
SECRETARIO DEL TESORO DE EE.UU. SE DESTERNILLA DE RISA CUANDO LE PREGUNTAN POR LOS AUTORES DE LA VOLADURA DEL NORD STREAM 2 (VÍDEO)
¿Quién se beneficia del sabotaje al gasoducto que unía Rusia y Europa? ¿Se hunde Europa entre las grietas de la geopolítica del gas?
El sabotaje al "Nord Stream 2" desató en su momento una tormenta geopolítica sin precedentes. Pero la carcajeante contestación de Scott Kenneth Bessent, Secretario del Tesoro USA no son para menos . Acusaciones cruzadas, investigaciones estancadas y una Europa atrapada entre el frío y la especulación energética. ¿Quién tiene las manos manchadas en esta guerra silenciosa?
POR HANSI QUEDNAU PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Las tensiones internacionales no conocen ni un minuto de descanso . Una vez
más, la polémica ha saltado a la palestra tras la difusión de unas declaraciones formuladas por Scott Kenneth Bessent, (ver video adjunto), Secretario del Tesoro de Estados Unidos.
En esas palabras, Bessent afirmó con ironía que los europeos estaban "locos" por construir el Nord Stream 2, aumentando así su dependencia energética de Rusia, y rematando con una sonora carcajada cargada de insinuaciones:
"Así que lo volamos. Alguien lo voló, probablemente Putin, pero yo leí que fue un pescador noruego que se topó con él, eso es lo que leí."
Esta afirmación encierra una visión que justifica el ataque al gasoducto Nord Stream 2 como una acción preventiva de Occidente frente a la dependencia energética europea respecto a Rusia. Sin embargo, esta visión ha desatado una ola de críticas, ironías y rechazos.
EL NORD STREAM 2: UNA INFRAESTRUCTURA EN EL CENTRO DEL CONFLICTO
Para comprender el revuelo, resulta preciso recordar qué es el Nord Stream 2. Se trata de un gasoducto que conecta directamente a Rusia con Alemania, atravesando el Mar Báltico, y cuyo propósito era duplicar la capacidad del ya existente Nord Stream 1.
Este proyecto fue objeto de múltiples tensiones desde el principio. Mientras que Berlín defendía la obra como una solución energética eficaz y relativamente barata, Washington la veía como un riesgo estratégico que colocaba a Europa en una peligrosa dependencia del gas ruso.
LOS TESTIMONIOS QUE RESPALDAN LA RESPONSABILIDAD DE OCCIDENTE
Tras la explosión del Nord Stream 2 en septiembre de 2022, surgieron voces que apuntaron directamente hacia Estados Unidos y sus aliados.
Uno de los más sonados fue el del periodista Seymour Hersh, premio Pulitzer, quien en una investigación de alto impacto aseguró que el sabotaje habia sido ejecutado por fuerzas estadounidenses con la colaboración de Noruega. Hersh sostiene que la operación pretendía cortar de raíz la posibilidad de que Alemania —y, por extensión, Europa— buscara una salida negociada con Rusia manteniendo el suministro energético.
Otro testimonio que respalda esta visión es el de Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, quien afirmó que Estados Unidos tenía
"claros motivos geopolíticos para destruir el Nord Stream y mantener a Europa dependiente del gas estadounidense más caro".
La lectura rusa encaja con la lógica del conflicto imperialista: eliminar a un competidor para ampliar los márgenes de maniobra y someter a aliados a condiciones menos favorables.
LAS VOCES CRÍTICAS A ESTA NARRATIVA
No obstante, el relato de una supuesta implicación estadounidense no ha quedado sin respuesta. Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., habia sido categórico al rechazar la acusación: "La idea de que Estados Unidos está detrás de los ataques al Nord Stream es completamente falsa y es pura propaganda rusa", aseguró.
A esta postura se sumó Ben Wallace, exministro de Defensa del Reino Unido, quien deslizó que la propia Rusia podría tener motivos para sabotear el gasoducto, argumentando que Moscú buscaba desestabilizar Europa para aumentar la presión sobre los gobiernos que apoyan a Ucrania.
Desde este enfoque, se intenta construir la idea de que Rusia, al perder el control sobre el flujo energético hacia Europa por las sanciones y el cambio de escenario bélico, habría preferido dinamitar sus propias infraestructuras para culpar a Occidente y desatar confusión en la opinión pública internacional.
VIDEO:
POR HANSI QUEDNAU PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Las tensiones internacionales no conocen ni un minuto de descanso . Una vez más, la polémica ha saltado a la palestra tras la difusión de unas declaraciones formuladas por Scott Kenneth Bessent, (ver video adjunto), Secretario del Tesoro de Estados Unidos.
En esas palabras, Bessent afirmó con ironía que los europeos estaban "locos" por construir el Nord Stream 2, aumentando así su dependencia energética de Rusia, y rematando con una sonora carcajada cargada de insinuaciones:
"Así que lo volamos. Alguien lo voló, probablemente Putin, pero yo leí que fue un pescador noruego que se topó con él, eso es lo que leí."
Esta afirmación encierra una visión que justifica el ataque al gasoducto Nord Stream 2 como una acción preventiva de Occidente frente a la dependencia energética europea respecto a Rusia. Sin embargo, esta visión ha desatado una ola de críticas, ironías y rechazos.
EL NORD STREAM 2: UNA INFRAESTRUCTURA EN EL CENTRO DEL CONFLICTO
Para comprender el revuelo, resulta preciso recordar qué es el Nord Stream 2. Se trata de un gasoducto que conecta directamente a Rusia con Alemania, atravesando el Mar Báltico, y cuyo propósito era duplicar la capacidad del ya existente Nord Stream 1.
Este proyecto fue objeto de múltiples tensiones desde el principio. Mientras que Berlín defendía la obra como una solución energética eficaz y relativamente barata, Washington la veía como un riesgo estratégico que colocaba a Europa en una peligrosa dependencia del gas ruso.
LOS TESTIMONIOS QUE RESPALDAN LA RESPONSABILIDAD DE OCCIDENTE
Tras la explosión del Nord Stream 2 en septiembre de 2022, surgieron voces que apuntaron directamente hacia Estados Unidos y sus aliados.
Uno de los más sonados fue el del periodista Seymour Hersh, premio Pulitzer, quien en una investigación de alto impacto aseguró que el sabotaje habia sido ejecutado por fuerzas estadounidenses con la colaboración de Noruega. Hersh sostiene que la operación pretendía cortar de raíz la posibilidad de que Alemania —y, por extensión, Europa— buscara una salida negociada con Rusia manteniendo el suministro energético.
Otro testimonio que respalda esta visión es el de Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, quien afirmó que Estados Unidos tenía
"claros motivos geopolíticos para destruir el Nord Stream y mantener a Europa dependiente del gas estadounidense más caro".
La lectura rusa encaja con la lógica del conflicto imperialista: eliminar a un competidor para ampliar los márgenes de maniobra y someter a aliados a condiciones menos favorables.
LAS VOCES CRÍTICAS A ESTA NARRATIVA
No obstante, el relato de una supuesta implicación estadounidense no ha quedado sin respuesta. Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., habia sido categórico al rechazar la acusación: "La idea de que Estados Unidos está detrás de los ataques al Nord Stream es completamente falsa y es pura propaganda rusa", aseguró.
A esta postura se sumó Ben Wallace, exministro de Defensa del Reino Unido, quien deslizó que la propia Rusia podría tener motivos para sabotear el gasoducto, argumentando que Moscú buscaba desestabilizar Europa para aumentar la presión sobre los gobiernos que apoyan a Ucrania.
Desde este enfoque, se intenta construir la idea de que Rusia, al perder el control sobre el flujo energético hacia Europa por las sanciones y el cambio de escenario bélico, habría preferido dinamitar sus propias infraestructuras para culpar a Occidente y desatar confusión en la opinión pública internacional.
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