
CONTRATISTA ISRAELÍ DETRÁS DE UN SOFTWARE PARA MANIPULAR ELECCIONES
La información desvelada suscita preguntas sobre el reciente viaje de Isabel Díaz Ayuso a Israel
Una investigación llevada a cabo por periodistas de varios medios (The Guardian, Le Monde, Der Spiegel, El País, Haaretz, entre otros), ha desvelado que un equipo de contratistas israelíes ha manipulado más de 30 elecciones en todo el mundo a través de técnicas de pirateo informático, sabotaje y desinformación. Los resultados de esta investigación han sido publicados por The Guardian.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Los resultados de esta investigación en el equipo de contratistas israelíes han sido publicados por The Guardian en un artículo firmado por Stephanie Kirchgaessner, Manisha Ganguly, David Pegg, Carole Cadwalladr y Jason Burkey. También se puede encontrar la traducción del mismo al castellano en eldiario.es.
Una parte al menos de la operación de desinformación para manipular elecciones fue llevaba a cabo por la empresa de seguridad israelí Demoman International. Fundada en 1999, dicha empresa se presenta en su página web como “proveedor líder en servicios de alto nivel para agencias de seguridad, inteligencia y policiales”.
Demomam International fue autorizada por el Ministerio de Defensa de Israel como empresa estratégica de inteligencia. Su fundador es el ejecutivo Tal Hanan, experto internacionalmente reconocido en guerra urbana, contra-terrorismo e inteligencia, que aparece con el sobrenombre de “Jorge”.
El “equipo Jorge”, cuya oficina se halla en un polígono industrial de Modi'in (a unos 32 kilómetros de Tel Aviv) fue infiltrado por los periodistas referidos, que se hicieron pasar por clientes.
Así fue cómo Hanan, cuyo hermano, Zohar, es director ejecutivo del grupo, les explicó que sus “operaciones encubiertas” se ofrecen a agencias de espionaje, campañas políticas y empresas privadas para manipular la opinión pública sin dejar rastro, y que lo ha hecho en varias partes del mundo como Estados Unidos, Europa, África, América Central y del Sur.
Estas operaciones las lleva a cabo el Equipo Jorge mediante un paquete de software llamado Advanced Impact Media Solutions (Aims), que le permite controlar a un grueso ejército de perfiles falsos en las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, Linkedin, YouTube, Gmail, Telegram..), algunos de cuyos perfiles tienen incluso cuentas en Amazon y Airbnb.
Los tres periodistas infiltrados (de Radio France, Haaretz y TheMarker) contactaron con el Equipo Jorge haciéndose pasar por consultores que trabajaban para un país africano políticamente inestable y querían posponer las elecciones.
Las reuniones con el Equipo, celebradas por video-llamada y en persona, entre julio y diciembre de 2022, fueron grabadas en secreto por los periodistas. En estas grabaciones, de más de seis horas, se puede oír a Hanan y su equipo explicando las técnicas de manipulación que usan en las campañas electorales en favor de quienes les contratan y contra sus rivales.
Hanan dijo que su equipo opera desde seis oficinas repartidas por todo el mundo y que tienen experiencia en finanzas, redes sociales y campañas, además de en “guerra psicológica”. También explicó que habían participado en 33 campañas presidenciales y que en 27 de ellas tuvieron éxito, extremo que no se ha podido confirmar.
Se sabe, sin embargo, por documentos filtrados, que en 2015 el Equipo Jorge operó de forma encubierta junto a la ya desaparecida consultora británica Cambridge Analytica en la carrera presidencial de Nigeria.
Cambridge Analytica operaba en campañas políticas, con gobiernos y clientes corporativos ofreciendo una variedad de servicios, desde relaciones públicas a operaciones encubiertas.
El Equipo Jorge también envió a Cambridge Analytica un vídeo con una primera versión del software de desinformación (Aims) para redes sociales. En un correo electrónico, Hanan explicaba que la herramienta se había usado en 17 elecciones y permitía a los usuarios crear hasta 5.000 bots para difundir “propaganda” y “mensajes multitudinarios”.
Al parecer, según Hanan, en 2022 ya contaban con más de 30.000 perfiles falsos con historiales de varios años.
En su artículo-revelación, los periodistas sostienen que:
“Los métodos y técnicas descritos por el Equipo Jorge plantean nuevos retos a las grandes tecnológicas, que llevan años tratando de evitar que agentes malintencionados difundan mentiras o vulneren los sistemas de protección de sus plataformas. La evidencia de un mercado privado y global de la desinformación para inmiscuirse en procesos electorales también hará saltar la alarma en las democracias del mundo”.
Debemos señalar, en primer lugar, que las “grandes tecnológicas”, es decir el complejo de Silicon Valley, llevan tiempo manipulando la red de redes ejerciendo la censura de determinados medios, periodistas y particulares, e incluso diseminando información falsa o al menos no contrastada.
Por tanto, no consta que ellas no formen parte también de esos “agentes malintencionados”. Se sabe que docenas de antiguos miembros de la elite de la inteligencia militar israelí y estadounidense han ocupado altos cargos en Microsoft, Google y Facebook.
Tenemos ejemplos como el Trust Project. También la Alianza para la Seguridad de la Democracia, organismo financiado por los gobiernos de EE.UU y la UE, fue una de las herramientas de guerra informativa sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU en 2016.
Hay también agencias gubernamentales, como la OTAN, implicadas en operaciones de "guerra cognitiva".
En segundo lugar, se da lo que se conoce como puertas giratorias entre ex-altos cargos gubernamentales, de las agencias de inteligencia o de los medios de comunicación, y empresas privadas que se dedican también a la manipulación en red.
De esto último podemos asimismo traer a colación algunos ejemplos, como Integrity Initiative, órgano con conexiones con la inteligencia británica, operado por periodistas de varios países y dedicado a difundir desinformación “para combatir la desinformación”.
Por tanto, no hay un “mercado privado y global de la desinformación”, sino, en la mayoría de los casos, un mercado privado concertado con agencias y agentes gubernamentales de las “democracias”.
En ese mercado privado podemos también incluir a los grandes medios de comunicación, que son empresas que se surten de solo tres agencias de noticias.
Algunos periodistas que escriben para estos medios corporativos contribuyen asimismo a diseminar desinformación. Precisamente, una de las firmantes del artículo de investigación de The Guardian, Carole Cadwalladr, que trabaja para este medio, estuvo implicada en una campaña de noticias falsas sobre la interferencia del gobierno de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidense de 2016, que dieron la victoria a Donald Trump, y en el referéndum británico sobre el Brexit.
En 2018, un tal Christopher Wylie salió a la palestra como soplón denunciante (whistleblower) de su ex-empleador, la firma británica SCL-Cambridge Analytica.
Wylie aseguraba tener conocimiento interno de cómo esta firma cosechaba ilícitamente los datos personales de votantes británicos y estadounidenses a través de Facebook, para dirigir operaciones a favor del Brexit y de Trump. Afirmaba, además, que en este complot de “extrema derecha” estaban involucrados “conocidos agentes rusos”.
Le faltó tiempo a Carole Cadwalladr, conocida por su obsesión con Rusia, para dar difusión a los falsos alegatos de quien se demostraría que era un falso whistleblower. Sus artículos tuvieron tanto impacto, que fue galardonada e incluso hubo proyecto de realizar una película sobre el tema.
Tuvo que ser The United Kingdom’s Information Commissioner’s Office (Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido - ICO) la que, tras investigar el papel de Cambridge Analytica en la elección presidencial de 2016 y el referéndum sobre el Brexit, halló que no tenían conexión con el Kremlin.
A raíz del informe de ICO, Cambridge Analytica fue multada y tuvo que cerrar. Facebook también fue multado por permitir la recogida de datos de usuarios. Sin embargo, Wyle y su musa Cadwalladr no sufrieron ninguna penalización, porque, al parecer, la campaña de rusofobia y la desinformación deben continuar, sin importar que haya pruebas o que estas sean reales y no inventadas.
El artículo-revelación de The Guardian asegura también que:
“Las revelaciones del Equipo Jorge podrían poner en aprietos a Israel, que en los últimos años se ha visto sometido a una presión diplomática cada vez mayor por exportar armas cibernéticas que atentan contra la democracia y los derechos humanos”.
Se refieren, claro, al Equipo Jorge y puede que también incluso al software-espía Pegasus; pero no a que las armas de Israel no se limitan a las cibernéticas para violar cotidiana y físicamente los derechos humanos del pueblo palestino, sometido a una auténtica de limpieza étnica a cámara lenta.
Nos preguntamos, finalmente, si el reciente viaje de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, a Israel, en tiempo de pre-campaña electoral, no habrá tenido que ver con contratos de empresas de software manipulador del tipo del “Equipo de Jorge”.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Los resultados de esta investigación en el equipo de contratistas israelíes han sido publicados por The Guardian en un artículo firmado por Stephanie Kirchgaessner, Manisha Ganguly, David Pegg, Carole Cadwalladr y Jason Burkey. También se puede encontrar la traducción del mismo al castellano en eldiario.es.
Una parte al menos de la operación de desinformación para manipular elecciones fue llevaba a cabo por la empresa de seguridad israelí Demoman International. Fundada en 1999, dicha empresa se presenta en su página web como “proveedor líder en servicios de alto nivel para agencias de seguridad, inteligencia y policiales”.
Demomam International fue autorizada por el Ministerio de Defensa de Israel como empresa estratégica de inteligencia. Su fundador es el ejecutivo Tal Hanan, experto internacionalmente reconocido en guerra urbana, contra-terrorismo e inteligencia, que aparece con el sobrenombre de “Jorge”.
El “equipo Jorge”, cuya oficina se halla en un polígono industrial de Modi'in (a unos 32 kilómetros de Tel Aviv) fue infiltrado por los periodistas referidos, que se hicieron pasar por clientes.
Así fue cómo Hanan, cuyo hermano, Zohar, es director ejecutivo del grupo, les explicó que sus “operaciones encubiertas” se ofrecen a agencias de espionaje, campañas políticas y empresas privadas para manipular la opinión pública sin dejar rastro, y que lo ha hecho en varias partes del mundo como Estados Unidos, Europa, África, América Central y del Sur.
Estas operaciones las lleva a cabo el Equipo Jorge mediante un paquete de software llamado Advanced Impact Media Solutions (Aims), que le permite controlar a un grueso ejército de perfiles falsos en las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, Linkedin, YouTube, Gmail, Telegram..), algunos de cuyos perfiles tienen incluso cuentas en Amazon y Airbnb.
Los tres periodistas infiltrados (de Radio France, Haaretz y TheMarker) contactaron con el Equipo Jorge haciéndose pasar por consultores que trabajaban para un país africano políticamente inestable y querían posponer las elecciones.
Las reuniones con el Equipo, celebradas por video-llamada y en persona, entre julio y diciembre de 2022, fueron grabadas en secreto por los periodistas. En estas grabaciones, de más de seis horas, se puede oír a Hanan y su equipo explicando las técnicas de manipulación que usan en las campañas electorales en favor de quienes les contratan y contra sus rivales.
Hanan dijo que su equipo opera desde seis oficinas repartidas por todo el mundo y que tienen experiencia en finanzas, redes sociales y campañas, además de en “guerra psicológica”. También explicó que habían participado en 33 campañas presidenciales y que en 27 de ellas tuvieron éxito, extremo que no se ha podido confirmar.
Se sabe, sin embargo, por documentos filtrados, que en 2015 el Equipo Jorge operó de forma encubierta junto a la ya desaparecida consultora británica Cambridge Analytica en la carrera presidencial de Nigeria.
Cambridge Analytica operaba en campañas políticas, con gobiernos y clientes corporativos ofreciendo una variedad de servicios, desde relaciones públicas a operaciones encubiertas.
El Equipo Jorge también envió a Cambridge Analytica un vídeo con una primera versión del software de desinformación (Aims) para redes sociales. En un correo electrónico, Hanan explicaba que la herramienta se había usado en 17 elecciones y permitía a los usuarios crear hasta 5.000 bots para difundir “propaganda” y “mensajes multitudinarios”.
Al parecer, según Hanan, en 2022 ya contaban con más de 30.000 perfiles falsos con historiales de varios años.
En su artículo-revelación, los periodistas sostienen que:
“Los métodos y técnicas descritos por el Equipo Jorge plantean nuevos retos a las grandes tecnológicas, que llevan años tratando de evitar que agentes malintencionados difundan mentiras o vulneren los sistemas de protección de sus plataformas. La evidencia de un mercado privado y global de la desinformación para inmiscuirse en procesos electorales también hará saltar la alarma en las democracias del mundo”.
Debemos señalar, en primer lugar, que las “grandes tecnológicas”, es decir el complejo de Silicon Valley, llevan tiempo manipulando la red de redes ejerciendo la censura de determinados medios, periodistas y particulares, e incluso diseminando información falsa o al menos no contrastada.
Por tanto, no consta que ellas no formen parte también de esos “agentes malintencionados”. Se sabe que docenas de antiguos miembros de la elite de la inteligencia militar israelí y estadounidense han ocupado altos cargos en Microsoft, Google y Facebook.
Tenemos ejemplos como el Trust Project. También la Alianza para la Seguridad de la Democracia, organismo financiado por los gobiernos de EE.UU y la UE, fue una de las herramientas de guerra informativa sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU en 2016.
Hay también agencias gubernamentales, como la OTAN, implicadas en operaciones de "guerra cognitiva".
En segundo lugar, se da lo que se conoce como puertas giratorias entre ex-altos cargos gubernamentales, de las agencias de inteligencia o de los medios de comunicación, y empresas privadas que se dedican también a la manipulación en red.
De esto último podemos asimismo traer a colación algunos ejemplos, como Integrity Initiative, órgano con conexiones con la inteligencia británica, operado por periodistas de varios países y dedicado a difundir desinformación “para combatir la desinformación”.
Por tanto, no hay un “mercado privado y global de la desinformación”, sino, en la mayoría de los casos, un mercado privado concertado con agencias y agentes gubernamentales de las “democracias”.
En ese mercado privado podemos también incluir a los grandes medios de comunicación, que son empresas que se surten de solo tres agencias de noticias.
Algunos periodistas que escriben para estos medios corporativos contribuyen asimismo a diseminar desinformación. Precisamente, una de las firmantes del artículo de investigación de The Guardian, Carole Cadwalladr, que trabaja para este medio, estuvo implicada en una campaña de noticias falsas sobre la interferencia del gobierno de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidense de 2016, que dieron la victoria a Donald Trump, y en el referéndum británico sobre el Brexit.
En 2018, un tal Christopher Wylie salió a la palestra como soplón denunciante (whistleblower) de su ex-empleador, la firma británica SCL-Cambridge Analytica.
Wylie aseguraba tener conocimiento interno de cómo esta firma cosechaba ilícitamente los datos personales de votantes británicos y estadounidenses a través de Facebook, para dirigir operaciones a favor del Brexit y de Trump. Afirmaba, además, que en este complot de “extrema derecha” estaban involucrados “conocidos agentes rusos”.
Le faltó tiempo a Carole Cadwalladr, conocida por su obsesión con Rusia, para dar difusión a los falsos alegatos de quien se demostraría que era un falso whistleblower. Sus artículos tuvieron tanto impacto, que fue galardonada e incluso hubo proyecto de realizar una película sobre el tema.
Tuvo que ser The United Kingdom’s Information Commissioner’s Office (Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido - ICO) la que, tras investigar el papel de Cambridge Analytica en la elección presidencial de 2016 y el referéndum sobre el Brexit, halló que no tenían conexión con el Kremlin.
A raíz del informe de ICO, Cambridge Analytica fue multada y tuvo que cerrar. Facebook también fue multado por permitir la recogida de datos de usuarios. Sin embargo, Wyle y su musa Cadwalladr no sufrieron ninguna penalización, porque, al parecer, la campaña de rusofobia y la desinformación deben continuar, sin importar que haya pruebas o que estas sean reales y no inventadas.
El artículo-revelación de The Guardian asegura también que:
“Las revelaciones del Equipo Jorge podrían poner en aprietos a Israel, que en los últimos años se ha visto sometido a una presión diplomática cada vez mayor por exportar armas cibernéticas que atentan contra la democracia y los derechos humanos”.
Se refieren, claro, al Equipo Jorge y puede que también incluso al software-espía Pegasus; pero no a que las armas de Israel no se limitan a las cibernéticas para violar cotidiana y físicamente los derechos humanos del pueblo palestino, sometido a una auténtica de limpieza étnica a cámara lenta.
Nos preguntamos, finalmente, si el reciente viaje de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, a Israel, en tiempo de pre-campaña electoral, no habrá tenido que ver con contratos de empresas de software manipulador del tipo del “Equipo de Jorge”.
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