
¿LA BIENAL DE VENECIA FRENTE AL GENOCIDIO ISRAELÍ?
El arte en el ojo del huracán: ¿Puede un pabellón ser el campo de batalla de la justicia social?
La Bienal de Venecia, se ha situado en el mismo centro de un debate que fusiona arte, ética y política, al considerar excluir al pabellón de Israel. Respaldada por más de 8.500 voces del mundo artístico, esta decisión desafía toda una tradición institucional
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
La Bienal de Venecia, un evento que tradicionalmente ha sido un escaparate para lo más selecto del arte internacional, se encuentra en el centro de una controversia que trasciende los límites del arte para adentrarse en el ámbito de la ética y la política global.
Prevista para su 60ª edición desde el 20 de abril hasta el 24 de noviembre, esta exposición podría presenciar la ausencia del pabellón de Israel, un hecho que subraya la tensión entre la expresión artística y las políticas estatales consideradas opresivas.
Una iniciativa liderada por la Alianza por el Arte, No el Genocidio (ANGA) ha cobrado fuerza, sumando el apoyo de más de 8.500 figuras del mundo del arte. Esta movilización busca persuadir a los organizadores de la Bienal para excluir a Israel, argumentando que cualquier representación oficial de este Estado equivale a un respaldo de sus políticas hacia Palestina, las cuales han sido objeto de intensa crítica internacional.
La carta abierta emitida por ANGA destaca el papel controversial del arte cuando sirve como representación de un Estado implicado en acciones consideradas atroces contra el pueblo palestino. Este colectivo de artistas y trabajadores culturales de diversas partes del mundo trae a colación el precedente histórico del apartheid en Sudáfrica, recordando cómo la exclusión de este país en ediciones pasadas de la Bienal reflejó una postura ética frente a regímenes de opresión.
El llamado a la acción de ANGA no solo se basa en la comparación con Sudáfrica, sino también en la respuesta reciente de la Bienal a la invasión rusa de Ucrania en 2022, demostrando una voluntad de tomar partido en contextos de agresión militar. La crítica se centra en el supuesto doble rasero de la organización, que ha condenado públicamente la agresión rusa mientras permanece en silencio ante las acciones de Israel en Gaza.
La carta enfatiza la imposibilidad de separar el arte de su contexto político y social, argumentando que no puede haber libertad de expresión cuando los artistas y escritores palestinos enfrentan represión. La inclusión de destacados artistas internacionales entre los firmantes añade peso a la demanda de ANGA, reflejando un creciente descontento en la comunidad artística global con las políticas israelíes.
¿Es el arte un vehículo para la justicia social o debe mantenerse neutral?
Esta situación pone de manifiesto una pregunta fundamental: ¿Cuál es el papel del arte y las instituciones culturales en los debates políticos contemporáneos? La Bienal de Venecia se encuentra en una encrucijada, donde la decisión de incluir o excluir el pabellón de Israel no solo afectará la edición de este año, sino que también podría sentar un precedente sobre cómo el mundo del arte aborda los dilemas éticos y políticos.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
La Bienal de Venecia, un evento que tradicionalmente ha sido un escaparate para lo más selecto del arte internacional, se encuentra en el centro de una controversia que trasciende los límites del arte para adentrarse en el ámbito de la ética y la política global.
Prevista para su 60ª edición desde el 20 de abril hasta el 24 de noviembre, esta exposición podría presenciar la ausencia del pabellón de Israel, un hecho que subraya la tensión entre la expresión artística y las políticas estatales consideradas opresivas.
Una iniciativa liderada por la Alianza por el Arte, No el Genocidio (ANGA) ha cobrado fuerza, sumando el apoyo de más de 8.500 figuras del mundo del arte. Esta movilización busca persuadir a los organizadores de la Bienal para excluir a Israel, argumentando que cualquier representación oficial de este Estado equivale a un respaldo de sus políticas hacia Palestina, las cuales han sido objeto de intensa crítica internacional.
La carta abierta emitida por ANGA destaca el papel controversial del arte cuando sirve como representación de un Estado implicado en acciones consideradas atroces contra el pueblo palestino. Este colectivo de artistas y trabajadores culturales de diversas partes del mundo trae a colación el precedente histórico del apartheid en Sudáfrica, recordando cómo la exclusión de este país en ediciones pasadas de la Bienal reflejó una postura ética frente a regímenes de opresión.
El llamado a la acción de ANGA no solo se basa en la comparación con Sudáfrica, sino también en la respuesta reciente de la Bienal a la invasión rusa de Ucrania en 2022, demostrando una voluntad de tomar partido en contextos de agresión militar. La crítica se centra en el supuesto doble rasero de la organización, que ha condenado públicamente la agresión rusa mientras permanece en silencio ante las acciones de Israel en Gaza.
La carta enfatiza la imposibilidad de separar el arte de su contexto político y social, argumentando que no puede haber libertad de expresión cuando los artistas y escritores palestinos enfrentan represión. La inclusión de destacados artistas internacionales entre los firmantes añade peso a la demanda de ANGA, reflejando un creciente descontento en la comunidad artística global con las políticas israelíes.
¿Es el arte un vehículo para la justicia social o debe mantenerse neutral?
Esta situación pone de manifiesto una pregunta fundamental: ¿Cuál es el papel del arte y las instituciones culturales en los debates políticos contemporáneos? La Bienal de Venecia se encuentra en una encrucijada, donde la decisión de incluir o excluir el pabellón de Israel no solo afectará la edición de este año, sino que también podría sentar un precedente sobre cómo el mundo del arte aborda los dilemas éticos y políticos.
Ignacio, Tamaraceite | Viernes, 01 de Marzo de 2024 a las 16:27:53 horas
No es casualidad que el último pogromo (oct 2023) de Hamas se produjera después del enésimo y último (¿?) intento de llevar a Israel al partido anti-ruso, en el debate del Consejo de Seguridad sobre Ucrania (sept 2023). En realidad, la causa árabe-palestina, sirve a fines reaccionarios. Pero algunos siguen empeñados en interpretaciones simplistas y maniquieas.
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