UNA RESIDENTE EN GRAN CANARIA ENTRE LOS DETENIDOS POR ISRAEL EN LA FLOTILLA RUMBO A GAZA (VÍDEO)
“Exijo a mi Gobierno que actúe”: la denuncia de la activista encarcelada por el Estado de Israel
La artista y activista Bianca Milacic, residente en Gran Canaria desde 2018, ha sido detenida por el ejército israelí mientras participaba en la flotilla humanitaria que intentaba romper el bloqueo sobre Gaza. Antes del abordaje, Milacic grabó un vídeo preventivo en el que denunciaba su posible detención y exigía al Gobierno español su liberación y el cese de la complicidad con el genocidio en Palestina.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En la madrugada de este 2 de octubre, fuerzas navales israelíes interceptaban en aguas internacionales varias embarcaciones de la Global Sumud Flotilla, la misión humanitaria lanzada con el objetivo de romper el bloqueo impuesto sobre la Franja de Gaza. Entre los detenidos figuran activistas de múltiples países, entre ellos una residente en Gran Canaria —Bianca Milacic—, que ha hecho un llamamiento urgente al Gobierno español para que exija su liberación y actúe con firmeza.
¿Qué es la Global Sumud Flotilla y cuáles son sus objetivos?
La Global Sumud Flotilla (GSF) es una iniciativa marítima internacional de organizaciones sociales lanzada en 2025 con el propósito de desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel sobre Gaza, así como de entregar ayuda humanitaria directa al enclave.
El término Sumud proviene del árabe y significa “resistencia” o “perseverancia”, en alusión al carácter simbólico de la misión: ponerse frente al bloqueo no solo con barcos cargados de suministros básicos (alimentos, medicinas, materiales sanitarios), sino como acto de denuncia política.
La flotilla cuenta con decenas de embarcaciones (más de 44 según algunas fuentes) y cerca de 500 activistas provenientes de más de 40 países. Partió el 31 de agosto desde Barcelona, junto con otras salidas desde puertos europeos y del norte de África— y se organizó también con rutas de convergencia desde Túnez, Grecia o Italia.
Durante su travesía por el Mediterráneo, la flotilla denunció diversas agresiones y sabotajes: drones no identificados, aproximaciones de barcos sospechosos, interferencias en comunicaciones y acciones de hostigamiento. En particular, varios barcos aseguraron haber sido circundados o sobrevolados por drones israelíes.
Al aproximarse a la costa de Gaza, el plan era que la flotilla rompiera el cerco naval israelí y entregara suministros esenciales directamente, sin depender de canales oficiales que los críticos denuncian como demasiado controlados por las partes implicadas.
Israel ha justificado su intervención argumentando que "impide la navegación hacia zonas de conflicto activo y protegiendo su frontera marítima", aunque activistas y expertos han cuestionado la legalidad de interceptar barcos civiles en aguas internacionales sin una resolución clara de organismos internacionales.
Bianca Milacic: la activista residente en Gran Canaria entre los detenidos
Una de las personas detenidas durante el abordaje es Bianca Milacic, nacia en Gales en 1989 residente en Gran Canaria desde 2018 y reconocida localmente por su obra artística. Milacic participó voluntariamente de la flotilla desde su salida en Barcelona el 31 de agosto.
Bianca Milacic difundió un vídeo pregrabado durante la travesía, en el que denunció su situación tras haber sido abordada en aguas internacionales por fuerzas israelíes. En ese mensaje, dijo:
“Hola, mi nombre es Bianca Milacic. Y si estáis viendo esto es porque he sido secuestrada por las fuerzas de ocupación israelíes. Exijo a mi Gobierno que exija mi libertad y pare el genocidio”.
El vídeo fue publicado en Instagram en versiones español e inglés, y se convirtió en una llamada de urgencia ante la comunidad internacional.
Durante la travesía, Milacic también había compartido publicaciones en las que narraba el hostigamiento que estaba sufriendo la flotilla: movimientos intensos de drones, proximidad de embarcaciones sospechosas e interferencias en las comunicaciones. “Anoche tuvimos mucho movimiento de dron, algún barco no identificado se acercó a la flotilla… Seguimos intentando romper este bloqueo ilegal. Cualquier intento de pararnos es ilegal”, decía uno de esos mensajes horas antes del abordaje.
Milacic también invitaba a los ciudadanos a “mantener los ojos en Gaza” y “salir a las calles” como forma de presión política, antes de ser interceptada. Wikipedia+3es.rollingstone.com+3La Vanguardia+3
Su denuncia al Gobierno español es clara: exige que actúe con contundencia para conseguir su liberación, poner fin al bloqueo y manifestarse de forma visible contra lo que ella y muchos activistas califican de genocidio en Gaza.
Una denuncia compartida: solidaridad, exigencia de responsabilidad política y frustración con la acción gubernamental
Al igual que Milacic, en España y en múltiples países europeos, los activistas pro‑Palestina, ONG de derechos humanos y movimientos de base han criticado a sus gobiernos por adoptar posturas simbólicas o dictadas por la diplomacia, sin medidas reales de presión frente a Israel.
Poco antes del abordaje, España e Italia anunciaron el envío de buques militares para “proteger” la flotilla, una medida que para muchos observadores resultó simbólica y paradójica: esos buques, como el BAM Furor enviado por España, debían mantenerse alejados del fulcro del conflicto y operar con restricciones estrictas para evitar escaladas.
Por ejemplo, el “Furor” recibió instrucciones de “ver sin ser vistos”, evitando violar espacio marítimo israelí o provocar enfrentamientos directos. El País+1 Esto ha generado críticas por parte de activistas y sectores de la opinión pública, que interpretan tales movimientos como gestos de cara a la galería, sin voluntad de confrontar la política israelí de bloqueo.
Además, el papel del Gobierno español ha sido considerado por algunos como ambiguo: ha asegurado respetar el derecho internacional y el derecho humanitario, pero no ha marcado una línea clara que limite las relaciones diplomáticas, comerciales o militares con Israel.
Frente a esto, la denuncia de Milacic se suma a un coro más amplio que cuestiona la pasividad estatal: en decenas de ciudades españolas se convocaron concentraciones y marchas exigiendo la liberación de los detenidos, el fin del genocidio en Gaza y el rompimiento de toda complicidad política. The Guardian+6elDiario.es+6La Vanguardia+6 Además, los estudiantes protagonizaron una huelga masiva contra la ofensiva en Gaza y en solidaridad con la flotilla.
En el ámbito internacional, varios gobiernos y organizaciones han instado a Israel a respetar el derecho internacional, garantizar la seguridad de los activistas y proceder a su liberación o deportación sin violencia. Pero la persistencia del bloqueo, la dificultad de que la ayuda humanitaria entre de forma directa y la ausencia de sanciones contundentes contra Israel alimentan la sensación de que los gobiernos europeos, incluido el español, están limitados por intereses diplomáticos, militares o económicos.
La detención de Bianca Milacic y de otros activistas de la flotilla refuerza una advertencia repetida por el movimiento solidario con Palestina: las acciones simbólicas, si no van acompañadas de presión política real —ruptura de relaciones diplomáticas, sanciones, medios de intervención coherentes— que como gestos meramente mediáticos sin ningún efecto real.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En la madrugada de este 2 de octubre, fuerzas navales israelíes interceptaban en aguas internacionales varias embarcaciones de la Global Sumud Flotilla, la misión humanitaria lanzada con el objetivo de romper el bloqueo impuesto sobre la Franja de Gaza. Entre los detenidos figuran activistas de múltiples países, entre ellos una residente en Gran Canaria —Bianca Milacic—, que ha hecho un llamamiento urgente al Gobierno español para que exija su liberación y actúe con firmeza.
¿Qué es la Global Sumud Flotilla y cuáles son sus objetivos?
La Global Sumud Flotilla (GSF) es una iniciativa marítima internacional de organizaciones sociales lanzada en 2025 con el propósito de desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel sobre Gaza, así como de entregar ayuda humanitaria directa al enclave.
El término Sumud proviene del árabe y significa “resistencia” o “perseverancia”, en alusión al carácter simbólico de la misión: ponerse frente al bloqueo no solo con barcos cargados de suministros básicos (alimentos, medicinas, materiales sanitarios), sino como acto de denuncia política.
La flotilla cuenta con decenas de embarcaciones (más de 44 según algunas fuentes) y cerca de 500 activistas provenientes de más de 40 países. Partió el 31 de agosto desde Barcelona, junto con otras salidas desde puertos europeos y del norte de África— y se organizó también con rutas de convergencia desde Túnez, Grecia o Italia.
Durante su travesía por el Mediterráneo, la flotilla denunció diversas agresiones y sabotajes: drones no identificados, aproximaciones de barcos sospechosos, interferencias en comunicaciones y acciones de hostigamiento. En particular, varios barcos aseguraron haber sido circundados o sobrevolados por drones israelíes.
Al aproximarse a la costa de Gaza, el plan era que la flotilla rompiera el cerco naval israelí y entregara suministros esenciales directamente, sin depender de canales oficiales que los críticos denuncian como demasiado controlados por las partes implicadas.
Israel ha justificado su intervención argumentando que "impide la navegación hacia zonas de conflicto activo y protegiendo su frontera marítima", aunque activistas y expertos han cuestionado la legalidad de interceptar barcos civiles en aguas internacionales sin una resolución clara de organismos internacionales.
Bianca Milacic: la activista residente en Gran Canaria entre los detenidos
Una de las personas detenidas durante el abordaje es Bianca Milacic, nacia en Gales en 1989 residente en Gran Canaria desde 2018 y reconocida localmente por su obra artística. Milacic participó voluntariamente de la flotilla desde su salida en Barcelona el 31 de agosto.
Bianca Milacic difundió un vídeo pregrabado durante la travesía, en el que denunció su situación tras haber sido abordada en aguas internacionales por fuerzas israelíes. En ese mensaje, dijo:
“Hola, mi nombre es Bianca Milacic. Y si estáis viendo esto es porque he sido secuestrada por las fuerzas de ocupación israelíes. Exijo a mi Gobierno que exija mi libertad y pare el genocidio”.
El vídeo fue publicado en Instagram en versiones español e inglés, y se convirtió en una llamada de urgencia ante la comunidad internacional.
Durante la travesía, Milacic también había compartido publicaciones en las que narraba el hostigamiento que estaba sufriendo la flotilla: movimientos intensos de drones, proximidad de embarcaciones sospechosas e interferencias en las comunicaciones. “Anoche tuvimos mucho movimiento de dron, algún barco no identificado se acercó a la flotilla… Seguimos intentando romper este bloqueo ilegal. Cualquier intento de pararnos es ilegal”, decía uno de esos mensajes horas antes del abordaje.
Milacic también invitaba a los ciudadanos a “mantener los ojos en Gaza” y “salir a las calles” como forma de presión política, antes de ser interceptada. Wikipedia+3es.rollingstone.com+3La Vanguardia+3
Su denuncia al Gobierno español es clara: exige que actúe con contundencia para conseguir su liberación, poner fin al bloqueo y manifestarse de forma visible contra lo que ella y muchos activistas califican de genocidio en Gaza.
Una denuncia compartida: solidaridad, exigencia de responsabilidad política y frustración con la acción gubernamental
Al igual que Milacic, en España y en múltiples países europeos, los activistas pro‑Palestina, ONG de derechos humanos y movimientos de base han criticado a sus gobiernos por adoptar posturas simbólicas o dictadas por la diplomacia, sin medidas reales de presión frente a Israel.
Poco antes del abordaje, España e Italia anunciaron el envío de buques militares para “proteger” la flotilla, una medida que para muchos observadores resultó simbólica y paradójica: esos buques, como el BAM Furor enviado por España, debían mantenerse alejados del fulcro del conflicto y operar con restricciones estrictas para evitar escaladas.
Por ejemplo, el “Furor” recibió instrucciones de “ver sin ser vistos”, evitando violar espacio marítimo israelí o provocar enfrentamientos directos. El País+1 Esto ha generado críticas por parte de activistas y sectores de la opinión pública, que interpretan tales movimientos como gestos de cara a la galería, sin voluntad de confrontar la política israelí de bloqueo.
Además, el papel del Gobierno español ha sido considerado por algunos como ambiguo: ha asegurado respetar el derecho internacional y el derecho humanitario, pero no ha marcado una línea clara que limite las relaciones diplomáticas, comerciales o militares con Israel.
Frente a esto, la denuncia de Milacic se suma a un coro más amplio que cuestiona la pasividad estatal: en decenas de ciudades españolas se convocaron concentraciones y marchas exigiendo la liberación de los detenidos, el fin del genocidio en Gaza y el rompimiento de toda complicidad política. The Guardian+6elDiario.es+6La Vanguardia+6 Además, los estudiantes protagonizaron una huelga masiva contra la ofensiva en Gaza y en solidaridad con la flotilla.
En el ámbito internacional, varios gobiernos y organizaciones han instado a Israel a respetar el derecho internacional, garantizar la seguridad de los activistas y proceder a su liberación o deportación sin violencia. Pero la persistencia del bloqueo, la dificultad de que la ayuda humanitaria entre de forma directa y la ausencia de sanciones contundentes contra Israel alimentan la sensación de que los gobiernos europeos, incluido el español, están limitados por intereses diplomáticos, militares o económicos.
La detención de Bianca Milacic y de otros activistas de la flotilla refuerza una advertencia repetida por el movimiento solidario con Palestina: las acciones simbólicas, si no van acompañadas de presión política real —ruptura de relaciones diplomáticas, sanciones, medios de intervención coherentes— que como gestos meramente mediáticos sin ningún efecto real.
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