un genocidio en Gaza.

 

- Pregunta: Usted menciona que este conflicto debe entenderse como parte de un proceso de descolonización. ¿Podría explicarnos más sobre este enfoque y su relevancia para la situación actual?

 

    - Ilan Pappé: Enmarcar el conflicto como una lucha anticolonial es esencial porque nos permite comprender la raíz de la violencia. El sionismo, desde sus inicios, no fue simplemente un movimiento nacionalista, sino un proyecto colonial. A medida que el sionismo se desarrolló en las últimas décadas del siglo XIX, se convirtió en un proyecto de asentamiento colonial cuya misión era despojar a la población palestina de su tierra y recursos. Este enfoque colonialista fue, y sigue siendo, violento por naturaleza. La resistencia palestina, por tanto, no puede ser simplemente etiquetada como "terrorismo". Es, en esencia, una lucha anticolonial, similar a las luchas en Argelia, Kenia y otros lugares que han experimentado colonización. Sin reconocer esta dimensión, cualquier intento de resolver el conflicto estará condenado al fracaso, porque no aborda las causas fundamentales.

 

- Pregunta: A menudo se escucha en los medios occidentales que Israel actúa en "defensa propia" mientras que la resistencia palestina se califica de "terrorismo". ¿Cómo interpreta usted esta narrativa?

 

   - Ilan Pappé: Esta narrativa es profundamente problemática y refleja un sesgo inherente en la forma en que se cubre el conflicto. El relato israelí de "defensa propia" tiene sus raíces en la historia, particularmente en la época del Mandato Británico, cuando el principal grupo paramilitar sionista, la Haganah, colaboraba con el ejército británico para sofocar la Revuelta Árabe de 1936-1939. Desde entonces, cualquier acto de agresión contra los palestinos ha sido justificado como un acto de defensa. Esta narrativa ha sido tan efectiva que ha permeado no solo el discurso israelí, sino también el internacional, permitiendo que la violencia israelí se perciba como una respuesta legítima a la amenaza palestina, mientras que la resistencia palestina se descarta como terrorismo. Pero si miramos la historia con ojos críticos, vemos que la violencia israelí ha sido, en gran medida, ofensiva, destinada a apoderarse de tierras y recursos, y a eliminar a la población nativa. La resistencia palestina, aunque a veces violenta, es una respuesta a esta agresión continua.

 

- Pregunta: Hablando de la historia de la violencia en Palestina, usted ha mencionado que la llegada de los colonos sionistas en 1882 no fue solo un acto físico, sino también epistémico. ¿Qué quiere decir con esto?

 

   - Ilan Pappé: La llegada de los primeros colonos sionistas en 1882 marcó el inicio de un desalojo no solo físico, sino también epistemológico de los palestinos. Esto significa que, mucho antes de que los colonos llegaran a Palestina, ya se había imaginado y codiciado su desalojo. El mito de "una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" es un ejemplo de esta violencia epistémica. Los colonos llegaron con la idea preconcebida de que Palestina estaba vacía o, al menos, de que sus habitantes no contaban como personas con derechos sobre la tierra. Este tipo de pensamiento deshumanizante permitió que los actos de violencia física que siguieron se justificaran como necesarios o incluso benévolos. Así, la violencia contra los palestinos no comenzó con las armas o las expulsiones, sino con una visión del mundo que los excluía y los desposeía de su humanidad.

 

- Pregunta: En la evolución del conflicto, ¿cuáles han sido los momentos clave en los que la violencia ha escalado y cómo han respondido los palestinos a estas agresiones?

 

    - Ilan Pappé: A lo largo de la historia del conflicto, hemos visto varios momentos clave de escalada de violencia. Uno de los primeros fue en 1929, cuando los palestinos respondieron con violencia por primera vez, de manera espontánea, ante la amenaza de la construcción de un tercer templo en lugar del Haram al-Sharif. Este fue un momento en el que la violencia sionista comenzó a ser percibida como una amenaza existencial para los palestinos. Luego, en 1936, la Revuelta Árabe marcó el primer levantamiento organizado contra la colonización sionista. Este patrón continuó con la Nakba de 1948, la ocupación de Cisjordania y Gaza en 1967, y las sucesivas intifadas en 1987 y 2000. Cada uno de estos momentos representó una escalada en la violencia israelí y una respuesta palestina cada vez más desesperada y decidida. A pesar de las diferentes tácticas, desde la resistencia no violenta hasta la lucha armada, el objetivo palestino ha sido constante: recuperar su tierra y sus derechos.

 

- Pregunta: A pesar de la brutalidad de la ocupación, la resistencia palestina ha adoptado diversas formas a lo largo del tiempo, incluyendo la lucha armada y el activismo no violento. ¿Cómo evalúa usted la eficacia de estas diferentes formas de resistencia?

 

     - Ilan Pappé: La resistencia palestina ha sido diversa y ha evolucionado con el tiempo. La lucha armada ha sido una respuesta inevitable a la violencia extrema del colonizador. Sin embargo, también ha habido intentos significativos de utilizar medios no violentos, como la Primera Intifada en 1987, que fue mayoritariamente no violenta, y el movimiento BDS que surgió en 2005. Estos movimientos han logrado atraer la atención internacional hacia la causa palestina y han puesto de relieve la brutalidad de la ocupación israelí. Sin embargo, la respuesta de Israel ha sido siempre violenta, independientemente del enfoque adoptado por los palestinos. Esto subraya la dificultad de lograr un cambio sin una presión externa significativa sobre Israel. La historia muestra que los proyectos coloniales rara vez terminan sin un colapso interno o una presión externa considerable. Por lo tanto, mientras la comunidad internacional no intervenga de manera decisiva, la violencia en Palestina probablemente continuará.

 

- Pregunta: En su opinión, ¿cuál es el papel de la comunidad internacional en la resolución de este conflicto?

 

    - Ilan Pappé: La comunidad internacional tiene un papel crucial que desempeñar en la resolución de este conflicto. Como he mencionado antes, la presión externa es esencial para poner fin a un proyecto colonial. En el caso de Palestina, esto significa imponer sanciones a Israel, apoyar el movimiento BDS y exigir un alto el fuego inmediato. La comunidad internacional también debe reconocer y apoyar el derecho de los palestinos a resistir la ocupación. Sin este apoyo, cualquier "proceso de paz" está destinado a fracasar, como hemos visto con los Acuerdos de Oslo, que, en lugar de traer la paz, proporcionaron inmunidad a Israel para continuar su ocupación. La solidaridad global es vital para cambiar la dinámica en Palestina y obligar a Israel a reconsiderar sus políticas genocidas y coloniales.

 

- Pregunta: Finalmente, ¿cómo ve usted el futuro de Palestina y la posibilidad de una solución justa y duradera al conflicto?

 

- Ilan Pappé: Es difícil prever un futuro inmediato optimista mientras persista el proyecto colonial israelí y no se reconozcan plenamente los derechos de los palestinos. Sin embargo, la historia nos enseña que los regímenes coloniales no son eternos. La resistencia de los palestinos, tanto violenta como no violenta, continuará hasta que se logre una solución justa. La clave para un futuro mejor radica en el reconocimiento internacional del carácter colonial del conflicto y en la presión sostenida sobre Israel para que cambie de rumbo. Solo cuando se desmantelen las estructuras coloniales y se restablezcan los derechos de los palestinos, podremos hablar de una paz verdadera y duradera en la región. El camino es largo y está lleno de obstáculos, pero la justicia y la paz para Palestina no son imposibles.

 

 
 
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