
YOLANDA DÍAZ: DIJIMOS QUE VENDÍA HUMO... Y NO NOS EQUIVOCÁBAMOS (VÍDEOS)
La derogación de la Reforma Laboral era un “fetiche”
La ministra de trabajo del gobierno de España, Yolanda Díaz, es una aventajada en el arte de revestir mentiras con “significantes vacíos” -versión académica de lo que el vulgo llamamos palabras huecas-, que suenan muy bien y dan sensación de autenticidad. Para comprobarlo, basta repasar el recorrido que ha tenido la famosa promesa de la “derogación" de la última Reforma Laboral del Partido Popular.
Por TITA BARAHONA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La derogación de la Reforma Laboral, la que Mariano Rajoy implantó en 2012 por Real Decreto, fue una promesa electoral contenida en el pacto de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, así como en el acuerdo político de estas formaciones junto con En Comú Podem, Galicia en Común y Euskal Herria Bildu, para la prórroga del Estado de Alarma (provocado por el Covid-19). En este último documento se dice textualmente “derogar de manera íntegra la Reforma Laboral del año 2012”.
Durante todo el tiempo que llevamos de legislatura, el gobierno y especialmente la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, nos han repetido machaconamente que los males que aquejan a las relaciones laborales actuales -temporalidad, multiplicidad de modelos de contrato, etc.- proceden de la última Reforma Laboral del Partido Popular.
En una reciente entrevista en La Sexta, se puede comprobar cómo la ministra de Trabajo tampoco pierde oportunidad en recalcarlo, pretendiendo hacernos creer que nunca hubo otra Reforma Laboral, cuando la de Rajoy no fue más que una pequeña corrección de aquellos aspectos que se demostraron inoperantes en la Reforma Laboral de Zapatero, que se promulgó pocos meses antes.
Podrán engañar con ello a los “yolanders”, a quienes no tienen memoria o ignoran que el desmontaje de los derechos laborales, es decir, lo que ha conducido a la situación actual, se ha producido a través de un proceso lento pero sin pausa desde la llamada Transición; proceso en el que PSOE y PP han contribuido a partes iguales, con el inestimable apoyo de los sindicatos mayoritarios (UGT y CC.OO), concertados con la patronal.
Todo el conjunto de Reformas Laborales y Acuerdos de Negociación Colectiva que se han dado bajo el paraguas del denominado Diálogo Social -que no es más que la idea falaz de que trabajadores y empresarios tenemos intereses comunes- ha supuesto una constante pérdida de derechos, que, en la práctica, suponen un trasvase de renta de los trabajadores en beneficio del capital.
La actual coalición de gobierno ha buscado un equilibrio entre la promesa “ilusionante” de la derogación de la última Reforma Laboral, sin comprometer el gasto público, y la necesidad de enviar a los empresarios el mensaje de que estén tranquilos, que su sentido de Estado les hace conscientes de la necesidad de aumentar la rentabilidad del capital -a costa, claro, de la clase trabajadora.
La mejor señal de este mensaje a los empresarios fue el nombramiento de los neoliberales Nadia Calviño para la cartera de Economía y de José Luis Escrivá para la de Seguridad Social. Ambos son para Bruselas -y sus inspectores, los “hombres de negro”- la garantía de que cualquier reforma legislativa en materia laboral y de pensiones se hará a satisfacción de las exigencias de los organismos supra-nacionales (la Unión Europea y la OCDE).
Ha sido precisamente Nadia Calviño la elegida para jugar el papel de “poli malo” frente a una Yolanda Díaz que se ha presentado como la bondadosa y firme valedora de los derechos e intereses de la clase trabajadora -lo que ella y sus colegas de gobierno llaman “la gente”. Todos los desencuentros entre los socios de coalición -PSOE y UP- y entre la ministra de Trabajo y la patronal no son sino puro teatro.
La admirada ministra de Trabajo del gobierno de España, cuyo nutrido club de fans ya la ve como futura presidenta, es una aventajada en el arte de revestir mentiras con “significantes vacíos” -versión académica de lo que el vulgo llamamos palabras huecas-, que suenan muy bien y dan sensación de autenticidad, especialmente a oídos “progresistas”.
Para comprobarlo, basta repasar el recorrido que ha tenido la famosa promesa de la “derogación de la Reforma Laboral de Rajoy” o, como puntualizó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de sus “aspectos más lesivos”.
Yolanda Díaz llegó al Ministerio dando golpes dialécticos a diestro y siniestro para mostrar su compromiso inquebrantable con lo pactado, mientras paseaba sus “estilismos” por las revistas de moda. Pasado un tiempo en “diálogo social”, lo de “derogar” se fue poco a poco destilando en “modernizar el mercado de trabajo" -como señalamos en un artículo anterior.
Recientemente nos hemos enterado que la derogación ya ha adquirido la forma de “mucho más que derogar”; porque ahora resulta que “técnicamente, la norma no se puede derogar” y se limitará a cambiar algunos aspectos de la misma.
Resumiendo, primero derogo, luego modernizo y por fin voy a mucho más: a quedarme con el personal que ingenuamente ha confiado en mí; porque, según palabras de la propia ministra, “una cosa es el fetiche político y otra lo que vamos a hacer”.
Esta sola frase confirma que la promesa ilusionante de la derogación era eso, una ilusión, una engañifa, algo que de repente se considera impracticable, un “fetiche político” que la propia coalición de gobierno creó y ahora la ministra atribuye implícitamente a quienes empezamos a poner en evidencia sus falacias.
En cuanto a “lo que vamos a hacer”, la locuaz ministra no lo ha desvelado aún. Todas las negociaciones con Bruselas, para que ésta siga soltando los famosos Fondos de Recuperación, son a puerta cerrada. No conocemos el contenido del Operational Arrangement (acuerdo de funcionamiento) y, en concreto, del Componente 23 (reforma laboral), firmado por el gobierno y la Comisión Europea. Nuestro futuro, el de los trabajadores y las trabajadoras, se mantiene en secreto.
Yolanda Díaz dijo en varias ocasiones que, si no conseguía que la Reforma Laboral de Rajoy estuviese derogada para final de este año, daría explicaciones en el Congreso. Seguramente lo haga para vendernos nuevas remesas de humo en el que envolver otra reforma, que probablemente reducirá el elevado número de modelos de contratación así como la temporalidad mediante la rebaja de derechos a los trabajadores fijos, haciendo converger a todos los trabajadores y las trabajadoras en las peores condiciones laborales posibles.
El estado de desorganización y carencia de representación de la clase trabajadora lo permite. Pero no nos lamentemos, organicémosnos unitariamente para combatir esta ofensiva del capital y sus administradores, los partidos liberales y social-liberales que se turnan en el gobierno, pero sirven a los mismos intereses: los de la burguesía.
VÍDEO RELACIONADO:
Yolanda Díaz exigiendo a su predecesora como Ministra de Trabajo la "derogación total" de la reforma laboral y afirmando que "sí es posible hacerlo"
Yolanda Díaz afirmando en TV que, "técnicamente no es posible derogar la reforma laboral" y reconociendo que cuando habla de ello sólo recurre a un "fetiche político"
Por TITA BARAHONA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La derogación de la Reforma Laboral, la que Mariano Rajoy implantó en 2012 por Real Decreto, fue una promesa electoral contenida en el pacto de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, así como en el acuerdo político de estas formaciones junto con En Comú Podem, Galicia en Común y Euskal Herria Bildu, para la prórroga del Estado de Alarma (provocado por el Covid-19). En este último documento se dice textualmente “derogar de manera íntegra la Reforma Laboral del año 2012”.
Durante todo el tiempo que llevamos de legislatura, el gobierno y especialmente la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, nos han repetido machaconamente que los males que aquejan a las relaciones laborales actuales -temporalidad, multiplicidad de modelos de contrato, etc.- proceden de la última Reforma Laboral del Partido Popular.
En una reciente entrevista en La Sexta, se puede comprobar cómo la ministra de Trabajo tampoco pierde oportunidad en recalcarlo, pretendiendo hacernos creer que nunca hubo otra Reforma Laboral, cuando la de Rajoy no fue más que una pequeña corrección de aquellos aspectos que se demostraron inoperantes en la Reforma Laboral de Zapatero, que se promulgó pocos meses antes.
Podrán engañar con ello a los “yolanders”, a quienes no tienen memoria o ignoran que el desmontaje de los derechos laborales, es decir, lo que ha conducido a la situación actual, se ha producido a través de un proceso lento pero sin pausa desde la llamada Transición; proceso en el que PSOE y PP han contribuido a partes iguales, con el inestimable apoyo de los sindicatos mayoritarios (UGT y CC.OO), concertados con la patronal.
Todo el conjunto de Reformas Laborales y Acuerdos de Negociación Colectiva que se han dado bajo el paraguas del denominado Diálogo Social -que no es más que la idea falaz de que trabajadores y empresarios tenemos intereses comunes- ha supuesto una constante pérdida de derechos, que, en la práctica, suponen un trasvase de renta de los trabajadores en beneficio del capital.
La actual coalición de gobierno ha buscado un equilibrio entre la promesa “ilusionante” de la derogación de la última Reforma Laboral, sin comprometer el gasto público, y la necesidad de enviar a los empresarios el mensaje de que estén tranquilos, que su sentido de Estado les hace conscientes de la necesidad de aumentar la rentabilidad del capital -a costa, claro, de la clase trabajadora.
La mejor señal de este mensaje a los empresarios fue el nombramiento de los neoliberales Nadia Calviño para la cartera de Economía y de José Luis Escrivá para la de Seguridad Social. Ambos son para Bruselas -y sus inspectores, los “hombres de negro”- la garantía de que cualquier reforma legislativa en materia laboral y de pensiones se hará a satisfacción de las exigencias de los organismos supra-nacionales (la Unión Europea y la OCDE).
Ha sido precisamente Nadia Calviño la elegida para jugar el papel de “poli malo” frente a una Yolanda Díaz que se ha presentado como la bondadosa y firme valedora de los derechos e intereses de la clase trabajadora -lo que ella y sus colegas de gobierno llaman “la gente”. Todos los desencuentros entre los socios de coalición -PSOE y UP- y entre la ministra de Trabajo y la patronal no son sino puro teatro.
La admirada ministra de Trabajo del gobierno de España, cuyo nutrido club de fans ya la ve como futura presidenta, es una aventajada en el arte de revestir mentiras con “significantes vacíos” -versión académica de lo que el vulgo llamamos palabras huecas-, que suenan muy bien y dan sensación de autenticidad, especialmente a oídos “progresistas”.
Para comprobarlo, basta repasar el recorrido que ha tenido la famosa promesa de la “derogación de la Reforma Laboral de Rajoy” o, como puntualizó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de sus “aspectos más lesivos”.
Yolanda Díaz llegó al Ministerio dando golpes dialécticos a diestro y siniestro para mostrar su compromiso inquebrantable con lo pactado, mientras paseaba sus “estilismos” por las revistas de moda. Pasado un tiempo en “diálogo social”, lo de “derogar” se fue poco a poco destilando en “modernizar el mercado de trabajo" -como señalamos en un artículo anterior.
Recientemente nos hemos enterado que la derogación ya ha adquirido la forma de “mucho más que derogar”; porque ahora resulta que “técnicamente, la norma no se puede derogar” y se limitará a cambiar algunos aspectos de la misma.
Resumiendo, primero derogo, luego modernizo y por fin voy a mucho más: a quedarme con el personal que ingenuamente ha confiado en mí; porque, según palabras de la propia ministra, “una cosa es el fetiche político y otra lo que vamos a hacer”.
Esta sola frase confirma que la promesa ilusionante de la derogación era eso, una ilusión, una engañifa, algo que de repente se considera impracticable, un “fetiche político” que la propia coalición de gobierno creó y ahora la ministra atribuye implícitamente a quienes empezamos a poner en evidencia sus falacias.
En cuanto a “lo que vamos a hacer”, la locuaz ministra no lo ha desvelado aún. Todas las negociaciones con Bruselas, para que ésta siga soltando los famosos Fondos de Recuperación, son a puerta cerrada. No conocemos el contenido del Operational Arrangement (acuerdo de funcionamiento) y, en concreto, del Componente 23 (reforma laboral), firmado por el gobierno y la Comisión Europea. Nuestro futuro, el de los trabajadores y las trabajadoras, se mantiene en secreto.
Yolanda Díaz dijo en varias ocasiones que, si no conseguía que la Reforma Laboral de Rajoy estuviese derogada para final de este año, daría explicaciones en el Congreso. Seguramente lo haga para vendernos nuevas remesas de humo en el que envolver otra reforma, que probablemente reducirá el elevado número de modelos de contratación así como la temporalidad mediante la rebaja de derechos a los trabajadores fijos, haciendo converger a todos los trabajadores y las trabajadoras en las peores condiciones laborales posibles.
El estado de desorganización y carencia de representación de la clase trabajadora lo permite. Pero no nos lamentemos, organicémosnos unitariamente para combatir esta ofensiva del capital y sus administradores, los partidos liberales y social-liberales que se turnan en el gobierno, pero sirven a los mismos intereses: los de la burguesía.
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Yolanda Díaz exigiendo a su predecesora como Ministra de Trabajo la "derogación total" de la reforma laboral y afirmando que "sí es posible hacerlo"
Yolanda Díaz afirmando en TV que, "técnicamente no es posible derogar la reforma laboral" y reconociendo que cuando habla de ello sólo recurre a un "fetiche político"
JOSE | Jueves, 11 de Noviembre de 2021 a las 13:54:42 horas
Estoy de acuerdo con Juan y Jose Antonio, Hoy, lo mas necesario para los marxista es la organizacion de la clase obrera, capaz de parar la avalancha de ataques que nos espera, debido a nuestra debilidad.
Ya hay marxistas que estamos intentando hacer lo que decis y nos estamos organizando en el Espacio de Encuentro Comunista, lugar para discutir, organizarnos y luchar incluso sin abandonar la militancia actual que cada uno tenga. Solo hay un objetivo organizar la organizacion capaz de luchar por el socialismo
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