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LONDRES: 400 DETENIDOS EN MULTITUDINARIA MANIFESTACIÓN EN REINO UNIDO

¿Qué significa que mandos del propio ejército israeli aseguren haber participado en la destruccion sitematica de ciudades palestinas?

En apenas dos días, el conflicto palestino-israelí mostró su rostro más crudo en tres escenarios distintos: un bombardeo en Gaza que mató a periodistas, unas declaraciones de mandos israelíes que desmienten al gobierno y una protesta masiva en Londres que terminó con cientos de detenidos. Tres hechos conectados por una misma tensión: el pulso global entre la verdad y la represión.

 

 REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG

 

     La jornada entre el 10 y 11 de este mes de agosto de 2025 ha dejado una sucesión de hechos que, aunque ocurridos en escenarios diferentes, se entrelazan en el trasfondo político y social del conflicto palestino-israelí y sus repercusiones internacionales.

 

MUERTE DE PERIODISTAS EN GAZA
 

    En Gaza, este lunes 11 de agosto, el periodista de Al Jazeera Anas al Sharif, junto a otros tres reporteros de la cadena, murió en un bombardeo israelí.

 

     El ejército israelí confirmó la operación, asegurando que Al Sharif no solo ejercía labores periodísticas, sino que lideraba una célula de Hamás y dirigía ataques con cohetes contra civiles y tropas israelíes.

 

    La afirmación, como en otras ocasiones, dividió a la opinión pública: para el gobierno israelí, se trataba de un objetivo militar legítimo; para organizaciones internacionales de prensa y defensores de derechos humanos, un nuevo capítulo en la creciente lista de ataques contra periodistas en la zona de conflicto.

 

    El hecho reavivó el debate sobre los límites entre el trabajo periodístico y la actividad política o militar en zonas de guerra, así como sobre el uso que los Estados hacen de estas acusaciones para justificar acciones que, según críticos, buscan silenciar voces incómodas.

 

 MANDOS ISRAELÍES CONTRADICEN A NETANYAHU
 

    Mientras las bombas caían en Gaza, en Israel se encendía otra polémica. El 10 de agosto, dos comandantes del ejército —los tenientes coroneles Ariel Ben Shachar y Erez Yerushalmi— dieron entrevistas a medios locales en las que admitían haber participado directamente en la destrucción sistemática de Beit Hanoun.

    Sus testimonios, recogidos sin acuerdo de confidencialidad, fueron publicados por el medio Drop Site, que se negó a ocultar sus nombres pese a las advertencias del ejército sobre posibles riesgos para su seguridad.

 

     La controversia surgió porque estas declaraciones contradecían de forma abierta el discurso oficial del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien negaba que Israel estuviera llevando a cabo una demolición indiscriminada en Gaza. La revelación no solo puso en cuestión la narrativa del gobierno, sino que planteó interrogantes legales sobre la posible comisión de crímenes de guerra.

 

LAS CALLES DE LONDRES SE REVUELVEN


     El eco internacional del conflicto se sintió con fuerza en Londres el mismo 10 de agosto. Allí, más de mil manifestantes salieron a las calles para protestar contra la ilegalización del grupo Palestine Action.

 

   El gobierno de Keir Starmer había impulsado la medida después de que activistas de la organización realizaran pintadas en aviones militares durante el allanamiento de una base aérea británica.

 

    La protesta, descrita como “multitudinaria” por medios locales, terminó con alrededor de 400 detenidos, en lo que organizaciones de derechos civiles calificaron como un uso desproporcionado de la fuerza policial.

 

 

   Para los participantes, la ilegalización de Palestine Action era una amenaza directa a la libertad de expresión y un intento de reprimir la solidaridad con Palestina en el Reino Unido.

 

UN MISMO HILO CONDUCTOR


        Aunque distantes en geografía, los tres sucesos comparten un hilo común: la tensión creciente entre el poder estatal y las narrativas críticas sobre el conflicto palestino-israelí.

 

   En Gaza, la muerte de periodistas refuerza la percepción de que la cobertura independiente es un blanco en sí mismo. En Israel, las voces internas que cuestionan la versión oficial muestran grietas dentro del propio aparato militar. Y en Londres, las calles se convierten en escenario de la disputa por el derecho a protestar contra políticas que, directa o indirectamente, se alinean con el gobierno israelí.

 

     Estos episodios, encadenados en apenas 48 horas, son un recordatorio de que la guerra no solo se libra con armas, sino también con discursos, leyes y estrategias de control social. Lo que ocurre en un barrio arrasado de Gaza puede tener su reflejo en un mitin reprimido en Europa, y lo que un comandante admite frente a una cámara puede minar el edificio entero de la narrativa oficial.

 

    La pregunta que queda en el aire, y que atraviesa tanto las ruinas de Beit Hanoun como las calles de Londres, es si este pulso global por la verdad y la justicia podrá resistir la maquinaria combinada de la guerra, la política y la censura.

 

Fuentes consultadas:

  • Israel mata al periodista de Al Jazeera Anas al Sharif y a otros tres reporteros de la cadena en un bombardeo en GazaEl País.

  • Senior Israeli Commanders Openly Contradict Netanyahu Claim On Gaza DestructionDrop Site.

  • Una multitudinaria protesta contra la ilegalización de Palestine Action deja 400 detenidos en Londres  

 

 

      

 
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