
SARDINA DEL NORTE: EL DÍA QUE GRAN CANARIA DESAFIÓ PELIGROSAMENTE A LA DICTADURA ( I )
¿Cómo pudo convertirse una playa en un campo de batalla por la libertad? ¿Por qué el suceso de Sardina del Norte aún resuena en la memoria colectiva?
Hace 55 años, la tranquilidad de la localidad grancanaria de Sardina del Norte fue interrumpida por el sonido de disparos, gritos de justicia y la valiente resistencia de un numeroso y aguerrido grupo de trabajadores Un enfrentamiento que, lejos de ser un mero episodio, se convirtió en el símbolo de la lucha contra la opresión y la explotación . Acompáñanos en este viaje por el pasado, donde la valentía y la solidaridad se enfrentaron a la brutalidad de un régimen que buscaba silenciar voces, pero solo logró amplificarlas."
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Este viernes, 15 de septiembre, se cumplían exactamente 55 años -¡más de medio siglo!- de un suceso que conmovió una parte importante de la sociedad grancanaria.
En la pequeña localidad costera de Sardina del Norte de esa isla tuvo lugar un episodio que sin duda ha marcado un hito en la historia de las luchas populares contra la dictadura franquista.
Aquel día, el rugir de las olas no llegó a ser lo sufucientemente sonoro como para poder acallar los gritos de libertad, los gestos de valentía y resistencia no sólo contra el Régimen autocrático que por entonces se habia adueñado de la vida social y política del país, sino que también contra empresarios sin escrúpulos que aprovechaban las ventajosas circunstancias politicas que habia creado la dictadura, para poder explotar doblemente a sus asalariados.
En el curso de 1966, la entrada estratégica de cuadros del sindicalismo de Comisiones Obreras en los sindicatos oficiales del Régimen, -los famosos Sindicatos Verticales -, habían abierto una importante brecha en lo que hasta entonces había sido una de las más inexpugnables fortalezas del sistema.
Las detenciones realizadas por la Brigada político-social el 1 de mayo de ese año, las detenciones de activistas durante esa misma jornada, las huelgas en las importantes industrias conserveras de Lloret y Ojeda, habian puesto de manifiesto que a diferencia de lo habia sucedido en décadas precedentes, los trabajadores canarios habían dado los primeros pasos en lo que iba a ser un lento, pero también sólido, proceso de autoorganización y de movilización.
LA CLASE OBRERA CANARIA COMIENZA A DESPEGAR
El año 1968 fue un año crucial para las luchas obreras y populares en Canarias. La Gran huelga portuaria de febrero, que paralizó por completo los Puertos de la Isla, comenzó a poner en evidencia que los sectores más avanzados de la clase trabajadora del Archipiélago, ya no se limitaba a responder sólo con incidentes y conflictos esporádicos y aislados al acoso salarial de los empresarios, sino que su incipiente organización les empezaba a permitir expresar su rebeldía a través de actos resueltos de disensión politica y laboral.
Aquel verano del 68 trajo consigo muchas luchas, pero también muchos despidos. Un hervidero de reivindicaciones, de solidaridad y de esperanza comenzo a crecer a lo largo y ancho de toda la isla de Gran Canaria. En el norte de la Isla, mientras que por una parte, los aguatenientes se dedicaban a exprimír a los pequeños agricultores, un número de obreros de la Compañía Satra fueron despedidos ilegalmente, no sólo sin recibir las indemnizaciones que les correspondian, sino adeudándoseles igualmente varias mensualidades.
Toda esta zozobra laboral fue haciendo converger la voluntad de no tolerarlas en la convocatoria de una excursión playera, en el marco de la cual los trabajadores de las empresas afectadas, miembros de Comisiones Obreras, miembros de grupos culturales y militantes del PCE - la unica organizacion politicamente activa por entonces-, pretendían someter a debate diferentes alternativas que permitiera darle una salida a aquella situación.
Aquel fatídico 15 de septiembre de 1968, en la playa de la Cala de Martorell, en Sardina del Norte, un sol brillante iluminaba el acotado ambito, en el que algunas centenas de personas se habia reunido, sin tener la mayoria de ellas, la sensacion de estar participando en un "acto subversivo" .
Sin embargo, lo que pretendió ser siempre una asamblea pacífica, de manera abrupta fue interrumpida por la presencia de la Guardia Civil. Pretendian los del tricornio, que un abogado laboralista, Manuel Morales Macias, partícipe en la reunión, y los hermanos Gallardo, ambos dirigentes de la organización del PCE, se entregaran de inmediato a las fuerzas de ese Cuerpo armado. La respuesta de los allí congregados fue drasticamente unánime: "¡O nos detienen a todos, o no detienen a ninguno!"
LA REFRIEGA
Ante la decidida voluntad de los asambleístas de no permitir se seleccionara arbitrariamente a ninguno de los allí congregados como chivos expiatorios, un Comandante de la Guardia Civil, que vestía de paisano, disparó sin ningún tipo de miramiento contra los manifestantes. Sangre manchó la arena y dos obreros cayeron heridos a consecuencia de aquella inesperada balacera.
La escena fue de horror y desesperación. No obstante, a pesar de la tensión y el miedo, la multitud avanzó con determinación hacia la "Playa de Sardina", coreando consignas de libertad y justicia. Pero la playa, ese día, dejo de ser un refugio y se convirtio en un campo de batalla.
Unos pocos asistentes no pudieron resistir las pulsiones del miedo que sintieron, y despavoridos huyeron del lugar a través del mar o de las montañas contiguas. Sin embargo, la gran mayoría integrada por jóvenes y trabajadores, resistió a pie firme, valientemente, la reaccion de un mando disparatado de la Guardia Civil, que parecía haber perdido el tino.
Tras este acto de inusitada violencia, más de 50 personas fueron detenidas y, posteriormente, sometidas a tratos vejatorios e inhumanos. No obstante, para los detenidos la batalla no concluyó con las secuencias que acabamos de describir. Una vez fueron ingresados en la Prisión Barranco Seco, no cejaron en su valiente de resistencia. Organizaron en ella huelgas de hambre y actos de protesta por lo que estimaban habia sido un atropello no solo a su integridad física, sino también a sus derechos.
LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
A pesar de la brutalidad inherente al Régimen de Franco, el espíritu de Sardina del Norte no logró ser quebrado. De hecho, la solidaridad con los detenidos desató una auténtica ola de solidaridad en todo el mundo, alcanzando países distantes como Inglaterra, Alemania, Bélgica, Francia… En la iglesia de Holborn, en la ciudad de Londres, se organizó un magno encuentro solidario que no habia contado con precedentes similares en la historia de la emigracion canaria en la capital de Reino Unido. Al acto acudieron centenares de isleños procedentes de todas las Islas del Archipielago. En él que se pronunciaron discursos y se distribuyó un folleto en el que se proporcionaba una explicacion detallada sobre los acontecimientos que habian tenido lugar en Sardina del norte.
SE CELEBRA EL CONSEJO MILITAR SUMARISIMO
Cuando apenas había transcurrido un mes despues de los turbulentos aconteimientos, el 18 de octubre de ese mismo año, tuvo lugar un Consejo de Guerra Sumarisimo, en el que la Justicia militar condenó a los procesados a desproporcionadas penas de Prisión. Del "Diario de Las Palmas", del 18 de Octubre de 1968, reproducimos textualmente la informacion en la que ese periodico, daba cuenta de la intervencion en el Consejo de los abogados militares encargados de la defensa de los encartados:
A continuación le tocó el turno al informe de los defensores, comandantes de Infantería, señores Pisos Echave y Arnáiz de Tejada. Uno de ellos tenía a su cargo la defensa de doce de los inculpados, mientras el otro defendió a los otros once.
El primer defensor inició su intervención relatando que el 15 de septiembre tuvo lugar una reunión de los inculpados, en unión de - sus familias, entre los que se encontraban mujeres y niños, con el objeto de pasar un día de playa y, al mismo tiempo, orientar en sus problemas a unos obreros que habían intentado resolverlos acudiendo a la Magistratura de Trabajo, a la Organización sindical, y que ahora iban a presentar un escrito al Gobierno Civil.
Señaló que ya había habido otras reuniones anteriores y que la Guardia Civil conocía esto. El día de autos la Guardia Civil ya había hecho preguntas a los asistentes.
Prosiguiendo su informe, este defensor dijo que luego se presentó un hombre vestido de paisano que requirió al abogado Morales Macias para que le acompañara, a lo cual este se negó. De nuevo por la tarde el hombre vestido de paisano hizo igual requerimiento, obteniendo la misma negativa. La Guardia Civil rodeó a los asistentes y disparo tiros al aire . Luego compareció el comandante Díaz Otero de la Guardia Civil, también vestido de paisano. La situación con los disparos produjo e! nerviosismo de los familiares, muy lógico. Los presentes se agarraron de las manos, y luego los disparos se hicieron al suelo, alcanzando a dos de los detenidos.
El primer defensor expresó que los hechos no constituyen el delito de rebelión militar. Que se trata de una cuestión de carácter laboral que no encaja el dicho delito. El Decreto sobre Bandidaje y Terrorismo es -indicó- un decreto de excepción y el asesoramiento de los obreros no es bandidaje y terrorismo. Este decreto es dirigido contra el uso de la bomba y de la metralleta, y la única arma que había entre los reunidos era una guitarra, que, además, manejaba un menor.
Respecto al delito de insulto de Fuerza Armada, dijo que si todos hubieran actuado con el tacto del teniente coronel de la Guardia-Civil, "no estaríamos en este Consejo de Guerra». La fuerza Pública raramente hace disparos en las manifestaciones y en los encuentros con los estudiantes. Concluyó su intervención diciendo que la defensa no considera a los inculpados responsables de los delitos que les imputan y que todos sus patrocinados deben ser absueltos.
Transcurre el día - continúa el defensor - y ya más tarde vuelve de nuevo el paisano. Ya no viene solo. Viene con guardias civiles. La reacción del grupo fue natural y lógica. Se niegan a que se practique detención de uno o varios, sino de "todos o de ninguno". El paisano ordena disparar a la Guardia Civil. Esto produce la irritación no solo del grupo sino de sus familiares Y espectadores. ¿No existe el diálogo? - pregunta la defensa-. ¿No había manera de resolver esto de otro modo? La Guardia Civil se retira; pero el paisano insiste de nuevo; ha de detener a alguien. La respuesta de los reunidos es: "¡Todos o ninguno!!".
El ambiente se caldea. Los reunidos tratan de marcharse, pero se les impide usar los medios propios para ello. Van entonces a Sardina del Norte a ·buscar coches: Esta es la "manifestación subversiva". No llevaron a sus esposas e hijos para caldear la situación como se ha dicho.
Las cosas se agravan cuando llega un coche con refuerzos de la Guardia Civil. Lo manda el Comandante de la Guardia Civil. Este jefe trata de detener a varios procesados. Les rodean y ordena disparar. Si los procesados, numerosos, hubiesen querido agredirle -dice la defensa- ¿qué hubiese sido de él?
Llegan miembros de la Brigada de Investigación Social. Los reunidos se mantienen en su postura de "todos o ninguno". La acertada intervención del teniente-coronel jefe de la Guardia Civil terminó con los hechos. Si lo mismo se hubiese hecho desde el principio, nada hubiese ocurrido.
Es lógico que ante la actitud de la Guardia Civil, los reunidos, acorralados, intentasen defenderse. ¿Puede probarse que hubo "animus injuriandi"? ¿Acaso intentaron los reunidos herir con piedras al comandante? ¿Si lo hubiesen querido, siendo tan numerosos y con tantas piedras como hay por allí, no lo hubiesen hecho? El otro defensor comenzó su informe diciendo había aceptado el nombramiento de oficio con satisfacción, porque es la mayor satisfacción defender al acusado que no ha delinquido. Expuso que no veía la razón por la que los procesados fueran sometidos a Consejo de Guerra y menos aún que este fuese sumarísimo, lo que limita fuertemente la defensa y suena mal a los 110 implicados.
Manifestó que difería de la exposición de los hechos realizada por el Fiscal, que no se ajusta a la realidad. A continuación hizo una narración de los hechos, la cual inició diciendo que la que debería ser juzgada hoy es la empresa SASTRA, no unos trabajadores humildes y esforzados, esperanza de la patria, cuya única finalidad es defender unos derechos que les han sido aplastados, y que ni los organismos oficiales han defendido. Se les priva de los salarios, de los pluses, sin explicaciones de la Empresa. Acuden a la Organización Sindical, a la Magistratura del trabajo que les da la razón y embarga a la empresa.
Pero la empresa no tiene bienes que embargar, ¿Y las garantías que debió haber prestado? -se pregunta el defensor- y el obrero no come. Todos los medios legales a su alcance fueron utilizados. Estos obreros han sido estafados por una empresa. Entonces los obreros, con un abogado que les oriente, deciden reunirse en una playa. Su finalidad era solamente resolver sus problemas. La reunión transcurría tranquilamente. ¿De dónde se ha sacado que esta reunión era subversiva? ¿Gritar "Viva la libertad!", "¡Vivan las Comisiones Obreras", "¡Queremos cobrar!", es subversivo?
Surge entonces un paisano -prosigue el defensor- con una actitud incorrecta, inoportuna, que no acredita su personalidad, que no explica, sino exige; exige que le acompañe el abogado. Y este no va. Además, estaba viendo a la Guardia Civil de cerca y pensaría que en caso de seguir a alguien sería a los guardias uniformados, no a un paisano. La Guardia Civil siguió sin intervenir y la reunión continuó con normalidad. ¿Qué había aquí de subversivo?
Por lo que se refiere a la calificación penal de los hechos, el defensor dijo que los hechos relatados no constituyen delito. En el famoso "Decreto contra el Bandidaje y Terrorismo" no encajan, ni de la manera más forzada, los hechos. ¿Dónde están el bandidaje, el terrorismo?, ¿Dónde la rebelión militar?
En cuanto al delito de insulto a Fuerza Armada, no existe. No está suficientemente probado y fue provocado por la actitud de las fuerzas de Orden Público, pobre y desafortunada. Todo el mundo conoce por la Prensa los ataques al orden público. ¿Los estudiantes son Juzgados en un Consejo de Guerra por Bandidaje y terrorismo? ¿Por qué aquí se trata de aplicar un Código diferente a otras partes? El segundo defensor concluyó su intervención con estas palabras:
"Con la conciencia más tranquila, porque creo que es de Justicia, y la justicia es obra divina, pido la absolución de todos mis defendidos».
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Este viernes, 15 de septiembre, se cumplían exactamente 55 años -¡más de medio siglo!- de un suceso que conmovió una parte importante de la sociedad grancanaria.
En la pequeña localidad costera de Sardina del Norte de esa isla tuvo lugar un episodio que sin duda ha marcado un hito en la historia de las luchas populares contra la dictadura franquista.
Aquel día, el rugir de las olas no llegó a ser lo sufucientemente sonoro como para poder acallar los gritos de libertad, los gestos de valentía y resistencia no sólo contra el Régimen autocrático que por entonces se habia adueñado de la vida social y política del país, sino que también contra empresarios sin escrúpulos que aprovechaban las ventajosas circunstancias politicas que habia creado la dictadura, para poder explotar doblemente a sus asalariados.
En el curso de 1966, la entrada estratégica de cuadros del sindicalismo de Comisiones Obreras en los sindicatos oficiales del Régimen, -los famosos Sindicatos Verticales -, habían abierto una importante brecha en lo que hasta entonces había sido una de las más inexpugnables fortalezas del sistema.
Las detenciones realizadas por la Brigada político-social el 1 de mayo de ese año, las detenciones de activistas durante esa misma jornada, las huelgas en las importantes industrias conserveras de Lloret y Ojeda, habian puesto de manifiesto que a diferencia de lo habia sucedido en décadas precedentes, los trabajadores canarios habían dado los primeros pasos en lo que iba a ser un lento, pero también sólido, proceso de autoorganización y de movilización.
LA CLASE OBRERA CANARIA COMIENZA A DESPEGAR
El año 1968 fue un año crucial para las luchas obreras y populares en Canarias. La Gran huelga portuaria de febrero, que paralizó por completo los Puertos de la Isla, comenzó a poner en evidencia que los sectores más avanzados de la clase trabajadora del Archipiélago, ya no se limitaba a responder sólo con incidentes y conflictos esporádicos y aislados al acoso salarial de los empresarios, sino que su incipiente organización les empezaba a permitir expresar su rebeldía a través de actos resueltos de disensión politica y laboral.
Aquel verano del 68 trajo consigo muchas luchas, pero también muchos despidos. Un hervidero de reivindicaciones, de solidaridad y de esperanza comenzo a crecer a lo largo y ancho de toda la isla de Gran Canaria. En el norte de la Isla, mientras que por una parte, los aguatenientes se dedicaban a exprimír a los pequeños agricultores, un número de obreros de la Compañía Satra fueron despedidos ilegalmente, no sólo sin recibir las indemnizaciones que les correspondian, sino adeudándoseles igualmente varias mensualidades.
Toda esta zozobra laboral fue haciendo converger la voluntad de no tolerarlas en la convocatoria de una excursión playera, en el marco de la cual los trabajadores de las empresas afectadas, miembros de Comisiones Obreras, miembros de grupos culturales y militantes del PCE - la unica organizacion politicamente activa por entonces-, pretendían someter a debate diferentes alternativas que permitiera darle una salida a aquella situación.
Aquel fatídico 15 de septiembre de 1968, en la playa de la Cala de Martorell, en Sardina del Norte, un sol brillante iluminaba el acotado ambito, en el que algunas centenas de personas se habia reunido, sin tener la mayoria de ellas, la sensacion de estar participando en un "acto subversivo" .
Sin embargo, lo que pretendió ser siempre una asamblea pacífica, de manera abrupta fue interrumpida por la presencia de la Guardia Civil. Pretendian los del tricornio, que un abogado laboralista, Manuel Morales Macias, partícipe en la reunión, y los hermanos Gallardo, ambos dirigentes de la organización del PCE, se entregaran de inmediato a las fuerzas de ese Cuerpo armado. La respuesta de los allí congregados fue drasticamente unánime: "¡O nos detienen a todos, o no detienen a ninguno!"
LA REFRIEGA
Ante la decidida voluntad de los asambleístas de no permitir se seleccionara arbitrariamente a ninguno de los allí congregados como chivos expiatorios, un Comandante de la Guardia Civil, que vestía de paisano, disparó sin ningún tipo de miramiento contra los manifestantes. Sangre manchó la arena y dos obreros cayeron heridos a consecuencia de aquella inesperada balacera.
La escena fue de horror y desesperación. No obstante, a pesar de la tensión y el miedo, la multitud avanzó con determinación hacia la "Playa de Sardina", coreando consignas de libertad y justicia. Pero la playa, ese día, dejo de ser un refugio y se convirtio en un campo de batalla.
Unos pocos asistentes no pudieron resistir las pulsiones del miedo que sintieron, y despavoridos huyeron del lugar a través del mar o de las montañas contiguas. Sin embargo, la gran mayoría integrada por jóvenes y trabajadores, resistió a pie firme, valientemente, la reaccion de un mando disparatado de la Guardia Civil, que parecía haber perdido el tino.
Tras este acto de inusitada violencia, más de 50 personas fueron detenidas y, posteriormente, sometidas a tratos vejatorios e inhumanos. No obstante, para los detenidos la batalla no concluyó con las secuencias que acabamos de describir. Una vez fueron ingresados en la Prisión Barranco Seco, no cejaron en su valiente de resistencia. Organizaron en ella huelgas de hambre y actos de protesta por lo que estimaban habia sido un atropello no solo a su integridad física, sino también a sus derechos.
LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
A pesar de la brutalidad inherente al Régimen de Franco, el espíritu de Sardina del Norte no logró ser quebrado. De hecho, la solidaridad con los detenidos desató una auténtica ola de solidaridad en todo el mundo, alcanzando países distantes como Inglaterra, Alemania, Bélgica, Francia… En la iglesia de Holborn, en la ciudad de Londres, se organizó un magno encuentro solidario que no habia contado con precedentes similares en la historia de la emigracion canaria en la capital de Reino Unido. Al acto acudieron centenares de isleños procedentes de todas las Islas del Archipielago. En él que se pronunciaron discursos y se distribuyó un folleto en el que se proporcionaba una explicacion detallada sobre los acontecimientos que habian tenido lugar en Sardina del norte.
SE CELEBRA EL CONSEJO MILITAR SUMARISIMO
Cuando apenas había transcurrido un mes despues de los turbulentos aconteimientos, el 18 de octubre de ese mismo año, tuvo lugar un Consejo de Guerra Sumarisimo, en el que la Justicia militar condenó a los procesados a desproporcionadas penas de Prisión. Del "Diario de Las Palmas", del 18 de Octubre de 1968, reproducimos textualmente la informacion en la que ese periodico, daba cuenta de la intervencion en el Consejo de los abogados militares encargados de la defensa de los encartados:
A continuación le tocó el turno al informe de los defensores, comandantes de Infantería, señores Pisos Echave y Arnáiz de Tejada. Uno de ellos tenía a su cargo la defensa de doce de los inculpados, mientras el otro defendió a los otros once.
El primer defensor inició su intervención relatando que el 15 de septiembre tuvo lugar una reunión de los inculpados, en unión de - sus familias, entre los que se encontraban mujeres y niños, con el objeto de pasar un día de playa y, al mismo tiempo, orientar en sus problemas a unos obreros que habían intentado resolverlos acudiendo a la Magistratura de Trabajo, a la Organización sindical, y que ahora iban a presentar un escrito al Gobierno Civil.
Señaló que ya había habido otras reuniones anteriores y que la Guardia Civil conocía esto. El día de autos la Guardia Civil ya había hecho preguntas a los asistentes.
Prosiguiendo su informe, este defensor dijo que luego se presentó un hombre vestido de paisano que requirió al abogado Morales Macias para que le acompañara, a lo cual este se negó. De nuevo por la tarde el hombre vestido de paisano hizo igual requerimiento, obteniendo la misma negativa. La Guardia Civil rodeó a los asistentes y disparo tiros al aire . Luego compareció el comandante Díaz Otero de la Guardia Civil, también vestido de paisano. La situación con los disparos produjo e! nerviosismo de los familiares, muy lógico. Los presentes se agarraron de las manos, y luego los disparos se hicieron al suelo, alcanzando a dos de los detenidos.
El primer defensor expresó que los hechos no constituyen el delito de rebelión militar. Que se trata de una cuestión de carácter laboral que no encaja el dicho delito. El Decreto sobre Bandidaje y Terrorismo es -indicó- un decreto de excepción y el asesoramiento de los obreros no es bandidaje y terrorismo. Este decreto es dirigido contra el uso de la bomba y de la metralleta, y la única arma que había entre los reunidos era una guitarra, que, además, manejaba un menor.
Respecto al delito de insulto de Fuerza Armada, dijo que si todos hubieran actuado con el tacto del teniente coronel de la Guardia-Civil, "no estaríamos en este Consejo de Guerra». La fuerza Pública raramente hace disparos en las manifestaciones y en los encuentros con los estudiantes. Concluyó su intervención diciendo que la defensa no considera a los inculpados responsables de los delitos que les imputan y que todos sus patrocinados deben ser absueltos.
Transcurre el día - continúa el defensor - y ya más tarde vuelve de nuevo el paisano. Ya no viene solo. Viene con guardias civiles. La reacción del grupo fue natural y lógica. Se niegan a que se practique detención de uno o varios, sino de "todos o de ninguno". El paisano ordena disparar a la Guardia Civil. Esto produce la irritación no solo del grupo sino de sus familiares Y espectadores. ¿No existe el diálogo? - pregunta la defensa-. ¿No había manera de resolver esto de otro modo? La Guardia Civil se retira; pero el paisano insiste de nuevo; ha de detener a alguien. La respuesta de los reunidos es: "¡Todos o ninguno!!".
El ambiente se caldea. Los reunidos tratan de marcharse, pero se les impide usar los medios propios para ello. Van entonces a Sardina del Norte a ·buscar coches: Esta es la "manifestación subversiva". No llevaron a sus esposas e hijos para caldear la situación como se ha dicho.
Las cosas se agravan cuando llega un coche con refuerzos de la Guardia Civil. Lo manda el Comandante de la Guardia Civil. Este jefe trata de detener a varios procesados. Les rodean y ordena disparar. Si los procesados, numerosos, hubiesen querido agredirle -dice la defensa- ¿qué hubiese sido de él?
Llegan miembros de la Brigada de Investigación Social. Los reunidos se mantienen en su postura de "todos o ninguno". La acertada intervención del teniente-coronel jefe de la Guardia Civil terminó con los hechos. Si lo mismo se hubiese hecho desde el principio, nada hubiese ocurrido.
Es lógico que ante la actitud de la Guardia Civil, los reunidos, acorralados, intentasen defenderse. ¿Puede probarse que hubo "animus injuriandi"? ¿Acaso intentaron los reunidos herir con piedras al comandante? ¿Si lo hubiesen querido, siendo tan numerosos y con tantas piedras como hay por allí, no lo hubiesen hecho? El otro defensor comenzó su informe diciendo había aceptado el nombramiento de oficio con satisfacción, porque es la mayor satisfacción defender al acusado que no ha delinquido. Expuso que no veía la razón por la que los procesados fueran sometidos a Consejo de Guerra y menos aún que este fuese sumarísimo, lo que limita fuertemente la defensa y suena mal a los 110 implicados.
Manifestó que difería de la exposición de los hechos realizada por el Fiscal, que no se ajusta a la realidad. A continuación hizo una narración de los hechos, la cual inició diciendo que la que debería ser juzgada hoy es la empresa SASTRA, no unos trabajadores humildes y esforzados, esperanza de la patria, cuya única finalidad es defender unos derechos que les han sido aplastados, y que ni los organismos oficiales han defendido. Se les priva de los salarios, de los pluses, sin explicaciones de la Empresa. Acuden a la Organización Sindical, a la Magistratura del trabajo que les da la razón y embarga a la empresa.
Pero la empresa no tiene bienes que embargar, ¿Y las garantías que debió haber prestado? -se pregunta el defensor- y el obrero no come. Todos los medios legales a su alcance fueron utilizados. Estos obreros han sido estafados por una empresa. Entonces los obreros, con un abogado que les oriente, deciden reunirse en una playa. Su finalidad era solamente resolver sus problemas. La reunión transcurría tranquilamente. ¿De dónde se ha sacado que esta reunión era subversiva? ¿Gritar "Viva la libertad!", "¡Vivan las Comisiones Obreras", "¡Queremos cobrar!", es subversivo?
Surge entonces un paisano -prosigue el defensor- con una actitud incorrecta, inoportuna, que no acredita su personalidad, que no explica, sino exige; exige que le acompañe el abogado. Y este no va. Además, estaba viendo a la Guardia Civil de cerca y pensaría que en caso de seguir a alguien sería a los guardias uniformados, no a un paisano. La Guardia Civil siguió sin intervenir y la reunión continuó con normalidad. ¿Qué había aquí de subversivo?
Por lo que se refiere a la calificación penal de los hechos, el defensor dijo que los hechos relatados no constituyen delito. En el famoso "Decreto contra el Bandidaje y Terrorismo" no encajan, ni de la manera más forzada, los hechos. ¿Dónde están el bandidaje, el terrorismo?, ¿Dónde la rebelión militar?
En cuanto al delito de insulto a Fuerza Armada, no existe. No está suficientemente probado y fue provocado por la actitud de las fuerzas de Orden Público, pobre y desafortunada. Todo el mundo conoce por la Prensa los ataques al orden público. ¿Los estudiantes son Juzgados en un Consejo de Guerra por Bandidaje y terrorismo? ¿Por qué aquí se trata de aplicar un Código diferente a otras partes? El segundo defensor concluyó su intervención con estas palabras:
"Con la conciencia más tranquila, porque creo que es de Justicia, y la justicia es obra divina, pido la absolución de todos mis defendidos».
Tony | Sábado, 16 de Septiembre de 2023 a las 14:20:33 horas
No sólo pasa en Gran Canaria, por desgracia, pasa en toda las islas y en el país en general. Los sindicatos no son lo que eran, ahora están mantenidos por los gobiernos y no por l@s trabajador@s, con lo cual, su obediencia y servilismo está claro. Se acabó la lucha obrera respaldada por sindicatos, se acabó la lucha obrera respaldada por el pueblo, se acabó la lucha obrera...
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