
CÓMO HAN EMPEZADO LOS RICOS A BLINDARSE FRENTE A LA CRISIS QUE SE ACERCA GALOPANTE
Los Bancos centrales y las empresas gestoras de grandes capitales, avisan a sus clientes de la burguesía sobre las medidas a adoptar frente a lo que se avecina
Las económicas constituyen un fenómeno ciclico inherente al propio sistema capitalista. Sin embargo, la frecuencia con que estas se han estado reproduciendo en las últimas décadas indican que el desarrollo del capitalismo ha entrado en una nueva fase en el que estas secuencias de la economía acortan su repetición y multiplican sus efectos devastadores… Pero ¿cómo se protegen las clases dominantes frente a estos avatares?
POR M. RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Como sucediera a finales de la década pasada, la crisis económica que cíclicamente ataca a los cimientos del sistema capitalista, vuelve a asomar por el horizonte sus negras orejitas.
El Banco de España, sin ir más lejos, ya le han anunciado a sus clientes las pésimas novedades que se avecinan. Y lo ha hecho recortando las previsiones de crecimiento del 2.4% al 2% para los meses próximos meses.
A la información del Banco de España se han agregado docenas de otros Bancos Centrales y gestoras, que alertan a los suyos que se acercan pronunciadas curvas, y ahora procede "apretarse bien el cinturón". La verdad es que lo de "apretarse el cinturón" es en realidad sólo una expresión retórica, ya que esto último no es lo que suelen hacer las clases económicamente hegemónicas, sino poner en buen recaudo sus fortunas. Y eso es, justamente, lo que han empezado a hacer.
La mayoría de las empresas de inversión han advertido a sus socios, clientes y amigos de la burguesía que estamos entrando de lleno en un período sombrío en el que el paisaje económico próximo sólo se contemplará "vacas flacas". Hay, pues, que dejar de jugar con los capitales y ponerlos a buen recaudo.
¿Qué hacer, pues, frente a ese desafío? De acuerdo con los datos que se están colando en los ámbitos bursátiles, el 42% de las gestoras de patrimonio en todo el planeta están incrementando a vertiginosa velocidad las reservas de efectivos. El 55% del resto, han recomendado a sus clientes prudentes inversiones en bonos o en ladrillo.
Mientras el ciudadano común sólo escucha campanas, sin que nadie le avise de dónde viene el sonido y cuáles van a ser sus repercusiones, las grandes fortunas, en cambio, han comenzado a retirar ya con premura los capitales que hasta ahora tenían invertidos en acciones.
Pero ¿hacia qué depósitos están migrando esas cantidades ingentes de dinero líquido, que hasta hace bien poco se destinaban al juego bursátil de las Bolsas? ¿Hacia qué nuevos o viejos sectores productivos? Pues despeje sus dudas. Ni a unos, ni a otros. Según los datos proporcionados por Global Wealth Managers, una gran empresa internacional de servicios financieros, una buena parte de esos capitales ya están navegando viento en popa y sin que nadie se atreva siquiera a denunciarlo, hacia los seguros refugios que ofrecen los paraísos fiscales.
El pánico ha comenzado a apoderarse, incluso, de las grandes fortunas, que hasta ahora tenían aseguradas sus inversiones a través de las denominadas "Family office", una suerte de plataformas de inversión dedicadas a gerenciar íntegramente grandes patrimonios como pueden ser los adscritos a inversiones financieras, inmobiliarias y empresariales. De ahí que los grandes capitales busquen con fruición la protección de los paraísos fiscales como refugios seguros de sus capitales. No es una novedad. Ya lo hicieron durante la pasada crisis .
Según los expertos, con la recesión que se avecina galopante, podrán abrirse demasiados "frentes de crisis", y al existir la posibilidad de que todos ellos puedan reventar simultáneamente, el impacto que ello podría tener sobre los mercados podría resultar dramático.
Nuevamente se vuelven a repetir, pero con formas más graves y distintas, las secuencias de la última crisis. “En general, creemos que hemos tocado techo”, se atreven a reconocer los gestores que viven de la administración de las grandes fortunas.
La cuestión es que para la gran mayoría de la población, la salida de la crisis anterior no había llegado a percibirla. No ocurrió lo mismo con el número de multimillonarios, que que no hizo sino incrementarse durante la última década.
Para la sociedad en su conjunto, cuando todavía no había ni siquiera empezado a salir de los efectos desastrosos de la última, se encuentra repentinamente instalada en una nueva crisis económica cuyas dimensiones están todavía por conocer
POR M. RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Como sucediera a finales de la década pasada, la crisis económica que cíclicamente ataca a los cimientos del sistema capitalista, vuelve a asomar por el horizonte sus negras orejitas.
El Banco de España, sin ir más lejos, ya le han anunciado a sus clientes las pésimas novedades que se avecinan. Y lo ha hecho recortando las previsiones de crecimiento del 2.4% al 2% para los meses próximos meses.
A la información del Banco de España se han agregado docenas de otros Bancos Centrales y gestoras, que alertan a los suyos que se acercan pronunciadas curvas, y ahora procede "apretarse bien el cinturón". La verdad es que lo de "apretarse el cinturón" es en realidad sólo una expresión retórica, ya que esto último no es lo que suelen hacer las clases económicamente hegemónicas, sino poner en buen recaudo sus fortunas. Y eso es, justamente, lo que han empezado a hacer.
La mayoría de las empresas de inversión han advertido a sus socios, clientes y amigos de la burguesía que estamos entrando de lleno en un período sombrío en el que el paisaje económico próximo sólo se contemplará "vacas flacas". Hay, pues, que dejar de jugar con los capitales y ponerlos a buen recaudo.
¿Qué hacer, pues, frente a ese desafío? De acuerdo con los datos que se están colando en los ámbitos bursátiles, el 42% de las gestoras de patrimonio en todo el planeta están incrementando a vertiginosa velocidad las reservas de efectivos. El 55% del resto, han recomendado a sus clientes prudentes inversiones en bonos o en ladrillo.
Mientras el ciudadano común sólo escucha campanas, sin que nadie le avise de dónde viene el sonido y cuáles van a ser sus repercusiones, las grandes fortunas, en cambio, han comenzado a retirar ya con premura los capitales que hasta ahora tenían invertidos en acciones.
Pero ¿hacia qué depósitos están migrando esas cantidades ingentes de dinero líquido, que hasta hace bien poco se destinaban al juego bursátil de las Bolsas? ¿Hacia qué nuevos o viejos sectores productivos? Pues despeje sus dudas. Ni a unos, ni a otros. Según los datos proporcionados por Global Wealth Managers, una gran empresa internacional de servicios financieros, una buena parte de esos capitales ya están navegando viento en popa y sin que nadie se atreva siquiera a denunciarlo, hacia los seguros refugios que ofrecen los paraísos fiscales.
El pánico ha comenzado a apoderarse, incluso, de las grandes fortunas, que hasta ahora tenían aseguradas sus inversiones a través de las denominadas "Family office", una suerte de plataformas de inversión dedicadas a gerenciar íntegramente grandes patrimonios como pueden ser los adscritos a inversiones financieras, inmobiliarias y empresariales. De ahí que los grandes capitales busquen con fruición la protección de los paraísos fiscales como refugios seguros de sus capitales. No es una novedad. Ya lo hicieron durante la pasada crisis .
Según los expertos, con la recesión que se avecina galopante, podrán abrirse demasiados "frentes de crisis", y al existir la posibilidad de que todos ellos puedan reventar simultáneamente, el impacto que ello podría tener sobre los mercados podría resultar dramático.
Nuevamente se vuelven a repetir, pero con formas más graves y distintas, las secuencias de la última crisis. “En general, creemos que hemos tocado techo”, se atreven a reconocer los gestores que viven de la administración de las grandes fortunas.
La cuestión es que para la gran mayoría de la población, la salida de la crisis anterior no había llegado a percibirla. No ocurrió lo mismo con el número de multimillonarios, que que no hizo sino incrementarse durante la última década.
Para la sociedad en su conjunto, cuando todavía no había ni siquiera empezado a salir de los efectos desastrosos de la última, se encuentra repentinamente instalada en una nueva crisis económica cuyas dimensiones están todavía por conocer
rafa | Martes, 01 de Octubre de 2019 a las 16:03:05 horas
Y que pasa con los ahorros de los trabajadores, los que han podido ahorrar claro por salarios decente que han tenido u otros?????
Lo pierden, hay corralitos etc...???r
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