Leyendo la contundente denuncia recogida en este Medio,de la campada reivindicativa por el derecho a una vivienda digna, no hemos podido resistirnos a la llamativa proclama dirigida al Obispo de Tenerife Bernardo Alvárez.
Y ello, a cuenta de su peculiar "obra-caridad", donde parece obviar la caridad personificada y hacer de un subordinado párroco, cura Él,a sus ordenes, del barrio santacrucero de Añaza,quien ha tomado opuesta o singular deriva como de más urgencia, brindar cobijo o vivienda a los venidos de allende los mares.
Servidor ignor si el Sr. Bernardo Álvarez conoce "la misericordia" o especial bondad de este cura "caudillo" en el barrio citado quien, de voz populi, se le considera todo dueño y señor de la villa corte del entrable barrio.
Presuntamente maneja los designios y tutela de no pocos inmuebles y locales. Vamos, que nada parece moverse en esta parte de la Ciudad sin que el Señor cura "le otorgue antes la bendición". En un gesto caritativo y para enmarcar, su mano extendida ha sorprendido a propios y extraños. Se dice que se ha hecho con la compra de una vivienda de protección oficial y generosamente la ha facilitado para cobijo y residencia a un grupo de jóvenes inmigrantes.
Y claro, viendo el clamor y denuncia de la Plataforma en derecho a la Vivienda, el Rector eclesiástico y Obispo de Tenerífe, D.Bernardo Alvárez, más que pinchar en hueso,obviando o pasando del sufrimiento de tanta gente nuestra viviendo en la calle, o alzando la voz,mientras su subordinado de sotana,sorprende con esos pinitos de bondades a "los forasteros".
Pues eso, que menuda obra del Señor viene a evangelizar, el Señor Obispo,tan dispar y a lo visto, con esa peculiar obra,de la que se ha preocupado y presto ese cura"modelo", que parece destinar los panes y los peces a sorteo particular. Asombrado es poco.
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