
MINISTRO ESCRIVÁ: "HAY QUE TRABAJAR HASTA LOS 75 AÑOS... PARA LOGRAR UNAS PENSIONES SOSTENIBLES" (VÍDEO)
El lobo bocazas se quita la careta y descubre la complicidad de sus lobeznos de la dirigencia sindical
El ministro José Luís Escrivá ha demostrado ser una vez más un irremediable bocazas. Como sucediera hace tan sólo unos meses, el representante del gobierno de coalición, ha dejado con el "culo al aire" a sus cómplices necesarios los Secretarios Generales de Comisiones Obreras y UGT. Según el autor de este artículo, Máximo Relti, no hay ninguna novedad en lo que el ministro ha dicho ahora, pues se trata un tema largamente molido y previamente cocido, resultado evidente de las orientaciones emanadas por los cenáculos económicos de la Unión Europea
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El ministro José Luís Escrivá es un irremediable bocazas. Un bocazas impenitente que parece tener por único objetivo poner en un aprieto a sus comilitones de los sindicatos institucionales -Comisiones Obreras y UGT- en su peculiar batalla en contra de las pensiones y de los pensionistas.
Mientras que la cúpula sindical, sabedora de lo que arriesga, mantiene en un discretísimo secreto sus complicidades con el Ejecutivo "más progresista de la historia", al orondo Escriva, en cambio, no sólo le resulta una imposible proeza el mantener la boca cerrada sino que, por si fuera poco, tiene los bemoles de revelar a destiempo los inconfesables preacuerdos suscritos con los denominados "agentes sociales".
La verdad es que su última incontinencia verbal no ha tenido desperdicio. Se produjo el pasado fin de semana en el marco de una entrevista concedida al diario catalán "Ara", en un momento en el que el intemperante ministro manifestó sin rubor que:
"en España habría que proceder a un cambio cultural, con la finalidad de seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más hasta llegar a los 70 o 75 años".
Y para enriquecer aún más su sofisticado razonamiento, agregó a su discurso un argumento intelectual de refuerzo:
"En estas edades, por razones demográficas y de calidad de vida, se puede trabajar más. Y España en eso es una anomalía europea".
Como seguramente el lector podrá observar por la estructura de la frase, las afirmaciones de Escrivá no podían obedecer a una alocada improvisación ministerial. Es este un tema largamente molido y previamente cocido, resultado evidente de las orientaciones emanadas por los cenáculos económicos de la Unión Europea, que tienen la ambiciosa pretensión de convertir la vejez en un rentable negocio, tal y como se hace en el país paladín en estas cuestiones, los Estados Unidos.
En el colmo del descaro, cuando a Escrivá le formularon la consabida "interrogante del millón" de si en España el sistema de pensiones era o no sostenible, el orondo bocazas respondió que sí, que lo era. Y que precisamente para consolidarlo había que lograr que las pensiones se acercaran más a la edad legal de la jubilacion". Es decir, que dicho en la perspectiva prevista por el propio ministro, sólo se alcanzará ese objetivo con una jubilación a los 75 años.
Uno entiende que al lector le resultará difícil admitir tamaña osadía enunciada por un Gobierno que no tiene parangón histórico desde los tiempos del mismísimo Viriato. Presumiendo una comprensible incredulidad por parte de nuestros lectores acerca de lo que aquí estamos sosteniendo, hemos adjuntado un corte videográfico de la declaración ministerial, que ilustra vivamente la veracidad de lo que decimos.
CON ESTOS SOCIALDEMOCRATAS DE HOY, TRAPICHEAR ES UN RIESGO: SE VAN TODOS POR LA BOCA
Preciso resulta reconocer a estas alturas que los socialdemócratas españoles de la década de los 80 del pasado siglo eran más avezados en las lides del trapicheo que los de ahora. Cuando durante aquellos años Solchaga le planteaba a la gente la necesidad de que España realizara una "reconversión industrial", convirtiendo el paro laboral en fenómeno sistémico, ninguno de aquellos truhanes socialdemócratas cometió la indiscreción de confesar que lo que realmente deseaban hacer -por expreso mandato de Bruselas- era clausurar las industrias españolas para que estas no compitieran con sus homólogas de la Unión Europea. Para proteger la férrea discreción gubernamental, Felipe González apostó tras la esquina de La Moncloa, mosquetón en mano, a un intimidante Alfonso Guerra, al que no le temblaba el pulso a la hora de dejar fuera de juego de un arcabuzazo a bocazas y chivatos."¡El que se mueva no sale el la foto", amenazaba el que entonces pretendía pasar por representante redivivo de los "descamisados" felipistas.
Tampoco se produjeron irremediables indiscreciones cuando el gobierno de Felipe González inventó aquel eslogan de "OTAN, de entrada no". Ninguno de los viejos sociatas se permitió el lujo de descubrir cuál era la oculta intención que escondía la ambivalente consigna por la que tantos cambiaron gato por liebre.
Hay que convenir que con sociatas como los de hoy en día resulta muy difícil llegar a acuerdos conspirativos con un cierto nivel de discrecionalidad. Se van por la boca. No resisten el silencio de un confesionario Las últimas declaraciones de José Luís Escrivá volverán a poner merecidamente en entredicho la honestidad de los Secretarios generales de CCOO y UGT. Y no digamos nada sobre el embrollo argumental en el que estas declaraciones de Escrivá meterán a la "Brunete progre", que con tanto esmero trata de convertir en el milagro de "los panes y los peces" los supuestos avances sociales impulsados por el "gobierno de coalición".
![[Img #68855]](https://canarias-semanal.org/upload/images/09_2021/6576_infolibre.jpg)
Casi simultáneamente a las declaraciones del ministro bocazas, quien hoy ostenta la representación "progre" en el aparato mediático institucional tertuliano, Jesús Maraña, anunciaba escandalizado en su digital que el dirigente ultraconservador Pablo Casado había manifestado que:
"Los sistemas de pensiones no serán sostenibles si no conseguimos alargar la vida activa”, lo que significa retrasar la edad de jubilación".
Como es constatable el dirigente derechista ni siquiera se
había atrevido a llegar tan lejos como lo hizo José Luís Escrivá proponiendo directamente la jubilación a los 75 años. Sin embargo, al director de Infolibre, a últimas horas del domingo cuando escribíamos estas notas, las declaraciones de Escrivá no parecían haberle impactado tanto como lo habían hecho la del ultramontano Pablo Casao. Quizás ello se deba a aquello del color del cristal con que se mira, porque ambas se parecían como dos gotas de agua.
Esta identidad de criterios, que no sólo se produce en temas como el de las pensiones, ya que el Gobierno y su oposición coinciden plenamente en los aspectos económicos claves, debería servir como motivo de reflexión para todos aquellos que, desde la izquierda de flores y serpentinas, continúan especulando con la posibilidad de que todavía exista una "tercera vía" para salvarse, situada en el proceloso estrecho que separa a Escila y Caribdis.
VÍDEO: Lo que dijo el "bocazas"
VÍDEO: Todo lo que debe saber sobre el plan de contrarreforma del sistema de pensiones y le ocultan el Gobierno y los sindicatos
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El ministro José Luís Escrivá es un irremediable bocazas. Un bocazas impenitente que parece tener por único objetivo poner en un aprieto a sus comilitones de los sindicatos institucionales -Comisiones Obreras y UGT- en su peculiar batalla en contra de las pensiones y de los pensionistas.
Mientras que la cúpula sindical, sabedora de lo que arriesga, mantiene en un discretísimo secreto sus complicidades con el Ejecutivo "más progresista de la historia", al orondo Escriva, en cambio, no sólo le resulta una imposible proeza el mantener la boca cerrada sino que, por si fuera poco, tiene los bemoles de revelar a destiempo los inconfesables preacuerdos suscritos con los denominados "agentes sociales".
La verdad es que su última incontinencia verbal no ha tenido desperdicio. Se produjo el pasado fin de semana en el marco de una entrevista concedida al diario catalán "Ara", en un momento en el que el intemperante ministro manifestó sin rubor que:
"en España habría que proceder a un cambio cultural, con la finalidad de seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más hasta llegar a los 70 o 75 años".
Y para enriquecer aún más su sofisticado razonamiento, agregó a su discurso un argumento intelectual de refuerzo:
"En estas edades, por razones demográficas y de calidad de vida, se puede trabajar más. Y España en eso es una anomalía europea".
Como seguramente el lector podrá observar por la estructura de la frase, las afirmaciones de Escrivá no podían obedecer a una alocada improvisación ministerial. Es este un tema largamente molido y previamente cocido, resultado evidente de las orientaciones emanadas por los cenáculos económicos de la Unión Europea, que tienen la ambiciosa pretensión de convertir la vejez en un rentable negocio, tal y como se hace en el país paladín en estas cuestiones, los Estados Unidos.
En el colmo del descaro, cuando a Escrivá le formularon la consabida "interrogante del millón" de si en España el sistema de pensiones era o no sostenible, el orondo bocazas respondió que sí, que lo era. Y que precisamente para consolidarlo había que lograr que las pensiones se acercaran más a la edad legal de la jubilacion". Es decir, que dicho en la perspectiva prevista por el propio ministro, sólo se alcanzará ese objetivo con una jubilación a los 75 años.
Uno entiende que al lector le resultará difícil admitir tamaña osadía enunciada por un Gobierno que no tiene parangón histórico desde los tiempos del mismísimo Viriato. Presumiendo una comprensible incredulidad por parte de nuestros lectores acerca de lo que aquí estamos sosteniendo, hemos adjuntado un corte videográfico de la declaración ministerial, que ilustra vivamente la veracidad de lo que decimos.
CON ESTOS SOCIALDEMOCRATAS DE HOY, TRAPICHEAR ES UN RIESGO: SE VAN TODOS POR LA BOCA
Preciso resulta reconocer a estas alturas que los socialdemócratas españoles de la década de los 80 del pasado siglo eran más avezados en las lides del trapicheo que los de ahora. Cuando durante aquellos años Solchaga le planteaba a la gente la necesidad de que España realizara una "reconversión industrial", convirtiendo el paro laboral en fenómeno sistémico, ninguno de aquellos truhanes socialdemócratas cometió la indiscreción de confesar que lo que realmente deseaban hacer -por expreso mandato de Bruselas- era clausurar las industrias españolas para que estas no compitieran con sus homólogas de la Unión Europea. Para proteger la férrea discreción gubernamental, Felipe González apostó tras la esquina de La Moncloa, mosquetón en mano, a un intimidante Alfonso Guerra, al que no le temblaba el pulso a la hora de dejar fuera de juego de un arcabuzazo a bocazas y chivatos."¡El que se mueva no sale el la foto", amenazaba el que entonces pretendía pasar por representante redivivo de los "descamisados" felipistas.
Tampoco se produjeron irremediables indiscreciones cuando el gobierno de Felipe González inventó aquel eslogan de "OTAN, de entrada no". Ninguno de los viejos sociatas se permitió el lujo de descubrir cuál era la oculta intención que escondía la ambivalente consigna por la que tantos cambiaron gato por liebre.
Hay que convenir que con sociatas como los de hoy en día resulta muy difícil llegar a acuerdos conspirativos con un cierto nivel de discrecionalidad. Se van por la boca. No resisten el silencio de un confesionario Las últimas declaraciones de José Luís Escrivá volverán a poner merecidamente en entredicho la honestidad de los Secretarios generales de CCOO y UGT. Y no digamos nada sobre el embrollo argumental en el que estas declaraciones de Escrivá meterán a la "Brunete progre", que con tanto esmero trata de convertir en el milagro de "los panes y los peces" los supuestos avances sociales impulsados por el "gobierno de coalición".
Casi simultáneamente a las declaraciones del ministro bocazas, quien hoy ostenta la representación "progre" en el aparato mediático institucional tertuliano, Jesús Maraña, anunciaba escandalizado en su digital que el dirigente ultraconservador Pablo Casado había manifestado que:
"Los sistemas de pensiones no serán sostenibles si no conseguimos alargar la vida activa”, lo que significa retrasar la edad de jubilación".
Como es constatable el dirigente derechista ni siquiera se había atrevido a llegar tan lejos como lo hizo José Luís Escrivá proponiendo directamente la jubilación a los 75 años. Sin embargo, al director de Infolibre, a últimas horas del domingo cuando escribíamos estas notas, las declaraciones de Escrivá no parecían haberle impactado tanto como lo habían hecho la del ultramontano Pablo Casao. Quizás ello se deba a aquello del color del cristal con que se mira, porque ambas se parecían como dos gotas de agua.
Esta identidad de criterios, que no sólo se produce en temas como el de las pensiones, ya que el Gobierno y su oposición coinciden plenamente en los aspectos económicos claves, debería servir como motivo de reflexión para todos aquellos que, desde la izquierda de flores y serpentinas, continúan especulando con la posibilidad de que todavía exista una "tercera vía" para salvarse, situada en el proceloso estrecho que separa a Escila y Caribdis.
VÍDEO: Lo que dijo el "bocazas"
VÍDEO: Todo lo que debe saber sobre el plan de contrarreforma del sistema de pensiones y le ocultan el Gobierno y los sindicatos
Maribel Santana | Lunes, 27 de Septiembre de 2021 a las 22:23:05 horas
No fuma nada compi, traga el humo de lo que le dicen los empresarios, solo eso. El solito no es así, es así porque se lo ordena los ricos que son el verdadero Estado.
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