
"LE MONDE DIPLOMATIQUE": MACRON SE ALINEA CON MARRUECOS EN LA OPUPACIÓN DEL SÁHARA
Sáhara Occidental: la elección de Macron que pone en jaque a Francia y Argelia y descubre una estrategia concertada con Sánchez
La decisión de Emmanuel Macron de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental no solo desafía el derecho internacional, sino que también pone en peligro las relaciones diplomáticas con Argelia. ¿Cómo afectará esta decisión a la estabilidad del Magreb? ¿Puede Francia mediar entre dos rivales ahora que ha tomado partido?
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por Le Monde diplomatique, titulado "Sahara, la riesgosa elección de Macron", se explora la reciente decisión del presidente Emmanuel Macron de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, lo que ha generado una gran controversia en la región y en las relaciones internacionales de Francia. Esta decisión, comunicada al rey Mohammed VI mediante una carta en julio, supone no solo un desacato al derecho internacional, sino también un golpe a las frágiles relaciones entre Francia y Argelia.
Según afirma el artículo, Macron expresó su apoyo al plan de autonomía que Marruecos defiende desde 2007, describiéndolo como
“la única base para alcanzar una solución política, justa, durable, negociada conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.
Sin embargo, esta afirmación contradice la postura de la ONU, que considera al Sahara Occidental como un territorio no autónomo, cuya descolonización debe pasar por un referéndum de autodeterminación. Esta consulta electoral, si llegara a realizarse, podría abrir la puerta a la independencia del Sahara Occidental, tal como reclama el Frente Polisario.
El reconocimiento de la soberanía marroquí por parte de Macron marca un hito en la política francesa hacia esta región. Tal como señala Le Monde diplomatique, se trata de la primera vez que un presidente francés apoya públicamente la posición marroquí sobre el Sahara, lo que ha causado satisfacción en Rabat. Para Marruecos, este respaldo es un logro diplomático largamente esperado. No obstante, la decisión también refleja un cálculo estratégico por parte de Francia, que busca consolidar sus vínculos con Marruecos en un momento en el que su influencia en África Subsahariana se encuentra en declive, tras los fracasos militares y diplomáticos en el Sahel.
Pero este movimiento ha irritado profundamente a Argelia, uno de los principales aliados del Frente Polisario. De acuerdo a lo expresado en el artículo, Francia podría enfrentar represalias diplomáticas similares a las que sufrió España tras adoptar una postura similar en 2022. Argelia ya ha retirado a su embajador en París, y la prevista visita de Estado del presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, a Francia podría ser cancelada. Esta tensión pone en peligro varios temas de cooperación bilateral, como la inmigración y los derechos de los binacionales.
El artículo subraya también las implicaciones para la estabilidad del Magreb, una región ya tensa por las disputas entre Marruecos y Argelia. Al tomar partido por Marruecos, Macron ha renunciado a la posibilidad de que Francia ejerza un papel de mediador en el conflicto entre estos dos países. Ambos han incrementado sus presupuestos militares, lo que podría agravar la situación si no se logra una solución diplomática. Con las relaciones diplomáticas rotas desde 2021, la posibilidad de un conflicto armado sigue latente, y las consecuencias de una escalada afectarían no solo a la región, sino también a Francia, debido a su estrecha relación con las comunidades argelina y marroquí.
La decisión de Macron, según lo expuesto por Le Monde diplomatique, es un arriesgado movimiento que pone en jaque no solo las relaciones de Francia con Argelia, sino también la estabilidad en el Magreb. Si bien busca fortalecer lazos con Marruecos en un momento clave, las repercusiones diplomáticas podrían ser más graves de lo previsto.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por Le Monde diplomatique, titulado "Sahara, la riesgosa elección de Macron", se explora la reciente decisión del presidente Emmanuel Macron de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, lo que ha generado una gran controversia en la región y en las relaciones internacionales de Francia. Esta decisión, comunicada al rey Mohammed VI mediante una carta en julio, supone no solo un desacato al derecho internacional, sino también un golpe a las frágiles relaciones entre Francia y Argelia.
Según afirma el artículo, Macron expresó su apoyo al plan de autonomía que Marruecos defiende desde 2007, describiéndolo como
“la única base para alcanzar una solución política, justa, durable, negociada conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.
Sin embargo, esta afirmación contradice la postura de la ONU, que considera al Sahara Occidental como un territorio no autónomo, cuya descolonización debe pasar por un referéndum de autodeterminación. Esta consulta electoral, si llegara a realizarse, podría abrir la puerta a la independencia del Sahara Occidental, tal como reclama el Frente Polisario.
El reconocimiento de la soberanía marroquí por parte de Macron marca un hito en la política francesa hacia esta región. Tal como señala Le Monde diplomatique, se trata de la primera vez que un presidente francés apoya públicamente la posición marroquí sobre el Sahara, lo que ha causado satisfacción en Rabat. Para Marruecos, este respaldo es un logro diplomático largamente esperado. No obstante, la decisión también refleja un cálculo estratégico por parte de Francia, que busca consolidar sus vínculos con Marruecos en un momento en el que su influencia en África Subsahariana se encuentra en declive, tras los fracasos militares y diplomáticos en el Sahel.
Pero este movimiento ha irritado profundamente a Argelia, uno de los principales aliados del Frente Polisario. De acuerdo a lo expresado en el artículo, Francia podría enfrentar represalias diplomáticas similares a las que sufrió España tras adoptar una postura similar en 2022. Argelia ya ha retirado a su embajador en París, y la prevista visita de Estado del presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, a Francia podría ser cancelada. Esta tensión pone en peligro varios temas de cooperación bilateral, como la inmigración y los derechos de los binacionales.
El artículo subraya también las implicaciones para la estabilidad del Magreb, una región ya tensa por las disputas entre Marruecos y Argelia. Al tomar partido por Marruecos, Macron ha renunciado a la posibilidad de que Francia ejerza un papel de mediador en el conflicto entre estos dos países. Ambos han incrementado sus presupuestos militares, lo que podría agravar la situación si no se logra una solución diplomática. Con las relaciones diplomáticas rotas desde 2021, la posibilidad de un conflicto armado sigue latente, y las consecuencias de una escalada afectarían no solo a la región, sino también a Francia, debido a su estrecha relación con las comunidades argelina y marroquí.
La decisión de Macron, según lo expuesto por Le Monde diplomatique, es un arriesgado movimiento que pone en jaque no solo las relaciones de Francia con Argelia, sino también la estabilidad en el Magreb. Si bien busca fortalecer lazos con Marruecos en un momento clave, las repercusiones diplomáticas podrían ser más graves de lo previsto.
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