DEPENDENCIA Y DOMINACIÓN EN CANARIAS: DEL COLONIALISMO A LOS FONDOS BUITRE
Un modelo económico construido para servir a intereses externos
Canarias arrastra una historia de subordinación estructural que hunde sus raíces en la conquista colonial y se prolonga hasta el presente bajo nuevas formas de dependencia económica. El turismo, convertido en monocultivo contemporáneo, ha profundizado la desigualdad social y ha reforzado una economía diseñada para beneficiar a intereses foráneos.
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Para entender el presente económico de Canarias no basta con mirar sus cifras de crecimiento o los informes sobre la actividad turística. Es necesario retroceder en el tiempo, observar los hilos que han tejido la estructura productiva del Archipiélago y analizar el rol subordinado que han tenido las islas en el sistema capitalista —desde su fase mercantil hasta el capitalismo financiero actual—.
Desde su conquista en el siglo XV por la Corona de Castilla, Canarias fue incorporada a este sistema mundial en formación como una periferia proveedora de materias primas y subordinada a los intereses de otros centros de poder. En su esencia, ese esquema se ha mantenido hasta la actualidad.
UN MODELO ECONÓMICO IMPUESTO DESDE FUERA
A lo largo de los siglos, el modelo económico canario se ha caracterizado por una sucesión de monocultivos orientados a la exportación. Primero fue el azúcar, luego el vino, la cochinilla, el plátano, el tomate… hasta llegar al actual monocultivo turístico. Este modelo no surgió de la libre elección de su población, sino de decisiones impuestas por los centros de poder económico y político: primero los colonizadores castellanos, luego el capital metropolitano y hoy, grandes corporaciones internacionales cuyos negocios enriquecen también a una burguesía local asociada a esos intereses foráneos.
Se trata de un caso clásico de estructura dependiente: una región que no produce para satisfacer las necesidades de su población, sino para integrarse como engranaje subordinado en el sistema capitalista mundial. La población local, en lugar de ser protagonista de su desarrollo, queda relegada a fuerza de trabajo barata, precarizada y fácilmente reemplazable.
UNA CLASE DOMINANTE CON ALIANZAS EXTERNAS
Este modelo construyó una sociedad profundamente desigual. Desde los terratenientes coloniales hasta los actuales rentistas del turismo y del capital inmobiliario, ha existido una élite local que ha medrado gracias a su capacidad para aliarse con los intereses externos. Por el contrario, la mayoría de la población —jornaleros agrícolas antes, trabajadores del sector servicios hoy— ha sido sistemáticamente excluida de los beneficios de ese crecimiento. El resultado ha sido una clase trabajadora dependiente, con poco poder de negociación, y obligada muchas veces a emigrar o aceptar condiciones laborales indignas.
CRECIMIENTO SIN DESARROLLO
La evolución del turismo como eje central de la economía canaria, desde los años setenta del pasado siglo XX, trajo consigo promesas de modernización, empleo y bienestar. Pero el crecimiento asociado al turismo no ha significado desarrollo para todos. Una gran parte de los beneficios generados por esta actividad no se queda en las Islas: vuela hacia sedes de corporaciones extranjeras, fondos de inversión como BlackRock o Blackstone, y cadenas hoteleras con sede en Madrid, Londres o Nueva York. Mientras tanto, quienes limpian habitaciones, atienden en bares o hacen de recepcionistas sobreviven con contratos temporales, salarios bajos y jornadas extenuantes.
Esta es la paradoja central de la economía canaria: puede estar creciendo, pero no mejora las condiciones de vida de la mayoría. De hecho, según estudios recientes, Canarias es una de las regiones más desiguales del Estado español. La riqueza que se genera en el Archipiélago se encuentra extremadamente concentrada. El uno por ciento más rico posee cerca del treinta por ciento de toda la riqueza regional, mientras la mitad de la población apenas controla el cuatro por ciento.
EL NEOCOLONIALISMO DEL SIGLO XXI
Hoy, este control económico no lo ejerce una metrópoli imperial al estilo clásico. Se encuentra determinado por nueva forma de colonialismo: la dominación por parte del capital financiero. Fondos de inversión como BlackRock controlan infraestructuras clave, como los aeropuertos a través de AENA, mientras Blackstone posee numerosos hoteles y promociones inmobiliarias. Esta presencia no solo condiciona el presente, sino que compromete el futuro económico del Archipiélago.
Además, la lógica de mercantilización del territorio —gentrificación, turismo inmobiliario, alquileres vacacionales— expulsa a los residentes de sus barrios. La vivienda ya no es un derecho, sino un “activo financiero” al servicio de quien pueda pagar más por él. Todo el territorio se convierte en una mercancía, la cultura local en producto turístico, y la mayoría de la población local en mano de obra barata.
La dependencia de una sola actividad económica —el turismo— hace que Canarias sea extremadamente vulnerable ante cualquier crisis global: pandemias, guerras o incluso un coyuntural cambio en las preferencias turísticas en las poblaciones europeas que hasta el momento colman los hoteles y las playas del Archipiélago. Cuando se produce un bajón en el número de visitantes, se tambalea toda la economía y la falta de diversificación productiva se reproduce como una condena repetida a lo largo de la historia de las Islas.
A esta vulnerabilidad se suma la falta de soberanía sobre recursos esenciales. El agua y el suelo están profundamente privatizados. Los alimentos se importan en su gran mayoría. La energía es cara y dependiente del flujo exterior de combustibles fósiles. Y el acceso a servicios públicos se deteriora mientras los beneficios privados aumentan.
TRABAJADORES POBRES EN UNA ECONOMÍA DE RÉCORDS
Una de las manifestaciones más dramáticas de esta contradicción es la figura, cada vez más numerosa, del trabajador pobre: personas que, pese a tener empleo, no pueden salir de la precariedad y se encuentran al borde de la exclusión. En el sector turístico —el más potente del Archipiélago— abundan camareras de piso, cocineros, camareros y limpiadoras que no llegan a fin de mes. Trabajadores con jornadas extenuantes, contratos temporales, salarios bajos y, a menudo, sometidos a prácticas ilegales como horas extras no pagadas. No es un accidente. Es una condición estructural del modelo económico canario: la riqueza se concentra, el trabajo se precariza y el mercado laboral se convierte en un mecanismo más de control social.
Todo el andamiaje económico actual —sustentado en el turismo, la inversión externa, los beneficios fiscales para el gran capital y la mano de obra barata— está mostrando signos de agotamiento. No genera un empleo que garantice la vida de las clases trabajadoras, está convirtiendo el acceso a un bien tan esencial como la vivienda en un privilegio y acelera la destrucción del territorio. Solo mantiene las tasas de ganancia de quienes están en la cúspide y eso tiene consecuencias: más desigualdad, más frustración social, más dependencia y menos futuro para las presentes y futuras generaciones.
La historia económica de Canarias es una historia de subordinación estructural. Desde el azúcar del siglo XVI hasta los hoteles del siglo XXI, el modelo ha cambiado de forma, pero no en su esencia. Siempre han sido otros los que se han beneficiado y siempre ha sido la clase trabajadora canaria la que ha puesto el trabajo, el territorio y la vida. Hoy, los fondos de inversión han reemplazado a los colonizadores, pero la lógica sigue siendo la misma: extracción de riqueza, concentración de poder y exclusión social. Entenderlo, denunciarlo y combatirlo es una tarea urgente para nuestra mera supervivencia.
Fuentes utilizadas:
- Estudio de la estructura social de Canarias a fecha de 1980.CIES (1980). Publicado por el Centro de Investigación Económica y Social (CIES) de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.
-Clases sociales, pobreza y desigualdad económica en Canarias (1970s - 2000s). Martínez García, José Saturnino; Salvo, Carolina Rocío; González Padilla, Dácil (2017).Revista Atlántida, Nº. 8. Clases sociales, pobreza y desigualdad económica en Canarias (1970s - 2000s)
- Blackstone: El dueño oculto de la economía canaria. Cristóbal García Vera. canarias-semanal.org.
-BlackRock refuerza su posición en AENA y alcanza máximo histórico. Tourinews (2023)
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Para entender el presente económico de Canarias no basta con mirar sus cifras de crecimiento o los informes sobre la actividad turística. Es necesario retroceder en el tiempo, observar los hilos que han tejido la estructura productiva del Archipiélago y analizar el rol subordinado que han tenido las islas en el sistema capitalista —desde su fase mercantil hasta el capitalismo financiero actual—.
Desde su conquista en el siglo XV por la Corona de Castilla, Canarias fue incorporada a este sistema mundial en formación como una periferia proveedora de materias primas y subordinada a los intereses de otros centros de poder. En su esencia, ese esquema se ha mantenido hasta la actualidad.
UN MODELO ECONÓMICO IMPUESTO DESDE FUERA
A lo largo de los siglos, el modelo económico canario se ha caracterizado por una sucesión de monocultivos orientados a la exportación. Primero fue el azúcar, luego el vino, la cochinilla, el plátano, el tomate… hasta llegar al actual monocultivo turístico. Este modelo no surgió de la libre elección de su población, sino de decisiones impuestas por los centros de poder económico y político: primero los colonizadores castellanos, luego el capital metropolitano y hoy, grandes corporaciones internacionales cuyos negocios enriquecen también a una burguesía local asociada a esos intereses foráneos.
Se trata de un caso clásico de estructura dependiente: una región que no produce para satisfacer las necesidades de su población, sino para integrarse como engranaje subordinado en el sistema capitalista mundial. La población local, en lugar de ser protagonista de su desarrollo, queda relegada a fuerza de trabajo barata, precarizada y fácilmente reemplazable.
UNA CLASE DOMINANTE CON ALIANZAS EXTERNAS
Este modelo construyó una sociedad profundamente desigual. Desde los terratenientes coloniales hasta los actuales rentistas del turismo y del capital inmobiliario, ha existido una élite local que ha medrado gracias a su capacidad para aliarse con los intereses externos. Por el contrario, la mayoría de la población —jornaleros agrícolas antes, trabajadores del sector servicios hoy— ha sido sistemáticamente excluida de los beneficios de ese crecimiento. El resultado ha sido una clase trabajadora dependiente, con poco poder de negociación, y obligada muchas veces a emigrar o aceptar condiciones laborales indignas.
CRECIMIENTO SIN DESARROLLO
La evolución del turismo como eje central de la economía canaria, desde los años setenta del pasado siglo XX, trajo consigo promesas de modernización, empleo y bienestar. Pero el crecimiento asociado al turismo no ha significado desarrollo para todos. Una gran parte de los beneficios generados por esta actividad no se queda en las Islas: vuela hacia sedes de corporaciones extranjeras, fondos de inversión como BlackRock o Blackstone, y cadenas hoteleras con sede en Madrid, Londres o Nueva York. Mientras tanto, quienes limpian habitaciones, atienden en bares o hacen de recepcionistas sobreviven con contratos temporales, salarios bajos y jornadas extenuantes.
Esta es la paradoja central de la economía canaria: puede estar creciendo, pero no mejora las condiciones de vida de la mayoría. De hecho, según estudios recientes, Canarias es una de las regiones más desiguales del Estado español. La riqueza que se genera en el Archipiélago se encuentra extremadamente concentrada. El uno por ciento más rico posee cerca del treinta por ciento de toda la riqueza regional, mientras la mitad de la población apenas controla el cuatro por ciento.
EL NEOCOLONIALISMO DEL SIGLO XXI
Hoy, este control económico no lo ejerce una metrópoli imperial al estilo clásico. Se encuentra determinado por nueva forma de colonialismo: la dominación por parte del capital financiero. Fondos de inversión como BlackRock controlan infraestructuras clave, como los aeropuertos a través de AENA, mientras Blackstone posee numerosos hoteles y promociones inmobiliarias. Esta presencia no solo condiciona el presente, sino que compromete el futuro económico del Archipiélago.
Además, la lógica de mercantilización del territorio —gentrificación, turismo inmobiliario, alquileres vacacionales— expulsa a los residentes de sus barrios. La vivienda ya no es un derecho, sino un “activo financiero” al servicio de quien pueda pagar más por él. Todo el territorio se convierte en una mercancía, la cultura local en producto turístico, y la mayoría de la población local en mano de obra barata.
La dependencia de una sola actividad económica —el turismo— hace que Canarias sea extremadamente vulnerable ante cualquier crisis global: pandemias, guerras o incluso un coyuntural cambio en las preferencias turísticas en las poblaciones europeas que hasta el momento colman los hoteles y las playas del Archipiélago. Cuando se produce un bajón en el número de visitantes, se tambalea toda la economía y la falta de diversificación productiva se reproduce como una condena repetida a lo largo de la historia de las Islas.
A esta vulnerabilidad se suma la falta de soberanía sobre recursos esenciales. El agua y el suelo están profundamente privatizados. Los alimentos se importan en su gran mayoría. La energía es cara y dependiente del flujo exterior de combustibles fósiles. Y el acceso a servicios públicos se deteriora mientras los beneficios privados aumentan.
TRABAJADORES POBRES EN UNA ECONOMÍA DE RÉCORDS
Una de las manifestaciones más dramáticas de esta contradicción es la figura, cada vez más numerosa, del trabajador pobre: personas que, pese a tener empleo, no pueden salir de la precariedad y se encuentran al borde de la exclusión. En el sector turístico —el más potente del Archipiélago— abundan camareras de piso, cocineros, camareros y limpiadoras que no llegan a fin de mes. Trabajadores con jornadas extenuantes, contratos temporales, salarios bajos y, a menudo, sometidos a prácticas ilegales como horas extras no pagadas. No es un accidente. Es una condición estructural del modelo económico canario: la riqueza se concentra, el trabajo se precariza y el mercado laboral se convierte en un mecanismo más de control social.
Todo el andamiaje económico actual —sustentado en el turismo, la inversión externa, los beneficios fiscales para el gran capital y la mano de obra barata— está mostrando signos de agotamiento. No genera un empleo que garantice la vida de las clases trabajadoras, está convirtiendo el acceso a un bien tan esencial como la vivienda en un privilegio y acelera la destrucción del territorio. Solo mantiene las tasas de ganancia de quienes están en la cúspide y eso tiene consecuencias: más desigualdad, más frustración social, más dependencia y menos futuro para las presentes y futuras generaciones.
La historia económica de Canarias es una historia de subordinación estructural. Desde el azúcar del siglo XVI hasta los hoteles del siglo XXI, el modelo ha cambiado de forma, pero no en su esencia. Siempre han sido otros los que se han beneficiado y siempre ha sido la clase trabajadora canaria la que ha puesto el trabajo, el territorio y la vida. Hoy, los fondos de inversión han reemplazado a los colonizadores, pero la lógica sigue siendo la misma: extracción de riqueza, concentración de poder y exclusión social. Entenderlo, denunciarlo y combatirlo es una tarea urgente para nuestra mera supervivencia.
Fuentes utilizadas:
- Estudio de la estructura social de Canarias a fecha de 1980.CIES (1980). Publicado por el Centro de Investigación Económica y Social (CIES) de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.
-Clases sociales, pobreza y desigualdad económica en Canarias (1970s - 2000s). Martínez García, José Saturnino; Salvo, Carolina Rocío; González Padilla, Dácil (2017).Revista Atlántida, Nº. 8. Clases sociales, pobreza y desigualdad económica en Canarias (1970s - 2000s)
- Blackstone: El dueño oculto de la economía canaria. Cristóbal García Vera. canarias-semanal.org.
-BlackRock refuerza su posición en AENA y alcanza máximo histórico. Tourinews (2023)
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