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Domingo, 05 de Marzo de 2023 Tiempo de lectura:

NUEVO INTENTO DE CENSURAR, POR "TRANSFOBIA", EL CONGRESO "MUJERES Y DEPORTE" (VÍDEO)

¿Se combate una discriminación con otras discriminaciones?

El Congreso Estatal Mujeres y Deporte por fin se ha podido celebrar. Estuvo previsto en diciembre pasado en Gran Canaria; pero la asociación organizadora decidió suspenderlo ante la exigencia de la Consejería de Igualdad, Diversidad y Transparencia del Cabildo de que se cancelara una mesa redonda dedicada a la participación de personas trans en las categorías femeninas. Santa Cruz de Tenerife ha acogido la celebración de este evento, que suscitó, en los días previos, protestas por parte de grupos transactivistas que han acusado al Cabildo insular de financiar actividades “transexcluyentes”.

 

 

   Por TITA BARAHONA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 

   En los días 3 y 4 de marzo ha tenido lugar en Santa Cruz de Tenerife  -Islas Canarias - el III Congreso Estatal Mujeres y Deporte “La salud de las mujeres, una visión global”.

 

   Recordemos que este evento estuvo programado para el mes de diciembre del año pasado en Gran Canaria, pero la asociación organizadora del congreso decidió suspenderlo ante la exigencia de la Consejería de Igualdad, Diversidad y Transparencia del Cabildo para que se cancelara una mesa redonda sobre la participación de personas trans en las categorías deportivas femeninas, por considerarlo “delito de odio”.

 

   Canarias Semanal informó de ello y del comunicado que emitieron las organizadoras, en el que explicaban cómo había sido todo el proceso de negociación con las autoridades insulares y exponían que estaban siendo objeto de censura, por lo cual suspendían la celebración del evento hasta encontrar otro lugar que lo acogiera sin cortapisas.

 

   Ha sido el Cabildo de Tenerife el que ha cedido ese lugar, aunque tampoco ha estado el congreso exento de amenazas de censura e incluso de penalización por parte de las asociaciones y personalidades dedicadas a la defensa de las personas trans.

 

 

"El postulado del transgenerismo es que hay mujeres con pene y hombres con vagina y sobre eso basan que no permitir a mujeres trans competir con mujeres es “excluirlas”, “odiarlas”, “discriminarlas” y “negarles la existencia”

 

 

   En los días previos a la celebración del Congreso, Carla Antonelli, del PSOE, pidió que se aplicaran las sanciones que contempla la Ley Trans canaria, alegando que la mesa dedicada a la participación de personas trans en categorías femeninas es “la mesa de la transfobia” y está compuesta de “personas transexcluyentes”.

 

[Img #74378]   Las peticiones de cancelación llegaron también de asociaciones transactivistas de Tenerife, como Diversas LGTBI, uno de cuyos miembros es Sergio Siverio, coordinador local de Podemos. Según éste y el portavoz del grupo, David Carballo, el dinero público no puede financiar un “espacio donde se denigra y se maltrata verbalmente a las mujeres trans”.

 

   Diversas LGTBI pidió al gobierno autonómico la aplicación de medidas cautelares “frente al daño inminente por discriminación hacia el colectivo”, y amenazó con abandonar la Mesa Insular LGTBIQ+ si el Cabildo mantenía el apoyo al debate “transexcluyente”.

 

   En fin, lo he dicho en otras ocasiones: parece que los “transactivistas” confunden las críticas a las normas, en este caso las que permiten la inclusión de varones autoidentificados como mujeres en las categorías femeninas, con ataques personales. Es como si criticar algún aspecto de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por ejemplo, se interpretara como una ofensa a los sujetos que puedan caer bajo su jurisdicción.

 

   Nadie que haya escuchado las ponencias de que se compone la controvertida mesa sobre la participación de personas trans en categorías deportivas femeninas habrá encontrado un solo insulto a persona trans alguna o al grupo en su conjunto. Tampoco en los mensajes en redes sociales de las ponentes: Marta Antunez, Laura Redondo, Fiona McAnena, Tasia Aránguez e Izaro Antxia.

 

 

"Nadie que haya escuchado las ponencias de que se compone la controvertida mesa sobre la participación de personas trans en categorías deportivas femeninas habrá encontrado un solo insulto a persona trans alguna o al grupo en su conjunto"

 

 

   No es ningún secreto que para determinadas actividades deportivas, especialmente aquellas que requieren fuerza muscular y resistencia, los varones tienen ventaja sobre las mujeres por sus características anatómicas. No hay más que comparar las marcas alcanzadas a día de hoy por ambas categorías para ver la notable diferencia.

 

   Como dice la abogada deportiva, Irene Aguiar, y demuestran estudios científicos, la autoidentificación de sexo no altera la realidad[Img #74380] biológica.

 

   También se sabe, por los casos surgidos en otros países, que hay mujeres trans en categorías femeninas batiendo récords y acumulando oros, mientras que en categorías masculinas no consiguen destacar. Por ejemplo, en natación, Lia Thomas, pasó de estar en el puesto 462 del ranking masculino, al número 1 en el femenino.

 

   Es un tema que ha suscitado polémicas en todo el mundo y algunas federaciones han tomado medidas para evitar lo que a todas luces es una competición en la que no se respeta el principio de igualdad. Este principio no se altera, sin embargo, cuando son hombres trans quienes participan en las categorías femeninas, siempre que no vayan hasta arriba de testosterona incurriendo en dopaje.

 

   Supongo, dado que hablo desde una posición ajena al mundo deportivo, que los deportes en los que predominan la flexibilidad corporal, la habilidad y la precisión son otro asunto. En algunos de ellos hay incluso categorías mixtas, como ocurre en el patinaje artístico por parejas; aunque, en general, sigue habiendo separación por sexos y en algunos de estos deportes, como la natación sincronizada, solamente categoría femenina.

 

   El argumento de los “transactivistas” para tachar de “transfobia” el hecho de debatir o discrepar sobre la inclusión de mujeres trans en las categorías femeninas es que “una mujer trans es una mujer”.

 

[Img #74392]   Es decir: por el mero hecho de que una persona nacida varón se sienta mujer (pase o no por procesos de hormonación y cirugías), automáticamente su cuerpo se transforma en el de una mujer, ya que, según el transactivismo, el pene de una mujer trans es un pene femenino.

 

   El postulado del transgenerismo es que hay mujeres con pene y hombres con vagina y sobre eso basan que no permitir a mujeres trans competir con mujeres es “excluirlas”, “odiarlas”, “discriminarlas” y “negarles la existencia”.

 

   Se trata de un fenómeno curioso este de la conversión, por arte de magia, de un cuerpo masculino en femenino. Es algo similar al que se produce en la Eucaristía, cuando la oblea de pan ázimo, transformada en hostia consagrada, se convierte en el cuerpo de Cristo (se llama misterio de la transubstanciación).

 

   Negar o poner en cuestión que exista tal cosa como la transformación de un cuerpo masculino en otro femenino, por la sola acción del sentimiento o la autoidentificación, para el transgenerismo constituye anatema o, en sus términos, “delito de odio” o “transfobia”, que viene a ser lo mismo.

 

 

"Las leyes trans contemplan una serie de sanciones para quienes expresen disconformidad, en este caso, con la creencia de que el cambio del sexo en el Registro Civil implique cambios fisiológicos que permitan a un nacido varón participar en competiciones femeninas"

 

 

   Yo misma por lo que llevo expresado seguramente sea tachada de “tránsfoba” y pueda ser incluso penalizada, puesto que las leyes trans autonómicas y la estatal, recién puesta en vigor, contemplan una serie de sanciones para quienes expresen disconformidad, en este caso, con la creencia de que el cambio del sexo en el Registro Civil implique cambios fisiológicos que permitan a un nacido varón participar en competiciones femeninas y entrar en espacios reservados a mujeres (vestuarios, duchas, etc.).

 

 

   Es decir, manifestar que una mujer trans no es una mujer o que un hombre trans no es un hombre se considera ofensa y poco menos que delito.

 

 

   Sin embargo, los transactivistas no reivindican que los hombres trans compitan en las categorías masculinas, como tampoco que vayan a cárceles masculinas si cometen delito punible con ese castigo, al contrario de su empeño en que las mujeres trans sean destinadas a cárceles femeninas, aun habiendo sido el delito el de violación a una mujer. Ello demuestra que, en el mundo trans, el tratamiento tampoco es igual para hombres y mujeres.

 

 

   Decía el antiguo dicho que “la letra con sangre entra”. Asi es cómo el transgenerismo, fomentado y bien financiado por los gobiernos, intenta implantar su dogma de fe en la sociedad, porque por la razón y la evidencia empírica -que no hace falta que sea científica- no entra.

 

 

   Por tanto: mordazas, censura, cancelaciones, boicots, estigmatización, multas… la picota 2.0.

 

 

   Decía el transactivista Sergio Siverio en su cuenta de Twitter que la petición de cancelación del III Congreso Estatal Mujeres y Deporte en Tenerife -o al menos de la señalada como “mesa de la transfobia”- no es un acto de censura. Esto en respuesta a la directora de la Consejería de Educación y Juventud, Isabel Bello, quien también en redes expresó que “en España no se pueden prohibir debates”, que “no hay temas tabú ni limitaciones a la discrepancia”, y citaba el artículo 20.1 de la Constitución sobre la libertad de expresión.

 

 

   Pues, sí, señor Siverio, lo que usted y sus colegas transactivistas promueven se llama censura. No voy a ser yo quien defienda la Constitución española de 1978, pero, independientemente de que nos guste o no, que se cumpla o no, el derecho a la libertad de expresión y pensamiento está ahí bien claro. Otra cosa son las calumnias, injurias, etc. personales, que ya están contemplados como falta o delito en el ordenamiento jurídico.

 

 

   No es necesario ser especialista en Derecho, como lo es el señor Siverio, para saber que hay una cosa llamada jerarquía normativa, por la cual ninguna ley de rango inferior a la suprema, que es la Constitución, puede entrar en contradicción con ésta.

 

 

   Dirán ustedes que este tema no es de los que más preocupan actualmente a la clase trabajadora, la mayoría de la población, de este o de ningún otro Estado. En efecto, no es un problema tan acuciante como los recortes en servicios públicos, la bajada del salario real, el nulo acceso a una vivienda o el alza del coste de la vida.

 

 

   Precisamente, para desviar la atención de estos problemas es que la clase dominante y sus aparatos de propaganda (mediáticos) introducen este tipo de “distractos”, como los llama una querida amiga, que no son sino brotes de la llamada política de las identidades, cuyo objetivo es fragmentar o descomponer la sociedad en múltiples átomos identitarios de distinto signo (así somos más manejables y manipulables), que es lo que el discurso político “progresista” llama “diversidad”.

 

 

   Sin embargo, este “distracto” en particular, el de permitir varones en categorías deportivas femeninas, y en general las leyes llamadas de “igualdad y no discriminación de las personas LGTBI” (que en realidad van más dirigidas a la T que a las otras letras), pueden tener un impacto negativo en nosotros y especialmente en nosotras, en los derechos de niñas, niños, jóvenes y adultas.

 

 

   Por restringirme al asunto del deporte, nuestras hijas pueden verse desincentivadas a practicarlo de forma regular o incluso profesionalmente, si ven que en sus equipos se introducen varones que hacen las mejores marcas y acumulan todas las medallas; porque, en efecto, se da una situación de desigualdad e incluso de discriminación hacia ellas (por no decir si tienen que compartir ducha y vestuario con “penes femeninos”, que no sería problema en una sociedad sin sexismo ni violencia sexual, pero no es el caso).

 

 

   La garantía de los derechos de un grupo social determinado no puede realizarse en detrimento real de los derechos de otro. Aquí no se trata de negar los que asisten a las personas trans o la existencia de éstas, sino de afirmar que las mujeres (sin desinencias ni adjetivos) también existimos y tenemos derecho a los espacios propios que con esfuerzo hemos logrado, incluidas las categorías deportivas.

 

 

   No estamos para neo-misticismos ni para el pensamiento mágico. Y mucho menos para callarnos. Las censuras, amenazas y mordazas de la Inquisición transactivista no impedirán que rechacemos comulgar con ruedas de molino, por muy revestidas de purpurina que se presenten.

 

 

VÍDEO: La realidad material que se pretende censurar y cuya exposición podría considerarse un "delito de odio" de acuerdo a la nueva Ley Trans

 

VÍDEO: La nadadora que se atrevió a denunciar lo sucedido con Lia Thomas. La nadadora trans que como Will Thomas ocupaba el puesto  462 en la liga universitaria de la zona noreste de EE.UU. y, como "Lia" bate todos los récords en las competencias de mujeres. 

 

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Lunes, 06 de Marzo de 2023 a las 23:32:38 horas

    Ya ven ustedes compañeros y yo quiero que mi culo cante por radio y me lo niegan!!! está claro que le inclusivided es para algunes con suerté.
    La toleta de la ministra de igualdad tienen una pedrá que lo flipas!!!

    Accede para responder

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