
LUTHER KING: "I HAVE A DREAM". ¿HA CAMBIADO ALGO EN LOS EEUU DESPUÉS DE 60 AÑOS?
El racismo, aunque menos ostensible que hace seis décadas, sigue vivo y coleando en los EEUU .
El informe "Still a Dream" ha arrojado luz sobre la persistente desigualdad que continúa dominando en todos los ámbitos sociales de la vida estadounidense en relación con la población afroamericana. Es más; según el informe citado, en determinados rubros, la cosa va peor. Aunque resulte increíble, la tasa de propiedad de vivienda entre los negros, un indicador fundamental de bienestar, ha registrado escasísima mejora desde entonces. Nuestro colaborador Martín Álvarez nos informa sobre ello.
POR MARTÍN ÁLVAREZ PARA CANARIAS SEMANAL
Hace nada menos que seis décadas, resonaban en
Washington las históricas palabras del Dr. Martin Luther King:
"Tengo un sueño".
Hoy, tras 60 años, el mundo vuelve a preguntarse con cierto escepticismo, se pregunta: ¿ha cambiado realmente la situación para la población afroamericana en Estados Unidos?
En 1963, cuando King pronunció su emblemático discurso, más de la mitad de los afroamericanos vivían en la más absoluta de las pobrezas. Aunque ese porcentaje ha descendido hoy al 20%, pero todavía continúa siendo más del doble que el de la población blanca, cuya porcentaje está ubicado en un 8%.
"Los afroamericanos deberán esperar la friolera de 780 años, -¡casi un milenio!-, para aproximarse a los niveles de bienestar de los blancos de hoy"
El informe "Still a Dream" ha arrojado luz sobre la persistente desigualdad que continúa dominando en los ámbitos sociales de la comunidad afroamericana.
Pese a que la tasa de graduados universitarios afroamericanos ha aumentado, continúa siendo más de un 10% inferior a la de los blancos. Además, en términos de ingresos y riqueza, las cifras son realmente desalentadoras: el ingreso medio de las familias negras hoy día es, incluso, inferior al de las familias blancas de hace sesenta años.
Los números no mienten. Si se continúa al ritmo actual, los afroamericanos deberán esperar la friolera de 780 años, -¡casi un milenio!-, para aproximarse a los niveles de bienestar del que disfrutan los blancos disfrutan hoy.
Pero en determinados rubros, la cosa va peor. Aunque pueda resultar increíble, la tasa de propiedad de vivienda entre los negros, un indicador fundamental de bienestar, ha registrado escasísima mejora.
Pero, más allá de las cifras, existen otras lacerantes historias. Por ejemplo, ciudades que, si bien no cuentan con leyes segregacionistas, mantienen una segregación residencial palpable y bien tangible. Barrios predominantemente negros enfrentan desafíos como escuelas de menor calidad, escasez de servicios públicos y e índices de criminalidad.
El racismo, aunque menos ostensible que en el pasado, sigue vivo. Los "sesgos implícitos" son un claro ejemplo de ello. Detallados estudios demuestran que, en igualdad de condiciones, los empleadores suelen inclinarse invariablemente por candidatos blancos, perpetuando de esta forma las desigualdades.
¿Cuáles son las soluciones que propone el informe citado? Intervenciones políticas audaces: programas masivos de empleo, incentivos para la propiedad de vivienda, y medidas para desmantelar la concentración de riqueza. Asimismo, se plantea también la posibilidad de establecer reparaciones por la opresión histórica.
King, en su día, defendía que la situación precaria de los afroamericanos no era resultado de supuestas inferioridades, sino una lógica consecuencia del sistema económico estadounidense. Si no se adoptan reformas valientes, podríamos encontrarnos, en otras seis décadas, en una situación desoladoramente similar.
Aunque las políticas antidiscriminatorias y de acción afirmativa han surtido efecto, no han sido la panacea. Romper el ciclo de pobreza que aún afecta a tantos afroamericanos requiere no solo ofrecer oportunidades a nivel individual, sino también fortalecer comunidades enteras. Esto implica invertir en educación de calidad, capacitación, acceso a créditos y seguridad.
En conclusión. Aunque nada ha quedado parado y se ha avanzado desde aquel 1963, el sueño de King no ha dejado de ser eso: un mero sueño. No obstante, sólo con la continuidad de un perseverante batallar del pueblo afroamericano, acompañado del compromiso popular de los sectores más avanzados de la sociedad estadounidense, será posible que el sueño de generaciones enteras de negros afroamericanos un día pueda convertirse en una realidad.
POR MARTÍN ÁLVAREZ PARA CANARIAS SEMANAL
Hace nada menos que seis décadas, resonaban en Washington las históricas palabras del Dr. Martin Luther King:
"Tengo un sueño".
Hoy, tras 60 años, el mundo vuelve a preguntarse con cierto escepticismo, se pregunta: ¿ha cambiado realmente la situación para la población afroamericana en Estados Unidos?
En 1963, cuando King pronunció su emblemático discurso, más de la mitad de los afroamericanos vivían en la más absoluta de las pobrezas. Aunque ese porcentaje ha descendido hoy al 20%, pero todavía continúa siendo más del doble que el de la población blanca, cuya porcentaje está ubicado en un 8%.
"Los afroamericanos deberán esperar la friolera de 780 años, -¡casi un milenio!-, para aproximarse a los niveles de bienestar de los blancos de hoy"
El informe "Still a Dream" ha arrojado luz sobre la persistente desigualdad que continúa dominando en los ámbitos sociales de la comunidad afroamericana.
Pese a que la tasa de graduados universitarios afroamericanos ha aumentado, continúa siendo más de un 10% inferior a la de los blancos. Además, en términos de ingresos y riqueza, las cifras son realmente desalentadoras: el ingreso medio de las familias negras hoy día es, incluso, inferior al de las familias blancas de hace sesenta años.
Los números no mienten. Si se continúa al ritmo actual, los afroamericanos deberán esperar la friolera de 780 años, -¡casi un milenio!-, para aproximarse a los niveles de bienestar del que disfrutan los blancos disfrutan hoy.
Pero en determinados rubros, la cosa va peor. Aunque pueda resultar increíble, la tasa de propiedad de vivienda entre los negros, un indicador fundamental de bienestar, ha registrado escasísima mejora.
Pero, más allá de las cifras, existen otras lacerantes historias. Por ejemplo, ciudades que, si bien no cuentan con leyes segregacionistas, mantienen una segregación residencial palpable y bien tangible. Barrios predominantemente negros enfrentan desafíos como escuelas de menor calidad, escasez de servicios públicos y e índices de criminalidad.
El racismo, aunque menos ostensible que en el pasado, sigue vivo. Los "sesgos implícitos" son un claro ejemplo de ello. Detallados estudios demuestran que, en igualdad de condiciones, los empleadores suelen inclinarse invariablemente por candidatos blancos, perpetuando de esta forma las desigualdades.
¿Cuáles son las soluciones que propone el informe citado? Intervenciones políticas audaces: programas masivos de empleo, incentivos para la propiedad de vivienda, y medidas para desmantelar la concentración de riqueza. Asimismo, se plantea también la posibilidad de establecer reparaciones por la opresión histórica.
King, en su día, defendía que la situación precaria de los afroamericanos no era resultado de supuestas inferioridades, sino una lógica consecuencia del sistema económico estadounidense. Si no se adoptan reformas valientes, podríamos encontrarnos, en otras seis décadas, en una situación desoladoramente similar.
Aunque las políticas antidiscriminatorias y de acción afirmativa han surtido efecto, no han sido la panacea. Romper el ciclo de pobreza que aún afecta a tantos afroamericanos requiere no solo ofrecer oportunidades a nivel individual, sino también fortalecer comunidades enteras. Esto implica invertir en educación de calidad, capacitación, acceso a créditos y seguridad.
En conclusión. Aunque nada ha quedado parado y se ha avanzado desde aquel 1963, el sueño de King no ha dejado de ser eso: un mero sueño. No obstante, sólo con la continuidad de un perseverante batallar del pueblo afroamericano, acompañado del compromiso popular de los sectores más avanzados de la sociedad estadounidense, será posible que el sueño de generaciones enteras de negros afroamericanos un día pueda convertirse en una realidad.
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