REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una entrevista reciente con la revista estadounidense "Jacobin", el historiador israelí Amos Goldberg, conocido por su enfoque crítico hacia la guerra de Israel en Gaza, argumenta que las acciones de Israel cumplen con los criterios de genocidio. Goldberg subraya la necesidad urgente de que la comunidad internacional reconozca y actúe ante esta realidad.
La guerra en Gaza, desencadenada por los ataques de Hamás el 7 de octubre, ha causado una devastación masiva, dejando gran parte de la Franja en ruinas y matando a decenas de miles de personas, la mayoría civiles. Esta escalada ha reavivado el debate sobre si las acciones de Israel deben ser clasificadas como genocidio. Países como Sudáfrica, España, Bélgica y México han llevado el caso a la Corte Internacional de Justicia, aumentando la presión sobre Israel.
Amos Goldberg y su definición de genocidio
Amos Goldberg, profesor asociado del Departamento de Historia Judía y Judería Contemporánea de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha sido uno de los críticos más prominentes de la guerra. En su artículo "Sí, es un genocidio", publicado en la revista Sicha Mekommit, argumenta que las acciones de Israel en Gaza cumplen con la definición de genocidio según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU. Goldberg reconoce la gravedad de su acusación y afirma que no fue fácil llegar a esta conclusión debido a su pertenencia a la sociedad israelí.
La convención de la ONU describe el genocidio como un crimen cometido con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Goldberg destaca que la intención de aniquilación no necesita ser total, sino que puede ser "en todo o en parte". En el caso de Gaza, la destrucción masiva, la muerte de civiles, y la devastación de infraestructuras encajan en esta definición.
Comparación con otros genocidios históricos
Goldberg también hace comparaciones con otros genocidios, como el de Bosnia, Armenia y el genocidio de Herero y Nama en Namibia. En estos casos, la intención de destruir a un grupo específico fue clara, y aunque los números de víctimas pueden variar, el patrón de violencia sistemática y aniquilación parcial es consistente con lo que ocurre en Gaza.
Como historiador, Goldberg observa que la retórica y las acciones del liderazgo israelí, desde el primer ministro hasta los oficiales militares, indican una intención explícita de destruir Gaza. La deshumanización de los palestinos en la sociedad israelí ha alcanzado niveles alarmantes, lo que facilita la perpetuación de actos genocidas.
Reacciones y desafíos en la academia israelí
La postura de Goldberg ha generado reacciones mixtas en la academia israelí. Algunos estudiantes y colegas han expresado su enojo, mientras que otros han agradecido su valentía por hablar. La Universidad Hebrea de Jerusalén, aunque reconoce la gravedad de los crímenes de Hamás, ha rechazado las acusaciones de genocidio contra Israel. Esta dualidad refleja la tensión existente en la sociedad israelí y la dificultad para aceptar críticas internas.
Goldberg menciona que la represión de voces críticas es una tendencia preocupante en Israel, con profesores y estudiantes palestinos especialmente vulnerables a represalias. El caso de la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian, suspendida y acosada por sus críticas al gobierno, ilustra esta realidad.
El papel de la comunidad internacional y el futuro de Israel-Palestina
Goldberg critica duramente la postura de países como Alemania, que apoyan incondicionalmente a Israel y su narrativa. Argumenta que este apoyo no ayuda a Israel y permite la perpetuación de crímenes contra los palestinos. La "Staatsräson" alemana, o razón de Estado, vincula su legitimidad al apoyo a Israel, ignorando las violaciones de derechos humanos.
En cuanto al futuro, Goldberg es pesimista. Ve la solución de dos Estados como una cortina de humo y aboga por una solución binacional igualitaria que parece cada vez más lejana. La expansión de los asentamientos y la violencia en Cisjordania agravan la situación, haciendo improbable cualquier resolución justa.
Goldberg enfatiza que para que haya un cambio significativo, se requiere una inmensa presión internacional. La comunidad internacional debe reconocer la gravedad de la situación en Gaza y actuar en consecuencia para detener lo que él y muchos otros consideran un genocidio en curso.
Manuel José | Viernes, 12 de Julio de 2024 a las 13:35:34 horas
Señor Sevillano. En Ucrania la Rusia fascista de Putin ya va también por 30.000 víctimas civiles. Sin embargo, la izquierda fascista leninista no habla de GENOCIDIO. ME LO PUEDE EXPLICAR?
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