
LOS BRICS+ ANTE SU PROPIO ESPEJO: SILENCIOS, ALIANZAS Y CONTRADICCIONES
Un segundo informe demoledor del Prof Éric Toussaint
Los BRICS+ nacieron como la gran promesa del Sur global. Pero sus alianzas con potencias reaccionarias, su inacción ante guerras brutales y su ambigüedad política ponen en duda su verdadero papel en el escenario internacional. Éric Toussaint, “Preguntas y respuestas sobre los BRICS+”, segunda parte (2025).
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Durante años, muchos sectores sociales del planeta han estado viendo en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ahora ampliados a BRICS+) una promesa de cambio frente al orden internacional dominado por Estados
Unidos, la Unión Europea y sus grandes organismos financieros.
Cuando en el año 2024 se sumaron países como Egipto, Irán, Indonesia, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos, el bloque pareció consolidar una alternativa emergente que desafiaba la hegemonía occidental.
Sin embargo, tal y como mostró Éric Toussaint en un primer análisis publicado en este mismo digital, las apariencias son, en no pocas ocasiones, tramposamente engañosas. Ahora, el profesor Toussaint ha enviado a la Redacción de Canarias Semanal una segunda parte de aquel informe.
"Egipto provee cemento a Israel mientras Gaza es arrasada a bombazos."
A través de una serie de preguntas directas, su autor pone en evidencia las profundas contradicciones, ambigüedades y silencios de esta heterogénea y ambivalente alianza de los BRICS+.
¿Es esta coalición tan “alternativa” como pretende? ¿O nos encontramos frente a una agrupación de potencias emergentes que, lejos de romper con el orden actual, lo reproducen bajo nuevas formas?
Comencemos, pues, directamente, con el repertorio de demoledoras interrogantes que en este segundo informe nos plantea el profesor Éric Toussaint.
¿EGIPTO ES UN CÓMPLICE DEL GENOCIDIO EN GAZA?
Pese a ser miembro de los BRICS+, Egipto ha multiplicado sus exportaciones de cemento hacia Israel en plena ofensiva contra la población palestina.
Entre 2023 y 2024, esas ventas pasaron de 3,8 a más de 66 millones de dólares, convirtiendo a Egipto en proveedor clave tras el corte de suministro decidido por Turquía.
"Los BRICS+ no condenan la guerra porque algunos de sus miembros la financian."
Pero eso no es todo. Egipto importa gas israelí, reprime manifestaciones propalestinas y coopera militarmente con Tel Aviv, especialmente en la destrucción de túneles en Gaza. También recibe más de 1.300 millones de dólares anuales en ayuda militar de Estados Unidos. ¿Dónde queda entonces la supuesta autonomía del Sur global que los BRICS dicen representar?
¿QUÉ ROL JUEGAN LOS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS EN LA REPRESIÓN DEL MUNDO ÁRABE?
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), otro miembro reciente de los BRICS+, han sido un actor clave de la contrarrevolución en la región. En 2011, junto con Arabia Saudí, enviaron tropas a Baréin para aplastar la revuelta popular. En Yemen, intervinieron militarmente desde 2015, y más tarde buscaron controlar zonas estratégicas de su costa.
En Sudán, apoyaron tanto al régimen dictatorial de Omar al Bashir como, después, al golpe militar de 2021 que frustró las aspiraciones democráticas. En Libia, financiaron al general Haftar, responsable de numerosos crímenes de guerra. En Etiopía, aportaron drones a la ofensiva de Abiy Ahmed en el conflicto del Tigray.
Presentados como “garantes de estabilidad”, los EAU han sido más bien exportadores de guerra, control e influencia. Pero, ¿cómo se justifica su presencia en una coalición que dice oponerse al imperialismo y defender la soberanía de los pueblos?
¿POR QUÉ LOS BRICS+ CALLAN ANTE LA GUERRA CONTRA IRÁN?
Irán, que también es miembro de los BRICS+, fue blanco de ataques militares por parte de Estados Unidos e Israel. Sin embargo, en la declaración oficial de la Cumbre de Río de Janeiro (julio de 2025) se evitó nombrar a los agresores. Ni una palabra sobre sanciones, ni una medida concreta de apoyo.
El motivo, según el prof. Toussaint, es claro: Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, aliados tradicionales de Washington y Tel Aviv, presionaron dentro de los BRICS para evitar una defensa firme de Teherán. Una vez más, los intereses geopolíticos de algunos pesan más que la coherencia colectiva del bloque.
¿Y QUÉ DICEN LOS BRICS SOBRE LOS ATAQUES A LOS HUTÍES?
Tampoco hubo condena alguna cuando Estados Unidos e Israel bombardearon territorio yemení controlado por los hutíes, pese a la gran cantidad de víctimas civiles. ¿Por qué tanto silencio? Porque las acciones de los hutíes, en solidaridad con Palestina, perjudican al comercio marítimo de los BRICS, especialmente con India, China y Rusia.
¿Cómo explicar las alianzas con regímenes autoritarios dentro del bloque?
La respuesta fue clara: proteger el comercio, aunque sea a costa de callar ante crímenes de guerra. Así, la realpolitik reemplaza a los principios.
¿QUÉ DICEN LOS BRICS SOBRE SIRIA, LÍBANO Y PALESTINA?
En Siria, aunque el régimen de Assad fue derrocado, la declaración final celebra el levantamiento de sanciones, pero no dice nada sobre los cientos de ataques israelíes ocurridos desde diciembre de 2024. En el caso del Líbano, llaman a que Israel respete los acuerdos, pero no plantean ninguna medida concreta para presionarlo.
Y sobre Palestina, el tema de fondo —el genocidio en Gaza— no es enfrentado con seriedad. Ningún país del BRICS+ ha roto las relaciones con Israel. Ninguno ha impuesto sanciones. Por el contrario, el comercio se ha intensificado. ¿Qué queda entonces del discurso antiimperialista?
¿CÓMO EXPLICAR SU SILENCIO ANTE LA GUERRA EN UCRANIA?
Sobre la guerra en Ucrania, los BRICS+ mantienen un doble discurso. No condenan a Rusia por su invasión, pero tampoco hacen nada por mediar o proponer soluciones. No mencionan a la OTAN, y parecen aceptar la narrativa rusa sin cuestionarla.
Este silencio les permite aparecer como “neutrales”, pero en realidad evidencia su incapacidad para construir una política común coherente frente a los conflictos armados. Peor aún: dejan el terreno libre a figuras como Donald Trump, que se presenta como pacificador en varios escenarios donde los BRICS brillan por su inacción.
¿POR QUÉ NO DICEN NADA DEL CONFLICTO EN SUDÁN, EL SAHEL O CACHEMIRA?
En Sudán, uno de sus miembros (EAU) financia a las RSF, una milicia acusada de crímenes masivos. En la declaración final solo se pide un alto al fuego, sin señalar responsabilidades ni proponer soluciones.
Sobre el Sahel, el Este del Congo, el conflicto entre India y Pakistán, la dictadura militar en Birmania, o las tensiones en Taiwán y el mar de China, los BRICS no dicen absolutamente nada. Y en el único caso donde mencionan Haití, se limitan a pedir un “diálogo nacional”.
Este silencio no es casual. Refleja una línea de mínima intervención, pensada para no incomodar a ningún miembro, pero que termina desdibujando por completo el perfil político del bloque.
¿LOS BRICS SON UNA ALTERNATIVA ECONÓMICA REAL?
Uno de los grandes logros simbólicos del bloque ha sido la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB). Pero en la práctica, este banco no ha logrado reemplazar al FMI ni al Banco Mundial. Los préstamos que otorga, aunque útiles, no transforman las relaciones de dependencia financiera global.
La llamada “desdolarización” tampoco ha avanzado sustancialmente. Aunque algunos países operan en monedas locales, el comercio internacional sigue girando en torno al dólar. Las inversiones en infraestructura, lejos de romper con el modelo neoliberal, a menudo lo reproducen: grandes obras, endeudamiento, impactos ambientales y beneficios concentrados.
CONCLUSIÓN: UNA COALICIÓN HETEROGÉNEA Y PLETÓRICA DE CONTRADICCIONES
Los BRICS+ agrupan a potencias muy distintas: democracias débiles, dictaduras, teocracias, potencias militares, economías emergentes, países alineados con Washington o enfrentados a él. Esta heterogeneidad les impide tener una posición común ante los conflictos más graves del planeta.
La declaración final de su Cumbre en 2025 evita señalar a Israel, no condena las guerras imperialistas, no propone alternativas concretas, y deja intacta la arquitectura económica global. En muchos casos, sus miembros son parte del problema: financian guerras, apoyan dictaduras, comercian con los opresores.
En vez de actuar como un bloque independiente, los BRICS+ terminan funcionando como un espacio de negociación entre potencias emergentes con intereses propios, sin voluntad real de confrontar el orden mundial injusto que dicen querer cambiar.
Eric Toussaint: doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002.
Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011. Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.
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FUENTES UTILIZADAS
-
Éric Toussaint, “Preguntas y respuestas sobre los BRICS+”, segunda parte (2025).
-
CADTM.org – Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Durante años, muchos sectores sociales del planeta han estado viendo en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ahora ampliados a BRICS+) una promesa de cambio frente al orden internacional dominado por Estados Unidos, la Unión Europea y sus grandes organismos financieros.
Cuando en el año 2024 se sumaron países como Egipto, Irán, Indonesia, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos, el bloque pareció consolidar una alternativa emergente que desafiaba la hegemonía occidental.
Sin embargo, tal y como mostró Éric Toussaint en un primer análisis publicado en este mismo digital, las apariencias son, en no pocas ocasiones, tramposamente engañosas. Ahora, el profesor Toussaint ha enviado a la Redacción de Canarias Semanal una segunda parte de aquel informe.
"Egipto provee cemento a Israel mientras Gaza es arrasada a bombazos."
A través de una serie de preguntas directas, su autor pone en evidencia las profundas contradicciones, ambigüedades y silencios de esta heterogénea y ambivalente alianza de los BRICS+.
¿Es esta coalición tan “alternativa” como pretende? ¿O nos encontramos frente a una agrupación de potencias emergentes que, lejos de romper con el orden actual, lo reproducen bajo nuevas formas?
Comencemos, pues, directamente, con el repertorio de demoledoras interrogantes que en este segundo informe nos plantea el profesor Éric Toussaint.
¿EGIPTO ES UN CÓMPLICE DEL GENOCIDIO EN GAZA?
Pese a ser miembro de los BRICS+, Egipto ha multiplicado sus exportaciones de cemento hacia Israel en plena ofensiva contra la población palestina.
Entre 2023 y 2024, esas ventas pasaron de 3,8 a más de 66 millones de dólares, convirtiendo a Egipto en proveedor clave tras el corte de suministro decidido por Turquía.
"Los BRICS+ no condenan la guerra porque algunos de sus miembros la financian."
Pero eso no es todo. Egipto importa gas israelí, reprime manifestaciones propalestinas y coopera militarmente con Tel Aviv, especialmente en la destrucción de túneles en Gaza. También recibe más de 1.300 millones de dólares anuales en ayuda militar de Estados Unidos. ¿Dónde queda entonces la supuesta autonomía del Sur global que los BRICS dicen representar?
¿QUÉ ROL JUEGAN LOS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS EN LA REPRESIÓN DEL MUNDO ÁRABE?
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), otro miembro reciente de los BRICS+, han sido un actor clave de la contrarrevolución en la región. En 2011, junto con Arabia Saudí, enviaron tropas a Baréin para aplastar la revuelta popular. En Yemen, intervinieron militarmente desde 2015, y más tarde buscaron controlar zonas estratégicas de su costa.
En Sudán, apoyaron tanto al régimen dictatorial de Omar al Bashir como, después, al golpe militar de 2021 que frustró las aspiraciones democráticas. En Libia, financiaron al general Haftar, responsable de numerosos crímenes de guerra. En Etiopía, aportaron drones a la ofensiva de Abiy Ahmed en el conflicto del Tigray.
Presentados como “garantes de estabilidad”, los EAU han sido más bien exportadores de guerra, control e influencia. Pero, ¿cómo se justifica su presencia en una coalición que dice oponerse al imperialismo y defender la soberanía de los pueblos?
¿POR QUÉ LOS BRICS+ CALLAN ANTE LA GUERRA CONTRA IRÁN?
Irán, que también es miembro de los BRICS+, fue blanco de ataques militares por parte de Estados Unidos e Israel. Sin embargo, en la declaración oficial de la Cumbre de Río de Janeiro (julio de 2025) se evitó nombrar a los agresores. Ni una palabra sobre sanciones, ni una medida concreta de apoyo.
El motivo, según el prof. Toussaint, es claro: Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, aliados tradicionales de Washington y Tel Aviv, presionaron dentro de los BRICS para evitar una defensa firme de Teherán. Una vez más, los intereses geopolíticos de algunos pesan más que la coherencia colectiva del bloque.
¿Y QUÉ DICEN LOS BRICS SOBRE LOS ATAQUES A LOS HUTÍES?
Tampoco hubo condena alguna cuando Estados Unidos e Israel bombardearon territorio yemení controlado por los hutíes, pese a la gran cantidad de víctimas civiles. ¿Por qué tanto silencio? Porque las acciones de los hutíes, en solidaridad con Palestina, perjudican al comercio marítimo de los BRICS, especialmente con India, China y Rusia.
¿Cómo explicar las alianzas con regímenes autoritarios dentro del bloque?
La respuesta fue clara: proteger el comercio, aunque sea a costa de callar ante crímenes de guerra. Así, la realpolitik reemplaza a los principios.
¿QUÉ DICEN LOS BRICS SOBRE SIRIA, LÍBANO Y PALESTINA?
En Siria, aunque el régimen de Assad fue derrocado, la declaración final celebra el levantamiento de sanciones, pero no dice nada sobre los cientos de ataques israelíes ocurridos desde diciembre de 2024. En el caso del Líbano, llaman a que Israel respete los acuerdos, pero no plantean ninguna medida concreta para presionarlo.
Y sobre Palestina, el tema de fondo —el genocidio en Gaza— no es enfrentado con seriedad. Ningún país del BRICS+ ha roto las relaciones con Israel. Ninguno ha impuesto sanciones. Por el contrario, el comercio se ha intensificado. ¿Qué queda entonces del discurso antiimperialista?
¿CÓMO EXPLICAR SU SILENCIO ANTE LA GUERRA EN UCRANIA?
Sobre la guerra en Ucrania, los BRICS+ mantienen un doble discurso. No condenan a Rusia por su invasión, pero tampoco hacen nada por mediar o proponer soluciones. No mencionan a la OTAN, y parecen aceptar la narrativa rusa sin cuestionarla.
Este silencio les permite aparecer como “neutrales”, pero en realidad evidencia su incapacidad para construir una política común coherente frente a los conflictos armados. Peor aún: dejan el terreno libre a figuras como Donald Trump, que se presenta como pacificador en varios escenarios donde los BRICS brillan por su inacción.
¿POR QUÉ NO DICEN NADA DEL CONFLICTO EN SUDÁN, EL SAHEL O CACHEMIRA?
En Sudán, uno de sus miembros (EAU) financia a las RSF, una milicia acusada de crímenes masivos. En la declaración final solo se pide un alto al fuego, sin señalar responsabilidades ni proponer soluciones.
Sobre el Sahel, el Este del Congo, el conflicto entre India y Pakistán, la dictadura militar en Birmania, o las tensiones en Taiwán y el mar de China, los BRICS no dicen absolutamente nada. Y en el único caso donde mencionan Haití, se limitan a pedir un “diálogo nacional”.
Este silencio no es casual. Refleja una línea de mínima intervención, pensada para no incomodar a ningún miembro, pero que termina desdibujando por completo el perfil político del bloque.
¿LOS BRICS SON UNA ALTERNATIVA ECONÓMICA REAL?
Uno de los grandes logros simbólicos del bloque ha sido la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB). Pero en la práctica, este banco no ha logrado reemplazar al FMI ni al Banco Mundial. Los préstamos que otorga, aunque útiles, no transforman las relaciones de dependencia financiera global.
La llamada “desdolarización” tampoco ha avanzado sustancialmente. Aunque algunos países operan en monedas locales, el comercio internacional sigue girando en torno al dólar. Las inversiones en infraestructura, lejos de romper con el modelo neoliberal, a menudo lo reproducen: grandes obras, endeudamiento, impactos ambientales y beneficios concentrados.
CONCLUSIÓN: UNA COALICIÓN HETEROGÉNEA Y PLETÓRICA DE CONTRADICCIONES
Los BRICS+ agrupan a potencias muy distintas: democracias débiles, dictaduras, teocracias, potencias militares, economías emergentes, países alineados con Washington o enfrentados a él. Esta heterogeneidad les impide tener una posición común ante los conflictos más graves del planeta.
La declaración final de su Cumbre en 2025 evita señalar a Israel, no condena las guerras imperialistas, no propone alternativas concretas, y deja intacta la arquitectura económica global. En muchos casos, sus miembros son parte del problema: financian guerras, apoyan dictaduras, comercian con los opresores.
En vez de actuar como un bloque independiente, los BRICS+ terminan funcionando como un espacio de negociación entre potencias emergentes con intereses propios, sin voluntad real de confrontar el orden mundial injusto que dicen querer cambiar.
Eric Toussaint: doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002.
Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011. Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.
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