
EL NUEVO GOBIERNO SIRIO SE CONVIERTE EN GENDARME DE ISRAEL EN LA ZONA
¿Está Tel Aviv redibujando el mapa del Oriente Medio con la ayuda de Damasco?
¿Se ha convertido Siria en un aliado estratégico de Israel? ¿Qué se esconde tras los acuerdos entre Damasco, Tel Aviv y Washington? El artículo de MPR21 lanza una acusación directa al nuevo gobierno sirio: actuar como fuerza represiva al servicio de la geopolítica israelí en Oriente Medio.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por la redacción del digital MPR21, titulado “El nuevo gobierno sirio ejerce de policía al servicio de Israel”, se ofrece una contundente denuncia sobre la orientación política del actual ejecutivo sirio, que según el medio estaría cumpliendo funciones de vigilancia y contención de la resistencia en favor de los intereses estratégicos del Estado israelí.
Según mantiene la Redacción de MPR21, los ministros sirio e israelí de Exteriores han mantenido conversaciones encaminadas a establecer una zona desmilitarizada en el sur de Siria, cuya vigilancia recaería exclusivamente sobre fuerzas de seguridad sirias desarmadas.
El artículo describe estas negociaciones como un gesto de sumisión del nuevo gobierno de Damasco ante Tel Aviv y Washington. De acuerdo a lo expresado por el medio, estas maniobras buscan expulsar a Hezbollah, a las milicias iraníes y a cualquier fuerza resistente que Israel considere “hostil” en la región.
Otro punto importante que destaca el artículo es la implementación de un llamado “cruce humanitario” en la provincia de Suaida, con el supuesto objetivo de hacer llegar ayuda internacional a la minoría drusa. Sin embargo, MPR21 sugiere que este proyecto forma parte de un plan más amplio: la creación del llamado Corredor de David, un trazado territorial continuo bajo influencia israelí y estadounidense que se extendería desde el norte de Siria hasta Irak.
Esta iniciativa se enmarcaría en la visión del “Gran Israel”, una aspiración expansionista denunciada desde hace décadas por múltiples sectores políticos y académicos críticos.
El artículo señala que, paralelamente a las reuniones entre diplomáticos sirios e israelíes, se han registrado encuentros entre emisarios estadounidenses y líderes religiosos drusos en París, lo cual confirmaría —según el medio— la coordinación tripartita entre Siria, Israel y Estados Unidos para rediseñar el control territorial en la región.
En la misma línea crítica, la Redacción de MPR21 acusa al gobierno sirio de reprimir a las facciones de la resistencia palestina con base en su territorio, en cumplimiento de las exigencias de sus aliados occidentales. De igual modo, se señala que el aparato represivo sirio estaría colaborando con la interceptación de cargamentos de armas destinadas a la resistencia libanesa, lo cual representa una ruptura total con la histórica política de apoyo a la causa palestina.
A juicio de los redactores, el nuevo rumbo del gobierno sirio no sólo constituye una traición a la causa árabe y a las luchas antiimperialistas, sino que además representa una amenaza directa para la estabilidad de la región. El artículo pone el foco sobre el trasfondo geopolítico del acuerdo y sobre el papel cada vez más subordinado de los gobiernos árabes respecto a las agendas de Tel Aviv y Washington.
El texto de MPR21 se inscribe en una línea editorial crítica con la normalización de relaciones entre países árabes e Israel, y denuncia con preocupación el progresivo abandono del eje de la resistencia por parte de gobiernos que antaño desempeñaron un rol combativo frente al sionismo y la ocupación.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por la redacción del digital MPR21, titulado “El nuevo gobierno sirio ejerce de policía al servicio de Israel”, se ofrece una contundente denuncia sobre la orientación política del actual ejecutivo sirio, que según el medio estaría cumpliendo funciones de vigilancia y contención de la resistencia en favor de los intereses estratégicos del Estado israelí.
Según mantiene la Redacción de MPR21, los ministros sirio e israelí de Exteriores han mantenido conversaciones encaminadas a establecer una zona desmilitarizada en el sur de Siria, cuya vigilancia recaería exclusivamente sobre fuerzas de seguridad sirias desarmadas.
El artículo describe estas negociaciones como un gesto de sumisión del nuevo gobierno de Damasco ante Tel Aviv y Washington. De acuerdo a lo expresado por el medio, estas maniobras buscan expulsar a Hezbollah, a las milicias iraníes y a cualquier fuerza resistente que Israel considere “hostil” en la región.
Otro punto importante que destaca el artículo es la implementación de un llamado “cruce humanitario” en la provincia de Suaida, con el supuesto objetivo de hacer llegar ayuda internacional a la minoría drusa. Sin embargo, MPR21 sugiere que este proyecto forma parte de un plan más amplio: la creación del llamado Corredor de David, un trazado territorial continuo bajo influencia israelí y estadounidense que se extendería desde el norte de Siria hasta Irak.
Esta iniciativa se enmarcaría en la visión del “Gran Israel”, una aspiración expansionista denunciada desde hace décadas por múltiples sectores políticos y académicos críticos.
El artículo señala que, paralelamente a las reuniones entre diplomáticos sirios e israelíes, se han registrado encuentros entre emisarios estadounidenses y líderes religiosos drusos en París, lo cual confirmaría —según el medio— la coordinación tripartita entre Siria, Israel y Estados Unidos para rediseñar el control territorial en la región.
En la misma línea crítica, la Redacción de MPR21 acusa al gobierno sirio de reprimir a las facciones de la resistencia palestina con base en su territorio, en cumplimiento de las exigencias de sus aliados occidentales. De igual modo, se señala que el aparato represivo sirio estaría colaborando con la interceptación de cargamentos de armas destinadas a la resistencia libanesa, lo cual representa una ruptura total con la histórica política de apoyo a la causa palestina.
A juicio de los redactores, el nuevo rumbo del gobierno sirio no sólo constituye una traición a la causa árabe y a las luchas antiimperialistas, sino que además representa una amenaza directa para la estabilidad de la región. El artículo pone el foco sobre el trasfondo geopolítico del acuerdo y sobre el papel cada vez más subordinado de los gobiernos árabes respecto a las agendas de Tel Aviv y Washington.
El texto de MPR21 se inscribe en una línea editorial crítica con la normalización de relaciones entre países árabes e Israel, y denuncia con preocupación el progresivo abandono del eje de la resistencia por parte de gobiernos que antaño desempeñaron un rol combativo frente al sionismo y la ocupación.
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