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Lunes, 15 de Diciembre de 2025 Tiempo de lectura:

CHILE DE RODILLAS: LA EXTREMA DERECHA ARRASA EN LAS URNAS Y TOMA EL GOBIERNO

Una mayoría votó a Kast… ¿pero contra quién y contra qué votó realmente? ¿Cómo pudo volver el pinochetismo con votos?

La extraordinaria victoria electoral del ultraderechista José Antonio Kast marca un punto de inflexión en la historia reciente de Chile. Pero más allá del resultado en las urnas, su ascenso revela un retroceso ideológico profundo y la extrema fragilidad de las conquistas democráticas en un país aún fracturado por una enorme desigualdad.

POR BENJAMIN ROJAS PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

 

 

     Chile, ese país que hace medio siglo fue laboratorio de las más ambiciosas utopías de transformación social, acaba de coronar en las urnas a su reverso más oscuro.

 

    José Antonio Kast, un abogado de 59 años que jamás ocultó su admiración por la dictadura militar, ha ganado las elecciones presidenciales con un 58,6% de los votos, superando con amplio margen a la candidata "comunista" Jeannette Jara. Y lo ha hecho sin necesidad de camuflajes: reivindicando la herencia pinochetista, atacando a la diversidad, prometiendo más mano dura y menos derechos.

 

    Su llegada a La Moneda no es solo un cambio de gobierno. Es un cambio de régimen ideológico, un golpe —esta vez a través de las urnas — al frágil equilibrio que mantenía Chile desde el fin formal de la dictadura en 1990.

 

     Pero ¿cómo entender este giro radical en un país que hace apenas unos años marchaba en masa por una nueva Constitución, por salud y educación públicas, por pensiones dignas? ¿Qué ha pasado entre el estallido social de 2019 y el triunfo de Kast en 2025?

 

 

LA VENGANZA DEL ORDEN

    Hay quienes lo explican por la "fatiga" de las reformas, por la “inseguridad” o el “caos” que supuestamente dejó el gobierno de Boric. Pero el problema va más allá del debate superficial entre orden y desorden. Lo que ha ocurrido en Chile es la revancha ideológica de los sectores que siempre vieron con horror cualquier intento de redistribuir poder o riqueza.

 

    Durante los años del llamado “proceso constituyente”, una parte de la élite chilena jugó al progresismo mientras le convenía. Permitió ciertas reformas, aceptó algunos símbolos, se comprometió con una “nueva” Constitución que nunca llegó a tocar el corazón del modelo económico. Pero cuando la calle empezó a poner en cuestión los pilares mismos del sistema —la propiedad privada sin límites, la brutal mercantilización de la vida— la respuesta que dieron fue una sola: represión, criminalización y rearme ideológico de la derecha más dura. Así fue como respondió el "progresismo"

 

   Kast representa esa restauración del orden burgués. Pero no es un fenómeno aislado ni estrictamente chileno. Su victoria se inscribe en una oleada reaccionaria que recorre buena parte del continente y del mundo, y que tiene en común una respuesta conservadora y autoritaria a las crisis múltiples que azotan al capitalismo.

 

 

UNA DERROTA DEL PROGRESISMO… ¿O DE LA IZQUIERDA?

     Sería un error pensar que la derrota de Jeannette Jara es solo el fracaso de una campaña. Es, más bien, la consecuencia lógica de un proceso de institucionalización y desmovilización de las fuerzas sociales que protagonizaron la revuelta de 2019. Aquel estallido no pedía ministros jóvenes ni promesas de reformas suaves: exigía un cambio profundo en la forma de vivir, producir, decidir.

 

     Sin embargo, lo que vino después fue un largo proceso de negociación política, donde el protagonismo pasó de las calles a los salones del Congreso. La energía transformadora del pueblo chileno fue encauzada —y finalmente neutralizada— en una transición que dejó intactos los resortes de poder real. El Estado no es un árbitro neutral: es una herramienta de claseY cuando esa herramienta no sirve para garantizar la reproducción del sistema, la clase dominante no duda en cambiar de operadores. Así, la frustración generada por el incumplimiento de las expectativas fue canalizada hacia una opción reaccionaria que ofrecía certezas autoritarias en lugar de promesas incumplidas.

 

 

CHILE Y EL FANTASMA DE LA ALIENACIÓN

     Lo que estamos viendo hoy en Chile es también una forma aguda de alienación social. En términos muy simples: millones de personas votaron contra sus propios intereses materiales, creyendo que lo hacían por su “seguridad” o su “libertad”. El discurso de Kast funcionó porque logró transformar las causas de la crisis —el neoliberalismo, la desigualdad, la concentración del poder económico— en simples consecuencias de un “desorden” provocado por minorías agitadoras, feministas, indígenas o migrantes.

 

    Este tipo de inversión ideológica es perfectamente comprensible: cuando las relaciones sociales de producción se disfrazan como relaciones “naturales” o “morales”, la conciencia queda atrapada en una visión distorsionada del mundo. No hay mayor triunfo ideológico que convencer a las víctimas de que el problema son otros pobres.

 

 

¿QUÉ SIGUE PARA CHILE?

     Ahora que la extrema derecha ha alcanzado por primera vez la presidencia desde el retorno a la democracia, el escenario se presenta profundamente incierto. Kast no ha ocultado sus intenciones: desmantelar derechos laborales, reforzar el modelo extractivista, criminalizar la protesta y revisar los logros en derechos humanos. El pinochetismo no vuelve: simplemente se ha quitado la careta.

 

   La pregunta clave no es qué hará Kast, sino qué harán los sectores populares. ¿Se replegarán nuevamente, como en los 90? ¿O entenderán, como tantas veces en la historia latinoamericana, que las conquistas solo se defienden con organización, conciencia de clase y lucha social?

 

     Chile ha conocido dictaduras y ha conocido rebeliones. No es un país ajeno a los vaivenes de la historia. Pero si algo enseña este nuevo capítulo es que no hay garantías: los derechos no se heredan, se conquistan una y otra vez.

 

 
 
 
 
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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Lunes, 15 de Diciembre de 2025 a las 09:04:37 horas

    El mundo es de quien es, por tanto sus herramientas( instituciones) es también de quien es. Los dueños del mundo no pueden estar sin sus herramientas que les protege. SOCIALISMO O BARBARIE!

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Lunes, 15 de Diciembre de 2025 a las 09:04:07 horas

    Claro a quienes van a votar las masas unas tontas y otras hartas. La izquierda le pone al alcance de la derecha todito. Ésta es una burguesa estúpida pegada al culo del internacionalismo capitalista, el Boric otro tanto. Que coño quieren????

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