“EL PETRÓLEO VENEZOLANO ES NUESTRO”: LA FRASE DE TRUMP QUE ENCIENDE EL CARIBE
¿Una operación militar contra el chavismo… o contra la soberanía económica de Venezuela?
La tensión entre Venezuela y Estados Unidos ha alcanzado un punto crítico tras el anuncio de un bloqueo total a los petroleros que operan en aguas del país sudamericano. Pero más que las maniobras militares o las sanciones, ha sido una frase —directa y brutal— del presidente Trump lo que ha hecho sonar todas las alarmas: “el petróleo, la tierra y los activos venezolanos pertenecen al pueblo estadounidense”.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Una nueva crisis entre Venezuela y Estados Unidos ha estallado en las aguas del Caribe, tras el anuncio del presidente Donald Trump de aplicar un bloqueo total a los petroleros sancionados que entren o salgan del país sudamericano.
La reacción inmediata del gobierno de Nicolás Maduro, ha sido ordenar el despliegue de la Armada venezolana para escoltar a los buques amenazados, y el llamado urgente a la ONU para evitar un posible ataque, marcan el punto más tenso en las relaciones bilaterales desde 2019.
Pero si algo terminó por encender todas las alarmas fue la insólita declaración textual utilizada por el propio Trump al justificar su decisión.
“Esta operación continuará hasta que el régimen chavista devuelva al pueblo estadounidense el petróleo, las tierras y los activos que nos han sido robados”, afirmó el mandatario.
La frase, por su contenido explícito, ha sido interpretada por diversos sectores diplomáticos como una manifestación abierta de reivindicación de los recursos de Venezuela.
La Agencia española EFE destacó la declaración completa de Trump en la que el mandatario ultraderechista estadounidense afirmó que "Venezuela está rodeada por «la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica» y que el bloqueo naval continuará hasta que el gobierno venezolano “devuelva todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente” a Estados Unidos.
Esta frase aparece como parte central del anuncio sobre el bloqueo total a los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. EFE Noticias
EFE señaló que Trump afirmó que el "régimen de Maduro está usando el petróleo de esos supuestos “yacimientos robados” para financiar actividades como el narcotráfico, la trata de personas, el asesinato y el secuestro", argumento que está siendo usado como justificación para ordenar la medida. EFE Noticias
UN BLOQUEO CON SELLO PRESIDENCIAL
La orden ejecutiva fue emitida desde la Casa Blanca el 17 de diciembre de 2025. Con ella, el Departamento del Tesoro y las Fuerzas Armadas estadounidenses quedaban facultadas para interceptar cualquier buque sancionado que participara en operaciones de importación o exportación de petróleo vinculado al Estado venezolano. Esto incluye buques de PDVSA, empresas mixtas, o barcos que operen bajo bandera de países aliados como Irán o Rusia.
Según el gobierno estadounidense, la decisión responde a la necesidad de cortar el financiamiento del “régimen de Maduro”, al que acusa de corrupción, represión y vínculos con el narcotráfico. No obstante, lo que generó mayor inquietud no fueron los argumentos formales, sino la frase empleada por Trump para enmarcar la medida, que han dejado atónitos incluso a determinados medios de comunicacion conservadores: “El petróleo, las tierras y los activos venezolanos pertenecen al pueblo estadounidense”.
Las declaraciones del presidente, lejos de presentarse como una advertencia, fueron recibidas como una amenaza directa. En medios diplomáticos latinoamericanos, varios analistas coincidieron en que este tipo de retórica revive una lógica de dominación regional que remite a la Doctrina Monroe y a intervenciones históricas de ese país en América Latina.
MADURO RESPONDE: ESCOLTAS MILITARES EN MARCHA
Menos de veinticuatro horas después del anuncio, el gobierno venezolano ordenó una respuesta directa mediante el despliegue de la Armada Nacional Bolivariana. Desde el 18 de diciembre, fragatas, patrulleros y embarcaciones de escolta fueron asignados para proteger a los buques petroleros que operan en los puertos de José, El Palito, y Amuay, entre otros.
El Ministerio de Defensa informó que estas acciones tienen carácter estrictamente defensivo y buscan asegurar el “libre ejercicio del comercio energético venezolano en aguas internacionales”. Se trata, en la práctica, de un acompañamiento armado que evita que los buques sean interceptados por fuerzas extranjeras, bajo el paraguas de las sanciones.
Según datos publicados por The New York Times, al menos 18 petroleros sancionados por EE.UU. estaban activos en rutas vinculadas a Venezuela en el momento de anunciarse el bloqueo. Varios de ellos estaban atracados en el Lago de Maracaibo o frente a las costas del estado Sucre, en plena fase de carga.
El gobierno de Maduro ha considerado la medida estadounidense como un acto de guerra económica y advirtió que tomará todas las decisiones necesarias para garantizar la continuidad de su principal fuente de ingresos: la exportación de crudo.
A LA ONU: “PELIGRO DE ATAQUE ARMADO”
El 10 de octubre, anticipándose a estos movimientos, Venezuela había solicitado formalmente al Consejo de Seguridad de la ONU una reunión urgente, ante la posibilidad de una agresión militar por parte de Estados Unidos “en el corto plazo”. La misiva fue dirigida al embajador de Rusia, presidente del Consejo ese mes, y advertía sobre el incremento de operaciones navales en el Caribe bajo el pretexto de lucha antidrogas.
El documento alertaba que la presencia creciente de buques estadounidenses en la región formaba parte de una estrategia más amplia de presión política y militar. A pesar de que la ONU no ha fijado aún una fecha para dicha reunión, países como China y Rusia se han mostrado dispuestos a respaldar la petición venezolana.
La declaración más reciente del mandatario estadounidense, en la que sugiere que los recursos venezolanos pertenecen a su país, ha reforzado el argumento de Caracas ante la comunidad internacional.
ESCENARIO REGIONAL
Los movimientos militares en el Caribe han generado preocupación también en los países vecinos. En Guyana, donde se mantiene un diferendo territorial histórico con Venezuela por el Esequibo, medios locales han reportado el incremento de patrullajes estadounidenses. Brasil y Colombia, por su parte, han mantenido silencio oficial, aunque se han incrementado las comunicaciones diplomáticas con Washington.
Mientras tanto, las exportaciones de petróleo venezolano continúan, aunque bajo riesgo constante. La empresa estatal PDVSA ha comenzado a utilizar rutas alternativas, buques sin bandera visible y transferencias barco a barco en alta mar, para eludir el bloqueo y cumplir con compromisos energéticos con países como Cuba, Irán y China.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y DIPLOMÁTICAS
El anuncio del bloqueo y la reacción venezolana han comenzado a tener impacto en los mercados. El precio internacional del petróleo subió ligeramente ante el riesgo de interrupciones en el suministro. A nivel diplomático, varias cancillerías latinoamericanas han solicitado cautela y solución pacífica al conflicto.
Venezuela, por su parte, mantiene abierta su demanda ante la ONU y ha reiterado su disposición al diálogo, siempre que no se vulnere su soberanía territorial ni se interfiera con sus exportaciones. Pero con los buques en el mar, las patrulleras activas y las declaraciones presidenciales sobre la “propiedad” de los recursos venezolanos, el ambiente sigue siendo altamente volátil.
POSICIONAMIENTO INTERNACIONAL
En América Latina, la respuesta ha sido desigual. México y Brasil han evitado pronunciarse. Argentina ha pedido “moderación” a ambas partes, mientras que países del Caribe como San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda han expresado su preocupación por la militarización del entorno regional.
En contraste, Guyana ha intensificado su cooperación con EE.UU., en el marco del conflicto territorial que mantiene con Venezuela por el Esequibo. Algunas voces del gobierno guyanés han celebrado el “compromiso de Washington con la estabilidad energética del hemisferio occidental”.
Por otro lado, Irán ha expresado apoyo pleno a Caracas, calificando el bloqueo como una “acción imperial que viola el derecho internacional”. China, en una postura más diplomática, ha llamado al “diálogo entre las partes” pero ha reiterado su rechazo a cualquier medida unilateral de fuerza.
¿HACIA DÓNDE VA ESTA CRISIS?
En el terreno, la situación se mantiene tensa pero contenida. Ni Estados Unidos ha dado señales de un paso más agresivo, ni Venezuela ha interrumpido el flujo de petróleo. Sin embargo, las operaciones siguen al filo, y bastaría un incidente menor para activar una cadena de reacciones más graves.
Diplomáticamente, Caracas espera que el Consejo de Seguridad reaccione y fije fecha para una sesión formal. Mientras tanto, la frase de Trump sobre el petróleo y la tierra venezolana sigue marcando el tono de la crisis, funcionando como telón de fondo de todas las decisiones posteriores.
El Caribe, que por momentos parece alejado de las tensiones del mundo, se ha convertido una vez más en espacio de disputa global. Y Venezuela, como en otras ocasiones de su historia reciente, vuelve a navegar entre bloqueos, fragatas y declaraciones que lo dicen todo sin dejar lugar a dudas.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Una nueva crisis entre Venezuela y Estados Unidos ha estallado en las aguas del Caribe, tras el anuncio del presidente Donald Trump de aplicar un bloqueo total a los petroleros sancionados que entren o salgan del país sudamericano.
La reacción inmediata del gobierno de Nicolás Maduro, ha sido ordenar el despliegue de la Armada venezolana para escoltar a los buques amenazados, y el llamado urgente a la ONU para evitar un posible ataque, marcan el punto más tenso en las relaciones bilaterales desde 2019.
Pero si algo terminó por encender todas las alarmas fue la insólita declaración textual utilizada por el propio Trump al justificar su decisión.
“Esta operación continuará hasta que el régimen chavista devuelva al pueblo estadounidense el petróleo, las tierras y los activos que nos han sido robados”, afirmó el mandatario.
La frase, por su contenido explícito, ha sido interpretada por diversos sectores diplomáticos como una manifestación abierta de reivindicación de los recursos de Venezuela.
La Agencia española EFE destacó la declaración completa de Trump en la que el mandatario ultraderechista estadounidense afirmó que "Venezuela está rodeada por «la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica» y que el bloqueo naval continuará hasta que el gobierno venezolano “devuelva todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente” a Estados Unidos.
Esta frase aparece como parte central del anuncio sobre el bloqueo total a los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. EFE Noticias
EFE señaló que Trump afirmó que el "régimen de Maduro está usando el petróleo de esos supuestos “yacimientos robados” para financiar actividades como el narcotráfico, la trata de personas, el asesinato y el secuestro", argumento que está siendo usado como justificación para ordenar la medida. EFE Noticias
UN BLOQUEO CON SELLO PRESIDENCIAL
La orden ejecutiva fue emitida desde la Casa Blanca el 17 de diciembre de 2025. Con ella, el Departamento del Tesoro y las Fuerzas Armadas estadounidenses quedaban facultadas para interceptar cualquier buque sancionado que participara en operaciones de importación o exportación de petróleo vinculado al Estado venezolano. Esto incluye buques de PDVSA, empresas mixtas, o barcos que operen bajo bandera de países aliados como Irán o Rusia.
Según el gobierno estadounidense, la decisión responde a la necesidad de cortar el financiamiento del “régimen de Maduro”, al que acusa de corrupción, represión y vínculos con el narcotráfico. No obstante, lo que generó mayor inquietud no fueron los argumentos formales, sino la frase empleada por Trump para enmarcar la medida, que han dejado atónitos incluso a determinados medios de comunicacion conservadores: “El petróleo, las tierras y los activos venezolanos pertenecen al pueblo estadounidense”.
Las declaraciones del presidente, lejos de presentarse como una advertencia, fueron recibidas como una amenaza directa. En medios diplomáticos latinoamericanos, varios analistas coincidieron en que este tipo de retórica revive una lógica de dominación regional que remite a la Doctrina Monroe y a intervenciones históricas de ese país en América Latina.
MADURO RESPONDE: ESCOLTAS MILITARES EN MARCHA
Menos de veinticuatro horas después del anuncio, el gobierno venezolano ordenó una respuesta directa mediante el despliegue de la Armada Nacional Bolivariana. Desde el 18 de diciembre, fragatas, patrulleros y embarcaciones de escolta fueron asignados para proteger a los buques petroleros que operan en los puertos de José, El Palito, y Amuay, entre otros.
El Ministerio de Defensa informó que estas acciones tienen carácter estrictamente defensivo y buscan asegurar el “libre ejercicio del comercio energético venezolano en aguas internacionales”. Se trata, en la práctica, de un acompañamiento armado que evita que los buques sean interceptados por fuerzas extranjeras, bajo el paraguas de las sanciones.
Según datos publicados por The New York Times, al menos 18 petroleros sancionados por EE.UU. estaban activos en rutas vinculadas a Venezuela en el momento de anunciarse el bloqueo. Varios de ellos estaban atracados en el Lago de Maracaibo o frente a las costas del estado Sucre, en plena fase de carga.
El gobierno de Maduro ha considerado la medida estadounidense como un acto de guerra económica y advirtió que tomará todas las decisiones necesarias para garantizar la continuidad de su principal fuente de ingresos: la exportación de crudo.
A LA ONU: “PELIGRO DE ATAQUE ARMADO”
El 10 de octubre, anticipándose a estos movimientos, Venezuela había solicitado formalmente al Consejo de Seguridad de la ONU una reunión urgente, ante la posibilidad de una agresión militar por parte de Estados Unidos “en el corto plazo”. La misiva fue dirigida al embajador de Rusia, presidente del Consejo ese mes, y advertía sobre el incremento de operaciones navales en el Caribe bajo el pretexto de lucha antidrogas.
El documento alertaba que la presencia creciente de buques estadounidenses en la región formaba parte de una estrategia más amplia de presión política y militar. A pesar de que la ONU no ha fijado aún una fecha para dicha reunión, países como China y Rusia se han mostrado dispuestos a respaldar la petición venezolana.
La declaración más reciente del mandatario estadounidense, en la que sugiere que los recursos venezolanos pertenecen a su país, ha reforzado el argumento de Caracas ante la comunidad internacional.
ESCENARIO REGIONAL
Los movimientos militares en el Caribe han generado preocupación también en los países vecinos. En Guyana, donde se mantiene un diferendo territorial histórico con Venezuela por el Esequibo, medios locales han reportado el incremento de patrullajes estadounidenses. Brasil y Colombia, por su parte, han mantenido silencio oficial, aunque se han incrementado las comunicaciones diplomáticas con Washington.
Mientras tanto, las exportaciones de petróleo venezolano continúan, aunque bajo riesgo constante. La empresa estatal PDVSA ha comenzado a utilizar rutas alternativas, buques sin bandera visible y transferencias barco a barco en alta mar, para eludir el bloqueo y cumplir con compromisos energéticos con países como Cuba, Irán y China.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y DIPLOMÁTICAS
El anuncio del bloqueo y la reacción venezolana han comenzado a tener impacto en los mercados. El precio internacional del petróleo subió ligeramente ante el riesgo de interrupciones en el suministro. A nivel diplomático, varias cancillerías latinoamericanas han solicitado cautela y solución pacífica al conflicto.
Venezuela, por su parte, mantiene abierta su demanda ante la ONU y ha reiterado su disposición al diálogo, siempre que no se vulnere su soberanía territorial ni se interfiera con sus exportaciones. Pero con los buques en el mar, las patrulleras activas y las declaraciones presidenciales sobre la “propiedad” de los recursos venezolanos, el ambiente sigue siendo altamente volátil.
POSICIONAMIENTO INTERNACIONAL
En América Latina, la respuesta ha sido desigual. México y Brasil han evitado pronunciarse. Argentina ha pedido “moderación” a ambas partes, mientras que países del Caribe como San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda han expresado su preocupación por la militarización del entorno regional.
En contraste, Guyana ha intensificado su cooperación con EE.UU., en el marco del conflicto territorial que mantiene con Venezuela por el Esequibo. Algunas voces del gobierno guyanés han celebrado el “compromiso de Washington con la estabilidad energética del hemisferio occidental”.
Por otro lado, Irán ha expresado apoyo pleno a Caracas, calificando el bloqueo como una “acción imperial que viola el derecho internacional”. China, en una postura más diplomática, ha llamado al “diálogo entre las partes” pero ha reiterado su rechazo a cualquier medida unilateral de fuerza.
¿HACIA DÓNDE VA ESTA CRISIS?
En el terreno, la situación se mantiene tensa pero contenida. Ni Estados Unidos ha dado señales de un paso más agresivo, ni Venezuela ha interrumpido el flujo de petróleo. Sin embargo, las operaciones siguen al filo, y bastaría un incidente menor para activar una cadena de reacciones más graves.
Diplomáticamente, Caracas espera que el Consejo de Seguridad reaccione y fije fecha para una sesión formal. Mientras tanto, la frase de Trump sobre el petróleo y la tierra venezolana sigue marcando el tono de la crisis, funcionando como telón de fondo de todas las decisiones posteriores.
El Caribe, que por momentos parece alejado de las tensiones del mundo, se ha convertido una vez más en espacio de disputa global. Y Venezuela, como en otras ocasiones de su historia reciente, vuelve a navegar entre bloqueos, fragatas y declaraciones que lo dicen todo sin dejar lugar a dudas.






























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