
QUÉ PASA, O VA A PASAR, EN EL LIBANO...
La historia del Líbano siempre ha estado determinada por terceros
Oriente Medio es el patio trasero de las potencias incapaces de asumir que el colonialismo terminó (al menos sobre el papel), Esa es una de las razones por las que Emmanuel Macron ha viajado al Líbano, para prometer ayuda a las víctimas de la catástrofe (...).
CONDENSADO DEL ARTÍCULO "COMO PERDER LA SOBERANÍA: LÍBANO UN EJEMPLO MÁS EN ORIENTE MEDIO" DE ALBERTO RODRÍGUEZ GARCÍA (*).
"En un tiempo de podredumbre moral y decadencia espiritual, en el que el dinero y el poder valen más que todo lo demás, donde Oriente Medio es el patio trasero de las potencias incapaces de asumir que el colonialismo terminó (al menos sobre el papel), la maquinaria de injerencia nunca se detiene. Jamás descansa. Ni siquiera tras –y casi durante– el drama de la explosión del puerto de Beirut, con más de 130 muertos y 5.000 heridos, ni siquiera entonces descansa. Ni siquiera cuando las familias todavía están llorando a sus mártires.
Y por eso, de entre todos los líderes árabes y occidentales, de entre todos los líderes mundiales, Emmanuel Macron ha viajado al Líbano –intentando emular a Chirac tras el asesinato de Rafik Hariri– para prometer ayuda a las víctimas de la catástrofe… y deslegitimar definitivamente las instituciones libanesas a petit comité; a ver si logra definitivamente materializar la idea de un 'protectorado a la posmoderna' en un Líbano que nunca llegó a librarse del yugo colonial.
...El caso libanés, cuya historia siempre ha estado determinada por terceros incluso hoy, con un sistema heredado de Francia –basado en el divide y vencerás– y una economía condenada a vivir de préstamos y pagar deudas en las distintas conferencias de París I, II, III y IV –para nunca prosperar–, es el caso de todo Oriente Medio; donde la soberanía no existe, y el desarrollo del país lo determina su posición regional e internacional: someterse o aceptar el hostigamiento constante. La conspiración constante.
Y el castigo contra aquellos que buscan ser soberanos siempre es tan brutal como desproporcionado. Irak sufrió hambrunas, mortalidad infantil, miseria… por las sanciones que impuso EE.UU. al régimen de Saddam Hussein. Pero las sanciones no llegaron por lanzar una guerra contra Irán. Tampoco llegaron por gasear a miles de kurdos en Halabja. Las sanciones llegaron por poner en peligro los intereses norteamericanos en la región. Hoy lo mismo le sucede a Siria que, parte del Eje de Resistencia, siendo uno de los pocos estados árabes que siguen apoyando –de verdad, sin pantomimas sectarias– la causa palestina, se niega a aceptar las condiciones de sumisión que pone norteamérica para poner fin a la agresión...
Los israelíes, acostumbrados a hacer siempre lo que han querido en Oriente Medio, se han encontrado con la realidad de bruces, y es que el grande siempre se come al pequeño. Aunque en EE.UU. toleran hasta cierto punto las buenas relaciones comerciales entre China e Israel, los halcones de Washington han decidido pasar a la ofensiva forzando a Israel a cancelar contratos con los chinos que van desde la industria aeroespacial hasta la construcción de una planta de desalinización. Es el precio de que China se hiciese con el control del puerto de Haifa. Porque honestamente, nadie tiene soberanía en Oriente Medio sin la tutela de los viejos poderes.
No hay dominación sin cipayos. Sucede en cada rincón del mundo donde haya oportunistas que, sin el más mínimo ápice de dignidad, viven deseosos de convertirse en colaboracionistas. El eje franco-anglosajón todavía no ha superado la mentalidad del colono. Pero por la miseria y los errores de sus estados todavía jóvenes, aún hay muchos que añoran tiempos pasados, manteniendo la mentalidad del colonizado. No hay dominación sin cipayos. Sucede en Siria, con los mal llamados kurdos –que solo representan a un grupo etno-nacionalista muy concreto– abriendo las puertas a la ocupación norteamericana y al expolio de recursos que solo pertenecen a Siria y a los sirios. Sucede en Líbano donde los falangistas, los supuestos nacionalistas de corte afrancesada, firman en masa peticiones para volver a convertirse en un protectorado.
Líbano antes de la explosión de Beirut ya vivía una crisis sin precedentes. El mismo día que estalló el puerto, la economía libanesa entraba en hiper-inflación. La necesidad de una vida digna, las protestas que apenas se escuchan, el gobierno tan corrupto como ineficiente, han llevado a muchos libaneses a echarse a los brazos del colono en una búsqueda desesperada de ayuda. ".
(*) Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
CONDENSADO DEL ARTÍCULO "COMO PERDER LA SOBERANÍA: LÍBANO UN EJEMPLO MÁS EN ORIENTE MEDIO" DE ALBERTO RODRÍGUEZ GARCÍA (*).
"En un tiempo de podredumbre moral y decadencia espiritual, en el que el dinero y el poder valen más que todo lo demás, donde Oriente Medio es el patio trasero de las potencias incapaces de asumir que el colonialismo terminó (al menos sobre el papel), la maquinaria de injerencia nunca se detiene. Jamás descansa. Ni siquiera tras –y casi durante– el drama de la explosión del puerto de Beirut, con más de 130 muertos y 5.000 heridos, ni siquiera entonces descansa. Ni siquiera cuando las familias todavía están llorando a sus mártires.
Y por eso, de entre todos los líderes árabes y occidentales, de entre todos los líderes mundiales, Emmanuel Macron ha viajado al Líbano –intentando emular a Chirac tras el asesinato de Rafik Hariri– para prometer ayuda a las víctimas de la catástrofe… y deslegitimar definitivamente las instituciones libanesas a petit comité; a ver si logra definitivamente materializar la idea de un 'protectorado a la posmoderna' en un Líbano que nunca llegó a librarse del yugo colonial.
...El caso libanés, cuya historia siempre ha estado determinada por terceros incluso hoy, con un sistema heredado de Francia –basado en el divide y vencerás– y una economía condenada a vivir de préstamos y pagar deudas en las distintas conferencias de París I, II, III y IV –para nunca prosperar–, es el caso de todo Oriente Medio; donde la soberanía no existe, y el desarrollo del país lo determina su posición regional e internacional: someterse o aceptar el hostigamiento constante. La conspiración constante.
Y el castigo contra aquellos que buscan ser soberanos siempre es tan brutal como desproporcionado. Irak sufrió hambrunas, mortalidad infantil, miseria… por las sanciones que impuso EE.UU. al régimen de Saddam Hussein. Pero las sanciones no llegaron por lanzar una guerra contra Irán. Tampoco llegaron por gasear a miles de kurdos en Halabja. Las sanciones llegaron por poner en peligro los intereses norteamericanos en la región. Hoy lo mismo le sucede a Siria que, parte del Eje de Resistencia, siendo uno de los pocos estados árabes que siguen apoyando –de verdad, sin pantomimas sectarias– la causa palestina, se niega a aceptar las condiciones de sumisión que pone norteamérica para poner fin a la agresión...
Los israelíes, acostumbrados a hacer siempre lo que han querido en Oriente Medio, se han encontrado con la realidad de bruces, y es que el grande siempre se come al pequeño. Aunque en EE.UU. toleran hasta cierto punto las buenas relaciones comerciales entre China e Israel, los halcones de Washington han decidido pasar a la ofensiva forzando a Israel a cancelar contratos con los chinos que van desde la industria aeroespacial hasta la construcción de una planta de desalinización. Es el precio de que China se hiciese con el control del puerto de Haifa. Porque honestamente, nadie tiene soberanía en Oriente Medio sin la tutela de los viejos poderes.
No hay dominación sin cipayos. Sucede en cada rincón del mundo donde haya oportunistas que, sin el más mínimo ápice de dignidad, viven deseosos de convertirse en colaboracionistas. El eje franco-anglosajón todavía no ha superado la mentalidad del colono. Pero por la miseria y los errores de sus estados todavía jóvenes, aún hay muchos que añoran tiempos pasados, manteniendo la mentalidad del colonizado. No hay dominación sin cipayos. Sucede en Siria, con los mal llamados kurdos –que solo representan a un grupo etno-nacionalista muy concreto– abriendo las puertas a la ocupación norteamericana y al expolio de recursos que solo pertenecen a Siria y a los sirios. Sucede en Líbano donde los falangistas, los supuestos nacionalistas de corte afrancesada, firman en masa peticiones para volver a convertirse en un protectorado.
Líbano antes de la explosión de Beirut ya vivía una crisis sin precedentes. El mismo día que estalló el puerto, la economía libanesa entraba en hiper-inflación. La necesidad de una vida digna, las protestas que apenas se escuchan, el gobierno tan corrupto como ineficiente, han llevado a muchos libaneses a echarse a los brazos del colono en una búsqueda desesperada de ayuda. ".
(*) Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
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