¿HA SIDO ÚTIL PARA EL HOMBRE DEJAR SU HUELLA EN LA LUNA?
La Luna es el objeto del firmamento más estudiado en nuestro sistema solar.
Lsusa inversión económica requerida para que los hombres pudieran pisar el polvoriento cielo de la Luna, fue ingente. La cuestión ahora es preguntarnos si estas fueron útiles para la humanidad.La revista internacional de divulgación científica, NewScientist, hace balance de esa inversión.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según la revista internacional de divulgación científica, NewScientist, en la luna, nuestro satélite, se han producido más de 70 misiones exitosas: sobrevuelos, orbitadores, lanzadores de aterrizaje y, por supuesto, 12 paseantes lunares.
Después de la Tierra, la Luna es el objeto del firmamento más estudiado en nuestro sistema solar. Estas misiones han servido para desbloquear el conocimiento sobre historia geológica de este satélite. Se ha podido determinar su estructura interna y se ha procedido a la medición de la composición de su superficie. Las conclusiones de esas exploraciones se extienden mucho más allá de la superficie lunar árida.
"La luna ha sido la hermana de la Tierra durante los últimos cuatro mil millones y medio de años", dice Katherine Joy, geóloga lunar de la Universidad de Manchester, Reino Unido. "Como todos los hermanos, la luna tiene muchos secretos que contar todavía".
La Luna también ha pasado por similares procesos astronómicos que han influido en la Tierra. Sin embargo, mientras el clima y el dinámico movimiento de los continentes de nuestro planeta han borrado en gran parte los eventos más antiguos del registro geológico de este planeta, no ha sucedido lo mismo con las rocas lunares. "La luna es una auténtica grabadora de procesos terrestres", comenta Joy.
La decodificación de esas grabaciones tuvo un comienzo serio hace 50 años, cuando las primeras rocas lunares fueron recolectadas por Neil Armstrong y Buzz Aldrin de Apollo 11. Durante su paseo lunar de 2 horas y 36 minutos, pudieron hacerse con 22 kilogramos de la superficie lunar, trayéndolo de vuelta a la Tierra para poder proceder a su análisis.
Se sumaron, además, otras cinco misiones del Apolo, que permitieron hacernos con un total de 2.200 muestras con un peso total de 382 kilos . El polvo y las rocas guardados en el Centro Espacial Johnson, en Houston, Texas, son tratados como un recurso científico y cultural inevaluable.
Aunque sólo fuera por la cantidad de información que la luna nos ha proporcionado acerca de nosotros mismos, los viajes humanos en nuestro satélite han valido más que la pena.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según la revista internacional de divulgación científica, NewScientist, en la luna, nuestro satélite, se han producido más de 70 misiones exitosas: sobrevuelos, orbitadores, lanzadores de aterrizaje y, por supuesto, 12 paseantes lunares.
Después de la Tierra, la Luna es el objeto del firmamento más estudiado en nuestro sistema solar. Estas misiones han servido para desbloquear el conocimiento sobre historia geológica de este satélite. Se ha podido determinar su estructura interna y se ha procedido a la medición de la composición de su superficie. Las conclusiones de esas exploraciones se extienden mucho más allá de la superficie lunar árida.
"La luna ha sido la hermana de la Tierra durante los últimos cuatro mil millones y medio de años", dice Katherine Joy, geóloga lunar de la Universidad de Manchester, Reino Unido. "Como todos los hermanos, la luna tiene muchos secretos que contar todavía".
La Luna también ha pasado por similares procesos astronómicos que han influido en la Tierra. Sin embargo, mientras el clima y el dinámico movimiento de los continentes de nuestro planeta han borrado en gran parte los eventos más antiguos del registro geológico de este planeta, no ha sucedido lo mismo con las rocas lunares. "La luna es una auténtica grabadora de procesos terrestres", comenta Joy.
La decodificación de esas grabaciones tuvo un comienzo serio hace 50 años, cuando las primeras rocas lunares fueron recolectadas por Neil Armstrong y Buzz Aldrin de Apollo 11. Durante su paseo lunar de 2 horas y 36 minutos, pudieron hacerse con 22 kilogramos de la superficie lunar, trayéndolo de vuelta a la Tierra para poder proceder a su análisis.
Se sumaron, además, otras cinco misiones del Apolo, que permitieron hacernos con un total de 2.200 muestras con un peso total de 382 kilos . El polvo y las rocas guardados en el Centro Espacial Johnson, en Houston, Texas, son tratados como un recurso científico y cultural inevaluable.
Aunque sólo fuera por la cantidad de información que la luna nos ha proporcionado acerca de nosotros mismos, los viajes humanos en nuestro satélite han valido más que la pena.






























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