JUBILADOS ARGENTINOS BAJO ATAQUE: MILEI REPRIME Y HUNDE EN LA POBREZA A LA TERCERA EDAD
Milei destruye derechos con aval empresarial y político.
La Mesa Coordinadora de Jubilados de Argentina remite a Canarias-semanal un comunicado que denuncia el feroz ajuste previsional del gobierno de Javier Milei y llama a resistir el desmantelamiento de los derechos conquistados.
Por A.R. SUÁREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina ha remitido a Canarias-semanal un duro comunicado donde denuncia la ofensiva que el gobierno de Javier Milei ha lanzado contra el sistema previsional, los derechos laborales y las condiciones de vida de millones de personas mayores. Bajo el título simbólico de “Miércoles de los Jubilados”, este colectivo alerta que lo que se presenta como reforma es, en realidad, una regresión histórica al siglo XIX.
Ajuste neoliberal: el presente de los trabajadores, la condena de los jubilados
El plan económico de Milei no actúa en compartimentos estancos. La reforma laboral ultrarreaccionaria que impulsa —que busca eliminar indemnizaciones, flexibilizar horarios y reducir los aportes patronales— tiene efectos directos sobre el sistema previsional. Menores ingresos para la seguridad social significan, en términos concretos, jubilaciones más bajas y más inestabilidad para el futuro de quienes hoy trabajan.
Congeló el bono compensatorio que cobraban quienes perciben la mínima, dejándolo en 70.000 pesos en un contexto de inflación superior al 140% anual.
Esta decisión, lejos de ser técnica o transitoria, refleja una voluntad política de degradar el ingreso real de los sectores más vulnerables. Quienes cobran la jubilación mínima dependen de ese bono para cubrir necesidades básicas. Al congelarlo en una economía hiperinflacionaria, el gobierno ejecuta un ajuste silencioso pero devastador.
Vetó un aumento del 7,2% a las jubilaciones aprobado por el Congreso argentino, con el argumento de que afectaba su plan de austeridad fiscal.
El Congreso nacional, dominado por la oposición, había aprobado un modesto aumento a los haberes previsionales. Milei, apelando a su “compromiso con el déficit cero”, vetó esa ley. La consecuencia fue inmediata: millones de jubilados continuaron recibiendo haberes insuficientes, lejos del costo real de vida, en uno de los países con mayor inflación del mundo.
Reemplazó la fórmula de actualización, generando un retraso de dos meses en los aumentos y, por tanto, pérdida permanente del poder adquisitivo
La nueva fórmula impuesta por decreto ajusta las jubilaciones según la inflación, pero con un desfase de dos meses. Esto significa que los haberes siempre llegan tarde, cuando los precios ya subieron. El mecanismo no es neutro: institucionaliza una pérdida constante para los jubilados, que ven sus ingresos licuados mes a mes sin posibilidad de recuperación real.
Y quizás lo más grave: canceló la moratoria previsional, impidiendo que cerca de 240.000 personas —en su mayoría mujeres— accedan a una jubilación digna
Durante años, la moratoria permitió que quienes no habían podido completar sus aportes —muchas veces por trabajos informales o cuidados no remunerados— accedieran a una jubilación. Con su eliminación, decenas de miles de personas quedan expulsadas del sistema y solo pueden acceder a la PUAM, una pensión reducida que no alcanza para sobrevivir con dignidad. En términos de género, la medida es especialmente regresiva, afectando a mujeres que dedicaron sus vidas al trabajo no reconocido.
Protesta y represión: el gobierno responde con palos al derecho a una vejez digna
Los efectos de estas políticas no han pasado desapercibidos. Desde principios de 2025, los jubilados se han movilizado en las calles junto a trabajadores, movimientos sociales y sindicatos. Frente al Congreso, en las provincias, en plazas y hospitales, reclaman lo que les pertenece: una jubilación justa, acceso a medicamentos, respeto. La respuesta del gobierno ha sido una sola: represión. El aparato policial se despliega para amedrentar y silenciar, mientras los medios hegemónicos estigmatizan las protestas como “obstáculos al cambio”.
El capital contra el trabajo: una ofensiva de clase planificada
El comunicado remitido a Canarias-semanal no deja lugar a equívocos. Lo que está ocurriendo en Argentina no es un conjunto de medidas aisladas, sino una ofensiva estructural contra la clase trabajadora. Una ofensiva donde los empresarios imponen condiciones, el gobierno ejecuta sin cuestionar y los jubilados pagan con hambre y abandono. Es la receta clásica del neoliberalismo: privatizar ganancias, socializar pérdidas.
Esta política se inscribe en un reordenamiento del poder de clase. Se ataca a los jubilados porque se ataca a toda la clase trabajadora. Se desmantelan los sistemas de protección para disciplinar al conjunto del pueblo. No se trata de errores de cálculo, sino de un plan económico, político e ideológico que responde a intereses de clase concretos.
Un sistema de reparto en jaque: del derecho conquistado al beneficio residual
El sistema previsional solidario, basado en el reparto intergeneracional, es una conquista histórica. Representa la idea de que la sociedad cuida a quienes ya cumplieron su ciclo laboral. Que la vejez no es un problema individual, sino una responsabilidad colectiva. Milei, como exponente de un proyecto ultraliberal y antipopular, busca destruir esa concepción. Pretende transformar un derecho en un “gasto” y a los jubilados en una “carga”.
El objetivo final es abrir camino a una nueva privatización previsional. Como ya ocurrió en los años noventa con las AFJP, se apunta a convertir la jubilación en un negocio financiero. Aseguradoras, bancos y fondos de inversión esperan con ansias un mercado que solo puede surgir si antes se destruye el sistema público.
Frente a este panorama, la Mesa Coordinadora no se limita a la denuncia. Llama con claridad a reforzar la organización unitaria entre todos los sectores dispuestos a resistir esta ofensiva: Jubilados, trabajadores activos, jóvenes, mujeres, movimientos barriales.
"La unidad popular - afirman - es la única garantía para detener este proyecto de destrucción".
Por A.R. SUÁREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina ha remitido a Canarias-semanal un duro comunicado donde denuncia la ofensiva que el gobierno de Javier Milei ha lanzado contra el sistema previsional, los derechos laborales y las condiciones de vida de millones de personas mayores. Bajo el título simbólico de “Miércoles de los Jubilados”, este colectivo alerta que lo que se presenta como reforma es, en realidad, una regresión histórica al siglo XIX.
Ajuste neoliberal: el presente de los trabajadores, la condena de los jubilados
El plan económico de Milei no actúa en compartimentos estancos. La reforma laboral ultrarreaccionaria que impulsa —que busca eliminar indemnizaciones, flexibilizar horarios y reducir los aportes patronales— tiene efectos directos sobre el sistema previsional. Menores ingresos para la seguridad social significan, en términos concretos, jubilaciones más bajas y más inestabilidad para el futuro de quienes hoy trabajan.
Congeló el bono compensatorio que cobraban quienes perciben la mínima, dejándolo en 70.000 pesos en un contexto de inflación superior al 140% anual.
Esta decisión, lejos de ser técnica o transitoria, refleja una voluntad política de degradar el ingreso real de los sectores más vulnerables. Quienes cobran la jubilación mínima dependen de ese bono para cubrir necesidades básicas. Al congelarlo en una economía hiperinflacionaria, el gobierno ejecuta un ajuste silencioso pero devastador.
Vetó un aumento del 7,2% a las jubilaciones aprobado por el Congreso argentino, con el argumento de que afectaba su plan de austeridad fiscal.
El Congreso nacional, dominado por la oposición, había aprobado un modesto aumento a los haberes previsionales. Milei, apelando a su “compromiso con el déficit cero”, vetó esa ley. La consecuencia fue inmediata: millones de jubilados continuaron recibiendo haberes insuficientes, lejos del costo real de vida, en uno de los países con mayor inflación del mundo.
Reemplazó la fórmula de actualización, generando un retraso de dos meses en los aumentos y, por tanto, pérdida permanente del poder adquisitivo
La nueva fórmula impuesta por decreto ajusta las jubilaciones según la inflación, pero con un desfase de dos meses. Esto significa que los haberes siempre llegan tarde, cuando los precios ya subieron. El mecanismo no es neutro: institucionaliza una pérdida constante para los jubilados, que ven sus ingresos licuados mes a mes sin posibilidad de recuperación real.
Y quizás lo más grave: canceló la moratoria previsional, impidiendo que cerca de 240.000 personas —en su mayoría mujeres— accedan a una jubilación digna
Durante años, la moratoria permitió que quienes no habían podido completar sus aportes —muchas veces por trabajos informales o cuidados no remunerados— accedieran a una jubilación. Con su eliminación, decenas de miles de personas quedan expulsadas del sistema y solo pueden acceder a la PUAM, una pensión reducida que no alcanza para sobrevivir con dignidad. En términos de género, la medida es especialmente regresiva, afectando a mujeres que dedicaron sus vidas al trabajo no reconocido.
Protesta y represión: el gobierno responde con palos al derecho a una vejez digna
Los efectos de estas políticas no han pasado desapercibidos. Desde principios de 2025, los jubilados se han movilizado en las calles junto a trabajadores, movimientos sociales y sindicatos. Frente al Congreso, en las provincias, en plazas y hospitales, reclaman lo que les pertenece: una jubilación justa, acceso a medicamentos, respeto. La respuesta del gobierno ha sido una sola: represión. El aparato policial se despliega para amedrentar y silenciar, mientras los medios hegemónicos estigmatizan las protestas como “obstáculos al cambio”.
El capital contra el trabajo: una ofensiva de clase planificada
El comunicado remitido a Canarias-semanal no deja lugar a equívocos. Lo que está ocurriendo en Argentina no es un conjunto de medidas aisladas, sino una ofensiva estructural contra la clase trabajadora. Una ofensiva donde los empresarios imponen condiciones, el gobierno ejecuta sin cuestionar y los jubilados pagan con hambre y abandono. Es la receta clásica del neoliberalismo: privatizar ganancias, socializar pérdidas.
Esta política se inscribe en un reordenamiento del poder de clase. Se ataca a los jubilados porque se ataca a toda la clase trabajadora. Se desmantelan los sistemas de protección para disciplinar al conjunto del pueblo. No se trata de errores de cálculo, sino de un plan económico, político e ideológico que responde a intereses de clase concretos.
Un sistema de reparto en jaque: del derecho conquistado al beneficio residual
El sistema previsional solidario, basado en el reparto intergeneracional, es una conquista histórica. Representa la idea de que la sociedad cuida a quienes ya cumplieron su ciclo laboral. Que la vejez no es un problema individual, sino una responsabilidad colectiva. Milei, como exponente de un proyecto ultraliberal y antipopular, busca destruir esa concepción. Pretende transformar un derecho en un “gasto” y a los jubilados en una “carga”.
El objetivo final es abrir camino a una nueva privatización previsional. Como ya ocurrió en los años noventa con las AFJP, se apunta a convertir la jubilación en un negocio financiero. Aseguradoras, bancos y fondos de inversión esperan con ansias un mercado que solo puede surgir si antes se destruye el sistema público.
Frente a este panorama, la Mesa Coordinadora no se limita a la denuncia. Llama con claridad a reforzar la organización unitaria entre todos los sectores dispuestos a resistir esta ofensiva: Jubilados, trabajadores activos, jóvenes, mujeres, movimientos barriales.
"La unidad popular - afirman - es la única garantía para detener este proyecto de destrucción".































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