Martes, 16 de Septiembre de 2025

Actualizada

Martes, 16 de Septiembre de 2025 a las 01:18:41 horas

Lunes, 15 de Septiembre de 2025 Tiempo de lectura:

LUZ MARINA GARCÍA: LA GEÓGRAFA CANARIA QUE DESENMASCARÓ LOS MECANISMOS CAPITALISTAS DE LA "GENTRIFICACIÓN" URBANA

Luz Marina García Herrera: dio voz e historia a la ciudad marginada. ¿Puede la geografía ser una herramienta de resistencia?

La geógrafa canaria Luz Marina García Herrera contribuyó de una manera decisiva a transformar radicalmente la forma en que miramos la ciudad. A través de sus estudios sobre gentrificación, ("elitización", según prefería ella) la marginalidad y propiedad del suelo, nos enseñó a generaciones enteras que el espacio urbano es, ante todo, un reflejo de las luchas sociales que lo atraviesan. Según el autor de este artículo, Manuel Medina, su legado sigue vivo en cada barrio, en cada esquina, allí donde hoy más que nunca, la gente sigue peleando por el derecho a permanecer, a que no le roben su biografía.

 Por MANUEL MEDINA (*) PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

 

      Han transcurrido ya más de cinco años desde que, en junio de 2020, nos dejara Luz Marina García Herrera, y con ella, una de las voces más lúcidas, críticas y comprometidas con la geografía urbana en España y, desde luego, en el Archipiélago Canario.

 

   Conocí a Luz Marina a principios de los años setenta del siglo pasado.  Ambos compartíamos la especialidad de Geografía e Historia en la Universidad La Laguna.

 

   Nuestro primer contacto no fue estrictamente académico, sino sobre todo político: los dos militábamos en la Organización Universitaria del Partido Comunista de España y bajo esa misma orientación ideológica trabajábamos en el marco de la Facultad.

 

[Img #86651]   Desde el primer momento, Marina llamó poderosamente mi atención por su discreción y por la pasión con la que asumía sus estudios y su compromiso político. Era una estudiante incansable, rigurosa y cumplidora. Todos sus camaradas compartíamos la opinión de que su comportamiento correspondía al de una auténtica “hormiguita” , -usando ese mismo término solíamos bromear con ella-, que trabajaba sin descanso, sin dejar nada atrás, y que ejecutaba con precisión cada tarea que previamente se había acordado en la célula donde militaba.

 

    Los resultados de su esfuerzo eran siempre impecables, aunque ella nunca buscase ningún tipo de protagonismo, ni hiciera alarde de ello.

 

   En la Facultad de Filosofía y Letras compartimos militancia con un muy numeroso grupo de estudiantes comprometidos en la lucha antifranquista. A diferencia de otras corrientes también políticamente organizadas, más inclinadas a invertir su tiempo en tertulias de pasillo o en el bar de la Universidad, entendíamos que la militancia exigía igualmente responsabilidad académica: asistir a clase, compartir las preocupaciones cotidianas de nuestros compañeros y mantener un vínculo estrecho con la vida universitaria.

   En ese terreno, Marina fue siempre ejemplar. Su constancia, su seriedad y su entrega, tanto en lo académico como en lo político, la distinguieron como una de las figuras más sólidas de aquella generación.

 

  A diferencia de la gran mayoría de los estudiantes universitarios de la época, los orígenes sociales de Luz Marina no estaban entroncados con la pequeña burguesía de las islas. Su padre era un trabajador manual que, como su esposa y sus dos hijos, vivía en uno de los barrios más pobres y marginales de la periferia de Santa Cruz de Tenerife.  Las preferencias de Marina por el estudio de la Geografía Urbana no fueron, pues, una mera casualidad. 

 

    Su propio origen social determinó que una vez concluida su carrera universitaria orientara su trabajo académico hacia el análisis de los procesos de gentrificación, un anglicismo del que nunca fue partidaria, pensando que debía sustituirse por el término "elitización" que, en su opinión, expresaba con mayor precisión la naturaleza del fenómeno.

 

  Estimaba, asimismo, que la marginalidad urbana y el uso social del suelo en Santa Cruz de Tenerife habían dejado una huella profunda no solo en la academia, sino también en los movimientos sociales, en el urbanismo municipal y en la propia identidad de muchos barrios que, gracias a sus investigaciones, pudieron llegar a narrarse desde su propia historia. Es decir, desde abajo.

 

    Es por ello por lo que hablar de Luz Marina no es solo referirse a mapas, planos y datos. Es también evocar a una mujer con una capacidad extraordinaria para escuchar, para trabajar con una motivación solidaria, para estar presente en los conflictos urbanosenseñar sin arroganciadefender con firmeza una idea que cruzó toda su obra: la ciudad no es una mera suma de edificios, sino un campo de batalla donde se dirime quién tiene derecho a vivir dignamente y quién no.

 

LA CIUDAD COMO CONFLICTO: TIERRA, PODER Y DESIGUALDAD

    Una de sus obras más influyentes, “Propiedad del suelo en Santa Cruz de Tenerife”, hay que considerarla como una radiografía demoledora del poder inmobiliario en la capital tinerfeña. En ella, Luz Marina analiza cómo dicha propiedad condiciona las posibilidades de acceso a la vivienda, marcando las reglas del juego de una ciudad donde los sectores más vulnerables quedan expulsados hacia los márgenes.

 

   No se trataba solo, pues, de cartografiar dueños de parcelas o de estudiar la legislación urbanística; se trataba de entender cómo ese entramado de propietarios, intereses financieros, normativas laxas y planificación interesada acaba configurando una ciudad desigual.

 

“Las formas de habitar reflejan las formas de poder”

   

    A través del análisis de zonas como La Salle, La Gallega y El Pilarito, la autora no solo expuso el proceso de expansión urbana, sino que visibilizó cómo se consolidaban circuitos paralelos de urbanización: uno para las clases medias acomodadas y otro, basado en la autoconstrucción y la precariedad, para los sectores populares. De ahí su interés por lo que denominó “urbanización marginal”, un proceso que, lejos de ser espontáneo o caótico, respondía a una lógica sistémica de exclusión.

 

 

  FORMAS DE HABITAR LA MARGINACIÓN: UN TESTIMONIO DESDE EL TERRITORIO

 

     La idea de “ciudad marginal” no era un simple término académico para Luz Marina.

 

[Img #86649]   En el libro Santa Cruz de Tenerife: La formación de la ciudad marginal”, escrito originalmente en los años 80 y reeditado más tarde, la autora nos ofrecía una mirada profundamente humanizada de los barrios populares, especialmente de aquellos -como el suyo propio- que fueron construidos por sus mismos vecinos .

 

  Su método era claro: combinar el rigor del análisis territorial con la escucha atenta a quienes vivían y resistían en esos espacios, como ella misma había hecho con sus propios vecinos.

 

    En ese libro, García Herrera mostraba cómo las políticas urbanas no solo construyen ciudad, sino también jerarquías, estigmas y desigualdades. La marginalidad no era para ella un accidente ni una “anomalía” del desarrollo urbano, sino una consecuencia directa de decisiones políticas y económicas que expulsan, niegan y relegan.

 

     Una idea clave de su pensamiento era que las formas de habitar reflejan las formas de poder. Por eso insistía en la necesidad de leer la ciudad como si de un texto político se tratara. No es casual, por ejemplo, que los barrios autoconstruidos se desarrollen sin servicios básicos o sin reconocimiento oficial: eso dice mucho de cómo se distribuye el derecho a la ciudad.

 

 

   EL DERECHO A PERMANECER: LA GENTRIFICACIÓN COMO DESALOJO SILENCIOSO

 

     En su colaboración con el reconocido geógrafo británico Neil Smith, y con el también canario Fernando Sabaté, “Gentrificación urbana y desarrollo desigual”, Luz Marina introdujo el concepto de gentrificación en el debate geográfico canario, dándole una lectura profundamente crítica. Frente a las interpretaciones que hablaban de "revitalización urbana", ella mostró, y demostró, que tal y como estamos pudiendo constatar hoy en las grandes ciudades canarias, la llamada gentrificación no es más que una forma de expulsión planificada.

 

“La gentrificación o elitización no es una mejora urbana, es un desalojo deliberadamente planificado”

   

      Para Luz Marina, la gentrificación no era un fenómeno que se refiera solamente a la llegada de clases medias a barrios populares, sino que supone una reconquista del espacio urbano por parte del capital. Un proceso que combina la inversión inmobiliaria, la transformación estética de los barrios y la eliminación progresiva, pero implacable, de sus antiguos habitantes.

 

    Uno de los casos que más le dolían a Luz Marina era el  del barrio de El Toscal, un lugar histórico de Santa Cruz que ha vivido una lenta pero persistente degradación institucional. En su artículo “El Toscal se muere”, no se limita a denunciar el abandono del barrio por parte de las autoridades, sino que propone una alternativa basada en la peatonalización integral, la rehabilitación pública y la garantía de permanencia de sus vecinos.

 

    El texto es paradigmático de su enfoque: frente a la lógica de la “renovación”, que arrasa con la memoria histórica de los barrios, García Herrera sugería una reparación urbana que respetara la historia, el tejido social y los derechos de quienes habían dado vida al barrio durante generaciones enteras.

 

 

MAESTRA DE MAESTROS: UNA VIDA DE COMPROMISO UNIVERSITARIO

 

     En las aulas, Luz Marina fue mucho más que una docente. Fue una formadora de primer orden y también una "agitadora" de conciencias, aunque su apariencia distara mucho del estereotipo que se utiliza para señalar ese desempeño. 

 

     Quienes tuvieron la suerte de ser sus estudiantes coinciden en describirla como una mujer rigurosa, exigente, pero profundamente humana. No soportaba el elitismo académico, ni la jerga vacía, ni los discursos supuestamente “neutrales” que pretendían ignorar la dimensión política de la ciudad.

 

     En las prácticas de campo, Luz Marina caminaba junto a sus alumnos por las calles de Santa Cruz, les mostraba cómo leer un barrio, cómo identificar los signos del conflicto urbano, cómo preguntar sin invadir, cómo escuchar sin prejuicios. Sus clases eran una entusiasmante invitación a ver la ciudad con otros ojos y a entender que la geografía no es solo una ciencia, sino también una herramienta para la transformación.

 

HUELLA Y RECONOCIMIENTO: UN LEGADO QUE NO SE BORRA

 

     Tras su fallecimiento, diversas instituciones, colectivos y colegas homenajearon su legado. La revista Scripta Nova le dedicó una semblanza donde se la reconoce como una pionera de la geografía urbana crítica en España. También se instituyó el Premio anual "Luz Marina García Herrera" para investigaciones en geografía con enfoque social, una forma sugerente de mantener viva su manera de mirar el mundo.

 

     Pero más allá de los reconocimientos, el verdadero legado de Luz Marina está en las calles que defendió, en los barrios que documentó y en las generaciones que formó. Su trabajo nos recuerda que la ciudad es un espacio que puede ser injusto, pero también transformable. Y que, para cambiarla, primero hay que entenderla desde los márgenes.

 

    Luz Marina García Herrera fue una intelectual comprometida con su territorio, con su tiempo y con su gente. Supo mirar donde otros no miraban, escuchar donde otros imponían y pensar donde otros simplemente se limitaban a repetir.

 

    Su obra es una invitación permanente a cuestionar el modelo de ciudad que habitamos, y a imaginar formas de vida urbana más justas, más humanas, más nuestras.

 

 

(*) MANUEL MEDINA es profesor de Geografía e Historia y divulgador de temas relacionados con esas materias.

 

FUENTES CONSULTADAS

- García Herrera, Luz Marina. “Propiedad del suelo en Santa Cruz de Tenerife”. Ediciones IDEA, 1981.

- García Herrera, Luz Marina. “Santa Cruz de Tenerife: La formación de la ciudad marginal”. Ediciones IDEA, 2005.

- García Herrera, Luz Marina, Smith, Neil y Sabaté Bel, Fernando. “Gentrificación urbana y desarrollo desigual”.

- García Herrera, Luz Marina. “El Toscal se muere. Una propuesta de peatonalización integral para el barrio”. Revista Hespéricos, 2019.

- Revista Scripta Nova. “Luz Marina García Herrera, pionera de la geografía urbana crítica en España”, 2020.

- “Premio Luz Marina García Herrera”, Scripta Nova.

 
 
 
 
 
 
 
Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.117

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.