
EL INSTITUTO QUINCY DESVELA (TARDÍAMENTE) LAS ESTRECHAS CONEXIONES ENTRE LOS INTERESES DE LA INDUSTRIA Y EL EJÉRCITO USA
¿Cón qué procedimientos influyen las grandes Corporaciones USA en la estrategia militar y en la politica exterior de EE.UU.?
El "think tank" Instituto Quincy ha dado a conocer algo que dos expresidentes norteamericanos tan ultraconservadores como Eisenhower y Donald Trump ya se habían atrevido a darlo a conocer al finalizar sus respectivos mandatos: la estrecha relación existente entre los intereses de la Industria armamentista y el Ejército de los EE. UU.. Ahora, en un último informe, el Instituto estadounidense Quincey ha hecho públicos algunos de los procedimientos a través de los cuales se establecen y organizan esas sustanciosas conexiones entre ambas entidades. El diagnóstico final no puede resultar más elocuente: la política exterior norteamericana se traza desde los despachos de las grandes Compañías de armamentos, no desde las oficinas militares, el Pentágono.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El Pentágono, desde hace casi tres décadas, ha estado enviando a sus oficiales militares más prometedores a trabajar con grandes corporaciones, como fabricantes de armas y empresas tecnológicas. Este programa busca que los oficiales aprendan de la eficiencia y las políticas del sector
privado y luego apliquen ese conocimiento en el Departamento de Defensa. A simple vista, podría parecer una idea provechosa. Sin embargo, un reciente estudio del Instituto Quincy ha sacado a la luz preocupaciones serias sobre este intercambio.
El programa, denominado "Programa de Becarios Ejecutivos del Secretario de Defensa" (SDEF), empezó en 1995. Desde entonces, más de 315 oficiales de alto rango han sido colocados en empresas que tienen contratos multimillonarios con el gobierno, como Boeing, Raytheon y Lockheed Martin. Los oficiales pasan un año en estas empresas y luego vuelven al Pentágono, llevando consigo ideas que, según el reporte, favorecen más a estas grandes corporaciones que al interés público.
La investigación destaca que muchas de las propuestas de
estos militares se alinean sospechosamente con los intereses de estas empresas. Por ejemplo, han recomendado aumentar la subcontratación de servicios a estas Corporaciones, lo que ha coincidido con un incremento en el presupuesto del Pentágono destinado a contratistas privados, alcanzando billones de dólares.
Este vínculo entre el Pentágono y el sector privado ha levantado banderas rojas no solo por la ética cuestionable, sino también por el impacto real en las políticas de defensa. Los críticos argumentan que este programa podría estar permitiendo que las prioridades corporativas moldeen la estrategia militar de Estados Unidos, más allá de lo adecuado.
Por otra parte, el informe del Instituto Quincy menciona que una gran parte de los oficiales que participaron en este programa terminaron trabajando para los mismos contratistas, sugiriendo una posible "puerta giratoria" que podría comprometer la integridad del Departamento de Defensa.
Aunque el programa SDEF fue diseñado originalmente para fomentar una sinergia entre el sector militar y el privado, el estudio del Instituto Quincy recomienda, eso sí, con una buena dosis de ingenuidad, que la Administración estadounidense deberia reevaluar y, posiblemente, reformar, este intercambio con el fin de evitar conflictos de intereses y asegurar que las políticas de defensa de la nación se hagan pensando en el bien público y no en los beneficios corporativos.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El Pentágono, desde hace casi tres décadas, ha estado enviando a sus oficiales militares más prometedores a trabajar con grandes corporaciones, como fabricantes de armas y empresas tecnológicas. Este programa busca que los oficiales aprendan de la eficiencia y las políticas del sector privado y luego apliquen ese conocimiento en el Departamento de Defensa. A simple vista, podría parecer una idea provechosa. Sin embargo, un reciente estudio del Instituto Quincy ha sacado a la luz preocupaciones serias sobre este intercambio.
El programa, denominado "Programa de Becarios Ejecutivos del Secretario de Defensa" (SDEF), empezó en 1995. Desde entonces, más de 315 oficiales de alto rango han sido colocados en empresas que tienen contratos multimillonarios con el gobierno, como Boeing, Raytheon y Lockheed Martin. Los oficiales pasan un año en estas empresas y luego vuelven al Pentágono, llevando consigo ideas que, según el reporte, favorecen más a estas grandes corporaciones que al interés público.
La investigación destaca que muchas de las propuestas de estos militares se alinean sospechosamente con los intereses de estas empresas. Por ejemplo, han recomendado aumentar la subcontratación de servicios a estas Corporaciones, lo que ha coincidido con un incremento en el presupuesto del Pentágono destinado a contratistas privados, alcanzando billones de dólares.
Este vínculo entre el Pentágono y el sector privado ha levantado banderas rojas no solo por la ética cuestionable, sino también por el impacto real en las políticas de defensa. Los críticos argumentan que este programa podría estar permitiendo que las prioridades corporativas moldeen la estrategia militar de Estados Unidos, más allá de lo adecuado.
Por otra parte, el informe del Instituto Quincy menciona que una gran parte de los oficiales que participaron en este programa terminaron trabajando para los mismos contratistas, sugiriendo una posible "puerta giratoria" que podría comprometer la integridad del Departamento de Defensa.
Aunque el programa SDEF fue diseñado originalmente para fomentar una sinergia entre el sector militar y el privado, el estudio del Instituto Quincy recomienda, eso sí, con una buena dosis de ingenuidad, que la Administración estadounidense deberia reevaluar y, posiblemente, reformar, este intercambio con el fin de evitar conflictos de intereses y asegurar que las políticas de defensa de la nación se hagan pensando en el bien público y no en los beneficios corporativos.
Maribel Santana | Lunes, 29 de Abril de 2024 a las 18:42:14 horas
Es muy fuerte que las empresas privadas maneje un pais y se meta en sus estructuras a decidir lo que tinen que hacer dicho pais con sus relaciones económicas, lo que compra en armamentos o cualquier otro. El capitalismo neoliberal por encima y manejando los gobiernos-
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