ESPAÑA: EL GOBIERNO MÁS MILITARISTA DESDE LA "TRANSICIÓN"
Más de 93.000 millones de euros para el militarismo han pasado a lo largo de este año por las sesiones del Consejo de Ministros sin que nadie levante un dedo
El Consejo de Ministros ha disparado el gasto militar en 2025 hasta cifras históricas, comprometiendo más de 93.000 millones de euros en rearmamento y programas plurianuales. Bajo un silencio institucional cómplice, el Gobierno más militarista desde la Transición continúa hipotecando el futuro del país al servicio de la industria bélica y los intereses geoestratégicos de la OTAN. Frente a esta opacidad, el Grupo Antimilitarista Tortuga desvela, documenta y denuncia este militarismo institucionalizado que avanza a paso firme por toda Europa.
GRUPO ANTIMILITARISTA TORTUGA / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Acabamos noviembre con una cifra inaudita del gasto militar que ha pasado por la mesa del Consejo de Ministros para su autorización, aprobación o compromiso de gasto asumido.
Nada menos que 93.580,6 millones de euros que, como quien dice, pueden pasar tan desapercibidos como un elefante en mitad de una habitación, lo que quiere decir que, salvo prueba en contrario, los ministros del gobierno no tienen excusa ni pretexto en su colaboracionismo miserable con el militarismo que se está construyendo a pasos agigantados en toda Europa.
Entre los meses de mayor ardor aprobatorio por parte del militante Consejo de Ministros militarista, pues otro nombre mejor no se nos ocurre, figuran junio y julio (con el gran protagonismo de Hacienda y de la autorización de nuevos programas de armas en estos) y octubre y noviembre, donde tomó el relevo defensa e industria con la financiación de gran parte de lo autorizado antes.

El cuadro refleja un inventario bruto de acuerdos que han pasado por la mesa del Consejo de Ministros y, para quien lo quiera desgranar sesión a sesión, puede pedirnos el cuadro, (muy extenso, por cierto) que se lo proporcionaremos «en tiempo real».
Pero para salvar equívocos, no es un cuadro del gasto a ejecutar en 2025, ni tampoco un cuadro «limpio» del gasto militar a futuro, sino que contiene una mezcla de techo plurianual, más refinanciaciones y reprogramaciones de gasto anteriormente asumido, más gasto duplicado (es decir, aprobado en una primera fase por Hacienda, pongo por caso, y luego dispuesto por Defensa o por Industria o por otro cualquiera de los ministerios colaboracionistas).
Conviene hacerle un seguimiento (y ojalá alguien más se anime a hacerlo porque estoy un poco cansado del tema) por dos razones básicamente: una, porque las otras fuentes «oficiales» del gasto ejecutado no cuadran entre sí y se «despista» por el camino gasto militar. Y dos, porque demuestra la militancia galopante del militarismo gubernamental, ya sea de este gobierno ya en fase de pato cojo o del que venga después, que seguirá probablemente la misma senda, si es que no la empeora.
Como alguna gente me pide que explique el gasto de 2025 y el que mandan, de una patada a seguir, hacia el futuro y hacia los compromisos que nos atan al militarismo y que hipotecan nuestras vidas y las de las generaciones futuras, voy a intentar, repasando los datos de la IGAE, de la AIREF, de Hacienda y del seguimiento de las ejecuciones de contratos púbicos, del BOE, de los acuerdos del propio Consejo de Ministros y de otras fuentes oficiales y oficiosas una especie de reflejo de lo que se han atizado en los once meses que llevamos de 2025 y de lo que han mandado al futuro, cuando estos pájaros no estén y manden los mismos perros pero con distintos collares.
Ello ha exigido una depuración del cuadro «en bruto» que he venido ofreciendo semana a semana.
LO QUE SE ATIZAN EN 2025
Empecemos por el gasto que, según mis cálculos, irá a parar a las cuentas de 2025. Aunque lo aprobado es equívoco y aparecen descuadres entre unas cuentas oficiales y otras, puedo decir que en 2025 estamos hablando de un gasto aprobado y comprometido de más de 40.000 millones de euros.
Es un gasto que ya se encuentra por encima del 2% PIB prometido para congraciarse con el torpedo americano (aunque es un símil bélico, no me refiero a un artefacto, sino a ese señor de carácter voluble y facha patética que sale de vez en cuando en la tele amenazando urbi et orbi a quienes no le dejan hacer América grande otra vez).
Que nuestros chapuceros gestores militares tengan o no la capacidad de ejecutar este pastuzal en un año es harina de otro costal. Yo me la jugaría a que no, a tenor del grado de ejecución real del presupuesto que llevan hasta la fecha.
Hechas las oportunas depuraciones, resulta que el cuadro general de gasto ya en ejecución, valiéndonos de los cuadros de IGAE y las previsiones de la AIREF. para 2025, sería como sigue:

Aquí estamos contemplando básicamente lo que Defensa ha autorizado o ejecutado en 2025 por una parte en su propio presupuesto (incluyendo por ello todos sus programas), con lo que se ha aprobado por el Consejo de ministros como gasto militar extraordinario, pero no estamos incluyendo las partidas que se han reconocido desde otros ministerios o que ya formaban parte del presupuesto de estos otros ministerios opacos.
La gran diferencia global con los 93,583,95 millones que han pasado por el Consejo de Ministros se debe principalmente a que, en los meses de junio, julio, octubre y noviembre, se concentran los grandes paquetes plurianuales (nuevos programas, artillería, helicópteros, etc.) que no van destinados a su ejecución en 2025 y a que hemos eliminado algunas duplicidades Hacienda/Industria/Defensa.
Al gasto depurado debemos sumar ahora otras partidas autorizadas por el Consejo de Ministros y que no han ido a parar al gasto de 2025 de defensa o de Industria, por importe de 3.227 millones de euros más, con el siguiente desglose:

Nos encontramos ya en un escenario de 30.179 millones de euros en números redondos que estimamos como gasto autorizado en Defensa.

Esto nos ofrece un cuadro de gasto aproximado que se ha autorizado hasta noviembre por gasto militar de 2025 de al menos 44.276,19 millones de euros, sin contar con el gasto comprometido con cargo al presente presupuesto aún no incorporado a las tablas.

No es exagerado pensar que liquidaremos 2025 alrededor de los 55.000 millones de euros, si no más, antes de contabilizar las imputaciones de deuda pública que nuestro gasto militar arrastra.
Para ello tenemos que considerar que Sánchez el Gobierno durante 2025 tiene previsto llegar al 2,1% PIB en gasto directo del ministerio de Defensa y programas de armamento, de los que hasta el momento no se ha contabilizado el total, y que al gasto ordinario de defensa para el mes de diciembre hay que sumar el que igualmente se producirá en las clases pasivas militares por el mes de diciembre, el de la Guardia Civil y el resto (dos de las partidas que incorporan una alta cantidad todavía por gastar en pago de salarios y/o prestaciones) y aproximadamente un 10% del gasto presupuestado y no ejecutado en los ministerios y capítulos donde se disfraza el gasto militar español.
EJECUCIÓN DEL PLAN REARME
Los principales programas del Plan Rearme que anunció Sánchez al principio del año se han aprobado ya de forma casi integral e, incluso, se ha superado la cifra inicialmente prometida:

El estado de ejecución de estos programas no alcanza ni siquiera el 50% del total, poniendo en duda las capacidades de gestión del Ministerio de Defensa español.
¿Dónde va a parar el resto del gasto que ha pasado por el Consejo de Ministros?
Ya tenemos localizados casi 11.000 millones de euros del gasto que ha pasado para su autorización por las sesiones del Consejo de ministros: se han autorizado (o se van a autorizar) en 2025 el Plan Rearme, tal como anunció Sánchez.
También hemos localizado más de 3.100 millones de euros que han ido a otros presupuestos, fundamentalmente al fondo de contingencia y a ciberseguridad pagada por Transformación Digital, que se computarán fuera del presupuesto de Defensa o de industria.
Nos queda perseguir el volumen bruto de unos 65.000 millones «de más» que han pasado por las sesiones del Consejo de Ministros. ¿Qué sabemos de ellos?
Hay una suma duplicada, que ha pasado por diversas fases de aprobación 7 autorización final, referida a los programas
- Del Satélite Paz
- De Munición 5,56 mm
- De Munición 9 x 19 mm:
- De la Enmienda F 18 / asientos eyectables
Estas cantidades restan a los 65.141, 66 millones de euros la cantidad de 2.196 millones de euros más.
A ellas hay que sumar partidas que han sido aprobadas por Hacienda, pasando luego a materializarse ya sea para créditos de Industria o compromisos de gasto de Defensa, por un importe de 17.437 millones de euros.

La patada hacia adelante que el gobierno más militarista desde la transición ha dado al gasto militar mediante compromisos de pago de carácter plurianual asumidos durante 2025 y que se pagarán en otros ejercicios es de 45.508,66 millones de euros, algo similar al rescate de la banca del 2008 una vez descontadas las recuperaciones y ventas de dicho rescate.
Una señal de esta brutal hipoteca que el gobierno nos ha endosado se encuentra en las cantidades comprometidas y retenidas para pagos plurianuales del Ministerio de Defensa que vienen contemplados en el avance de la liquidación de gasto emitida por la IGAE y referida a octubre de 2025, con un importe retenido de 59.833,55 millones de euros, un gasto autorizado (es decir, ya listo para pagar) de 33.310.19 y un gasto comprometido (aun no listo para pagar) de otros 33.183.66 millones de euros.
EL BRUTAL REARME
Acudo ahora a otra fuente, el desglose interno que maneja el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa (prevé un gasto para 2025 de 10.471 millones de euros).
Según este documento las previsiones de rearme a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual, una hipoteca para el futuro.

Según este documento las previsiones de rearme a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual, una hipoteca para el futuro.
Para reunir este dineral no sólo se acude a pagos por parte de defensa con cargo a los presupuestos anuales de defensa y a medida que las armas se van entregando, sino que, además, Industria adelanta mediante créditos a interés cero las cantidades de «prefinanciación» que las principales industrias involucradas (EADS y Navantia e INDRA principalmente) acapararán en este ciclo de rearme.
Se deben hacer dos advertencias sobre la cantidad prevista:
- La primera, que desde las previsiones iniciales hasta el gasto final de los sistemas de armas.
Según el informe del Tribunal de Cuentas que analiza diversos programas de armas, existe un desvío medio de entre el 35-40 % de sobrecostes en los programas de armas españoles, con programas de autos sobrecostes ( Eurofighter y Leopard con incrementos muy abultados de más del 45%), otros con un sobrecoste medio de más del 35% (NH-90 o Helicóptero Tigre) y unos terceros con sobrecostes más bajos, como las fragatas F100 y los BAM con menos del 10%).
Caso paradigmático es el submarino «made in Spain» que ya alcanza un sobrecoste de más del 85%, sin contar con las necesarias adaptaciones del muelle de Cartagena para poder fabricarlo (una vez se vio necesario ampliar su eslora para que no se hundiera de forma irreversible), con los sistemas de torpedos que no se han contabilizado y con que el plan preveía tres y de momento se ha entregado solo el primero.
- La segunda, que el hecho de que se les entreguen cantidades de crédito a interés cero (que se supone que devolverán cuando se entregan las armas años después) no implica un ahorro, sino, al contrario, una pérdida económica por partida doble:
A) en primer lugar, porque si el tiempo de devolución de estos créditos es, por ejemplo, de 10 años, el coste implícito para el Estado (diferencia entre el coste del dinero con el que el Estado adquiere deuda y el coste cero de los costes de prefinanciación (Coste0), será el coste al que el Estado compra deuda por el mismo importe que concede los créditos a interés cero todo ello prolongado por el número de años en que las operaciones permanecen.
Supone un coste de oportunidad para el Estado que podemos calcular con la fórmula CO =P x i x (T+1)/2, donde CO= a coste de oportunidad, P = préstamo concedido, i= tipo de interés medio de la deuda pública y T= tiempo de devolución.
Para poner un ejemplo práctico, 10.000 millones de euros en préstamos a interés cero para entregar armas dentro de diez años, a un tipo medio del 3% (tipo de deuda pública asumida por el Estado), supone un coste que paga el Estado (o una subvención encubierta a la industria militar si se quiere) de 150 millones al año o, si se quiere, de 1.500 millones de euros al final del ciclo.
B) Pero, en segundo lugar, es que los créditos a interés cero que industria ofrece a la industria no regresan pura y llanamente a industria, lo que supondría una cierta recuperación pasado el ciclo de rearme, sino que, según son devueltos, industria vuelve a emitir créditos a interés cero, con lo que vuelven al circuito de la deuda y a las manos de la industria militar, con lo que en realidad no son devueltos en los términos normales nunca.
Podríamos hasta encontrar una tercera implicación: en este caso relacionada con el verdadero coste de oportunidad del gasto militar, porque el dinero empleado por el Estado para estos créditos militares deja de pedirse para la construcción de bienes útiles.
En este caso, el problema no es la deuda, sino el destino perverso de ésta.
DEUDA MILITAR
El peso de defensa sobre el total del gasto no financiero del Estado supone algo más del 5% de éste.
Una modalidad simple y prudente de cálculo del peso del gasto militar en la deuda sería aplicar el porcentaje de 5% sobre el 1,7 billón de euros de deuda pública acumulada, lo que supone que al menos 87,417 millones de euros de la deuda pública que arrastra España se deben al gasto militar español.
Por otra parte, en una estimación ajustada, si estimamos que el gasto militar español supera el 4% PIB y que el gasto público español alcanza aproximadamente el 44% del PIB, podríamos considerar que el gasto militar supone un 11,3% de la deuda pública contraída por España implica 197.563,18 millones de euros.
La cantidad puede ser superior si además aplicamos el impacto de los programas de armamentos.
Vamos a quedarnos con el 11,4 % para aplicarlo sobre la cantidad que según la IGAE España pagará de deuda en 2026 de no aprobarse nuevos presupuestos.
Además, hay que tener en cuenta los compromisos plurianuales de defensa, los más altos de todos los compromisos plurianuales que mantiene el Estado, según el siguiente cuadro de la IGAE referido a octubre de 2025.

En este caso estaríamos hablando de unas cantidades estimadas de deuda a abonar imputable a defensa que proponemos según los siguientes cuadros:

-
-
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-
-
- ¿Qué nos espera para 2026?
Vamos a hacer unas previsiones. Adelantamos que, dado que el gobierno ha perdido la votación en el parlamento sobre el techo de gasto y que no habrá presupuestos nuevos, tendremos que valernos de previsiones y suposiciones para calcular el gasto militar de 2026.
En breve presentaremos, como otros años, el informe que anualmente realizamos el Grup Antimilitarista Tortuga y un servidor en el que intentaremos afinar más.
No obstante, podemos adelantar tres escenarios futuros, según cual sea nuestro nivel de optimismo/pesimismo:

Hay quien nos dice que exageramos y que el gasto aprobado no alcanzará el 2% PIB, menos aún el ejecutado.
No lo parece, a la luz de estos datos y tampoco parece que sea la expectativa de la OTAN, que ya reconoce el alineamiento de España con el rearme comprometido por Occidente en su loca carrera de dominación, violencia y fomento del militarismo.
GRUPO ANTIMILITARISTA TORTUGA / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Acabamos noviembre con una cifra inaudita del gasto militar que ha pasado por la mesa del Consejo de Ministros para su autorización, aprobación o compromiso de gasto asumido.
Nada menos que 93.580,6 millones de euros que, como quien dice, pueden pasar tan desapercibidos como un elefante en mitad de una habitación, lo que quiere decir que, salvo prueba en contrario, los ministros del gobierno no tienen excusa ni pretexto en su colaboracionismo miserable con el militarismo que se está construyendo a pasos agigantados en toda Europa.
Entre los meses de mayor ardor aprobatorio por parte del militante Consejo de Ministros militarista, pues otro nombre mejor no se nos ocurre, figuran junio y julio (con el gran protagonismo de Hacienda y de la autorización de nuevos programas de armas en estos) y octubre y noviembre, donde tomó el relevo defensa e industria con la financiación de gran parte de lo autorizado antes.

El cuadro refleja un inventario bruto de acuerdos que han pasado por la mesa del Consejo de Ministros y, para quien lo quiera desgranar sesión a sesión, puede pedirnos el cuadro, (muy extenso, por cierto) que se lo proporcionaremos «en tiempo real».
Pero para salvar equívocos, no es un cuadro del gasto a ejecutar en 2025, ni tampoco un cuadro «limpio» del gasto militar a futuro, sino que contiene una mezcla de techo plurianual, más refinanciaciones y reprogramaciones de gasto anteriormente asumido, más gasto duplicado (es decir, aprobado en una primera fase por Hacienda, pongo por caso, y luego dispuesto por Defensa o por Industria o por otro cualquiera de los ministerios colaboracionistas).
Conviene hacerle un seguimiento (y ojalá alguien más se anime a hacerlo porque estoy un poco cansado del tema) por dos razones básicamente: una, porque las otras fuentes «oficiales» del gasto ejecutado no cuadran entre sí y se «despista» por el camino gasto militar. Y dos, porque demuestra la militancia galopante del militarismo gubernamental, ya sea de este gobierno ya en fase de pato cojo o del que venga después, que seguirá probablemente la misma senda, si es que no la empeora.
Como alguna gente me pide que explique el gasto de 2025 y el que mandan, de una patada a seguir, hacia el futuro y hacia los compromisos que nos atan al militarismo y que hipotecan nuestras vidas y las de las generaciones futuras, voy a intentar, repasando los datos de la IGAE, de la AIREF, de Hacienda y del seguimiento de las ejecuciones de contratos púbicos, del BOE, de los acuerdos del propio Consejo de Ministros y de otras fuentes oficiales y oficiosas una especie de reflejo de lo que se han atizado en los once meses que llevamos de 2025 y de lo que han mandado al futuro, cuando estos pájaros no estén y manden los mismos perros pero con distintos collares.
Ello ha exigido una depuración del cuadro «en bruto» que he venido ofreciendo semana a semana.
LO QUE SE ATIZAN EN 2025
Empecemos por el gasto que, según mis cálculos, irá a parar a las cuentas de 2025. Aunque lo aprobado es equívoco y aparecen descuadres entre unas cuentas oficiales y otras, puedo decir que en 2025 estamos hablando de un gasto aprobado y comprometido de más de 40.000 millones de euros.
Es un gasto que ya se encuentra por encima del 2% PIB prometido para congraciarse con el torpedo americano (aunque es un símil bélico, no me refiero a un artefacto, sino a ese señor de carácter voluble y facha patética que sale de vez en cuando en la tele amenazando urbi et orbi a quienes no le dejan hacer América grande otra vez).
Que nuestros chapuceros gestores militares tengan o no la capacidad de ejecutar este pastuzal en un año es harina de otro costal. Yo me la jugaría a que no, a tenor del grado de ejecución real del presupuesto que llevan hasta la fecha.
Hechas las oportunas depuraciones, resulta que el cuadro general de gasto ya en ejecución, valiéndonos de los cuadros de IGAE y las previsiones de la AIREF. para 2025, sería como sigue:

Aquí estamos contemplando básicamente lo que Defensa ha autorizado o ejecutado en 2025 por una parte en su propio presupuesto (incluyendo por ello todos sus programas), con lo que se ha aprobado por el Consejo de ministros como gasto militar extraordinario, pero no estamos incluyendo las partidas que se han reconocido desde otros ministerios o que ya formaban parte del presupuesto de estos otros ministerios opacos.
La gran diferencia global con los 93,583,95 millones que han pasado por el Consejo de Ministros se debe principalmente a que, en los meses de junio, julio, octubre y noviembre, se concentran los grandes paquetes plurianuales (nuevos programas, artillería, helicópteros, etc.) que no van destinados a su ejecución en 2025 y a que hemos eliminado algunas duplicidades Hacienda/Industria/Defensa.
Al gasto depurado debemos sumar ahora otras partidas autorizadas por el Consejo de Ministros y que no han ido a parar al gasto de 2025 de defensa o de Industria, por importe de 3.227 millones de euros más, con el siguiente desglose:

Nos encontramos ya en un escenario de 30.179 millones de euros en números redondos que estimamos como gasto autorizado en Defensa.

Esto nos ofrece un cuadro de gasto aproximado que se ha autorizado hasta noviembre por gasto militar de 2025 de al menos 44.276,19 millones de euros, sin contar con el gasto comprometido con cargo al presente presupuesto aún no incorporado a las tablas.

No es exagerado pensar que liquidaremos 2025 alrededor de los 55.000 millones de euros, si no más, antes de contabilizar las imputaciones de deuda pública que nuestro gasto militar arrastra.
Para ello tenemos que considerar que Sánchez el Gobierno durante 2025 tiene previsto llegar al 2,1% PIB en gasto directo del ministerio de Defensa y programas de armamento, de los que hasta el momento no se ha contabilizado el total, y que al gasto ordinario de defensa para el mes de diciembre hay que sumar el que igualmente se producirá en las clases pasivas militares por el mes de diciembre, el de la Guardia Civil y el resto (dos de las partidas que incorporan una alta cantidad todavía por gastar en pago de salarios y/o prestaciones) y aproximadamente un 10% del gasto presupuestado y no ejecutado en los ministerios y capítulos donde se disfraza el gasto militar español.
EJECUCIÓN DEL PLAN REARME
Los principales programas del Plan Rearme que anunció Sánchez al principio del año se han aprobado ya de forma casi integral e, incluso, se ha superado la cifra inicialmente prometida:

El estado de ejecución de estos programas no alcanza ni siquiera el 50% del total, poniendo en duda las capacidades de gestión del Ministerio de Defensa español.
¿Dónde va a parar el resto del gasto que ha pasado por el Consejo de Ministros?
Ya tenemos localizados casi 11.000 millones de euros del gasto que ha pasado para su autorización por las sesiones del Consejo de ministros: se han autorizado (o se van a autorizar) en 2025 el Plan Rearme, tal como anunció Sánchez.
También hemos localizado más de 3.100 millones de euros que han ido a otros presupuestos, fundamentalmente al fondo de contingencia y a ciberseguridad pagada por Transformación Digital, que se computarán fuera del presupuesto de Defensa o de industria.
Nos queda perseguir el volumen bruto de unos 65.000 millones «de más» que han pasado por las sesiones del Consejo de Ministros. ¿Qué sabemos de ellos?
Hay una suma duplicada, que ha pasado por diversas fases de aprobación 7 autorización final, referida a los programas
- Del Satélite Paz
- De Munición 5,56 mm
- De Munición 9 x 19 mm:
- De la Enmienda F 18 / asientos eyectables
Estas cantidades restan a los 65.141, 66 millones de euros la cantidad de 2.196 millones de euros más.
A ellas hay que sumar partidas que han sido aprobadas por Hacienda, pasando luego a materializarse ya sea para créditos de Industria o compromisos de gasto de Defensa, por un importe de 17.437 millones de euros.

La patada hacia adelante que el gobierno más militarista desde la transición ha dado al gasto militar mediante compromisos de pago de carácter plurianual asumidos durante 2025 y que se pagarán en otros ejercicios es de 45.508,66 millones de euros, algo similar al rescate de la banca del 2008 una vez descontadas las recuperaciones y ventas de dicho rescate.
Una señal de esta brutal hipoteca que el gobierno nos ha endosado se encuentra en las cantidades comprometidas y retenidas para pagos plurianuales del Ministerio de Defensa que vienen contemplados en el avance de la liquidación de gasto emitida por la IGAE y referida a octubre de 2025, con un importe retenido de 59.833,55 millones de euros, un gasto autorizado (es decir, ya listo para pagar) de 33.310.19 y un gasto comprometido (aun no listo para pagar) de otros 33.183.66 millones de euros.
EL BRUTAL REARME
Acudo ahora a otra fuente, el desglose interno que maneja el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa (prevé un gasto para 2025 de 10.471 millones de euros).
Según este documento las previsiones de rearme a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual, una hipoteca para el futuro.

Según este documento las previsiones de rearme a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual, una hipoteca para el futuro.
Para reunir este dineral no sólo se acude a pagos por parte de defensa con cargo a los presupuestos anuales de defensa y a medida que las armas se van entregando, sino que, además, Industria adelanta mediante créditos a interés cero las cantidades de «prefinanciación» que las principales industrias involucradas (EADS y Navantia e INDRA principalmente) acapararán en este ciclo de rearme.
Se deben hacer dos advertencias sobre la cantidad prevista:
- La primera, que desde las previsiones iniciales hasta el gasto final de los sistemas de armas.
Según el informe del Tribunal de Cuentas que analiza diversos programas de armas, existe un desvío medio de entre el 35-40 % de sobrecostes en los programas de armas españoles, con programas de autos sobrecostes ( Eurofighter y Leopard con incrementos muy abultados de más del 45%), otros con un sobrecoste medio de más del 35% (NH-90 o Helicóptero Tigre) y unos terceros con sobrecostes más bajos, como las fragatas F100 y los BAM con menos del 10%).
Caso paradigmático es el submarino «made in Spain» que ya alcanza un sobrecoste de más del 85%, sin contar con las necesarias adaptaciones del muelle de Cartagena para poder fabricarlo (una vez se vio necesario ampliar su eslora para que no se hundiera de forma irreversible), con los sistemas de torpedos que no se han contabilizado y con que el plan preveía tres y de momento se ha entregado solo el primero.
- La segunda, que el hecho de que se les entreguen cantidades de crédito a interés cero (que se supone que devolverán cuando se entregan las armas años después) no implica un ahorro, sino, al contrario, una pérdida económica por partida doble:
A) en primer lugar, porque si el tiempo de devolución de estos créditos es, por ejemplo, de 10 años, el coste implícito para el Estado (diferencia entre el coste del dinero con el que el Estado adquiere deuda y el coste cero de los costes de prefinanciación (Coste0), será el coste al que el Estado compra deuda por el mismo importe que concede los créditos a interés cero todo ello prolongado por el número de años en que las operaciones permanecen.
Supone un coste de oportunidad para el Estado que podemos calcular con la fórmula CO =P x i x (T+1)/2, donde CO= a coste de oportunidad, P = préstamo concedido, i= tipo de interés medio de la deuda pública y T= tiempo de devolución.
Para poner un ejemplo práctico, 10.000 millones de euros en préstamos a interés cero para entregar armas dentro de diez años, a un tipo medio del 3% (tipo de deuda pública asumida por el Estado), supone un coste que paga el Estado (o una subvención encubierta a la industria militar si se quiere) de 150 millones al año o, si se quiere, de 1.500 millones de euros al final del ciclo.
B) Pero, en segundo lugar, es que los créditos a interés cero que industria ofrece a la industria no regresan pura y llanamente a industria, lo que supondría una cierta recuperación pasado el ciclo de rearme, sino que, según son devueltos, industria vuelve a emitir créditos a interés cero, con lo que vuelven al circuito de la deuda y a las manos de la industria militar, con lo que en realidad no son devueltos en los términos normales nunca.
Podríamos hasta encontrar una tercera implicación: en este caso relacionada con el verdadero coste de oportunidad del gasto militar, porque el dinero empleado por el Estado para estos créditos militares deja de pedirse para la construcción de bienes útiles.
En este caso, el problema no es la deuda, sino el destino perverso de ésta.
DEUDA MILITAR
El peso de defensa sobre el total del gasto no financiero del Estado supone algo más del 5% de éste.
Una modalidad simple y prudente de cálculo del peso del gasto militar en la deuda sería aplicar el porcentaje de 5% sobre el 1,7 billón de euros de deuda pública acumulada, lo que supone que al menos 87,417 millones de euros de la deuda pública que arrastra España se deben al gasto militar español.
Por otra parte, en una estimación ajustada, si estimamos que el gasto militar español supera el 4% PIB y que el gasto público español alcanza aproximadamente el 44% del PIB, podríamos considerar que el gasto militar supone un 11,3% de la deuda pública contraída por España implica 197.563,18 millones de euros.
La cantidad puede ser superior si además aplicamos el impacto de los programas de armamentos.
Vamos a quedarnos con el 11,4 % para aplicarlo sobre la cantidad que según la IGAE España pagará de deuda en 2026 de no aprobarse nuevos presupuestos.
Además, hay que tener en cuenta los compromisos plurianuales de defensa, los más altos de todos los compromisos plurianuales que mantiene el Estado, según el siguiente cuadro de la IGAE referido a octubre de 2025.

En este caso estaríamos hablando de unas cantidades estimadas de deuda a abonar imputable a defensa que proponemos según los siguientes cuadros:

- ¿Qué nos espera para 2026?
Vamos a hacer unas previsiones. Adelantamos que, dado que el gobierno ha perdido la votación en el parlamento sobre el techo de gasto y que no habrá presupuestos nuevos, tendremos que valernos de previsiones y suposiciones para calcular el gasto militar de 2026.
En breve presentaremos, como otros años, el informe que anualmente realizamos el Grup Antimilitarista Tortuga y un servidor en el que intentaremos afinar más.
No obstante, podemos adelantar tres escenarios futuros, según cual sea nuestro nivel de optimismo/pesimismo:

Hay quien nos dice que exageramos y que el gasto aprobado no alcanzará el 2% PIB, menos aún el ejecutado.
No lo parece, a la luz de estos datos y tampoco parece que sea la expectativa de la OTAN, que ya reconoce el alineamiento de España con el rearme comprometido por Occidente en su loca carrera de dominación, violencia y fomento del militarismo.































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