
MADURO VENCE EN LAS PRESIDENCIALES CON UNA PARTICIPACIÓN DE SÓLO UN 59%
¿Cuáles son los argumentos que esgrime la oposición conservadora venezolana al desconocer los resultados electorales?
Nicolás Maduro ha sido reelegido como presidente de Venezuela con el 51,22% de los votos, en unas elecciones caracterizadas por la disputa con la oposición, que impugna los resultados alegando un fraude. Con una participación del 51,22%, el proceso electoral ha sido observado por mil acreditados internacionales, destacando la automatización y transparencia del sistema.
POR AGUSTÍN PEÑATE PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En las elecciones del pasado domingo, 28 de julio, Nicolás Maduro fue reelegido como presidente de Venezuela con el 51,22% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Edmundo González Urrutia, el principal candidato opositor, logró un 44,2% de los votos, reflejando una disputada contienda electoral presidencial, sin precedentes en el curso de los últimos veinte años.
La oposición liderada, de facto, por Maria Corina Machado, desconoció los resultados, asegurando que, según los datos de los que ellos disponen, el candidato derechista Edmundo González habría alcanzado un 70% de los sufragios, frente a un 30% de Nicolás Maduro.
Las autoridades venezolanas han defendido la transparencia del proceso, destacando que cualquier persona puede observar el escrutinio público y abierto en cada mesa electoral.
Un sistema electoral automatizado y rigurosamente observado internacionalmente
Venezuela ha celebrado 30 procesos electorales desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, entre elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y locales.
A pesar de las críticas, el sistema electoral venezolano se caracteriza por su automatización y la posibilidad de una auditoría en todas sus fases, algo con lo que posiblemente no cuente ningún proceso de escrutinio en el mundo. Este sistema ha llevado a la acreditación de cerca de mil observadores internacionales, que han participado en la supervisión en estos comicios. La autenticación biométrica y la emisión de comprobantes de voto son partes esenciales del proceso.
Pero más allá de esta polémica sobre la legitimidad del resultado electoral, que ha sido una constante a los largo de los últimos veinte años años, si cabe señalar que la participación del 59%, aún siendo más alta que la de los últimos comicios, sí fue considerablemente más baja que la registrada en los procesos electorales celebrados en vida del desaparecido líder del proceso bolivariano, Hugo Chávez.
Así, por ejemplo, en las elecciones presidenciales de 1998, en las que salió electo Hugo Chávez por primera vez, en la historia de Venezuela, la participación ascendió al 63,45%. Con algunos incrementos y decrecimientos, producto del boicot a posteriores elecciones por parte de la oposición, la movilización se mantuvo durante los gobiernos de Chávez en porcentajes que llegaron a alcanzar el 74,69% en las elecciones presidenciales del 2006, y hasta un 80% en las presidenciales del 2012.
La movilización se mantuvo en un elevado 79,68% en 2013, cuando el propio Nicolás Maduro se enfrentó a Enrique Capriles Radonski, al que venció por un apretado 50,61% frente al 49,12% de los votos emitidos.
Las elecciones presidenciales del 2018, por el contrario, registraron la participación más baja de la historia de los comicios presidenciales desde 1958, con un escaso 46.07%.
La participación del pasado domingo, del 51,22%, pese a ser 5 puntos más alta que ese mínimo histórico, no parece reflejar el grado de movilización que cabría esperar en un contexto político de alta polarización cuando esta se ve acompañada por una implicación mayoritaria de la sociedad en el proceso político bolivariano que ha caracterizado la vida política del país en el curso de las dos últimas décadas.
POR AGUSTÍN PEÑATE PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En las elecciones del pasado domingo, 28 de julio, Nicolás Maduro fue reelegido como presidente de Venezuela con el 51,22% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Edmundo González Urrutia, el principal candidato opositor, logró un 44,2% de los votos, reflejando una disputada contienda electoral presidencial, sin precedentes en el curso de los últimos veinte años.
La oposición liderada, de facto, por Maria Corina Machado, desconoció los resultados, asegurando que, según los datos de los que ellos disponen, el candidato derechista Edmundo González habría alcanzado un 70% de los sufragios, frente a un 30% de Nicolás Maduro.
Las autoridades venezolanas han defendido la transparencia del proceso, destacando que cualquier persona puede observar el escrutinio público y abierto en cada mesa electoral.
Un sistema electoral automatizado y rigurosamente observado internacionalmente
Venezuela ha celebrado 30 procesos electorales desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, entre elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y locales.
A pesar de las críticas, el sistema electoral venezolano se caracteriza por su automatización y la posibilidad de una auditoría en todas sus fases, algo con lo que posiblemente no cuente ningún proceso de escrutinio en el mundo. Este sistema ha llevado a la acreditación de cerca de mil observadores internacionales, que han participado en la supervisión en estos comicios. La autenticación biométrica y la emisión de comprobantes de voto son partes esenciales del proceso.
Pero más allá de esta polémica sobre la legitimidad del resultado electoral, que ha sido una constante a los largo de los últimos veinte años años, si cabe señalar que la participación del 59%, aún siendo más alta que la de los últimos comicios, sí fue considerablemente más baja que la registrada en los procesos electorales celebrados en vida del desaparecido líder del proceso bolivariano, Hugo Chávez.
Así, por ejemplo, en las elecciones presidenciales de 1998, en las que salió electo Hugo Chávez por primera vez, en la historia de Venezuela, la participación ascendió al 63,45%. Con algunos incrementos y decrecimientos, producto del boicot a posteriores elecciones por parte de la oposición, la movilización se mantuvo durante los gobiernos de Chávez en porcentajes que llegaron a alcanzar el 74,69% en las elecciones presidenciales del 2006, y hasta un 80% en las presidenciales del 2012.
La movilización se mantuvo en un elevado 79,68% en 2013, cuando el propio Nicolás Maduro se enfrentó a Enrique Capriles Radonski, al que venció por un apretado 50,61% frente al 49,12% de los votos emitidos.
Las elecciones presidenciales del 2018, por el contrario, registraron la participación más baja de la historia de los comicios presidenciales desde 1958, con un escaso 46.07%.
La participación del pasado domingo, del 51,22%, pese a ser 5 puntos más alta que ese mínimo histórico, no parece reflejar el grado de movilización que cabría esperar en un contexto político de alta polarización cuando esta se ve acompañada por una implicación mayoritaria de la sociedad en el proceso político bolivariano que ha caracterizado la vida política del país en el curso de las dos últimas décadas.
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