FALLECE SUPERVIVIENTE DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN PARA HOMOSEXUALES DE TEFÍA (VÍDEO)
Octavio García murió en Las Palmas de G.C. a los 85 años de edad
En el año 1954, en pleno Régimen Franquista, se modificó la conocida Ley de Vagos y Maleantes, para incluir como figura delictiva la homosexualidad, que eran llevados a un Campo de Concentración que se improvisó en Tefía (...).
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Octavio García, encarcelado en el Campo de Concentración de Tefía (en Fuerteventura) por ser homosexual
Por A. RAMÍREZ / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En el año 1954, en pleno Régimen Franquista, se modificó la conocida Ley de Vagos y Maleantes, para incluir como figura delictiva la homosexualidad. Aquellas personas que reconocían –o a los que les reconocían– esta orientación sexual eran tachados de «invertidos» y –en Canarias– llevados a un Campo de Concentración que se improvisó en Tefía, lo que actualmente conocemos como El Albergue de Tefía y que oficialmente llamaron Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía.
Unas 90 personas fueron confinadas en este campo de concentración —que permaneció en funcionamiento entre los años 1954 y 1966— donde sufrieron vejaciones propias de este tipo de lugares con el fin de reeducarles, esclavizándolos y experimentando con ellos clínicamente. Allí fueron trasladados presos comunes, algunos políticos y, sobre todo, muchos homosexuales.
El Campo estaba dirigido por un ex-sacerdote castrense, quien decidía si los presos que le llegaban cumplirían la pena mínima de 1 año o la máxima de 3. La suerte de muchos (desgraciada suerte) fue que su condena no podía superar los 3 años de internamiento, pero al obtener la libertad de tan cruel reclusión se inicia la pena de destierro —mínima de 1 año y prorrogable a 5—, con una libertad sometida a vigilancia de delegados que les obligaban a vivir en otra isla o, al menos, en otra ciudad.
Por los testimonios de algunas de las personas que pasaron por ese calvario, y conociendo el paraje desértico en el que se ubicaba, nos podemos hacer una idea de la dura vida que les dieron. Hambre, palizas, calor insufrible y mucho frío en las noches. Los condenados realizaban trabajos forzados hasta caer rendidos, picando piedra para la construcción, cavando zanjas, sacando agua del pozo… vigilados por los duros palos de los guardianes que hacían de funcionarios y que eran en su mayoría excombatientes o retirados de las fuerzas armadas, auténticos carceleros provistos de látigos, fustas, palos.
Una de estas víctimas fue Octavio García, quien fallecía en Las Palmas de Gran Canaria, con casi 87 años de edad, el pasado 19 de agosto.
García fue uno de los pocos presos homosexuales que quiso contar con detalle su historia y denunciar públicamente las vejaciones a las que fue sometido en el campo de concentración bautizado como la «Colonia Agrícola».
Octavio García fue condenado sin juicio previo, tras una denuncia. Tras pasar varios meses en la cárcel de Barranco Seco de Gran Canaria, hoy utilizado como CIE para encarcelar a extranjeros por el único delito de intentar sobrevivir emigrando, junto al resto de prisioneros homosexuales.
Estuvo preso 16 meses.
«¿Tú sabes lo que son 16 meses? Te transforma, te quita la mente, te la estropea toda, porque allí no había más que cargar piedras y agua, piedras y agua (…), haciendo gavias, picando muros, lleva esta piedra allí (…). Hombres que llegaban allí con 80 kilos y quedarse pesando 45 0 50 kilos, 30 menos. Las palizas que yo ví allí… (…) Como te equivocaras de paso te daban con una fusta (…)», contaba en una entrevista grabada en 2012 para el equipo de memoria histórica de la Universidad de Las Palmas.
«Quiero contar todo esto, para que se sepa. Que la juventud, la de hoy, la que va saliendo, que se sepa lo que fue la homosexualidad, cómo la reprimían, cómo pretendían reprimirla», añadía García en la entrevista.
VÍDEOS:
Octavio García, encarcelado en el Campo de Concentración de Tefía (en Fuerteventura) por ser homosexual
Por A. RAMÍREZ / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En el año 1954, en pleno Régimen Franquista, se modificó la conocida Ley de Vagos y Maleantes, para incluir como figura delictiva la homosexualidad. Aquellas personas que reconocían –o a los que les reconocían– esta orientación sexual eran tachados de «invertidos» y –en Canarias– llevados a un Campo de Concentración que se improvisó en Tefía, lo que actualmente conocemos como El Albergue de Tefía y que oficialmente llamaron Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía.
Unas 90 personas fueron confinadas en este campo de concentración —que permaneció en funcionamiento entre los años 1954 y 1966— donde sufrieron vejaciones propias de este tipo de lugares con el fin de reeducarles, esclavizándolos y experimentando con ellos clínicamente. Allí fueron trasladados presos comunes, algunos políticos y, sobre todo, muchos homosexuales.
El Campo estaba dirigido por un ex-sacerdote castrense, quien decidía si los presos que le llegaban cumplirían la pena mínima de 1 año o la máxima de 3. La suerte de muchos (desgraciada suerte) fue que su condena no podía superar los 3 años de internamiento, pero al obtener la libertad de tan cruel reclusión se inicia la pena de destierro —mínima de 1 año y prorrogable a 5—, con una libertad sometida a vigilancia de delegados que les obligaban a vivir en otra isla o, al menos, en otra ciudad.
Por los testimonios de algunas de las personas que pasaron por ese calvario, y conociendo el paraje desértico en el que se ubicaba, nos podemos hacer una idea de la dura vida que les dieron. Hambre, palizas, calor insufrible y mucho frío en las noches. Los condenados realizaban trabajos forzados hasta caer rendidos, picando piedra para la construcción, cavando zanjas, sacando agua del pozo… vigilados por los duros palos de los guardianes que hacían de funcionarios y que eran en su mayoría excombatientes o retirados de las fuerzas armadas, auténticos carceleros provistos de látigos, fustas, palos.
Una de estas víctimas fue Octavio García, quien fallecía en Las Palmas de Gran Canaria, con casi 87 años de edad, el pasado 19 de agosto.
García fue uno de los pocos presos homosexuales que quiso contar con detalle su historia y denunciar públicamente las vejaciones a las que fue sometido en el campo de concentración bautizado como la «Colonia Agrícola».
Octavio García fue condenado sin juicio previo, tras una denuncia. Tras pasar varios meses en la cárcel de Barranco Seco de Gran Canaria, hoy utilizado como CIE para encarcelar a extranjeros por el único delito de intentar sobrevivir emigrando, junto al resto de prisioneros homosexuales.
Estuvo preso 16 meses.
«¿Tú sabes lo que son 16 meses? Te transforma, te quita la mente, te la estropea toda, porque allí no había más que cargar piedras y agua, piedras y agua (…), haciendo gavias, picando muros, lleva esta piedra allí (…). Hombres que llegaban allí con 80 kilos y quedarse pesando 45 0 50 kilos, 30 menos. Las palizas que yo ví allí… (…) Como te equivocaras de paso te daban con una fusta (…)», contaba en una entrevista grabada en 2012 para el equipo de memoria histórica de la Universidad de Las Palmas.
«Quiero contar todo esto, para que se sepa. Que la juventud, la de hoy, la que va saliendo, que se sepa lo que fue la homosexualidad, cómo la reprimían, cómo pretendían reprimirla», añadía García en la entrevista.
VÍDEOS:
Roque | Jueves, 29 de Agosto de 2019 a las 00:28:57 horas
Que descanse en paz este valeroso hombre. Y que la juventud y las generaciones actuales sepan y conozcan hasta que punto de degeneración represora y decrepitud moral llegan los regímenes liberticidas como el franquista y todas sus "malas copias".
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