POR HANSI QUENAU PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En la prensa alemana han estado circulando profusamente
unas recientes declaraciones del teniente general del Ejército alemán Jürgen-Joachim von Sandrart, sobre las presuntas amenazas provenientes del Este europeo, ante las que Alemania y la OTAN deberían estar "preparados "
No obstante, antes de entrar a enjuiciar los "temores" de este centurión de la Bundeswehr nos parece interesante ilustrar a los lectores sobre la trayectoria genealógica del teniente general.
Von Sandrart proviene de una línea centenaria de militares, con antecedentes familiares que ofrecen muchas más sombras que luces. El abuelo de Jürgen-Joachim, Karl Georg Fritz von Sandrart, emigró a Argentina tras la Primera Guerra Mundial, regresando a Alemania en 1937. Esta última fecha nos sugiere, en primer lugar, que el retorno a la madre patria estuvo relacionado con sus simpatías pronazis. Su trayectoria en la Alemania hitleriana culminó con una misión secreta en Japón durante la II Guerra Mundial, transportando uranio para un programa nuclear japonés.
No obstante, antes de realizar la peligrosa entrega fue capturado por la Marina estadounidense en 1945. Este viaje, reservado para los más leales al Régimen nazi, refleja su acendrada adherencia a ideologías peligrosas.
Hans-Henning von Sandrart, el papá del actual Teniente General Jürgen-Joachim, fue uno de los primeros oficiales en la recién formada Bundeswehr en 1956, ascendiendo rápidamente a inspector del Ejército y colaborando estrechamente con la OTAN. Su rol en los años posteriores a la Guerra Fría incluyó la preparación de Ucrania para su eventual ingreso en la OTAN, fomentando allí el nacionalismo ucraniano en un contexto de creciente y crispada tensión.
Su nombre saltó también a los medios de prensa por su participación en el "escándalo de Günter Kießling", en 1983, en el que el papaíto del actual alto mando desempeñó un papel protagónico, ejercido con celo especial, en la expulsión del general Kießling de las filas del Ejército, acusado de homosexualidad. Ni que decir tiene que el ahínco con el que von Sandrart senior actuó para que el general fuera expulsado de la Bundeswehr subraya que continuaba manteniendo una lealtad inquebrantable a los valores conservadores y militares de su tiempo.
JÜRGEN-JOACHIM VON SANDRART: UN ECO DEL PASADO
Jürgen-Joachim, actual comandante del flanco nororiental de la OTAN en Szczecin, refleja una continuidad casi inalterada de la tradición militar de su familia. En una reciente entrevista concedida al periódico alemán Die Welt, Jürgen subrayó:
"la necesidad de prepararse para una guerra terrestre en la Europa Central y del Este..."
Sin embargo, su narrativa revela más una competencia presupuestaria interna dentro de las ramas militares alemanas que una evaluación objetiva de la situación geopolítica.
Sus declaraciones sobre la capacidad de Rusia para reconstituirse durante la guerra en Ucrania y la necesidad de que la OTAN esté preparada para defender Polonia y los países bálticos son indicativas de un enfoque que privilegia la escalada militar sobre la diplomacia. Von Sandrart parece estar incapacitado para considerar alternativas políticas, perpetuando una visión de la guerra como el estado natural de las relaciones internacionales.
PROPAGANDA Y REALIDAD
Las afirmaciones de Von Sandrart sobre la movilización de soldados rusos y su índice de bajas, que según él Moscú acepta sin pestañear, carecen de fundamento y parecen diseñadas para alimentar una narrativa histórica de la "amenaza constante". Esta peligrosa retórica, que glorifica la preparación militar y demoniza al enemigo, recuerda las campañas propagandísticas de otras épocas, en las que el ministro de propaganda del III Reich, Joseph Goebbels, hizo que la verdad se convirtiera en la primera víctima en su lucha por el control ideológico.
En un artículo suyo publicado en los medios alemanes, Von Sandrart no ha tenido el menor rubor en abogar por una sociedad militarizada donde "todos somos parte de la OTAN". Esta visión, que contrasta con la aspiración de paz de la mayoría de la población, muestra a un hombre cuya lealtad a la institución militar eclipsa cualquier consideración por los costos humanos y sociales de la guerra.
REFLEXIÓN FINAL: ¿LEALTAD O CEGUERA?
El análisis de las líneas genético-ideológicas de la familia von Sandrart y las declaraciones de Jürgen-Joachim nos plantea una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto la lealtad a una tradición militar puede justificar la ceguera ante las realidades políticas y humanitarias del presente? Su insistencia en prepararse para "una guerra terrestre en Europa", ignorando las posibilidades de resolución diplomática, sugiere una incapacidad profunda para adaptarse a un mundo en constante cambio.
Saburo | Jueves, 04 de Julio de 2024 a las 11:56:50 horas
Es fácil dirigir las guerras cuando son otros y los hijos de ellos los que van al frente. Después ellos, los estrellados generales tendrán tiempo de firmar la paz y prometerán que nunca más habrá otro conflicto.
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