
UCRANIA VOTA CONTRA EL EUROMAIDAN
"Estas elecciones han sido un referéndum no sólo sobre la presidencia de Poroshenko, sino sobre el proyecto Euromaidan"
El domingo 21 de abril tuvo lugar la segunda ronda de votaciones en las elecciones presidenciales de Ucrania. Vladimir Zelenski, un cómico conocido del público por sus apariciones en televisión, pero sin experiencia en el campo político, ha conseguido una holgada victoria (73% del voto) sobre su contrincante, Petro Poroshenko (...).
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El domingo 21 de abril tuvo lugar la segunda ronda de votaciones en las elecciones presidenciales de Ucrania. Vladimir Zelenski, un cómico conocido del público por sus apariciones en televisión, pero sin experiencia en el campo político, ha conseguido una holgada victoria (73% del voto) sobre su contrincante, el actual presidente Petro Poroshenko (24%).
Este resultado, previsto en las encuestas, no sorprende a nadie. Aunque los medios destacaron sobre todo la rareza de poner a un cómico inexperto en política como presidente de una nación, para los ucranianos, cualquier cosa valía con tal de librarse de Poroshenko, el millonario pro-nazi aupado al poder por Estados Unidos y sus aliados europeos en 2013-14 mediante el golpe de Estado que derrocó al presidente Viktor Yanukovych, tras las violentas revueltas conocidas como el Euromaidan. Poroshenko, sin embargo, ha estado en el bolsillo de los Estados Unidos desde 2006. Lo sabemos gracias a un cable diplomático revelado por WikiLeaks, en el que se llama a Poroshenko “nuestro ucraniano”.
Si la batalla contra la corrupción fue la bandera del Euromaidan, Poroshenko la ha llevado a niveles sin precedentes, hasta el punto que el consejo editorial del New York Times, que, como órgano de la oligarquía estadounidense apoyó entusiastamente el Euromaidan, describió a la Ucrania de Poroshenko como “una ciénaga de corrupción”.
Si los medios corporativos cantaron alabanzas de las “libertades democráticas” que iba a disfrutar el pueblo ucraniano con el gobierno salido del Euromaidan, lo que ha habido es una política ultra-nacionalista que ha dado alas a grupos nazis armados y ha llevado a cabo una represión brutal contra los disidentes políticos. El pueblo ucraniano ha sido testigo y víctima de arrestos arbitrarios, desapariciones, torturas, ejecuciones extrajudiciales, violencia contra periodistas, nacionales rusos y minorías étnicas, y de una guerra contra la región del Donbass, que no quiso doblegarse a los planes de Washington y la OTAN (1).
Y, si el Euromaidan prometía prosperidad económica y modernización del país, bajo “nuestro ucraniano” Poroshenko, Ucrania se ha convertido en el país más pobre de Europa, con un desempleo e inflación galopantes, devaluación de la moneda, eliminación de los programas sociales, deterioro notable de la sanidad y otro tipo de privaciones que han empujado a millones de trabajadores a la emigración hacia Rusia y otros países europeos.
En realidad, estas elecciones han sido un referéndum no sólo sobre la presidencia de Poroshenko, sino sobre el proyecto Euromaidan.
Zelensky se hizo famoso en los programas de televisión representando, como cómico, el papel de presidente que combate la corrupción; pero no tiene un programa definido ni ha anunciado todavía nombramientos. Ha prometido, eso sí, “lanzar una potente guerra informativa para acabar con la guerra en el Donbass (…) para resolver las cosas diplomáticamente, trayendo a la mesa de negociación a Rusia, Alemania, Francia y Ucrania”. Es por ello que algunos medios corporativos lo califican de “pro-ruso”.
Poroshenko ha reconocido su derrota, aunque remarca que no dejará la política: “Mi equipo y yo estamos preparados para apoyar al presidente en todo lo que nos acerque a la Unión Europea y la OTAN”.
El parlamento está todavía controlado por el ala dura pro-occidental y no se renovará hasta las elecciones del 27 de octubre. Seguramente, el nuevo presidente tendrá que soportar una fuerte presión por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos para que continúen la política anti-rusa, la guerra en el Donbass y el servicio a los intereses de la OTAN y la oligarquía ucraniana. Queda por ver cómo gobernará Zelensky y hasta qué punto cederá a estas presiones.
(1) Más detalles sobre las maravillosas libertades democráticas de la nueva Ucrania, en http://canarias-semanal.org/art/24591/las-libertades-democraticas-del-gobierno-fascista-que-eeuu-y-la-ue-instalaron-en-ucrania
Fuentes:
https://www.thenation.com/article/ukraine-presidential-elections-poroshenko-zelensky/
https://www.globalresearch.ca/landslide-triumph-us-installed-puppet-president-ukraine/5675254
https://www.mintpressnews.com/ukraine-why-ou-lost-by-a-landslide/257670/
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El domingo 21 de abril tuvo lugar la segunda ronda de votaciones en las elecciones presidenciales de Ucrania. Vladimir Zelenski, un cómico conocido del público por sus apariciones en televisión, pero sin experiencia en el campo político, ha conseguido una holgada victoria (73% del voto) sobre su contrincante, el actual presidente Petro Poroshenko (24%).
Este resultado, previsto en las encuestas, no sorprende a nadie. Aunque los medios destacaron sobre todo la rareza de poner a un cómico inexperto en política como presidente de una nación, para los ucranianos, cualquier cosa valía con tal de librarse de Poroshenko, el millonario pro-nazi aupado al poder por Estados Unidos y sus aliados europeos en 2013-14 mediante el golpe de Estado que derrocó al presidente Viktor Yanukovych, tras las violentas revueltas conocidas como el Euromaidan. Poroshenko, sin embargo, ha estado en el bolsillo de los Estados Unidos desde 2006. Lo sabemos gracias a un cable diplomático revelado por WikiLeaks, en el que se llama a Poroshenko “nuestro ucraniano”.
Si la batalla contra la corrupción fue la bandera del Euromaidan, Poroshenko la ha llevado a niveles sin precedentes, hasta el punto que el consejo editorial del New York Times, que, como órgano de la oligarquía estadounidense apoyó entusiastamente el Euromaidan, describió a la Ucrania de Poroshenko como “una ciénaga de corrupción”.
Si los medios corporativos cantaron alabanzas de las “libertades democráticas” que iba a disfrutar el pueblo ucraniano con el gobierno salido del Euromaidan, lo que ha habido es una política ultra-nacionalista que ha dado alas a grupos nazis armados y ha llevado a cabo una represión brutal contra los disidentes políticos. El pueblo ucraniano ha sido testigo y víctima de arrestos arbitrarios, desapariciones, torturas, ejecuciones extrajudiciales, violencia contra periodistas, nacionales rusos y minorías étnicas, y de una guerra contra la región del Donbass, que no quiso doblegarse a los planes de Washington y la OTAN (1).
Y, si el Euromaidan prometía prosperidad económica y modernización del país, bajo “nuestro ucraniano” Poroshenko, Ucrania se ha convertido en el país más pobre de Europa, con un desempleo e inflación galopantes, devaluación de la moneda, eliminación de los programas sociales, deterioro notable de la sanidad y otro tipo de privaciones que han empujado a millones de trabajadores a la emigración hacia Rusia y otros países europeos.
En realidad, estas elecciones han sido un referéndum no sólo sobre la presidencia de Poroshenko, sino sobre el proyecto Euromaidan.
Zelensky se hizo famoso en los programas de televisión representando, como cómico, el papel de presidente que combate la corrupción; pero no tiene un programa definido ni ha anunciado todavía nombramientos. Ha prometido, eso sí, “lanzar una potente guerra informativa para acabar con la guerra en el Donbass (…) para resolver las cosas diplomáticamente, trayendo a la mesa de negociación a Rusia, Alemania, Francia y Ucrania”. Es por ello que algunos medios corporativos lo califican de “pro-ruso”.
Poroshenko ha reconocido su derrota, aunque remarca que no dejará la política: “Mi equipo y yo estamos preparados para apoyar al presidente en todo lo que nos acerque a la Unión Europea y la OTAN”.
El parlamento está todavía controlado por el ala dura pro-occidental y no se renovará hasta las elecciones del 27 de octubre. Seguramente, el nuevo presidente tendrá que soportar una fuerte presión por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos para que continúen la política anti-rusa, la guerra en el Donbass y el servicio a los intereses de la OTAN y la oligarquía ucraniana. Queda por ver cómo gobernará Zelensky y hasta qué punto cederá a estas presiones.
(1) Más detalles sobre las maravillosas libertades democráticas de la nueva Ucrania, en http://canarias-semanal.org/art/24591/las-libertades-democraticas-del-gobierno-fascista-que-eeuu-y-la-ue-instalaron-en-ucrania
Fuentes:
https://www.thenation.com/article/ukraine-presidential-elections-poroshenko-zelensky/
https://www.globalresearch.ca/landslide-triumph-us-installed-puppet-president-ukraine/5675254
https://www.mintpressnews.com/ukraine-why-ou-lost-by-a-landslide/257670/
juanfri | Miércoles, 24 de Abril de 2019 a las 11:28:52 horas
Se equivoca Eva, En Ucrania solo acaban de estabilizar el sistema BIPARTITO que prefiere la Oligarquía mundial.
Fíjese como han puesto a su servicio lo "mejor" del enorme Aparato de Propaganda Mediático de la Clase Dominante que en esta parte del Capitalismo ha entrelazado los largos tentáculos de su vanguardia banquera. Fíjese también en la cuidada protección armada que ha rodeado a este cómico.
Sería una versión parecida a ZP, una "cara amable" para engatusar a tantos ucranianos oprimidos por sus propios Pprros locales, los de Poroshenko.
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