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Martes, 01 de Julio de 2025 Tiempo de lectura:

SINDICALISMO, MAFIA Y SIONISMO: UNA ALIANZA QUE LA HISTORIA DE EE.UU. PREFIRIÓ CALLAR

¿Cómo logró convertirse el sindicalismo de EE.UU. en aliado estratégico del sionismo?

¿Qué tienen en común el crimen organizado, el poder sindical y el apoyo al colonialismo israelí? Lejos de ser un accidente histórico, la alianza del sindicalismo estadounidense con el sionismo revela una estructura de poder donde el capital, la burocracia y la corrupción tejieron una red de complicidades. ¿Qué implicaciones tiene esta historia para los movimientos obreros contemporáneos y para la causa palestina?

 

POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

   

      En un artículo publicado por Jeff Schuhrke en la revista Jacobin, titulado "La vergonzosa historia de apoyo del [Img #87254]movimiento obrero estadounidense al sionismo", se revela un aspecto históricamente silenciado relacionado con el sindicalismo norteamericano: su profunda y persistente alianza con el Estado de Israel y el proyecto sionista desde sus orígenes.

 

    De acuerdo a lo expresado por Schuhrke, este apoyo ha sido no solo simbólico, sino material, político y estratégico, contribuyendo activamente a la consolidación del régimen israelí a costa del pueblo palestino.  

 

 

El sionismo obrero y la AFL-CIO

      Esta relación no es reciente ni accidental. Desde principios del siglo XX, dirigentes de la AFL y luego de la AFL-CIO abrazaron el sionismo obrero como una vía para proyectar una imagen de modernización y justicia social en el marco de un proyecto colonial.

    Esta simpatía no surgió como un gesto de solidaridad internacionalista, sino como reflejo de una ideología que sustituía la lucha de clases por el nacionalismo colaboracionista, muy en sintonía con el modelo sindical norteamericano que privilegiaba acuerdos con el capital frente a la confrontación directa.

 

Apoyo estratégico al Estado de Israel

    Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el Estado de Israel pasó a ser considerado un bastión estratégico del imperialismo estadounidense en el Medio Oriente, el vínculo ideológico y material se consolidó aún más. La AFL-CIO no solo apoyó diplomáticamente al nuevo Estado, sino que financió activamente su desarrollo, presionó al Congreso para canalizar ayuda militar y económica, y boicoteó iniciativas críticas con la política israelí.

 

     Esta conducta marcó un contraste evidente con la apatía o la hostilidad que los mismos líderes sindicales demostraron históricamente hacia las luchas del pueblo palestino. 

 

 

La respuesta sindical ante Gaza

     Tras  el reciente genocidio ejecutado Gaza, los sindicatos palestinos hicieron un llamado global urgente a los movimientos obreros del mundo para boicotear la fabricación y transporte de armas hacia Israel. Mientras en numerosos países —desde Bélgica hasta Colombia— varios sindicatos respondieron afirmativamente, en Estados Unidos la respuesta fue desigual y, en muchos casos, reprimida por la propia jerarquía sindical.

 

    Incluso resoluciones de consejos laborales locales en solidaridad con Palestina fueron anuladas por orden directa de la AFL-CIO, bajo el argumento de que contradicen la línea oficial de la federación. 

 

 

   Corrupción estructural y vínculos con el crimen organizado

      Este alineamiento no puede entenderse únicamente desde el plano ideológico o político. Es fundamental considerar también el marco estructural del sindicalismo estadounidense y su connivencia con intereses empresariales y mafiosos.

 

    Durante el siglo XX, especialmente en sectores estratégicos como la construcción, el transporte y los puertos, numerosos sindicatos fueron infiltrados o directamente controlados por el crimen organizado. Esta práctica, conocida como "labor racketeering", implicaba el uso de cargos sindicales para extorsión, corrupción y manipulación de contratos, a menudo en complicidad con mafias como la de los Genovese o los Lucchese. 

 

 

   Teamsters y otros ejemplos de infiltración mafiosa

      Uno de los ejemplos más notorios fue el sindicato Teamsters, liderado por figuras como Jimmy Hoffa, cuyas conexiones con la mafia permitieron el control de contratos millonarios y el desvío de fondos.

 

   También se documentaron casos como el de Attilio Bitondo, vicepresidente de un local de carpinteros en Nueva York vinculado a la familia Genovese, o Vincent Solano en Chicago, ligado al sindicato LIUNA y condenado por actividades mafiosas.

 

    Estas conexiones permitieron a determinadas estructuras sindicales operar como brazos del crimen organizado, lo que debilitó seriamente su capacidad de actuar como sujetos políticos autónomos o éticamente comprometidos.  

 

Complicidad funcional con el colonialismo

      Este contexto ayuda a comprender por qué la AFL-CIO mantuvo y mantiene una relación tan estrecha con el Estado de Israel. Lejos de ser una mera afinidad ideológica, se trata de una alianza funcional entre una cúpula sindical burocratizada, sometida a dinámicas corruptas y criminalizadas, y un proyecto colonial que opera como avanzada estratégica del imperialismo estadounidense en Medio Oriente.

 

   La convergencia entre crimen organizado, intereses del capital y apoyo incondicional al sionismo forma parte de una lógica más amplia de subordinación del sindicalismo norteamericano al poder hegemónico.

 

 

El reformismo progresista y el sionismo obrero

      Incluso sectores progresistas del sindicalismo, como los vinculados al CIO, encontraron en el sionismo obrero una expresión afín a sus ideales reformistas, sin percibir que tales avances sociales se cimentaban sobre la exclusión y opresión sistemática del pueblo palestino.

 

     La falta de una crítica profunda al colonialismo como estructura global compartida, ha limitado la capacidad del movimiento obrero estadounidense para solidarizarse efectivamente con las luchas anticoloniales.

 

 

Una deuda histórica con Palestina

     Esta  historia pone en evidencia una deuda pendiente del sindicalismo de EE.UU.: romper con su complicidad histórica y presente con el colonialismo israelí y asumir un compromiso real con los principios de justicia y autodeterminación.

 

    Si los sindicatos estadounidenses fueron capaces en el pasado de movilizar recursos y voluntad política para apoyar al sionismo, hoy tienen una responsabilidad aún mayor para actuar del lado de los oprimidos, en este caso, del pueblo palestino.

 

 

Interpelación al presente

    El artículo no pretende ser una denuncia, sino también como una interpelación al presente:

¿Puede el sindicalismo estadounidense mantenerse neutral ante el genocidio en curso?

¿Qué significa la solidaridad internacionalista en un contexto donde el silencio equivale a complicidad?

 

 

 FUENTES:

- Jacobin: Jeff Schuhrke: "La vergonzosa historia de apoyo del movimiento obrero estadounidense al sionismo","La vergonzosa historia de apoyo del movimiento obrero estadounidense al sionismo",

 - In These Times, 2023; Electronic Intifada, 2021]

 -  U.S. Department of Justice, Office of the Inspector General]

-  FBI archives; The Washington Post, 1985; Encyclopedia of Organized Crime in the United States]

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