
"QUE NO NOS ARRASTREN A LA GUERRA" ADVIERTE SOBRE LA PELIGROSA EVOLUCIÓN DEL ESCENARIO INTERNACIONAL
"Se multiplican los frentes bélicos y se consolidan nuevas amenazas", afirman
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” ha manifestado su profunda preocupación por la evolución del escenario internacional, en el que se multiplican los frentes bélicos y se consolidan nuevas amenazas (...).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” ha manifestado su profunda preocupación por la evolución del escenario internacional, en el que se multiplican los frentes bélicos y se consolidan nuevas amenazas, muchas de ellas -denuncian- "impulsadas por las élites occidentales en crisis".
Los portavoces e impulsores de esta Campaña, actualizan su diagnóstico anterior y advierten "que el curso actual de los acontecimientos podría desembocar en un conflicto global de incalculables consecuencias".
El Comité de Coordinación parte de un análisis estructural: el neoliberalismo, como modelo dominante desde la década de los 70, se encuentra en un callejón sin salida. A su agotamiento económico se suma una profunda crisis civilizatoria que afecta a lo político, lo demográfico, lo medioambiental y lo institucional.
"Frente a este ocaso de Occidente -afirman- emergen nuevas alianzas internacionales como los BRICS o la Organización para la Cooperación de Shanghai (OCS), que promueven formas de organización ajenas al viejo orden colonial".
Desde la Campaña apuntan que, a partir de abril de 2025, se han producido múltiples eventos de enorme trascendencia: el inicio del segundo mandato de Donald Trump, la interrupción temporal de los ataques occidentales a territorio ruso, el restablecimiento del diálogo EE.UU.-Rusia, nuevas ofensivas bélicas en Gaza, el rearme europeo impulsado por la OTAN y una nueva operación militar estadounidense contra Venezuela, entre otros.
El Comité de Coordinación destaca también la escalada en Asia y los intentos de injerencia occidental en América Latina, especialmente en México, Puerto Rico, Cuba y Venezuela.
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” sostiene que "la administración Trump pretende establecer una “estrategia secuencial” para abordar los conflictos globales, reduciendo su implicación directa en Ucrania y delegando en Europa el peso de esa guerra, mientras centra su mirada en China y Oriente Próximo".
"Esta aparente búsqueda de paz es -egún el Comité- un disfraz para seguir alimentando los conflictos por vía indirecta, sin cesar en el suministro de armas y apoyo militar a Kiev".
"En este escenario - dicen- Rusia parece haber tomado ventaja en el frente ucraniano, y su superioridad tecnológica —evidenciada con el uso del misil hipersónico Oreshnik— representa una nueva fase en la guerra, que introduce elementos de altísima precisión destructiva sin recurrir a armas nucleares.
A juicio del Comité de Coordinación, esta innovación bélica "marca un antes y un después en el equilibrio de poder militar mundial".
El comunicado también subraya el endurecimiento de la política exterior estadounidense en América Latina. Con maniobras militares en Puerto Rico y una creciente presión sobre Venezuela, el imperialismo norteamericano parece apostar por recolonizar su “patio trasero” para mantener su hegemonía.
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” identifica también "un cambio de paradigma" en la forma de hacer la guerra: drones, inteligencia artificial, y tácticas de devastación total como las empleadas en Gaza, donde —según denuncian— "se está ejecutando un genocidio consentido por las potencias occidentales".
Pesea a lo que califica como "certezas", el Comité plantea también "importantes incertidumbres".
Entre ellas, señala "el rol que juega el llamado “estado profundo” en Estados Unidos, la reconfiguración del poder oligárquico tras Trump y la deriva comercial del país bajo políticas arancelarias que podrían ahondar su crisis estructural".
Igualmente, se interrogan sobre las consecuencias del rearme europeo, la fragilidad económica de países como Alemania y el uso potencial del desempleo como catalizador para el reclutamiento militar masivo.
En el plano geopolítico global, el Comité de Coordinación estima "que el viejo orden heredado del colonialismo está siendo desafiado por nuevos polos de poder".
Sin embargo- opinan - "aún no existe una confrontación de bloques definida: mientras las potencias occidentales se muestran agresivas y cohesionadas, las naciones emergentes actúan de forma defensiva y aún en proceso de articulación".
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” considera que "sólo una acción colectiva decidida puede frenar los planes bélicos que se están gestando".
Tal como ocurrió durante la guerra de Vietnam, apelan a la movilización de las fuerzas antiimperialistas en cada país para enfrentar esta peligrosa deriva histórica.
Frente al genocidio en Gaza, el rearme europeo y la expansión militarista de EE.UU., el Comité reitera su "compromiso con la denuncia, la organización y la lucha activa por la paz".
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” ha manifestado su profunda preocupación por la evolución del escenario internacional, en el que se multiplican los frentes bélicos y se consolidan nuevas amenazas, muchas de ellas -denuncian- "impulsadas por las élites occidentales en crisis".
Los portavoces e impulsores de esta Campaña, actualizan su diagnóstico anterior y advierten "que el curso actual de los acontecimientos podría desembocar en un conflicto global de incalculables consecuencias".
El Comité de Coordinación parte de un análisis estructural: el neoliberalismo, como modelo dominante desde la década de los 70, se encuentra en un callejón sin salida. A su agotamiento económico se suma una profunda crisis civilizatoria que afecta a lo político, lo demográfico, lo medioambiental y lo institucional.
"Frente a este ocaso de Occidente -afirman- emergen nuevas alianzas internacionales como los BRICS o la Organización para la Cooperación de Shanghai (OCS), que promueven formas de organización ajenas al viejo orden colonial".
Desde la Campaña apuntan que, a partir de abril de 2025, se han producido múltiples eventos de enorme trascendencia: el inicio del segundo mandato de Donald Trump, la interrupción temporal de los ataques occidentales a territorio ruso, el restablecimiento del diálogo EE.UU.-Rusia, nuevas ofensivas bélicas en Gaza, el rearme europeo impulsado por la OTAN y una nueva operación militar estadounidense contra Venezuela, entre otros.
El Comité de Coordinación destaca también la escalada en Asia y los intentos de injerencia occidental en América Latina, especialmente en México, Puerto Rico, Cuba y Venezuela.
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” sostiene que "la administración Trump pretende establecer una “estrategia secuencial” para abordar los conflictos globales, reduciendo su implicación directa en Ucrania y delegando en Europa el peso de esa guerra, mientras centra su mirada en China y Oriente Próximo".
"Esta aparente búsqueda de paz es -egún el Comité- un disfraz para seguir alimentando los conflictos por vía indirecta, sin cesar en el suministro de armas y apoyo militar a Kiev".
"En este escenario - dicen- Rusia parece haber tomado ventaja en el frente ucraniano, y su superioridad tecnológica —evidenciada con el uso del misil hipersónico Oreshnik— representa una nueva fase en la guerra, que introduce elementos de altísima precisión destructiva sin recurrir a armas nucleares.
A juicio del Comité de Coordinación, esta innovación bélica "marca un antes y un después en el equilibrio de poder militar mundial".
El comunicado también subraya el endurecimiento de la política exterior estadounidense en América Latina. Con maniobras militares en Puerto Rico y una creciente presión sobre Venezuela, el imperialismo norteamericano parece apostar por recolonizar su “patio trasero” para mantener su hegemonía.
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” identifica también "un cambio de paradigma" en la forma de hacer la guerra: drones, inteligencia artificial, y tácticas de devastación total como las empleadas en Gaza, donde —según denuncian— "se está ejecutando un genocidio consentido por las potencias occidentales".
Pesea a lo que califica como "certezas", el Comité plantea también "importantes incertidumbres".
Entre ellas, señala "el rol que juega el llamado “estado profundo” en Estados Unidos, la reconfiguración del poder oligárquico tras Trump y la deriva comercial del país bajo políticas arancelarias que podrían ahondar su crisis estructural".
Igualmente, se interrogan sobre las consecuencias del rearme europeo, la fragilidad económica de países como Alemania y el uso potencial del desempleo como catalizador para el reclutamiento militar masivo.
En el plano geopolítico global, el Comité de Coordinación estima "que el viejo orden heredado del colonialismo está siendo desafiado por nuevos polos de poder".
Sin embargo- opinan - "aún no existe una confrontación de bloques definida: mientras las potencias occidentales se muestran agresivas y cohesionadas, las naciones emergentes actúan de forma defensiva y aún en proceso de articulación".
El Comité de Coordinación de la Campaña “Que no nos arrastren a la guerra” considera que "sólo una acción colectiva decidida puede frenar los planes bélicos que se están gestando".
Tal como ocurrió durante la guerra de Vietnam, apelan a la movilización de las fuerzas antiimperialistas en cada país para enfrentar esta peligrosa deriva histórica.
Frente al genocidio en Gaza, el rearme europeo y la expansión militarista de EE.UU., el Comité reitera su "compromiso con la denuncia, la organización y la lucha activa por la paz".
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