ABORÍGENES CANARIOS: UNA IDENTIDAD AMAZIGH MANIPULADA POR LA HISTORIA
Reseña de la obra del arqueólogo A. José Farrujia de la Rosa
El libro El poblamiento amazigh de las islas Canarias: problemas identitarios, del arqueólogo A. José Farrujia de la Rosa, constituye una referencia fundamental para comprender la historia de los primeros pobladores de Canarias, los aborígenes de ascendencia amazigh (...).
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La obra "El poblamiento amazigh de las islas Canarias: problemas identitarios", del arqueólogo A. José Farrujia de la Rosa, constituye una referencia fundamental para comprender la historia de los primeros pobladores de Canarias, los aborígenes de ascendencia amazigh (o bereber).
A lo largo de esta obra, publicada en el Boletín de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Farrujia expone cómo la identidad de los indígenas canarios ha sido objeto de numerosas manipulaciones históricas y políticas, desde la época de la conquista hasta el siglo XX, dejando de lado una comprensión más profunda de su origen cultural.
El origen amazigh de los aborígenes canarios
Los estudios recientes en arqueología y genética confirman lo que Farrujia menciona en su obra: los primeros habitantes de las Islas Canarias llegaron desde el norte de África, específicamente desde la región habitada por los amazigh. Estos pueblos bereberes se asentaron en el archipiélago alrededor del primer milenio a.C., desarrollando culturas insulares relativamente aisladas. A pesar de su origen común, las distintas islas evolucionaron culturalmente de manera independiente, lo que explica las diferencias observadas en la arqueología y antropología de las islas.
El aislamiento geográfico de las islas provocó que las comunidades aborígenes canarias tuvieran poco contacto con el exterior, hasta que los europeos redescubrieron el archipiélago en el siglo XIV. Según Farrujia, este aislamiento, junto con la adaptación a las condiciones locales, moldeó una cultura única que, aunque claramente amazigh en sus raíces, se desarrolló de manera peculiar en cada isla.
La construcción de la identidad indígena bajo la influencia judeocristiana
Uno de los principales puntos que Farrujia destaca en su trabajo es cómo la identidad de los aborígenes canarios fue transformada desde la llegada de los conquistadores europeos. Desde el siglo XIV, las visiones judeocristianas y clásicas impusieron una interpretación de los indígenas como "bárbaros" que debían ser civilizados a través de la evangelización. Esta cosmovisión sirvió de base para justificar la conquista y la subsiguiente eliminación cultural de su legado, proceso que Farrujia describe como parte de un plan para borrar y reconstruir la identidad indígena en términos europeos.
Además, esta interpretación inicial no solo se mantuvo, sino que se fortaleció a lo largo de los siglos siguientes. Los estudios arqueológicos y escritos de la época atribuyeron a los aborígenes canarios características bíblicas, como el descendimiento de figuras como Adán, lo que encajaba en la narrativa cristiana de su misión evangelizadora. Para Farrujia, desde la conquista la identidad indígena fue vista como algo primitivo que debía ser moldeado o incluso erradicado.
Evolucionismo y positivismo en el siglo XIX
El siglo XIX marcó una nueva etapa en la interpretación de los aborígenes canarios, y Farrujia subraya cómo las teorías de Charles Darwin y el positivismo científico influyeron en este cambio.
A medida que la ciencia evolucionista ganó terreno, la visión judeocristiana sobre los orígenes humanos fue sustituida por teorías que vinculaban a los indígenas canarios con culturas prehistóricas de Europa, como la raza Cro-Magnon. Según Farrujia, este cambio no solo reflejaba un avance en la investigación científica, sino también un proceso de europeización de los indígenas canarios, alineándolos con las narrativas históricas del continente.
Este proceso, que Farrujia describe como una manipulación más de la identidad indígena, pretendía justificar la colonización del archipiélago. A través de un enfoque eurocéntrico, los aborígenes canarios fueron presentados como parte de la prehistoria europea, lo que contribuía a la consolidación de la hegemonía cultural y política de las potencias coloniales.
La manipulación de la identidad durante el franquismo
Otro periodo de gran importancia en la reconstrucción de la identidad de los aborígenes canarios, según expone Farrujia, fue el franquismo. Durante la dictadura, la arqueología fue instrumentalizada para reforzar una visión nacionalista que conectaba la identidad indígena con una raíz común africana, compartida con otras colonias españolas.
Esta interpretación era útil para el régimen, que buscaba crear una narrativa que justificara la dominación colonial de Canarias bajo un discurso de unidad étnica y cultural con África.
Farrujia critica duramente cómo el régimen de Franco utilizó la arqueología como una herramienta política, distorsionando la realidad histórica y cultural de los aborígenes para adaptarla a los intereses del Estado.
Durante este periodo -señala el autor - la arqueología perdió parte de su rigor científico y se convirtió en un medio para validar la ideología del régimen.
Fragmentación de la identidad en el siglo XX
Farrujia concluye que, tras la dictadura franquista, la identidad de los aborígenes canarios sufrió una fragmentación aún mayor. En lugar de una visión unificada de los primeros pobladores del archipiélago, se comenzó a diferenciar entre las distintas etnias de cada isla, como los guanches en Tenerife o los majos en Lanzarote.
Esta diversificación de la identidad se ha mantenido hasta la actualidad, a medida que nuevas investigaciones han aportado más datos sobre las características específicas de los pueblos indígenas en cada una de las islas.
En la actualidad, la investigación genética ha confirmado que la mayor parte del legado aborigen en las Islas Canarias está relacionado con linajes del norte de África, como los que se encuentran en poblaciones amazigh actuales. Y, aunque la cultura indígena fue prácticamente destruida tras la conquista, su huella permanece en aspectos como la toponimia, algunas costumbres o en la genética de los actuales canarios.
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La obra "El poblamiento amazigh de las islas Canarias: problemas identitarios", del arqueólogo A. José Farrujia de la Rosa, constituye una referencia fundamental para comprender la historia de los primeros pobladores de Canarias, los aborígenes de ascendencia amazigh (o bereber).
A lo largo de esta obra, publicada en el Boletín de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Farrujia expone cómo la identidad de los indígenas canarios ha sido objeto de numerosas manipulaciones históricas y políticas, desde la época de la conquista hasta el siglo XX, dejando de lado una comprensión más profunda de su origen cultural.
El origen amazigh de los aborígenes canarios
Los estudios recientes en arqueología y genética confirman lo que Farrujia menciona en su obra: los primeros habitantes de las Islas Canarias llegaron desde el norte de África, específicamente desde la región habitada por los amazigh. Estos pueblos bereberes se asentaron en el archipiélago alrededor del primer milenio a.C., desarrollando culturas insulares relativamente aisladas. A pesar de su origen común, las distintas islas evolucionaron culturalmente de manera independiente, lo que explica las diferencias observadas en la arqueología y antropología de las islas.
El aislamiento geográfico de las islas provocó que las comunidades aborígenes canarias tuvieran poco contacto con el exterior, hasta que los europeos redescubrieron el archipiélago en el siglo XIV. Según Farrujia, este aislamiento, junto con la adaptación a las condiciones locales, moldeó una cultura única que, aunque claramente amazigh en sus raíces, se desarrolló de manera peculiar en cada isla.
La construcción de la identidad indígena bajo la influencia judeocristiana
Uno de los principales puntos que Farrujia destaca en su trabajo es cómo la identidad de los aborígenes canarios fue transformada desde la llegada de los conquistadores europeos. Desde el siglo XIV, las visiones judeocristianas y clásicas impusieron una interpretación de los indígenas como "bárbaros" que debían ser civilizados a través de la evangelización. Esta cosmovisión sirvió de base para justificar la conquista y la subsiguiente eliminación cultural de su legado, proceso que Farrujia describe como parte de un plan para borrar y reconstruir la identidad indígena en términos europeos.
Además, esta interpretación inicial no solo se mantuvo, sino que se fortaleció a lo largo de los siglos siguientes. Los estudios arqueológicos y escritos de la época atribuyeron a los aborígenes canarios características bíblicas, como el descendimiento de figuras como Adán, lo que encajaba en la narrativa cristiana de su misión evangelizadora. Para Farrujia, desde la conquista la identidad indígena fue vista como algo primitivo que debía ser moldeado o incluso erradicado.
Evolucionismo y positivismo en el siglo XIX
El siglo XIX marcó una nueva etapa en la interpretación de los aborígenes canarios, y Farrujia subraya cómo las teorías de Charles Darwin y el positivismo científico influyeron en este cambio.
A medida que la ciencia evolucionista ganó terreno, la visión judeocristiana sobre los orígenes humanos fue sustituida por teorías que vinculaban a los indígenas canarios con culturas prehistóricas de Europa, como la raza Cro-Magnon. Según Farrujia, este cambio no solo reflejaba un avance en la investigación científica, sino también un proceso de europeización de los indígenas canarios, alineándolos con las narrativas históricas del continente.
Este proceso, que Farrujia describe como una manipulación más de la identidad indígena, pretendía justificar la colonización del archipiélago. A través de un enfoque eurocéntrico, los aborígenes canarios fueron presentados como parte de la prehistoria europea, lo que contribuía a la consolidación de la hegemonía cultural y política de las potencias coloniales.
La manipulación de la identidad durante el franquismo
Otro periodo de gran importancia en la reconstrucción de la identidad de los aborígenes canarios, según expone Farrujia, fue el franquismo. Durante la dictadura, la arqueología fue instrumentalizada para reforzar una visión nacionalista que conectaba la identidad indígena con una raíz común africana, compartida con otras colonias españolas.
Esta interpretación era útil para el régimen, que buscaba crear una narrativa que justificara la dominación colonial de Canarias bajo un discurso de unidad étnica y cultural con África.
Farrujia critica duramente cómo el régimen de Franco utilizó la arqueología como una herramienta política, distorsionando la realidad histórica y cultural de los aborígenes para adaptarla a los intereses del Estado.
Durante este periodo -señala el autor - la arqueología perdió parte de su rigor científico y se convirtió en un medio para validar la ideología del régimen.
Fragmentación de la identidad en el siglo XX
Farrujia concluye que, tras la dictadura franquista, la identidad de los aborígenes canarios sufrió una fragmentación aún mayor. En lugar de una visión unificada de los primeros pobladores del archipiélago, se comenzó a diferenciar entre las distintas etnias de cada isla, como los guanches en Tenerife o los majos en Lanzarote.
Esta diversificación de la identidad se ha mantenido hasta la actualidad, a medida que nuevas investigaciones han aportado más datos sobre las características específicas de los pueblos indígenas en cada una de las islas.
En la actualidad, la investigación genética ha confirmado que la mayor parte del legado aborigen en las Islas Canarias está relacionado con linajes del norte de África, como los que se encuentran en poblaciones amazigh actuales. Y, aunque la cultura indígena fue prácticamente destruida tras la conquista, su huella permanece en aspectos como la toponimia, algunas costumbres o en la genética de los actuales canarios.






























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.133